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miércoles, 16 de octubre de 2013

Uruguay 3 - Argentina 2 - Eliminatorias Brasil 2014

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MAXI RODRIGUEZ, AUTOR DE DOS GOLES, FUE LA FIGURA ARGENTINA
La Selección defendió mal y Uruguay lo aprovechó
El partido fue vibrante porque los dos equipos tuvieron numerosas situaciones de riesgo. Fue la segunda derrota del equipo de Sabella en Eliminatorias. La primera, ante Venezuela. Uruguay jugará el repechaje con Jordania.
La derrota no duele tanto como las dudas. Más allá de que la clasificación ya se había asegurado el mes pasado y aunque no hayan jugado todos los titulares, ni siquiera el mismísimo Lionel Messi, esta despedida de las Eliminatorias volvió a dejar al desnudo un problema recurrente para esta Selección: defendió mal.

Y es peligroso ser tan distinto de mitad de cancha hacia adelante y desde el medio hacia atrás. Será el gran desafío de aquí al Mundial. Quedan 238 días para potenciar virtudes y enmendar errores. A Uruguay, en tanto, este triunfo no le alcanzó para lograr el pasaje a Brasil, pero le permitirá ser cabeza de serie en el caso de superar a Jordania en el repechaje.

No le faltó ninguno de los condimentos que lo engrandecen al clásico más antiguo del mundo. El derby rioplatense fue electrizante, vibrante, con un ritmo que, de entrada, impuso el público uruguayo desde las tribunas. Le hicieron sentir la presión a los argentinos desde el mismo momento llegaron al estadio. Silbidos e insultos apenas asomaron la cabeza del túnel. También, en el Himno. Aliento a sus futbolistas desde minuto inicial. Los charrúas salieron envalentonados. Y el equipo argentino acusó el impacto.

Estáticos, inseguros, imprecisos, ningún jugador celeste y blanco podía dar más de dos toques seguidos. Y en la primera pelota parada que tuvo Uruguay, Argentina volvió a fallar en defensa. Tiro libre desde la derecha al corazón del área, nadie pudo despejar, Lugano conectó y por el andarivel izquierdo apareció sin marcas Cebolla Rodríguez para fusilar a Chiquito Romero con un zurdazo cruzado.

Uruguay se agigantó y Argentina agudizó sus problemas porque Banega entregaba mal la pelota y sufrían los de atrás. Hasta que, por fin, la Selección logró coincidir en cuatro pases consecutivos. Biglia -de buen partido- metió uno en profundidad para Palacio, Rodrigo la aguantó, tiró el centro, Augusto Fernández puso el pecho ante el resbalón de Godín, y Maxi Rodríguez enmudeció al Centenario.

El empate derrumbó anímicamente al local y la Selección encontró un poco de tranquilidad y seguridad. Crecieron en el medio Banega y Biglia y, en consecuencia, ya no sufrían los cuatro de abajo con los ataques de Suárez, Cavani y, especialmente, los cambios de ritmo de Cebolla por la izquierda. Pero cada pelota parada era un suplicio la última línea argentina. El árbitro brasileño le regaló un penal a Uruguay. No pareció empujón de Domínguez a Suárez y el goleador de las Eliminatorias aumentó.

De nuevo, cuesta arriba para Argentina. Aunque esta vez, con un buen trato de pelota, circulación y triangulaciones, expuso las limitaciones de la defensa celeste. Y así llegó el empate, tocando, con Maxi Rodríguez espléndido, ahora por derecha y definiendo de zurda.

Como en la primera parte, Uruguay no le dio respiro a Argentina. Enseguida, Fernández salió mal desde el fondo, interceptó Suárez, quien asistió a Cavani y el delantero del PSG no perdonó a Romero. Ya no le resultó sencillo a la Selección controlar el juego a partir de Biglia y Banega. Y Lamela falló en la elaboración. Entonces, Uruguay quedó a un paso de la goleada Fueron dos minutos de alto voltaje, con dos pelotas en los palos, un cabezazo de Stuani y otro zurdazo de Cebolla Rodríguez, y hasta un penal ignorado de Fernández a Godín.

La Selección ya se había olvidado lo que era perder. Deberá recordar que también es preciso defender mejor. En el Mundial, u n error se paga con la vuelta a casa.

sábado, 12 de octubre de 2013

Argentina 3 - Perú 1 - Eliminatorias Brasil 2014

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LA SELECCIÓN SUPERÓ A PERÚ PESE A LAS AUSENCIAS DE MESSI, HIGUAÍN, MASCHERANO Y GAGO Y SE ASEGURÓ EL PRIMER PUESTO
Con otros nombres y la misma eficacia
El equipo arrancó perdiendo 1-0 pero lo empató enseguida y siempre mostró una clara superioridad. Lavezzi (autor de dos goles) y Palacio (hizo el otro) fueron las grandes figuras.
Era la noche del reencuentro, con tranquilidades encima, sin histerias, con certezas, sin urgencias. Volvía la Selección a jugar ante su gente, en el Monumental, ahora ante Perú, en la última parada de local en estas Eliminatorias rumbo a Brasil 2014. Y lo hacía el equipo de Alejandro Sabella con la clasificación asegurada. Y con ciertos retoques en la formación. No en el sistema, claro. Porque el técnico decidió mantener el 4-3-3 para recibir a un rival diezmado por las lesiones y sin grandes motivaciones a la vista, alejado de la chance de ir al Mundial y con el nombre de Ricardo Gareca asomando en el nuevo proyecto para iniciar en enero el ciclo posterior al de Sergio Markarian.

Pero sí lo hacía el seleccionado, en cambio, con otros nombres por esas cuatro ausencias notorias. Banega, Biglia, Lavezzi y Palacio por Gago, Mascherano, Messi e Higuaín. Con el regreso de la defensa titular, esa que no pudo exhibir Argentina en la fecha anterior, en su visita a Paraguay, cuando atrapó el boleto a la Copa del Mundo con un lapidario 5-2.

Se trataba, al fin y al cabo, de una muy buena oportunidad para sacar nuevas conclusiones. Un puñado de intérpretes diferentes, la Selección sin Messi, una cita en celeste y blanco como todas esas que suceden con un gran amor: aunque no se trate de un día en el que se definen grandes cosas, se deja el alma igual. Como corresponde.

Y volvió a ganar Argentina. Y volvió a mostrar su poderío ofensivo, incluso con cierta independencia de los nombres ofrecidos. Una suerte de lujo sólo propio de los seleccionados de elite. Y con este 3-1 sobre Perú se aseguró el primer lugar en las Eliminatorias. El duelo del martes en Montevideo será clave para Uruguay. Argentina volverá a jugar por el prestigio. Lo demás ya está en el bolsillo, bien asegurado.

Aquella duda de Sergio Romero al salir ante un Claudio Pizarro inspirado, ese delantero que a los 35 años ya anunció que el martes ante Bolivia se despedirá de su seleccionado, le abrió paso a un silencio de incredulidad. Golazo peruano, 1-0, 20 minutos de juego.

Entonces, había que salir a tapar enseguida el mal momento. Y en dos minutos Lavezzi estampó el empate despues de una muy buena atajada de Diego Pennny ante el cabezazo de Federico Fernández tras el córner de Di María.

Cuando el propio Lavezzi marcó el segundo después de una muy buena jugada colectiva (la inició Agüero, la prolongó Di María, Palacio despachó el centro y la terminó el Pocho), sobre los 34 minutos de juego, ya estaban claras las diferencias de categoría entre los unos y los otros. Las flaquezas defensivas les habían dado paso, como suele suceder cuando están Higuaín y Messi en el equipo, al tremendo poder de fuego del seleccionado. Y eso que Di María y Agüero, dos de los Cuatro Fantásticos "originales", no terminaban de emerger en esa dimensión que exhiben frecuentemente.

Sobre los dos minutos del segundo tiempo llegó Marcos Rojo sobre la izquierda y Palacio convirtió el tercero. Lavezzi dos, Palacio uno.

Ahora llegaba el tiempo de amasar la goleada esperada. Perú, con tres en el fondo que se hacían cinco cuando retrocedían por los costados Luis Ramírez y Juan Manuel Vargas; con cinco mediocampistas y Carrillo y Pizarro allá adelante, terminó de discutir la pulseada.

Agüero sacó un terrible latigazo que por muy poco no fue el cuarto. Di María presionaba. Banega y Biglia controlaban el medio. Era todo de Argentina ante un equipo peruano que sólo apostaba a la contra, como esa en la que Benavente, que había entrado por Edwin Gómez, se perdió el descuento.

Mientras Erik Lamela entraba por Palacio, la Selección seguía buscando con voracidad el cuarto gol. Rodrigo salió después de un enorme despliegue, y sobre todo, después de un gran partido. Junto a Lavezzi, claro, fueron a nivel individual los puntos más altos de rendimiento aunque el desequilibrio colectivo que terminó imponiendo Argentina sobre un tibio seleccionado peruano también incluyó la inf luencia de los otros intérpretes del medio hacia adelante. Y el acompañamiento de los de atrás, desde luego, que más allá del sobresalto en el gol de Pizarro (un gol que en un Mundial se puede llegar a pagar muy caro, es cierto) y otras tenues llegadas visitantes en el segundo tiempo, pasaron una noche calma.

Siguieron pasando los cambios. Maxi Rodriguez entró por Lavezzi, Somoza por Di María en el último minuto, y se terminó el trámite. Pero ya no había espacio para modificaciones relevantes en el desarrollo. No tuvo el envase de una goleada, es cierto. Pero los aplausos del final en el Monumental certificaron la sensación: mientras Brasil asoma en el horizonte, el trámite se cumplió con creces...

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Paraguay 2 - Argentina 5 - Eliminatorias Brasil 2014

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LE GANÓ 5-2 A PARAGUAY EN ASUNCIÓN Y SE CLASIFICÓ PARA EL MUNDIAL DE BRASIL
Argentina sacó pasaje a puro gol
El equipo de Sabella mostró, una vez más, su contundencia ofensiva. Lionel Messi convirtió dos goles de penal y los otros los anotaron Di María, Agüero y Maxi Rodríguez.
La Copa es dorada como el fútbol que propone Argentina en los metros finales. Entonces, es imposible no hacerse la cabeza con ese Mundial que ya es una realidad. Por Messi, por Agüero, por Di María, por Gago. Argentina le puso el broche de oro a la clasificación con una goleada histórica. Porque aquí el seleccionado no ganaba desde hacía 16 años. Sí, esta Selección ilusiona, más allá de los problemas defensivos que deberá corregir Alejandro Sabella. Esos desacoples que no empañan la alegría. El mensaje en la noche de Asunción es inequívoco: Brasil, allá vamos. Por undécimo Mundial consecutivo la Argentina dirá presente.

Todas las imperfecciones de la defensa son maquilladas por un ataque letal. El segundo gol es todo un testimonio del concepto. Falló Fabricio Coloccini y Víctor Ayala mandó un centro; a Sergio Romero se le volvió a escapar la pelota y la recuperó con el recuerdo del empate paraguayo todavía fresco. Y en la réplica, un pelotazo de Rodrigo Palacio encontró el pecho de Lionel Messi, de espaldas del arco. El pase del crack rosarino fue fantástico y la definición de Sergio Agüero, inapelable.

Está buscando el equilibrio la Selección. Y Alejandro Sabella advierte que se expone. Porque sus jugadores lo invitan a ser audaz. Y todo lo bueno que empieza a gestarse en los pies de Fernando Gago, corre peligro a sus espaldas. Anoche no estuvieron Federico Fernández ni Ezequiel Garay. Pero hasta a ellos los hubiera complicado Paraguay, que buscó la ganancia detrás del mediocampista de Boca y de Lucas Biglia, reemplazante de Javier Mascherano.

Argentina tardó diez minutos en acomodarse sobre un campo de juego con césped alto y desparejo. Hasta que Angel Di María, pura aceleración y talento, metió un pase entre líneas para Agüero. Fernández lo atoró y el Kun cayó en el área. El chileno Osses compró penal. No pareció. Y Messi resolvió con jerarquía.

Sin embargo, Paraguay empezó a manejar la pelota. Empujó sin claridad, pero comprometió a la defensa argentina. Roque Santa Cruz desbordó y José Núñez anticipó a Coloccini y Romero puso las manos flojas.

Paraguay apretó con Ayala por la izquierda y complicó a Coloccini, pero especialmente a José Basanta. Eso sí, cada contra Argentina dejó al desnudo a una defensa que, con tres centrales y dos laterales que colaboraban, nunca mostró solidez. Palacio se perdió un gol increíble. Pero Agüero lo compensó. Messi dos veces pudo haber aumentado, pero salvó Roberto Fernández.

Ya en el segundo tiempo, Argentina pasó por encima a un rival que había salido a jugar el partido eliminado por esos goles uruguayos que le quitaron la esperanza. Y lo liquidó en siete minutos. Un pase genial de Gago, notable por su gestión en el juego, dejó a Di María cara a cara con Fernández y el volante del Real Madrid definió con categoría. Y enseguida, Osses volvió a regalarle un penal a la Selección, que Messi - victima de la presunta infracción- canjeó por gol. Un grito con dos significados y consecuencias: era la garantía de la victoria y, claro, de la clasificación.

Los primeros veinte minutos del complemento fueron un baile. Lisa y llanamente. No hubo equivalencias en ese tramo entre un equipo con cracks de elite y un conjunto de voluntades luchando sin éxito. Incluso, pudo haber aumentado la diferencia. Di María tuvo una muy clara después de un concierto de toques. Palacio perdió otro. Los paraguayos se resistían a irse.

Ya no había suspenso en el tramo final. El gol de Santa Cruz -homenaje a su esfuerzo- fue sólo un detalle para la estadística. Apenas un decorado para ese desenlace escrito con anterioridad. El quinto -definición de Maxi Rodríguez, luego de mil toques- fue una demostración de poderío. A esa altura, Asunción ya había disfrutado del fútbol celeste y blanco, ese que ahora renueva la postergada ilusión de levantar la tercera Copa del Mundo. Nada menos...

miércoles, 12 de junio de 2013

Ecuador 1 - Argentina 1 - Eliminatorias Brasil 2014

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LA SELECCIÓN EMPATÓ 1-1 CON ECUADOR EN QUITO Y SE ACERCÓ UN POCO MÁS A LA CLASIFICACIÓN
El punto sirve; la actuación es para olvidar rápidamente
Argentina hizo un gol de movida, a los 3 minutos (penal convertido por Agüero), pero no tuvo solidez defensiva para mantener la ventaja. Ecuador igualó con un cabezazo (Castillo) y luego fue el protagonista esencial del discreto partido. Messi jugó la última media hora.
Habrá que pensar que el punto sirve, porque aquí en Quito la Selección argentina estaba más acostumbrada a perder que a sumar y porque además lo acerca irremediablemente al Mundial. Pero también hay que decir que la actuación del equipo de Sabella pide a gritos un olvido inmediato.

En el juego, se trata de un puntito, de un partido que se jugó como se pudo y no como se quiso. Que se sufrió adentro del área demasiados minutos, en el primer tiempo gracias al baile colosal que le dio Jefferson Montero a Gino Peruzzi y en la segunda parte a favor de los centros de Luis Antonio Valencia, a quien tampoco Marcos Rojo pudo contener. Los que llevan estadísticas seguramente no tienen este dato, pero es más que posible que los 15 córners que tuvo en contra Argentina en el segundo tiempo (más los cuatro de la primera mitad) signifiquen un récord para una defensa celeste y blanca.

Sabella planteó un partido para tener la pelota, arriesgar poco y cuidar el físico en los 2.850 metros de altura de Quito. Suena lógico. Y al minuto de juego, la famosa pelota que no dobla le hizo un guiño: tras un remate desde lejos de Di María, Alexander Domínguez ofreció un rebote y para peor luego derribó a Palacio. Allí cambió el partido y pudo haber cambiado más si el árbitro paraguayo Enrique Cáceres hubiera expulsado al arquero como debía. Con la ejecución precisa del Kun Agüero, Argentina encontró velozmente y sin esfuerzo el partido que quería jugar. Claro que en los planes no estaban los permanentes desbordes de Montero por izquierda, tampoco que Banega no llegara nunca a colaborar. Para colmo, con Felipe Caicedo y Joao Rojas estacados en el área como dos nueves, Ezequiel Garay no podía correrse a la derecha. A simple vista, Ecuador atacaba con cuatro (Valencia subía por derecha) y Argentina defendía con cinco.

No sobraba ninguno.

Y si en el mano a mano siempre ganaba el delantero, el desnivel era inevitable. De un desborde de Montero llegó la falta de Peruzzi, el tiro libre de Ayoví y el cabezazo de Segundo Castillo para sellar el 1-1. Romero y Fernández, en primer plano, mostraron la inmovilidad de la defensa. Nadie saltó. Iban 16 minutos y a empezar de nuevo, la Selección no aprovechó el impacto del 1-0, porque no supo cuidar la pelota y porque Di María (por demás eléctrico) elegía casi siempre mal: pelotazo cuando convenía jugar corto, salir corriendo cuando era mejor tocar con algún socio.

Ya la segunda parte arrancó con una muestra gratis de lo que iba a pasar: en un minuto, Ecuador tuvo dos córners. Como podían, muchas veces a los revolcones, los centrales aguantaban los centros y Mascherano sostenía su verticalidad. Y Messi quería entrar.

Ese segundo tiempo casi devoró el mediocampo de los dos equipos; el equipo de Reinaldo Rueda invadió el área de Romero y, al mismo tiempo, Argentina contaba con espacios para meter alguna contra.

La defensa de Ecuador profundizó su fragilidad, casi idéntica a la que mostró una rueda atrás en el Monumental. Aquella noche se llevó un 4-0 en contra, pero era otra Argentina, claro, en el llano y con Higuaín, Messi entero y Gago.

En más de una ocasión, el contragolpe detectaba una insólita oferta de tres delanteros visitantes ante un solo defensor local, pero Di María insistía con su vocación para elegir mal la última puntada. Entró Messi y nada cambió, aunque jugó más de media hora. Leo no tuvo con quien asociarse porque mirando hacia adelante sólo veía a Palacio y por el espejito retrovisor observaba a nueve compañeros detrás de mitad de cancha.

En definitiva, Argentina pudo perder y también pudo ganar, aunque parezca absurdo. Y se llevó lo que vino a buscar, o casi. Ecuador ya no tiene un ciento por ciento de eficacia como local, también es cierto. Pero para nuestra Selección no debería ser muy halagador vanagloriarse demasiado con ese logro.

sábado, 8 de junio de 2013

Argentina 0 - Colombia 0 - Eliminatorias Brasil 2014

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ARGENTINA, SÓLO CON UN RATO DE MESSI EN CANCHA, EMPATÓ 0-0 CON COLOMBIA EN EL MONUMENTAL
La Selección, sin el poder del gol
El equipo de Sabella generó situaciones, pero le faltó juego. Higuaín, expulsado.
Algún día tenía que pasar. No hubo fiesta en el Monumental. La gente se retiró en silencio. El gol, esa materia que tantas veces tapó algunos problemas por la escasez de volumen de juego, estuvo ausente anoche en la Selección de Sabella. Fue un empate insípido, que no cambia demasiado la ecuación, porque el primer puesto en las Eliminatorias no quedó en peligro. El Mundial cada día está más cerca pero surgieron algunas incógnitas.

Por primera vez en su era el entrenador argentino no pudo contar con su as de espadas, Lionel Messi. Ese aporte de los Cuatro Fantásticos (Leo, más Di María, Agüero e Higuaín) se vio resentido y pese a los esfuerzos individuales el juego decayó. Hubo varias situaciones propicias para que Argentina se pusiera en ventaja, sobre todo en la primera mitad, cuando Di María se erigió en figura indiscutible a pura gambeta en velocidad.

El jugador del Real Madrid desequilibró y se puso el equipo al hombro ante la falta de un conductor natural. Sin la ayuda de Walter Montillo, a quien le encargaron la misión de controlar las subidas de Camilo Zúñiga, el manejo de la pelota para el equipo argentino se redujo considerablemente. Porque, además, Argentina sintió en demasía no tener en cancha a Fernando Gago, quien en los últimos partidos había aportado su talento y su claridad cerca del área rival. A Lucas Biglia, más en el primer tiempo que en el segundo, le costó acomodarse, se equivocó en muchos pases y quedó en inferioridad numérica ante el mejor acople de los volantes con camiseta amarilla.

Sorprendió del otro lado José Pekerman con la formación inicial. Incluyó en el medio al volante del Morelia Aldo Ramírez y con Aguilar, Carlos Sánchez y James Rodríguez más las subidas constantes de los laterales, manejó mejor los ritmos del partido. Claro que este planteo dejó muy expuestos a los centrales colombianos, Zapata y Yepes, que sufrieron con algunos pases profundos, principalmente de Di María.

Gonzalo Higuaín tuvo las mejores chances para desequilibrar.

Chocó siempre con un inspirado David Ospina.

Más allá de demorar demasiado en cada saque de arco, el arquero del Niza francés fue una muralla. Estuvo atento para solucionar las dudas de varios de sus compañeros de la defensa y se lució con una tapada espectacular ante el Pipita a los 16, tras un grueso error de Carlos Sánchez. Pero no era la noche del 9. A los 25, Higuaín vio la roja tras el cruce con Zapata y con los dos equipos con un hombre menos en el reacomodamiento de las piezas Argentina salió perdiendo.

Sabella prefirió no retocar nada, por eso el Kun Agüero quedó solo arriba esperando algún pelotazo, chocando contra la experiencia de Yepes. Pekerman perdió apenas un rato más tarde a James Rodríguez por lesión. Ingresó Cuadrado y se retrasó Sánchez.

Más tarde con el ingreso de Perea para rearmar la defensa quedó en evidencia que a Colombia el punto no le caía mal. Se imponía la entrada de Messi para cambiar el rumbo del partido pero la estrella esta vez aportó apenas destellos. Con poco rodaje futbolístico en los últimos días y con un Alexander Mejía que saltó a la cancha con la única intención de recortar sus movimientos, el partido lentamente se apagó. No se lo vio en plenitud a Messi, aportó un par de sus arranques típicos, de esos que hacen levantar al público, pero con eso no alcanzó. Messi está volviendo y vaya si se notó.

El desarrollo se hizo tedioso y dominaron el cansancio y las imprecisiones. Argentina, obligado, con un Mascherano intenso, fue hacia adelante sin claridad. Ya Di María por la izquierda había perdido potencia. ¿No hubiera sido una alternativa probar un rato, al menos, con Erik Lamela?

La primera experiencia con un Messi disminuido tuvo claroscuros.

Ahora será el turno otra vez de desafiar a la altura en Quito. ¿Con un esquema más cauteloso? ¿Con o sin Messi? Las incógnitas son más que esas dos.

miércoles, 27 de marzo de 2013

Bolivia 1 - Argentina 1 - Eliminatorias Brasil 2014

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LA SELECCIÓN BORRÓ LA IMAGEN DEL AQUEL 6-1 EN CONTRA DE 2009 Y MERECIÓ LLEVARSE MÁS QUE EL 1-1 FINAL
Argentina firmó la paz con la altura
Le dio el lugar justo a los 3.650 metros: sin exagerar y sin subestimar. Y dejó una verdadera sensación de equipo.
Se trató de un empate a la altura de una victoria. Y si hubiera sido derrota por algún imprevisto, el concepto no se habría modificado. Argentina supo resolver esas complejidades que siempre se disparan aquí, a 3.650 metros sobre el nivel del mar, donde se precipitan los ahogos, donde escasea el oxígeno, donde las piernas no responden igual que en el llano. Tanto Sabella como Messi y compañía demostraron que son capaces de manejar una situación especial, sin temblar en el momento de alterar esquemas, nombres y actitudes. Ellos, el técnico y los jugadores, ganaron.

No hay que sonrojarse por armar un esquema cauteloso frente a un escenario excepcional. La grandeza no se recorta por observar una realidad adversa y por intentar combatirla desde un lugar diferente al habitual. No se traiciona ningún estilo. Se actúa con inteligencia ante una dificultad extrema. Sabella encarna ese concepto y preparó el partido con sensatez, sin exagerar ni subestimar a la altura, sin dejarse cautivar por esta Bolivia que ya no logra sacarle el jugo a la altura como en otras épocas, por algo su cosecha de local no supera el 50 por ciento de los puntos.

Acertó el técnico en saltar del 4-3-3 al 5-3-2. No se equivocó en la modificación multitudinaria de apellidos, con mayoría de futbolistas frescos y con apenas tres sobrevivientes de la goleada a Venezuela: Romero, Mascherano y Messi. Y tampoco falló en la estrategia: no regalar espacios entre defensores y mediocampistas, regular energías no abusando de recorridos largos y replicar con hombres livianos y veloces. A ese aporte en la planificación le adosó Sabella un buen cambio a los 15 del segundo tiempo: sacó a Banega, amonestado, para no exponerlo a la expulsión e incluyó a Ponzio.

No sólo por Sabella esta Selección transmite tranquilidad. Se respira un clima interno óptimo, ejemplificado en la solidaridad de cada futbolista para ayudar al compañero en cada escena de juego. Así las individualidades se potencian, inclusive en ocasiones complicadas como la de ayer. Entonces, se ve a un equipo verdadero.

Todo, por supuesto, se facilita con la riqueza de los jugadores. Pareciera que Di María hubiera nacido en esta misma ciudad, muy cerca del aeropuerto, en El Alto, donde la altura es de 4.200 metros. Es que voló por el Hernando Siles como si fuese un paceño más. Clave para el planteo elegido por Sabella. Vital para oxigenar a todos. Gambeteó, desbordó, provocó faltas cerca del área, llegó a cabecear. Un despliegue colosal, apoyado desde un poco más atrás por el mejor Mascherano.

Se sabe que Messi sufre en La Paz. Sin embargo, dosificó y, con su capacidad para administrar cada momento, supo trascender. Armó la jugada del gol, abriéndosela a Clemente, quien tiró el centro cabeceado por Banega. A Leo, eso sí, le faltó el gol: dos veces estuvo cerca sobre el final, en un mano a mano y tras un centro de Di María, pero las piernas del mejor ya estaban abatidas. Igual completó otra vez los 90 minutos, mensaje de excelente capitán, que marca el camino. Messi siempre está.

Repitió Banega que es una muy buena alternativa de recambio en el medio. Palacio fue el paradigma del sacrificio, al servicio de la idea, aunque se nubló ante el arquero cuando estaban 0 a 0. Si Rodrigo hubiera convertido...

Argentina sólo sufrió en los primeros 25 minutos, cuando Bolivia tuvo calma y precisión para mover la pelota. Y si Marcelo Moreno Martins cabeceó al 1 a 0 fue porque Campagnaro, en ese centro de la derecha, vio cómo la redonda lo sobraba. En ese lapso de dudas, surgió otro elemento crucial para cualquiera que ostente pretensiones máximas, como Argentina: el arquero. Romero volvió a sacar chapa en un cara a cara con Diego Bejarano y en un par de tiros desde afuera. Más tarde, cuando Bolivia se había desinflado, Chiquito bajó cada centro con serenidad total.

De todos modos, Argentina siempre instaló la sensación de que podía golpear de contraataque, inclusive en los tramos en que padeció mayor acoso. Esa percepción, eso sí, se acentuó en la última hora de juego. Aparte de esas dos chances sobre el epílogo de Messi, el arquero Galarza vaya si trabajó. Voló para negarle el segundo a Banega (tras gran pared devuelta de taco por Di María) y para desviarle un tiro libre a Leo.

Al cabo, el empate tuvo altura de victoria porque Argentina mereció ganar. Brasil 2014 está ahí. Bolivia no es medida, pero La Paz sí. Y la Selección solucionó un problema evidenciando otros recursos.

Vale ilusionarse. Hay genio. Hay jugadores. Hay técnico. Hay equipo.


Fichas - Fecha 12 - Eliminatorias Mundial Brasil 2014.

sábado, 23 de marzo de 2013

Argentina 3 - Venezuela 0 - Eliminatorias Brasil 2014

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LE GANÓ 3-0 A VENEZUELA, ES EL ÚNICO LÍDER DEL TORNEO Y EL MARTES ENFRENTA A BOLIVIA
Argentina pisó fuerte y sueña con el Mundial
El equipo de Sabella ganó con comodidad con dos goles de Higuaín y uno de Messi, de penal. La gran diferencia la marcaron las individualidades. Así la Selección se tomó revancha del único rival que le ganó en las Eliminatorias.
Encanta por momentos, es cierto. La jerarquía de sus protagonistas principales abre caminos que los rivales pretenden cerrar. Pero no sería razonable el elogio simplista y rápido que acompaña a las victorias amplias. Nada de eso. Argentina le ganó con margen y con autoridad a Venezuela y se encamina con naturalidad hacia el Mundial de Brasil, que ya se adivina en el horizonte más cercano. Pero hay que acompañar al entusiasmo con la autocrítica, con la mirada despojada del cómodo exitismo.

El equipo de Sabella demostró que está por encima de La Vinotinto; que hay varios escalones de diferencia más allá de crecimientos ajenos; que en estas Eliminatorias sin Brasil no hay equipo mejor. Sin embargo, también existen detalles que ofrecen resquicio para la crítica. El primer ejemplo sucedió al comienzo: a la Argentina le costó transformar en situaciones de peligro su dominio territorial y la notable diferencia en términos de posesión de la pelota (67% en ese primer tiempo de una Venezuela decididamente inhibida). Dominó, pero le costó. Generó, pero falló. De todos modos, siempre quedó claro que era el dueño del partido.

El gol, a los 28 minutos, abrió otra puerta. A la paciencia para ir a buscar se agregó la calma del resultado a favor. No sólo eso: la jugada que derivó en el primer grito resultó también un retrato de las diferencias entre ambos equipos. El pase de Messi -de clase universal, de magia pura- marcó el desequilibrio en el contexto de una preciosa jugada colectiva. Higuaín, luego, hizo lo que obliga su oficio de goleador: definió como un nueve de área, como un especialista del rubro.

Antes y después, la Selección mostró destellos propios de un rasgo que la define: cuenta con intérpretes de elite . Gago fue un impecable distribuidor del juego; casi un conductor. Su precisión en los pases entrelíneas fue lo más atractivo del equipo en el primer tiempo. También lo más eficaz en términos de profundidad, de búsqueda ofensiva. Y en esos ratos en los que Messi fue Messi todo se simplificó. Con el crack rosarino hay ventaja respecto de cualquier oponente. Su talento es una sucesión de asombros. Convirtió, de penal, el gol del 2-0 que tanto se pareció a la certeza de la victoria. Ya en el complemento, imaginó y ejecutó la idea del tercer tanto, ese que -otra vez- convirtió Higuaín, a esa altura el goleador de las Eliminatorias.

Venezuela desmintió dos cosas durante noventa minutos: la primera, aquella victoria épica e histórica en la primera rueda, bajo el cielo de Puerto La Cruz; la segunda, ese notable crecimiento que lleva más de una década. Y Argentina se aprovechó también de eso. Y golpeó. Y no dejó espacios para las dudas. El equipo de Farías salió con un plan: defenderse recortando espacios hacia atrás. Después del primer gol, no hubo Plan B .

Las particularidades del segundo tiempo fueron previsibles: Argentina dejó por un rato la búsqueda vertical, manejó la pelota, se hizo más horizontal, jugó ajeno a las presiones de tener que ir a buscar. La garantía de la victoria y las imposibilidades del oponente, transformaron el escenario en una comodidad para el equipo de Sabella. Tocó, esperó, dejó que el tiempo pasara y que el rival se cansara. Escuchó aplausos Montillo; se retiró ovacionado Higuaín; se fue contento el público. Síntomas de una actuación sin traumas, de un triunfo sin objeciones. Así está Argentina. A gusto, con Messi como protagonista central. Con un rendimiento que los números cuentan (23 puntos, líder sin problemas). Y con una sensación inmejorable: el Mundial comienza a ser un abrazo que nace.


Fichas - Fecha 11 - Eliminatorias Mundial Brasil 2014.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Chile 1 - 2 Argentina - Eliminatorias Brasil 2014

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LE GANÓ 2-1 A CHILE EN SANTIAGO Y SE AFIANZA EN LO MÁS ALTO DE LA TABLA
La Selección, con el brillo de sus cracks de ataque
Cuando Argentina la estaba pasando mal, dos notables maniobras personales terminaron en los goles de Messi y Higuaín. La labor del equipo no tuvo la solidez del partido anterior.
Desde los resultados, Argentina resulta irreprochable. La ganancia de éste y del otro lado de la Cordillera le permitió afirmarse en la cima de las Eliminatorias. Allá arriba, Brasil parece cada vez más cerca en el horizonte celeste y blanco. Aunque existe otra garantía, al margen de esos números que les sonríen a Alejandro Sabella: cuando el equipo resulta opaco en el aspecto colectivo, sus individualidades iluminan el camino.

Entonces, Fernando Gago mete un pase entre líneas y Lionel Messi hace un gol de papi fútbol. Y Di María asiste a Higuaín para que Pipita haga un gol de otro planeta. Y si falla la defensa con recurrencia, surgen las manos de Sergio Romero. Con todo ese brillo de sus jugadores, la Selección liquidó a Chile y volverá a competir en marzo con un colchón de puntos ideal.

Tal vez, los minutos más sufridos en esta Eliminatoria fueron los primeros 20. Es que en el juego el equipo de Sabella resultó desbordado por todas partes por Chile. No encontraba la pelota en ese lapso la Selección y se metía atrás, no por iniciativa propia. A esa situación la empujaba Chile, decidido a mostrar que todavía tenía fichas por jugar y que respaldaba a su cuestionado técnico Borghi, como si quisiera darle señales al Bichi para que desistiera de renunciar.

Sufrió por los costados Argentina. La lesión de Rojo obligó al ingreso de Campagnaro (central en el Napoli) como lateral derecho y al traslado de Zabaleta a la izquierda, con perfil cambiado. Gago y Mascherano no resistían en el medio. Di María colaboraba poco. Y Chile lastimaba, en especial soltando a sus marcadores laterales. Por la izquierda, Beausejour, quien habitualmente no arranca desde tan atrás, terminaba casi de puntero. Y por la derecha, Mauricio Isla era pura determinación. Cada ataque lo manejaban entre Matías Fernández y Alexis Sánchez, quien se movía libre y desequilibraba como hacía tiempo no lo lograba.

Esa imagen colectiva interesante que había dejado Argentina ante Uruguay se deshilachaba. Tras una corrida de Messi que tiró afuera Di María en el primer minuto, todo fue de Chile. Desbordó Beausejour, quedó solo Medel, pero pateó al cuerpo de Romero, quien igual tapó muy bien. Desbordó Isla y cerró justo Federico Fernández (el más firme atrás) cuando dos esperaban para empujarla. Gran desborde de Isla, tras pared con Alexis, centro, cabezazo en soledad de Mark González y gran atajada de Romero. Otro cabezazo de Beausejour, de buena posición, sin dirección. Casi todas chances más fáciles de concretar que de fallar. Llamativas las dificultades de Chile para definir.

Chile no golpeó y terminó golpeado. Le faltó esa contundencia y esa jerarquía individual que a Argentina la salva y le sobra del medio hacia arriba. Y si un equipo así, muy frágil en defensa, no convierte, lo más probable es que culmine muy dañado.

Lo que Agüero no hizo en un mano a mano tapado por el arquero Pinto, lo logró el mejor del planeta: Messi, quien tras un pase de novela entre líneas de Gago, frenó, enganchó haciendo pasar de largo a Jara y definió con zurda. Enseguida, vino un notable pase de Di María cruzado, Higuaín la recibió abierto por la derecha, encaró arrasando a Marco González y a Jara, y la colgó de un ángulo también con un zurdazo. Esas respuestas mágicas de Gago, de Messi y de Higuaín explicaron el resultado.

Aunque parecía arrodillado, igual Chile insistió siempre, pero con menos claridad. Lo preocupante de Argentina es que siempre le costó salir de su área y le pisaron demasiado esa zona, hasta con el 4-4-2 hecho por la lesión de Higuaín y el ingreso de Guiñazú. Felipe Gutiérrez, en tiempo adicional, descontó para hacer más real el resultado. Para que Argentina no se engañe con sus números y con ese ataque que dibuja una victoria en el instante menos pensado.


Fichas - Fecha 10 - Eliminatorias Mundial Brasil 2014.

martes, 16 de octubre de 2012

Chile vs. Argentina - Eliminatorias Brasil 2014

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CHILE ENFRENTA A ARGENTINA, EN SANTIAGO, A LAS 21.05
Un partido y algo más
El equipo de Sabella buscará afirmar su camino hacia el Mundial con otro triunfo y Messi quiere hacer 3 goles para alcanzar a Diego.
No necesita un caballo blanco ni cruzar la Cordillera para sentirse un prócer celeste y blanco . Lionel Messi es San Martín sin patillas de este y del otro lado de Los Andes. Queda claro apenas desciende del micro oficial y encara hacia el ascensor con la misma velocidad que desparrama rivales. En la puerta del hotel Intercontinental, una chica lo espera ansiosa con un cartel escrito con la tinta de su corazón: “Maradona = Dios; Messi = Mesías; Argentina 3-Chile 1”.

Lo firma Natalia Chamorro. Lo suscriben un centenar de chilenos que no entienden de hielos continentales ni de otra disputa territorial. Llega Leo a Santiago junto a esta Selección que viene por cinco objetivos.

Independientemente de que uno de ellos está directamente vinculado al crack rosarino. Sí, se cuentan con los dedos de la mano, pero bastan para encerrar en el puño cualquier movimiento desestabilizador y liberar las esperanzas de cara al Mundial de Brasil 2014, la meta de este proceso nacional.

Del pulgar al meñique, enumerado por orden de importancia, hay que repasar todo lo que se juega Argentina esta noche, desde las 21.05, en el estadio Nacional ante el Chile del atribulado Claudio Borghi. La Selección de Alejandro Sabella buscará...

1. Quedar a un corte y una quebrada del Mundial.
Los tres puntos no sólo se celebrarían por el éxito en sí mismo; también, porque se estacionaría en una posición inmejorable en el último partido de Eliminatorias del año y de cara a la segunda fecha de la rueda final, que se retomará en marzo. No es poca cosa teniendo en cuenta que se alejaría a ocho unidades de distancia de Chile, por ahora quinto, y que en la clasificación al Mundial de Sudáfrica se sufrió más de la cuenta. Si se hace una mirada retrospectiva, a esta misma altura, el 15 de octubre de 2008, Argentina perdía 1 a 0 con La Roja que entonces dirigía Marcelo Bielsa y se quedaba sin entrenador por la renuncia de Alfio Basile. Entonces, cosechaba 17 puntos y estaba más cerca del infernal repechaje que del cielo mundialista, con Messi cuestionado como pocas veces. Hoy, sucede todo lo contrario. Y otra victoria no sólo lo afirmará en la punta; también, potenciará ese buen clima que generan los resultados.

2. Pulir funcionamiento de la defensa para que no opaque todo el brillo que tiene en ataque.
Adelante, Argentina derrite. Atrás, todavía no pudo romper el hielo. Sabella, está claro, es amante de los centrales . Los laterales, con Pachorra , viven su ocaso. Incluso Pablo Zabaleta, un marcador de punta puro, casi que tiene prohibido pasar al ataque. El viernes, en Mendoza, el entrenador reemplazó al lesionado Marcos Rojo por Hugo Campagnaro pese a la presencia de Clemente Rodríguez en el banco. Es más, el zaguero del Nápoli, devenido a 4 será titular porque el del Sporting de Lisboa no se recuperó de la contractura en el isquiotibial izquierdo. Los que juegan en la cueva , Federico Fernández y Ezequiel Garay, suman minutos y elogios en un cuerpo técnico que espera por Nicolás Burdisso, quien volvió a jugar en la Roma hace tres meses, después de la rotura de ligamentos que sufrió el año pasado en Colombia. A esos cinco futbolistas, apoyados por Javier Mascherano que en Barcelona juega atrás, apunta Sabella como su bastión en el fondo.

3. El broche dorado para el año del entrenador.
El 11 de noviembre, cuando Argentina empató con Bolivia en el Monumental, un mes después de la histórica derrota frente a Venezuela en Puerto La Cruz y cuatro días antes del duelo con Colombia en Barranquilla, Sabella tambaleó. Es más, se empezó a agitar la bandera de Gerardo Martino. Hoy, nadie duda de un entrenador que, más allá de que sus preferencias tácticas quedan al desnudo en la Selección local, se rindió ante Messi, quien le pidió jugar con Di María, Agüero e Higuaín. Una victoria contra Chile le permitiría a Pachorra terminar invicto y puntero este 2012 en el rubro Eliminatorias.

4. Cimentar la base del grupo.
Desde que Messi asumió el liderazgo, cinta de capitán incluida, todos siguen una misma línea, la del crack del Barcelona. No hay vedettismos , a pesar de que Higuaín o Agüero son figuras en Real Madrid y Manchester City.
“No hay una guerra de egos, como pasaba en otros tiempos”, confió un allegado al cuerpo técnico. Quizá desde este concepto se entienda la ausencia de Carlos Tevez. Ahora, más que nunca, el jugador del pueblo es Leo. Y también es el líder de un grupo homogéneo en el que comulgan Mascherano, Di María, el Kun y Lavezzi, hoy ausente por lesión.

5. Igualar a Messi con Diego.
Al margen de las inevitables comparaciones, desde los números, el 10 del presente y el futuro puede alcanzar al 10 del ayer. Si marca tres goles, llegará a los 33 que Maradona anotó en la Selección. Con La Pulga en la cancha, no sería un milagro. El hat-trick es posible para este hombre que no sabe de imposibles.


Formaciones - Fecha 10 - Eliminatorias Mundial Brasil 2014.

sábado, 13 de octubre de 2012

Argentina 3 - 0 Uruguay - Eliminatorias Brasil 2014

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UNA ENORME DIFERENCIA ENTRE DOS NOTABLES DELANTERAS
Fuego (encendido) contra fuego (apagado)
Messi, Higuaín y Agüero les ganaron claramente a Cavani, Forlán y Suárez.
El clásico rioplatense tuvo fuego, mucho fuego, pero de un lado nomás. Del argentino, claro. El tridente de Sabella no decepcionó: desparramó en el Malvinas Argentinas las mismas cualidades que desparrama en España. El otro, el uruguayo, estuvo desconectado, aislado, no mostró su verdadero potencial. Ampliamente, en la tierra del buen vino y el sol, el triunfo fue de los atacantes argentinos.

Fue una noche brillante la de Messi. Otra más. Buscó con las mejores intenciones al principio. Abrió el marcador con un gol de pescador, no tan impactante para los ojos, pero en definitiva esa punteada marcó el camino triunfal. Y cerró la cuenta como debía hacerlo, con un tiro libre exquisito, genial, sublime. Pero sus socios no desentonaron: Sergio Agüero convirtió el segundo gol y Gonzalo Higuaín esta vez participó más de la elaboración previa que de la puntada final.

Buscó por todos lados Argentina. Generalmente por abajo, con juego asociado, con velocidad y precisión. Con Messi arrancando desde atrás, cerquita de Fernando Gago, detrás de Agüero y Higuaín. El 10, especialmente en la primera parte, se vistió de asistidor. Pero, centímetros, salvaron a los uruguayos: Pipita Higuaín quedó adelantado en dos oportunidades y Kun Agüero en cuatro. Ahí nomás.

¿Y enfrente? Casi nada. Una tibia contra de Cavani que terminó con un remate forzado y un derechazo de Suárez fue lo más claro que construyó el equipo del Maestro Tabárez en ofensiva. Sólo eso. Ellos, más Diego Forlán, estuvieron más pendientes de ocupar posiciones defensivas que de lastimar. Dos datos: 1) en el primer tiempo Cavani jugó de 3 bis; y 2) antes de la apertura del marcador, Suárez intentó sorprender a Romero desde la mitad de la cancha.

Después de un pequeño segmento de dudas y de fricción, vino la ráfaga argentina. En apenas menos de un cuarto de hora lo golpeó por triplicado para treparse nuevamente a la punta y, por qué no, para “vengarse” de aquella dolorosa eliminación de la Copa América en Santa Fe. Y golpeó con esta secuencia:

1) Higuaín arrancó la jugada en el lugar de Messi. Messi abrió para Di María en el lugar de Agüero. El volante, que allá juega por derecha y acá por izquierda, sacó un centro rasante para la eléctrica entrada de Messi. Gol. Desahogo.

2) Uruguay casi no llegaba al área mientras Argentina mantenía su voracidad ofensiva. Messi habilitó a lo Messi a Di María y el rosarino metió un centro certero para Agüero que estaba de 9, en la posición que habitualmente merodea Higuaín. Toque suave y gol. Y listo. A pensar en Chile.

3) Pero no, faltaba una perla más. Messi acarició la pelota y engañó al mundo entero para el tercero. Quedó claro anoche frente a la cordillera: delantera hay (hubo) una sola.


Fichas - Fecha 9 - Eliminatorias Mundial Brasil 2014.

viernes, 12 de octubre de 2012

Argentina vs. Uruguay - Eliminatorias Brasil 2014

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ARGENTINA Y URUGUAY SE ENFRENTAN HOY CON SUS DOS TEMIBLES DELANTERAS
El clásico de los 1.225 goles
No hay otro partido en el mundo a nivel de selecciones que ofrezca semejante atractivo. Sólo en esta temporada, entre Messi, Higuaín, Agüero, Cavani, Forlán y Suárez hicieron 40.
Un escenario nuevo para un duelo viejo. Ni la melancolía eterna de Montevideo ni la vorágine trepidante de Buenos Aires. Ni Centenario ni Monumental. Es aquí, al pie de las montañas donde volverán a verse los vecinos rioplatenses, como siempre, con la rivalidad caliente, puntos clave en disputa y la poco frecuente presencia de seis goleadores temibles, tres por lado. Se sabe, nada más fugaz que las palabras previas a un partido. Pero esta vez, las palabras se apoyan en los números y los números invitan. Después, si cae un 0-0, mala suerte...

Lionel Messi, Sergio Agüero y Gonzalo Higuaín han sumado 634 goles en sus aún breves trayectorias. Luis Suárez, Edinson Cavani y Diego Forlán, algo más grandes de edad, acumulan 591. Todos serán titulares esta noche. Argentina y Uruguay van a protagonizar el clásico de los 1.225 goles. Un lujo. No hay otro partido a nivel de selecciones que ofrezca semejante advertencia.

Sólo en esta temporada, entre los 6 hicieron 40. Como siempre, Messi está al frente con 14, de los cuales 2 fueron por Eliminatorias; Agüero, quien jugó poco en el City por su lesión, apenas marcó 2; Higuaín, condenado al banco del Real Madrid, convirtió 6. Parte de la gran campaña del Nápoli descansa en los 8 goles de Cavani, mientras que Suárez lleva 7 y Forlán sólo 3, tras su pase al Inter de Porto Alegre.

¿Qué marcan esas cifras? En principio, la tremenda calidad de los seis. ¿Y de sus Selecciones? Ahí hay que afinar la mirada. Uruguay lleva entre cinco y seis años apostando al mismo juego. Defensa firme, tratar de asegurar el cero en el arco propio, mucha presión de los volantes (a veces más arriba, a veces más atrás) y después la apuesta a la contundencia del trío de ataque. Argentina apostó poco al tridente. Messi-Higuaín-Agüero jugaron juntos 10 partidos, pero sólo en 3 lo hicieron desde el comienzo.

Leo hizo 6 goles, Pipita y el Kun, 4 cada uno. De esos 3 partidos juntos desde el arranque, hubo dos goleadas: 3-0 a Costa Rica en la Copa América y 4-0 a Ecuador en las Eliminatorias. Dato no menor: en las dos goleadas también fue titular Di María, el “cuarto elemento” , pieza de la que Uruguay carece pero compensa de otras maneras.

El tercer partido del tridente desde el minuto inicial fue justamente el 1-1 de la Copa América ante Uruguay en el que la soberbia actuación del arquero Muslera llevó a la celeste a los penales y al 5-4 en la definición desde los 12 pasos. De aquel recuerdo hay otro dato no menor que rescató Diego Lugano: “Argentina no es la misma”.

No, claro, el bravo capitán oriental sabe que Argentina está mejor. Y que Uruguay no está bien. Viene de ser goleada 4-0 por Colombia y de un pobre 0-0 con Ecuador. En cambio, Argentina crece, más en los resultados que en el juego porque goleó a Ecuador, venció a Brasil en el histórico amistoso de Nueva Jersey, le ganó bien pero sin lucir a Paraguay y empató sufriendo con Perú.

Si Messi-Agüero-Higuaín rompen los arcos, si Forlán Cavani-Suárez son temibles, ¿por qué Argentina y Uruguay no están mejor? Lo mismo de siempre. A Argentina le falta juego y la defensa es de papel. Uruguay no evolucionó y se conformó con sostener, como puede, ese estilo aguerrido y contragolpeador. Cuando baja el rendimiento individual, cuando las lesiones acechan (hay 4 bajas) y la mayoría está en capilla (hay 7 con amarilla), la estantería empieza a moverse.

Tabárez tiene los jugadores, pero esconde el dibujo ¿Qué hacer con Cavani? Tal vez ponerlo a la par de Forlán, detrás de Suárez en un 4-3-2-1. O volanteando por afuera haciendo un virtual 4-4-1-1, en la posición que menos le gusta al delantero porque lo aleja del arco.

Sabella no pudo encontrar una defensa confiable . Insiste con Zabaleta, Fernández, Garay y Rojo, ninguno determinante en sus equipos, ninguno mejoró sus características. A Argentina le cuesta defender si la atacan o la contragolpean, y se le complica salir jugando. Eso sí, si la pelota sale más o menos limpia de la zona de Mascherano-Gago, el rival tiene que esforzarse para no ir a buscarla adentro. Por eso, Uruguay va a cuidarse, a cortar los circuitos de elaboración para que Messi, a quien le harán marca escalonada desde la recepción, no sea abastecido.

Y ahí mueren las palabras, los pizarrones, el estudio y hasta los deseos. Si Messi está bien hará lo que mejor hace: los va a pasar a todos y meterá un gol. O dos. Entonces será lo de siempre. La feroz calidad de Messi estará por arriba de todo, incluso de los otros fenomenales delanteros que habrá en el campo.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Perú 1 - 1 Argentina - Eliminatorias Brasil 2014

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ARGENTINA CONTINÚA COMO ÚNICO PUNTERO
La Selección jugó mal, sufrió mucho, pero se trajo un empate
El equipo de Sabella mostró una pálida imagen. El arquero Sergio Romero le atajó un penal a Claudio Pizarro. Zambrano abrió el marcador y la igualdad la marcó Higuaín.
Alejandro Sabella -proclive a la prudencia y a los gestos cuidados- tenía fastidios en la cara. Argentina no jugaba bien, empataba con Perú y el segundo tiempo se vivía con angustia en el banco visitante. En ese detalle, en esa escena, quedó retratada la actuación del equipo. El 1-1 lo dejó como único puntero de las Eliminatorias, pero también tuvo otros significados no tan gratos: fue la peor actuación de la Selección en el año y resulta un llamado de atención para el futuro inmediato.

No fue sencilla la excursión de la Argentina por Lima. No hubo una marca personal -a lo Reyna- sobre Lionel Messi, pero sí hubo presión del equipo peruano en cada sector del campo de juego. Con una premisa: no jugar muy cerca del arquero Raúl Fernández. Tal vez por eso, o por la prolijidad en el traslado, o por la constancia para recuperar la pelota, el conjunto local disimuló la diferencia que la jerarquía de los nombres sugería.

Fue astuto y audaz Perú. Se animó cuando tuvo la pelota, la manejó con criterio y sin inhibiciones. Le faltó aprovechar sus mejores momentos en el partido. Por ejemplo, esa jugada inaugural: a los 85 segundos el árbitro Wilmar Roldán sancionó el penal más rápido de la historia de las Eliminatorias. Clara falta de Angel Di María a Jefferson Farfán. Pateó Claudio Pizarro del medio hacia la derecha y atajó, sólido, Sergio Romero. Una intervención con historia: la última vez que un argentino atajó un penal en las Eliminatorias había sido hace más de medio siglo (Amadeo Carrizo a Chile, en 1957).

Esa circunstancia favorable no le sirvió como impulso al equipo de Alejandro Sabella. Perú no acusó el golpe y siguió en su búsqueda. Y mostró un rasgo propio del ciclo Markarian: trabajo en las pelotas paradas. El gol, a los 22 minutos, llegó como consecuencia de una jugada ensayada. Pelotazo sorpresivo de Rinaldo Cruzado desde la mitad de la cancha, aparición veloz por la derecha de Luis Advíncula, centro y toque al gol de Carlos Zambrano. Uno a cero. No tenía nada que ver con la casualidad el resultado parcial. Era el producto de lo que el campo de juego mostraba.

Argentina no tuvo un buen rendimiento en lo colectivo. No fue capaz de hacerse dueño de la pelota, no brindó garantías de seguridad (sobre todo en el costado izquierdo de la defensa) y no generó llegadas acordes a sus antecedentes cercanos (un promedio de 3,4 goles por partido en 2012). Sucedió algo peor: esta vez, les costó más a las individualidades prevalecer y rescatar al equipo. Sin embargo, a pesar de esas dificultades, Argentina encontró un camino para acceder a ese empate que no tenía mucho que ver con el desarrollo del primer tiempo. Fue una jugada aislada: pelotazo de Federico Fernández, desborde y pase de Ezequiel Lavezzi y remate implacable de Gonzalo Higuaín.

Tampoco el segundo tiempo ofreció una Argentina mejor que en esa primera mitad de contratiempos y tropiezos. Quedó una impresión: Perú jugó como debió haber jugado la Argentina. Con interés por la construcción del juego, con intensidad en nombre de la victoria. Pero no. Nada de eso pasó. Argentina estuvo en varios tramos en la cornisa de la derrota. Un poco por Romero y otro tanto por el amparo del azar y la imprecisión de su rival accedió a un empate que lo dejó con la certeza de ser líder y con la incomodidad de que su juego genera ciertas dudas


Fichas - Fecha 8 - Eliminatorias Mundial Brasil 2014.

martes, 11 de septiembre de 2012

Perú vs. Argentina - Eliminatorias Brasil 2014

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ARGENTINA ENFRENTA A PERÚ, EN LIMA, DESDE LAS 22.25
En busca del ideal
Entre amistosos y Eliminatorias, Argentina jugó cinco partidos en lo que va de 2012 y en todos anotó tres o más goles: 3 a 1 a Suiza, 4 a 0 a Ecuador, 4 a 3 a Brasil, 3 a 1 a Alemania y 3 a 1 a Paraguay. Cuenta con un ataque letal, una ofensiva capaz de devastar a cualquier defensa. Pero el equipo tiene dos cuentas pendientes: afianzar el sector defensivo, donde el nivel de las individualidades es inferior al de los atacantes, y aceitar el juego asociado para que la circulación de pelota sea más fluida. A eso, y a afianzar su liderazgo en el camino hacia Brasil 2014, apuntará Argentina cuando hoy enfrente a Perú, desde las 20.25 de aquí, las 22.25 de Buenos Aires. El árbitro será el colombiano Wilmar Roldán.

Argentina saldría con dos cambios en relación con el equipo que le ganó a Paraguay en Córdoba: Pablo Zabaleta, recuperado de su lesión, por Hugo Campagnaro, y Javier Mascherano, que cumplió la suspensión, por Rodrigo Braña.

sábado, 8 de septiembre de 2012

Argentina 3 - 1 Paraguay - Eliminatorias Brasil 2014

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LA SELECCIÓN FUE CONTUNDENTE Y QUEDÓ COMO ÚNICO PUNTERO
Argentina rompió el maleficio y mira a todos desde arriba
Llevaba 39 años sin ganarle como local a Paraguay. Pero esta vez no hubo equivalencias.
Buenas noticias ha dejado la Selección en su paso por Córdoba: Messi continúa jugando al nivel de crack, el conjunto ha crecido lo suficiente como para decir que ya se puede hablar de estructura confiable, la defensa -sin elogios para despilfarrar- rindió al nivel de que Romero no sacó ni una bola de peligro y, cumplida la séptima fecha de las Eliminatorias para Brasil 2014, sí señores, ha salido el sol nuevamente: la Argentina ocupa el primer puesto de la tabla de posiciones.

Buen paquete de realidades para celebrar el primer año de Alejandro Sabella al frente del equipo nacional, que anoche le pasó por arriba a Paraguay con la abismal diferencia que existe entre un futuro protagonista del Mundial de Brasil contra un país que difícilmente llegue a clasificarse para esa competencia.

Ese Messi esplendente de la segunda etapa terminó de asegurar un triunfo que jamás corrió peligro. Ese movimiento en el que el Messi más puro y genial se cruzó con el Maradona más genuino, para que la pelota, picada de zurda ante Villar, rebotara injustamente en un poste fue el anuncio de que algo diferente iba a suceder en el juego. Hasta que el minuto 19, siempre a lo Messi pero cada vez más parecido a Diego, el jugador más diferente que tiene el mundo futbolístico incrustó un tiro libre en el lugar que Justo Villar sabía que iba a entrar y nunca podría contener.

Después, desde la pelota, con Gago como dueño de ese primer pase que le asegura limpieza al movimiento y Di María agigantado para cambiar el ritmo a la salida del círculo central, la Argentina sometió a los paraguayos a un ir y venir detrás de la bola, mirándola pasar de cerca pero sabiendo que recuperarla era poco menos que una utopía.

Higuaín desperdició el cuarto porque pateó a las manos de Villar y Palacio no festejó el suyo porque la zurda le sirve para poco más que para no caerse. Guiñazú entró para solidificar la mitad de la cancha y la Argentina siguió afianzándose con la pelota, emprolijando cada salida desde el fondo, salvo algún pelotazo imprescindible que partió de los pies de Romero.

La mitad del rostro de la Selección que siempre dispara una esperanza, esa mitad que vive con una sonrisa pintada, fue decisiva otra vez para resolver la primera mitad del duelo con Paraguay. Apenas habían pasado los dos primeros minutos, cuando Di María transformó un rebote con poco futuro en un golazo, clavándola de zurda -luego de rozar en Lavezzi- en un ángulo. Después, tras el error de Braña (mano insólita) que derivó en el penal que convirtió el argentino Fabbro, cuando los paraguayos se estaban acomodando a correr, golpear y defender, Higuaín encontró un despeje imperfecto de Richard Ortiz y cruzó su disparo de derecha con la precisión y con la contundencia de un goleador que frente al arco suele equivocarse poquito.

La otra mitad de la cara de Argentina, esa que sonríe poco porque padece demasiado, esta vez mejoró su imagen, al menos en la etapa inicial. Salvo algún cabezazo, como el de Antolín Alcaraz que se fue desviado, Campagnaro-Fernández-Garay-Rojo protegieron bastante bien a Romero. Y fueron prolijos, además de serenos, para jugar siempre buscando el mejor destino de la pelota.

Hubo un tiro de esquina que Di María no lo hizo olímpico porque Villar reaccionó justito y un tiro libre de Messi explotó contra un palo cuando el arquero estaba liquidado.

A pesar de que no es tiempo de un juicio definitivo, esta Selección no solamente parece haber salido definitivamente de la etapa de turbulencias sino que ahora demuestra un crecimiento lento pero continuo. A tal punto que parece inminente la llegada de los días de brillantez. Sobre todo porque con este Messi, siempre sale el sol. Seguro que sale el sol.


Fichas - Fecha 7 - Eliminatorias Mundial Brasil 2014.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Argentina vs. Paraguay - Eliminatorias Brasil 2014

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ENFRENTA A PARAGUAY, EN CÓRDOBA, A LAS 20.10
Para seguir en racha y ahuyentar los fantasmas
La Selección llega con las espaldas anchas por los resultados logrados en los últimos tiempos. Pero hace 39 años que no logra vencer a Paraguay de local por Eliminatorias.
Treinta y nueve años son muchos. Demasiados para un fútbol bicampeón mundial. Porque son casi cuatro décadas, con cinco encuentros -todos terminaron en empate­ disputados en ese tramo de la historia, que lleva la Argentina, como local, sin vencer a Paraguay por las Eliminatorias mundialistas. Hoy, sin embargo, cuando desde las 20.10 argentinos y paraguayos se enfrenten en el estadio "Mario Alberto Kempes", de esta provincia, parece ser el día exacto para cortar esa racha.

La ilusión de sumar tres puntos y acceder a la cima de las posiciones (Chile es el que lidera con 12) se apoya sobre dos columnas: 1) la brillante actualidad de Lionel Messi, quien sigue decidamente gravitante en lo individual como así también ahora muestra visibles progresos para el rol de capitán y líder; 2) el crecimiento de la Selección como estructura de equipo, ya que a caballo de triunfos nutritivos como fueron los éxitos frente a Brasil y Alemania no sólo ha mejorado la confianza interna sino que también amenguaron las críticas sistemáticas sobre resultados, citaciones, rendimientos individualidades y producciones del conjunto.

El director técnico Alejandro Sabella ha elegido para la ocasión el módulo táctico 4-3-3, con Lavezzi -entra por el lesionado Agüero- como complemento de Messi e Higuaín, dejando que Braña y Gago conformen una dupla, en la mitad de la cancha, para la interrupción de la creatividad rival y el equilibrio entre la defensa y el ataque propio.

Por supuesto que Di María desempeñará el doble rol de mediocampista a la hora de defender y/o recuperar y de extremo izquierdo en cada ocasión que perforar la valla de Justo Villar sea el norte -sobre un piso complicado por la persistente lluvia- hacia el que enfile la ofensiva celeste y blanca. Hugo Campagnaro, probablemente más afiatado como defensor central, será el reemplazante de Pablo Zabaleta, a quien no se quiso arriesgar porque está en el límite de una lesión muscular. Federico Fernández junto con Ezequiel Garay, una apuesta del entrenador en un sector donde la Argentina había perdido confiabilidad, deberán rendir otra examen, sabiendo que en lista de espera figuran zagueros centrales de altísimo rendimiento en el fútbol local como Lisandro López y Guillermo Burdisso. Marcos Rojo, en el lateral izquierdo, completará esa línea de cuatro encargada de que Chiquito Romero no sufra una velada agitada.

¿A qué viene Paraguay? El seleccionado que ocupa el puesto 29 en el ranking de la FIFA está penúltimo en las posiciones, producto de tres reveses, un éxito y una igualdad. Será el segundo partido del uruguayo Gerardo Pelusso como DT del conjunto guaraní y que tendrá otro ingrediente: el argentino Jonathan Fabbro, se moverá como media punta. Y como el esquema táctico será el 4-4-1-1, ¿cabe alguna duda de lo felices que serán si rescatan un empate en la Argentina?


Formaciones - Fecha 7 - Eliminatorias Mundial Brasil 2014.

domingo, 3 de junio de 2012

Argentina 4 - 0 Ecuador - Eliminatorias Brasil 2014

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LA SELECCIÓN QUEDO EN LA CIMA DE LAS POSICIONES
Alcanzó con Messi para la fácil goleada de la Selección
El equipo de Alejandro Sabella logró una contundente victoria. A los 31 minutos ganaba 3-0 ante un débil equipo ecuatoriano.
Sería un pecado dejar que la agradable estadística de una goleada valiosa tape otras verdades del campo de juego. Es cierto: Argentina fue más y mejor que un rival frágil y ganó con comodidad ante un Ecuador que a los 31 minutos ya sabía que la visita terminaría en derrota amplia. Pero eso no es todo: el equipo de Sabella no fue puro brillo ni mucho menos. Careció de juego asociado y de elaboración en el mediocampo y -más allá de que no fue forzado- en el fondo no parece ofrecer garantías.

Tuvo y tiene una ventaja enorme, de todos modos: cuando Messi juega a la altura de Messi todo resulta más sencillo. El gol -sea de él o de alguno de sus compañeros- resulta una aparición, late en cada jugada en la que participa. Ayer, bajo el cielo de Núñez, fue el mismo que en cada eslabón de la notable temporada europea que acaba de concluir. Con él, más el aporte nítido -en el área- de sus socios de ataque (Sergio Agüero y Gonzalo Higuaín) Argentina disimuló las dificultades exhibidas en otros sectores del campo.

Y armó una goleada en apenas media hora. El mejor del mundo participó en esos tres goles: en el primero, tiró una pared con Di María que derivó en un pase preciso y precioso para Agüero, quien definió como sus mejores tarde con el Manchester City. En el segundo, habilitó a Higuaín como lo hace con Alexis Sánchez o Iniesta en el Barcelona. Higuaín también definió como si estuviera en el Bernabeu. En el tercero, tras encarar y tirar una pared con el Pipita, recibió la devolución de gentilezas y definió alto, inalcanzable. Golazo.

A esa altura, a Ecuador ya se le habían roto todos los planes. Reinaldo Rueda había llegado a Buenos Aires con la idea de achicar espacios hacia atrás, de poblar la mediacancha y de salir rápido por los costados. No pudo hacer nada de eso. El cambio de Jaime Ayoví por Luis Saritama, a los 39, fue una demostración al respecto.

Hubo otros detalles para señalar de este equipo argentino que busca una identidad de juego (que no tiene) además de victorias que lo acerquen a Brasil 2014. Fue interesante lo de Gago en el primer pase, sobre todo en las jugadas que resolvieron el partido. Resultó valioso también lo de Di María exponiendo sus condiciones técnicas al servicio del equipo, incluso más allá de alguna torpeza por apuro. Incluso más allá de esa notable volea de zurda que significó el cuarto gol de la Argentina, cuando ya se jugaban 30 del segundo tiempo.

Por el lado de las preocupaciones quedaron las imprecisiones de Mascherano en los cambios de frente, algunas dificultades de Zabaleta en la marca y la sensación de que no hay una defensa consolidada. Queda una pregunta para responder en breve: ¿será Brasil, en el amistoso del sábado en Estados Unidos, la prueba de fuego que necesita este cuarteto de defensores? Es una señal positiva el hecho de que no haya recibido goles. Ante un débil rival, claro.

De todos modos, la principal cuestión a resolver tiene que ver con la idea: Argentina -de local ante un maltrecho Ecuador- jugó más cómodo de contraataque que con la pelota al pie; priorizó la velocidad y el pelotazo sobre la elaboración. ¿Será ese el patrón de juego? ¿Será así la Argentina que veremos en el recorrido hacia el Mundial? Las respuestas comenzarán a encontrarse, tal vez, en la próxima cita oficial: ante Paraguay, en setiembre. Por ahora, con el 4-0 de anoche, la Selección es líder de las Eliminatorias. Todo, mientras descansa en el talento inmenso de Lionel Messi. Pero el árbol no debe tapar al bosque.


Fichas Puntajes - Fecha 5 - Eliminatorias Mundial Brasil 2014.

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