Boca 0 (5) - River 0 (4) - Copa Luis B. Nofal 2013
Entre los titulares de River y los suplentes de Boca, durante el primer tiempo, coincidieron en la falta de juego. También en las fricciones: hubo 5 amonestados en los 15 minutos iniciales... Se olvidaron de entusiasmar.
Bianchi decidió poner un equipo lleno de obreros para que River no lo lastimara. Apostó a que no desbordara Vangioni y a que trascendieran ni Ponzio ni Mauro Díaz. Así quedarían aislados Mora y Funes Mori. En consecuencia, Bianchi mandó a Erbes sobre Mauro Díaz, a Guillermo Fernández sobre Ponzio y cubrió bien el lateral de Vangioni sacrificando a dos hombres (Aguirre de 8 y Albín de 4) para evitar que el ex Newell’s lo complicara como en el clásico al borde del mar. Por la derecha, Sánchez tampoco se imponía porque debía mirar de reojo a Colazo.
Si a River le costó demasiado elaborar, a Boca todavía más. Es que de los mediocampistas, el que más responsabilidades tenía de soltarse, aparte de supervisar a Ponzio, era “Pol” Fernández. Al cabo, el de River y el de Boca, por preocuparse por el otro, perdían influencia.
Como en los últimos seis meses de Falcioni, no supo Boca salir con prolijidad. En ese primer tiempo, revoleó 11 pelotazos desde el fondo y no generó ninguna llegada clara, con un doble 9 (Blandi-Viatri) chocándose en forma permanente contra una defensa rival con línea de 3 defensores.
¿Situaciones? Apenas una corrida en el arranque de Funes Mori, con una apresurada definición desviada, y más tarde un cabezazo afuera de Mora, tras la única aparición positiva con centro de Mora.
Si lo más destacable del primer tiempo fueron las amarillas, en el segundo sólo para rescatar los cambios. Entre otras variantes, hubo minutos para Trezeguet, quien entró por Funes Mori. Rojas reemplazó a Ledesma y Lanzini a Mauro Díaz. El pibe Bravo sustituyó a Aguirre... El tono siguió sin alterarse. Boca intentaba que no lo desbordaran. Y River, aunque Lanzini mejoró la producción entregada por Mauro Díaz, no sabía cómo eludir los obstáculos rivales.
Ese segundo tiempo sólo regaló una ocasión de peligro. Esta vez a la emoción la impulsó Boca. Tras un centro que Guillermo Fernández no pudo dominar y Barovero despejó a medias, lo tuvo Erbes, pero Vangioni la sacó de cabeza en la línea. No fue casualidad que los dos mejores de Boca, Pol y Pichi , estuvieran ahí, en esa zona donde debían lastimar los delanteros.
Para tan poco partido no había otro destino que los penales, esa instancia que a Bianchi y Boca, juntos, suelen disfrutar.
La serie arrancó con un remate de Erbes, de derecha, al palo opuesto a Barovero. Enseguida, el zurdazo de Vangioni fue tapado por Ustari, quien voló contra el palo izquierdo. Continuó Viatri, con un derechazo que entró por el medio del arco. Ponzio, también de derecha, marcó el suyo. Y Barovero, adivinando el palo, se lo detuvo a Albín. Se jugó hacia su derecha y le devolvió la esperanza a River, que igualó la serie gracias a una definición de Lanzini. Pol Fernández ratificó su buen partido con un derechazo. Trezeguet aseguró el disparo con un bombazo que se metió por el centro del arco. Blandi, en cambio, ejecutó con categoría, a la izquierda, que se volcó al otro lado. Y Mora, con un remate rasante, mantuvo el suspenso. Entonces, llegó el sexto para cada uno. Primero, pateó Cellay, con calidad. Rojas canchereó. Y Ustari se convirtió en héroe.