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martes, 20 de junio de 2023

Indonesia 0 - Argentina 2 - Amistoso Internacional 2023

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LA SELECCIÓN ARGENTINA CERRÓ SU AVENTURA CON OTRA VICTORIA
Pruebas y respuestas de los de siempre en la última función de una temporada inolvidable
Ante Indonesia, Scaloni hizo debutar a Buonanotte y les dio más minutos a Garnacho y Almada. Los goles fueron de Paredes y Romero, que resultaron los mejores junto a Lo Celso.
Sin Lionel Messi -tampoco estuvieron Ángel Di María y Nicolás Otamendi-, la Selección Argentina aprobó el testeo en Indonesia contra un combinado local inferior, pero que se propuso bloquearle todos los caminos. Lionel Scaloni planteó siete cambios respecto al triunfo contra Australia, hizo debutar a Facundo Buonanotte y le dio algunos minutos a Alejandro Garnacho, Thiago Almada y Gio Simeone pensando a futuro. Si bien apeló al juego colectivo, la Scaloneta consiguió ganar 2-0 por una bomba de Leo Paredes de media distancia y un frentazo del Cuti Romero desde un tiro de esquina. La gira por Asia se cerró de manera positiva y puso el punto final de una temporada inolvidable.

Pocos serán los que se atrevan a faltarle el respeto al campeón del mundo. Por eso esta última prueba antes del comienzo de las Eliminatorias le sirvió a Scaloni para medir algunas cuestiones que se le podrían presentar en esta segunda parte de su exitoso ciclo. La primera es cómo hacer para romper con la estructura de un equipo cuyo único objetivo es impedir que lo superen con claridad y eso incluye resignar su ataque.

Indonesia desafió a la Selección con un 5-3-2 que pretendió ser una muralla sobre el césped del estadio Gelora Bung Karno, que vibró con 77.000 hinchas locales. A diferencia de lo ocurrido en China la semana pasada, esta vez las tribunas estaban teñidas de camisetas del conjunto anfitrión y sus fanáticos celebraban cada quite de manera efusiva. Hasta gritaron como un gol cuando los suyos consiguieron el único tiro de esquina a favor en el primer tiempo de supremacía albiceleste, que encima fue producto de un mal pase atrás de Germán Pezzella, quien lució la cinta de capitán por tercera vez en su carrera en la Mayor.

Argentina presionó de modo constante y se adueñó de la pelota por naturaleza. La movilidad intentó ser el rasgo constante de los visitantes. Por eso, Nahuel Molina jugaba más de extremo que de lateral derecho. Por eso, Giovani Lo Celso se desprendía del medio y pisaba el área. Por eso, Julián Álvarez no fue un típico nueve de área estático, sino que se desmarcaba todo el tiempo, incluso saliendo y entrando de su zona.

La idea era la de generar los espacios que Indonesia no estaba dispuesta a dejar. El rival de turno ocupa el puesto 149 del ranking de la FIFA, que lidera el conjunto celeste y blanco. Pero desde que está conducida por el coreano Shin Tae Yong llegaba a este cortejo con apenas una derrota en 11 presentaciones. Orden y disciplina son las virtudes que supieron adquirir los indonesios.

Por eso le costó un poco a la Argentina romper el cero. Situaciones tuvo. Algunos remates de Lo Celso, de Nico González y de Julián. El arquero Ernando Ari se las rebuscó para tapar todas, hasta un centro de Molina que le salió al arco y que casi se le cuela por el segundo palo. También salvó un tiro de Álvarez tras una mala salida de Jordi Amat, quien perdió al borde del área ante la presión del debutante Buonanotte.

El ex Rosario Central se convirtió en el jugador más joven en hacer su estreno en la Mayor en el ciclo Scaloni, con 18 años, cinco meses y 24 días (superó a Alejandro Garnacho, con 18 años, 11 meses y 14 días). El hombre del Brighton inglés se ubicó por la derecha, aunque se cerraba para dejarle espacio a Molina. Intentó jugar simple cuando tuvo el balón y cuando no, siempre se movió para la recuperación rápida.

Una bomba de Leandro Paredes que hizo estéril la volada del arquero adversario doblegó la dura defensa de Indonesia. Desde 31 metros le pegó el volante central argentino que aprovechó un poquito de libertad que le dieron por un instante y no dudó en apuntar y disparar.

El otro testeo era cómo jugar sin Messi algo que no pasaba hacía un año y medio. Lo Celso se vistió de armador, desprendiéndose de su puesto para moverse más libre, conectar con los de arriba y filtrar algunos pases. De su zurda llegó el córner y el cabezazo del 2-0 de Cristian Romero, ya en el segundo tiempo.

Eso pasó justo cuando los asiáticos se habían animado con un par de aproximaciones que tapó el Dibu Martínez: un tiro de Ivar Jenner luego de un centro atrás y un cabezazo de Elkan Baggott derivado de un lateral largo al área.

Más allá de esto, no corrió riesgo el partido para la Selección. Alejandro Garnacho ingresó la última media hora y tuvieron un puñado de minutos Thiago Almada y Giovanni Simeone. El del Manchester United casi hace el tercero, pero se lo tapó el arquero. El futuro, de a poco, va llegando a la Selección.

viernes, 16 de junio de 2023

Argentina 2 - Australia 0 - Amistoso Internacional 2023

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ARGENTINA LE GANÓ 2-0 A AUSTRALIA EN BEIJING Y EL LUNES JUGARÁ EN INDONESIA
Balance en China: el gol más rápido de Messi, el debut de Garnacho y una lluvia de dólares
El equipo de Scaloni mostró variantes interesantes en el comienzo de una gira asiática que abre negocios millonarios.
Tendrá 80 años Lionel Messi y estará en el cumpleaños de alguno de sus nietos o incluso bisnietos. La celebración ocurrirá en Rosario, Barcelona o Miami. Se armará un picado entre los más chicos y ahí se meterá el viejo Lionel, ya con los huesos cansados y la espalda vencida. Pero recibirá la pelota enfrente del arco, inclinará el cuerpo levemente y soltará el zurdazo al palo derecho del arquero. Y la clavará adentro, claro.

Sucede que a la Pulga nunca se lo olvidará ese gol que ya hizo decenas de veces, que volvió a hacer en China ante Australia para el delirio de los 68.000 asiáticos que colmaron el estadio. De los Trabajadores en Beijing, y que continuará haciendo hasta el final de los días. Tuvo una particularidad el de esta fresca mañana en nuestro país, la noche calurosa en China: fue el más rápido (a los 80 segundos) de los 807 que marcó en su notable e inigualable carrera.

Se extrañará a Messi cuando ya no juegue, por supuesto. Su arribo al Inter Miami de la MLS es indudablemente el primer paso de su retiro. Por eso hay que aprovechar cada ocasión para verlo. Y si es con la Selección, mucho mejor. A esto también lo sabe el presidente Claudio Tapia y desde esa perspectiva conviene analizar el duelo ante Australia en China.

En la previa del juego, Chiqui renovó contrato con 2 (PANPAN Foods y YILI) de los 7 sponsors regionales chinos que tiene la AFA. Además, la Selección (que lució los apellidos en chino en la espalda) recibió alrededor de 2 millones de dólares por el amistoso, con Messi en cancha, por supuesto. Más: el precio de las entradas iba de los 80 a los 400 dólares y volaron en apenas 2 horas.

El partido requiere el análisis de un amistoso, ni más ni menos. Es cierto que Argentina lo comenzó con determinación: Enzo Fernández presionó y recuperó bien arriba para el gol más tempranero de Messi. Iban 80 segundos.

Tuvo una pequeña modificación táctica la Scaloneta: se plantó con un 4-4-2 con Alexis Mac Allister como compañero de ataque de Messi. Enzo y Rodrigo De Paul se repartieron el eje y Nicolás González y Ángel Di María corrieron por las bandas.

Se repite: fueron buenos los primeros minutos de Argentina, intensos, como si se estuviese jugando en el medio de una temporada. Pero se fue desinflando la energía del equipo y el trámite del juego se volvió aburrido, típico de fin de temporada, con las vacaciones dando vuelta por la cabeza. De Paul erró los últimos tres pases que intentó en esa etapa inicial. Todo un síntoma.

Tuvo una clara Australia para empatar: Mitchell Duke definió adentro del área y entre Dibu Martínez y el palo salvaron a la Selección.

Mejoró Argentina en el complemento porque estuvo más preciso De Paul. Fue interesante también el ingreso de Giovani Lo Celso, que se paró como volante por derecha. Existe una linda sintonía entre los rosarinos Messi y Lo Celso y eso se volvió a evidenciar en Asia. Una combinación entre ambos casi culminó con un golazo de Julián Álvarez (entró a los 12 minutos por Mac Allister), que definió de zurda y el arquero Ryan la ahogó el festejo.

El 2-0 llegó a los 23 minutos tras un lindo cabezazo de Germán Pezzella (reemplazó a Otamendi, que se retiró con un golpe) luego de un exacto centro de De Paul.

Después, quedó tiempo para una apilada monumental de Leo, que gambeteó a cuatro australianos y que provocó la ovación más sonora de los chinos, que colmaron las tribunas con la camiseta celeste y blanca. El "Messi/Messi/Messi" es un idioma universal. Y se produjo el ansiado debut de Alejandro Garnacho, que recibió la primera pelota de Marcos Acuña y se la entregó a Messi.

¿Cómo jugó Garnacho? Scaloni lo ubicó abierto por la izquierda y lució algo apresurado, algo normal para un chico de 18 años que se mete por primera vez en el equipo campeón del mundo.

El resumen de la victoria contra Australia: otra maravilla de Messi, la idea inalterable de la Scaloneta, la primera vez de ese proyecto tentador que es Garnacho, y el fanatismo y los dólares de los chinos.

miércoles, 29 de marzo de 2023

Argentina 7 - Curazao 0 - Amistoso Internacional 2023

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EL 7-0 REDONDEÓ UN TRIUNFO ESPECTACULAR Y CON ALGUNAS ESCENAS RISUEÑAS
Sin equivalencias, la Selección siguió festejando con una goleada
Además del triplete de Messi la rompió Lo Celso. Argentina será número 1 del ranking FIFA desde abril.
En otra jornada histórica del capitán Lionel Messi, Argentina vapuleó 7-0 a Curazao con un hat-trick de la Pulga, que hizo delirar a los más de 42.000 personas que colmaron el estadio Madre de Ciudades.

El directivo de la AFA que cerró al Panamá alternativo y a Curazao como rivales de Argentina en la fiesta de los campeones debería recibir el premio al mejor trabajador del mes, como mínimo. Entendió todo ese personaje que puso sobre la mesa a las selecciones de Centroamérica y también la medalla se la puede colgar Chiqui Tapia, que aceptó y organizó los juegos. Todos se merecían un reconocimiento como los que se llevaron a cabo esta semana: Lionel Messi, el resto de los jugadores, los entrenadores, los dirigentes, los trabajadores de la AFA y el público que hizo y hace más grande aún la gesta de Qatar. Pero como todo concluye, el momento de la fiesta parece haber terminado anoche, con esa goleada espectacular y risueña contra los curazoleños.

Es complejo hacer un análisis serio de lo que pasó en el Madre de Ciudades. Se enfrentaron el campeón del mundo, el seleccionado que desde abril aparecerá en el número 1 del ranking de la FIFA, contra un país que es una isla de alrededor de 160.000 habitantes, los mismos que tiene Tandil. Sí, fue como si Argentina hubiese chocado con el combinado tandilense. Se acepta y se celebra que estos rivales hayan sido elegidos para las fiestas. Pero no deberían repetirse de acá en más porque sería nivelar para abajo, estancarse.

Curazao, como se ha contado estos días, es una isla que pertenece a Países Bajos. Y el equipo evidenció un sello holandés: se plantó con un 4-2-4, con las líneas bien cortas y con la premisa de salir jugando en cada una de las acciones. Sucede que no tiene jerarquía, por eso los argentinos los pasaron por arriba casi sin proponérselo, solo por una cuestión de decantación, de ir, de buscar.

Ya a los 2 minutos de iniciado se reflejó lo que sería el duelo: Mac Allister recuperó alto y muy fácil una pelota y Lautaro Martínez erró un gol imposible tras asistencia de Messi. Está errado el Toro con el arco en la Selección, pero ya vendrán tiempos mejores. Lo que más sabe hacer el bahiense es goles, así que paciencia.

Los curazoleños dejaron espacios en todas las líneas, más allá de que fueron un equipo corto. La inocencia fue la norma. La apuesta pasaba por acertar cuándo marcaría Messi su gol 100. Probó en dos y en la tercera no falló: recibió de Lo Celso luego de una recuperación de Pezzella y definió cruzado de derecha.

Después, el vendaval de goles. Nicolás González le ganó en el salto dentro del área chica al arquero Eloy Room (sí, eso que no pasa ni siquiera en el campito) y puso de cabeza el 2-0. Messi festejó su segundo personal en una jugada que los defensores de Curazao solo miraron, un rato más tarde Enzo Fernández la clavó al lado del palo para el 4-0. La jugada más risueña o absurda ocurrió a los 37 minutos, en el tercero de Messi. El rosarino hizo un par de cabezas con Lo Celso en la mitad de la cancha luego de un córner del visitante y salió corriendo creyendo que Gio le podría poner la pelota a la espalda del inocente Roshon van Eijma; la definición de la Pulga fue ajustada.

Un párrafo especial merece Lo Celso por el partidazo que jugó. Tal vez esa sea la mejor noticia de la goleada para Scaloni. Gio se movió en el lugar de De Paul y se encontró mucho y bien con Fernández y Mac Allister. De su notable sociedad con Messi ya se habló demasiado y anoche se volvió a evidenciar.

La segunda parte estuvo de más. Algunas perlitas: el complemento arrancó cuando La T y la M todavía estaban cantando, Scaloni no se movió de su asiento, Messi le convidó con un penal a Di María (6-0) para que metiera el suyo y Franco Armani reemplazó al Dibu para la ovación.

Y para que la fiesta sea perfecta, Montiel, el del penal decisivo contra Francia, anotó el 7-0 tras pase de Dybala. Y todos contentos.

viernes, 24 de marzo de 2023

Argentina 2 - Panamá 0 - Amistoso Internacional 2023

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SE JUGÓ CON UNA LÓGICA RELAJACIÓN Y EL EQUIPO DE SCALONI FUE MUY SUPERIOR
Clima amistoso y festival de tiros libres, hasta que llegó el gol que todos esperaban
Leo pegó dos remates en los palos y al final hizo un golazo, el número 800 de su impresionante carrera.
La fiesta de los campeones fue con victoria 2-0 ante un digno Panamá con una pincelada de Lionel Messi que valió todos los esfuerzos que hicieron los hinchas -en mayor o menor medida- para decir presente en el colmado y enérgico Monumental.

El análisis del partido entre Argentina y Panamá quedará guardado en la caja de los recuerdos y Lionel Scaloni no le prestará demasiada atención. Se trató de una fiesta y se jugó con lógica relajación. Las postales de la previa del duelo evidenciaban lo que vendría, con Dibu Martínez llorando cuando todo el estadio cantó el “muchachos”, con las lágrimas de Scaloni cuando se escuchó el himno y con la sonrisa cómplice de Lionel Messi junto a sus tres hijos. La fiesta le dejó poco espacio al fútbol, hay que decirlo.

Quedan cosas, claro. Lo que primero conviene señalar es que Scaloni entiende todo o casi. Porque no solo mandó a la cancha a los mismos 11 que jugaron la final contra Francia, sino que en los primeros minutos hizo jugar a Ángel Di María como extremo izquierdo, esa movida de ajedrez que lo distinguió en el Lusail. Luego, a poco tiempo, Fideo se corrió a la derecha para dejar el 4-3-3 y formar un 4-4-2, con Messi y Álvarez de punta.

La idea de la Scaloneta está marcada a fuego, mucho más después de la enorme final que el equipo jugó contra Francia. Hay un mediocampo que ya empieza a salir de memoria, con De Paul, Fernández y Mac Allister. Pero saben estos que no pueden dormirse porque desde atrás luchan Paredes, Lo Celso y Palacios, tres de los mimados por Scaloni.

Con los volantes, Argentina se asegura una rápida y buena circulación de balón. Y todos se complementan: Enzo es el cerebro, De Paul el motor y Mac Allister el aplicado. Habría que mirar los mapas de calor luego de los duelos del hijo del Colorado y se evidenciará que corre solo por los lugares que tiene que correr.

No estuvo fino Argentina, por eso no se fue al descanso en ventaja. Jugó mal, falló muchos pases. De Paul fue el que más acertó, con Fernández errando algunos toques en largo.

Y Messi, qué decir de él. Se puede permitir un partido malo. O muchos. Puede jugar mal este y todos los partidos que le quedan el rosarino. Ya dio lo que tenía que dar; el resto será yapa. Regaló la certeza de que es mortal la Pulga, errando tres pases seguidos a Di María, toda una rareza. Todos los que estuvieron en la cancha tendrán algo para sacar a relucir cuando pifien un par de pases en el campito con los amigos. “Messi erró tres pases seguidos contra Panamá”, dirán. O diremos. Qué regalito.

Desbordó varias veces la Scaloneta por el sector derecho, con Molina y Di María. Pero siempre erraron el pase final y siempre apareció alguna de las muchas piernas de los panameños, que llegaron al Monumental con un plantel alternativo. Las más claras fueron un tiro libre mágico de Messi que se chocó con el ángulo y un disparo lejano de Fernández que el arquero Guerra sacó del ángulo.

Metió mano en el entretiempo Scaloni porque a él tampoco le gusta perder a nada. Fue bueno el ingreso de Thiago Almada: le dio más frescura al ataque. El otro que se metió muy bien fue Paulo Dybala, que sustituyó a Di María a los 14 minutos. Tanto Almada como Dybala conectaron mucho con Messi, que seguía con su noche de pases raros. Seguramente le hayan pasado factura los asados y las juntadas de la semana. Se repite: se lo tiene merecido.

El duelo ante Panamá fue un festival de tiro libres para Messi. Pegaron mucho y de brutos los rivales. Dos de los disparos de Leo se chocaron con los ángulos, otro par atajó Guerra y un quinto se fue muy por arriba. De uno de los que chocó con el poste llegó el gol de Almada, que capturó el rebote y puso el ansiado 1-0.

Parecía que la fiesta estaba completa con ese tanto del ex Vélez. Pero a Messi le quedaba una oportunidad más y la gente lo merecía. No era Leo el que necesitaba el gol, eran los más de 80.000. Entonces, en el último tiro libre, la Pulga apretó la pelota fuerte contra el piso y la dejó colgada en el ángulo izquierdo de Guerra. Ahí estaba el broche de oro, un cierre digno para los campeones del mundo.

jueves, 17 de noviembre de 2022

Emiratos Árabes Unidos 0 - Argentina 5 - Amistoso Internacional 2022

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LA SERIE INVICTA DEL EQUIPO TREPÓ A 36 PARTIDOS
Buenas sensaciones y goleada de golazos en el último ensayo a fondo de la Selección
Resolvió el amistoso con Emiratos en el primer tiempo y redondeó un 5-0 concluyente. Los que aprobaron y los que dejaron dudas. Scaloni también experimentó la línea de cinco.
No hubo temores, al fin de cuentas. Tanto se miraba de reojo este amistoso que parecía inapropiado por los riesgos que podía conllevar a tan solo seis días del debut en el Mundial... Sin embargo, la Selección Argentina se mantuvo al margen de las preocupaciones y se divirtió en Abu Dhabi como si estuviese en el potrero. En un tiempo resolvió el partido contra la Emiratos Árabes Unidos de Rodolfo Arruabarrena con una goleada de golazos: 5-0.

Toques, sociedades, asistencias y definiciones de ensueño deleitaron al público local, que colmó el estadio del club Al-Jazira para ver a Lionel Messi y terminó cantando por la Argentina.

Con su capitán como protagonista, que jugó todo el partido, la Scaloneta elevó su invicto a 36 encuentros y aterriza en Qatar a punto caramelo.

Lejos de los nervios y de las especulaciones por algunos contratiempos físicos en algunos futbolistas, producto de un calendario ajustadísimo en este segundo semestre del año, los dirigidos por Lionel Scaloni salieron a la cancha relajados y jugaron sueltos contra un rival que no le hizo mella, más allá de alguna que otra corrida de Harib Suhail a espaldas de Juan Foyth, tiro en el travesaño y una tremenda tapada de Emiliano Martínez a Ali Saleh (tras otro error de un muy lento Foyth) ya en la segunda parte.

Con mayoría de habituales titulares, la Selección se tomó en serio este testeo previo a la gran cita y demostró todo su repertorio, como si se tratara de un duelo por eliminatorias o de Copa América o del Mundial... Messi fue la punta de lanza de un 4-3-3 que tuvo a Ángel Di María intratable como extremo derecho. Fideo se despachó con un doblete, con un tanto mejor que el otro.

Hubo buenas noticias en la agradable noche del Golfo Pérsico. El calor dio tregua y una brisa aliviadora apareció cuando se fue el sol para hacer un clima ideal para que ruede la pelota. Era una prueba para el equipo, la última. Pero también era un examen para algunos jugadores puntuales. Así fue el caso de Julián Álvarez, que aprovechó esta oportunidad de estar desde el comienzo y siguió en la misma sintonía que tiene en el Manchester City.

La Araña picó primero. La empezó Di María en la mitad de la cancha jugando rápida una pelota para Messi y desarticular a toda la defensa emiratí. El 10 asistió a Álvarez en el área chica. También fue el turno de jugar para Alexis Mac Allister, que puja por ser el reemplazante de Giovani Lo Celso ante Arabia Saudita. El del Brighton aprobó.

Fideo, siempre por la derecha, sigue en estado de gracia con la camiseta de su país, que anoche fue la del diseño alternativo, de color violeta. El rosarino clavó una volea cruzada espectacular tras un cambio de frente exacto de Marcos Acuña, otro que debía probar cómo estaba físicamente (arrastra una pubalgia). El Huevo rindió sin problemas.

El segundo de Di María fue también para un cuadrito: entró al área, se sacó un jugador de encima, gambeteó al arquero y definió casi debajo del arco.

Faltaba el del líder. Leo recibió de Di María, se abrió hacia la derecha y en vez de enganchar para su pierna más hábil, sorprendió con un derechazo al ángulo, inalcanzable para e arquero Khalid Eisa. Ya suma 91 con el escudo de la AFA en el pecho y contando.

En menos de 45 minutos, la Selección cumplió con su show de fútbol y goles. Repartió alegrías sin tomar demasiados recaudos. Bastaba con verlo ir a trabar a Rodrigo de Paul o a Leandro Paredes, que tuvo un golpe en un pie (nada grave). No se guardaron nada.

En el debe quedó Foyth. El del Villarreal es el noveno defensor de la lista de 26 y tuvo la chance de hacerse ver, pero se lo notó con poca movilidad. Resulta lógico teniendo en cuenta que estuvo dos meses parado por lesión y recién volvió a jugar en los últimos 10 días.

Scaloni, con el deber realizado, metió mano en el entretiempo para refrescar piernas: adentro Molina, Montiel y Pezzella para probar algo más. ¿Qué? Un sistema con cinco defensores que ya vienen ensayando en las prácticas. La Argentina le sacó el jugo a este compromiso, que además le dejó una millonaria tajada económica a la AFA. El quinto y último gol fue del ingresado Joaquín Correa, luego de una asistencia de un incansable De Paul.

Sin preocupaciones, con soltura y con sonrisas, la Argentina deja Abu Dabi con una sensación inmejorable. Que se venga el Mundial nomás. Ya va siendo hora.

miércoles, 28 de septiembre de 2022

Argentina 3 - Jamaica 0 - Amistoso Internacional 2022

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EL ÚLTIMO AMOSTOSO ANTES DE LA COPA DEL MUNDO
A Messi le alcanzaron 35 minutos para llegr a 90 goles y hacer más historia
Leo arrancó en el banco de suplentes para dosificar esfuerzos pero cuando entró aprovechó al máximo el tiempo. Hizo dos golazos y se metió en el podio de goleadores de selecciones.
La desilusión que los hinchas pudieron haberse hecho en la previa cuando se confirmó que Lionel Messi no sería titular ante Jamaica, se esfumó cuando el del Paris Saint-Germain saltó al campo a los 10 minutos del segundo tiempo. Poco más de media hora le alcanzó al 10 para ser otra vez la figura de la Selección que aquí, en Nueva Jersey, superó 3-0 a Jamaica con dos tantos suyos en el cierre de la preparación antes del Mundial. Así, Leo alcanzó los 90 tantos en 164 presentaciones con su país (100 victorias) y quedó en el podio de los goleadores históricos a nivel selecciones detrás del iraní Ali Daei (109) y de Cristiano Rinaldo (117). Y la Argentina de Scaloni estiró el invicto a 35 partidos e igualó la línea de Brasil y España (el récord es de Italia con 37).

Lionel Andrés prefirió dosificar esfuerzos porque sabe que el calendario es comprimido y no quiere correr riesgo alguno pensando en Doha. Sin ningún problema físico (tampoco un resfrío como circuló), simplemente contempló con el DT la chance de sentarse en el banco. Pero entró y le obsequió a todos otra fiesta con su zurda.

Jugar sin Messi. Vaya cosa extraña para la Selección. Pero bienvenido el ensayo en la última oportunidad de cara a noviembre. Con el capitán como suplente para no sobrecargarse en una temporada apretada, la Argentina mantuvo sus formas. Lo que repite siempre Lionel Scaloni es cierto: este equipo sabe ya a lo que juega y aunque cambien los nombres no cambia su estilo. Conserva siempre su intensidad agresiva, la de ir a buscar bien arriba todos los partidos y tratar de anotar lo más velozmente posible.

Ángel Di María tomó la batuta por la derecha en un 4-3-3 marcado, que lo tuvo a Julián Álvarez como el reemplazante de Leo, pero recostado sobre el extremo izquierdo del ataque, con Lautaro Martínez en el centro. Fideo y su despliegue dominaron la escena en un arranque a puro ritmo. Y se perdió el primero a los cinco minutos: robó Julián a Javaian Brown y Di María hizo lucirse al arquero jamaiquino, Andre Blake.

Apenas un ratito después llegaría el quiebre a favor de los de celeste y blanco, que con paciencia buscaron espacios para abrir la cerrada defensa rival. Nicolás Tagliafico encontró a Lauy el delantero del Inter encontró a Álvarez en el área chica para empujarla a la red y anotar su segundo gol en once presentaciones.

El flamante jugador del Manchester City le hizo honor a todos los elogios que permanentemente le hace Pep Guardiola. Demostró una movilidad diferente del resto. Entraba y salía del área formando una buena sociedad con Martínez. Y no se quedaba estacionado arriba; de pronto aparecía por la mitad de la cancha para tomar contacto con la pelota, pasarla y mandarse de nuevo al ataque. Así explotaba los espacios.

Otro que fue inteligente para ubicarse y encontrar huecos detrás del doble cinco adversario fue Alexis Mac Allister. Como interior derecho, pero también rotando con Giovani Lo Celso, el del Brighton manejó el mediocampo albiceleste con toques de calidad y buena administración.

Con la exclusividad de la posesión, la tarea no era tan sencilla. Jamaica estaba decidida a no salir del fondo para no ser víctima de una goleada, como los últimos equipos de menor rango, y hasta la propia Italia, que se midieron ante La Scaloneta.

Por ese lado fue otro buen ejemplo de lo que podría pasarle en la fase de grupos de la Copa del Mundo. No se estresó la Selección. Apeló a la circulación y a la movilidad para ir avanzando entre líneas enemigas. Lo logró en varias ocasiones y Lautaro Martínez desperdició un par de chances. Esta vez el goleador no pudo.

Apenas un tiro libre sobre el final del primer tiempo tuvo Jamaica, pero Shamar Nicholson se la sacó del buche a su compañero Damion Lowe. Los dirigidos por Heimir Hallgrímsson intentaron llevar el trámite hacia el lado físico para buscar ventaja de la velocidad de sus hombres, aunque la Argentina supo no abrirle esa puerta.

El estruendo se escuchó cuando Scaloni, a los 10 minutos del complemento, lo llamó a Messi. El 10 entró por Lautaro y entró rápido en juego.

La Pulga estuvo cerca un par de veces del gol y parecía que la noche iba a dejar a los 25 mil espectadores con las ganas de gritar uno del mejor del mundo. Sin embargo, el rosarino no defraudó y a cuatro del final soltó la zurda para sellar el triunfo.

No hizo uno, sino dos golazos, el segundo de tiro libre. Y así levantó a todos de los asientos y hasta gambeteó a tres intrusos que invadieron el campo para tratar de ganarse su atención.

De entrada, o desde el banco, Messi demostró una vez más su buena temporada que en el horizonte tiene una meta clara: la Copa de Qatar.

sábado, 24 de septiembre de 2022

Argentina 3 - Honduras 0 - Amistoso Internacional 2022

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ARGENTINA NO TUVO PROBLEMAS ANTE UN RIVAL MUY INFERIOR
Messi brilló y la Selección goleó a Honduras con la mente puesta en el Mundial
Para el capitán argentino no hay amistosos y confirmó su gran presente. Convirtió dos goles y llegó a los 88 con esta camiseta. Lionel Scaloni aprovechó para darles minutos a algunos jugadores que no suelen tenerlos y para que debuten otros tres.
Y se formó la gozadera de la mano de Lionel Messi. El mejor del mundo fue el front man del show que la Selección Argentina dio a puro ritmo en el primer amistoso de la gira por los Estados Unidos. Le ganó 3-0 a Honduras con dos del capitán que, a pesar del calor, de la persecución del rival que le dispuso una marca fija y del juego brusco por momentos, nunca bajó la intensidad. Así, hizo gozar y saltar de las butacas a los miles de argentinos. Se acerca Qatar, el invicto se estiró a 34 encuentros y Leo exhibe un nivel que mantiene la ilusión bien arriba. Por si había alguna duda, Miami me lo confirmó...

Lo va a hacer. Siempre lo hace. Y lo va a hacer otra vez. Todos los saben. Pero, igualmente, nadie puede frenarlo. Ni la asfixia de una marca personal. Messi se las rebusca para meter una y otra vez esos pases registrados con su sello a espaldas del lateral derecho rival o bien al espacio entre ese marcador de punta y el primer zaguero. La pelota va ahí, al hueco libre, porque hace lo que Leo quiere. Y ahí, en el hueco libre, alguien amigo aparece para sorprender.

Esa fue la fórmula que usó el 10 argentino para vulnerar a Honduras en la sofocante noche de un Hard Rock Stadium con más de 70.000 personas, en su mayoría hinchas albicelestes. Primero fue Alejandro Gómez el que aprovechó el exacto pie zurdo de La Pulga. El Papu tiró la diagonal hacia el adentro del área desde la izquierda y lo asistió a Lautaro Martínez para el 1-0 que iba a llegar por decantación. Son 21 los goles del Toro en 39 presentaciones. Demoledor.

El conjunto de Scaloni, como era lógico, dominó de principio a fin a un rival muy inferior que atraviesa una etapa de transición luego de no clasificar a la Copa del Mundo. El DT celeste y blanco jugó un poco al misterio en la previa. Probó con un esquema de cinco defensores en el último ensayo, pero dispuso los clásicos cuatro hombres en el fondo para el encuentro. Le dio la chance a Gerónimo Rulli en el arco. Apostó por Germán Pezzella y Lisandro Martínez (con apenas un entrenamiento fuerte) como dupla de zagueros. Y quiso ver a Gómez desde el arranque recostado sobre el extremo zurdo del ataque.

Por allí, el Papu fue pura chispa. Obligó a todo rato y tuvo un tiro en el travesaño en la primera de riesgo del partido. Pero las luces siempre son de Lionel Messi. Y en Miami, el rosarino, que atraviesa un inicio de temporada perfecto en el Paris Saint-Germain, volvió brillar. Posicionado inicialmente sobre la derecha, Messi fue un peligro cada vez que contactó con el balón. No le importó la marcación hombre a hombre que le dispuso el entrenador argentino de Honduras, Diego Vázquez. Fue Héctor Castellanos el que se le pegó al capitán y lo siguió hasta debajo de la cama. No se le alejó ni cuando el árbitro paró el juego para refrescarse.

Con él a cuestas y todo, el 10 jugó suelto. Eso sí, por momentos le hicieron sentir el rigor con algunas infracciones fuertes, como el topetazo que le dio Deybi Flores con el hombro sobre la cara, que lo dejó nocaut en el suelo y produjo la reacción de todos sus compañeros (Rodrigo De Paul, el primero en defenderlo). Una y otra vez generó pases filtrados imposibles de descifrar.

De izquierda al centro, le dio una de esas pelotas limpias a Giovani Lo Celso, otro que demostró calidad y distribución sobre el campo. Marcelo Santos, que ya estaba amonestado por varias infracciones, lo agarró de la camiseta y el juez cobró penal, aunque se equivocó en no mostrarle la segunda amarilla al hondureño. Messi, con un pase cruzado a la red, puso el segundo de la noche.

Iba a haber más. Porque el rey de este juego nunca se cansa. Como dijo Scaloni, siempre quiere jugar. Por eso siguió corriendo más allá de que el partido estaba sentenciado. Por eso mantuvo la búsqueda voraz. Por eso le regaló más toques mágicos a la gente, como la definición por arriba del arquero en el tercero. Ese fue su tanto número 88 vestido de su país.

Compenetrado. Para Messi no hay amistosos; el Mundial está acá nomás y por eso deja todo en esta preparación final. Baila y hace bailar con el ritmo de su fútbol total. Miami se lo confirmó.

jueves, 28 de noviembre de 2019

Argentina 2 - Uruguay 2 - Amistoso Internacional 2019

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VIBRANTE EMPATE ENTRE ARGENTINA Y URUGUAY EN TEL AVIV
La selección mezcló paciencia y coraje para empatarle dos veces a un bravo Uruguay
Típico clásico rioplatense; pierna fuerte y juego a cuentagotas. Cavani y Suárez pusieron arriba a la Celeste pero un cabezazo de Agüero y un penal agónico de Messi clavaron el 2-2 final.
Hay equipo. Hay evolución. Hay recambio. De las dudas en los dos amistosos de 2019 (1-3 con Venezuela y 10 a Marruecos) a las certezas frente a Brasil (1-0) y Uruguay (2-2). De cara al inicio de las Eliminatorias para Qatar 2022, con Lionel Messi y la nueva generación, la Selección transita un camino de renovadas esperanzas. Hay una base, una estructura para seguir creciendo.

Fue un partidazo el clásico rioplatense. Ninguno de los dos se guardó nada. Vibrante, caliente, con dientes apretados, por momentos bien jugado. La técnica argentina, la garra charrúa; y la capacidad goleadora de cuatro de los más grandes anotadores sudamericanos del siglo XXI: Edinson Cavani, Sergio Agüero, Luis Suárez y Lionel Messi, en orden de goles. Un lujo para los que estuvieron en el estadio Bloomfield de Tel Aviv.

Las buenas intenciones del equipo argentino en el inicio, el protagonismo con el balón, la presión alta, la contención de De Paul-Paredes, la dinámica de Acuña por izquierda, los desbordes de Saravia por derecha, la fortaleza en un tridente de lujo con Messi-Dybala-Agüero, los dos primeros alternando posiciones y el Kun arrancando por izquierda, se fueron diluyendo después de la primera hora ante la falta de efectividad. Argentina hizo todo el gasto y el gol lo hizo Uruguay.

Quedó claro desde el comienzo. La Celeste jugó al acecho. Conoce sus fortalezas: las duplas arriba y abajo. Suárez y Cavani no perdonan cuando combinan en el área. Godín, primero con Coates y luego con Cáceres, son una fortaleza en el fondo. El equipo de Scaloni intentó alejar a los primeros del área propia y penetrar el área rival aprovechando el espacio que quedaba entre Torreira y los centrales. Pocas veces lo consiguió. De a poco se acomodó Uruguay, explotó espacios que dejaba Argentina en retroceso y por la zona central, se insinuó peligro de contra y en la primera llegada lastimó. Y lo hizo con un golazo de cuatro toques de izquierda-derecha y centro: Lozano, Torreira, Suárez y Cavani.

Argentina empezó de nuevo, sin desesperación. Fue mejor el arranque del segundo tiempo que el final del primero. Scaloni aguantó todo lo que pudo al once titular. Llegó el empate, con ese pase de tiro libre de Messi a la cabeza del Kun y recién metió el primer cambio a los 22 minutos (salió Acuña, uno de los mejores del equipo). La Selección estaba para el 2-1 pero Suárez metió un tiro libre preciso (hubo una reacción tardía de Andrada) y cambió la ecuación.

Con la necesidad de refrescar al equipo, entraron Lautaro Martínez (en pocos minutos mostró sintonía con Messi), Nico Domínguez y Guido Rodríguez. Con ruguay abroquelado, defendiendo el 2-1, el equipo fue paciente para llegar al empate.

Estuvo cerca Agüero con un gran cabezazo que se lució Martín Campaña al contener. Y en el final, en otro intento, la mano de Cáceres, el penal, y la zurda de Messi que esta vez no falló. Después de 90 minutos vibrantes, el 2-2 le quedó bien al clásico.

sábado, 16 de noviembre de 2019

Brasil 0 - Argentina 1 - Amistoso Internacional 2019

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ARGENTINA VENCIÓ CON MERECIMIENTOS EL SUPERCLÁSICO DE LAS AMÉRICAS JUGADO EN RIAD
Messi volvió a la Selección y juntos se dieron el gusto de ganarle a Brasil
Hubo comunión entre el capitán, que regresó tras la suspensión, y el equipo, que mostró señales positivas. Leo convirtió de rebote de un penal y Gabriel Jesús erró el suyo.
La historia contará un día que Lionel Messi regresó a la Selección después de 132 días tras purgar la sanción más larga de su carrera y que con un gol suyo -en el rebote de un penal malogrado- Argentina le ganó 1-0 a Brasil y se quedó con una nueva versión asiática del Superclásico de las Américas.

Detrás del dato, hay signos positivos del equipo que está proyectando Lionel Scaloni para las Eliminatorias con miras al Mundial de Qatar 2022. El desafío del joven entrenador es que la figura argentina encaje en una estructura solidaria que no dependa del brillo de Messi, pero que brille. Que se sienta cómodo en sus participaciones, que conduzca y defina.

En la búsqueda de identidad de esta nueva generación, Scaloni está priorizando lo colectivo por sobre lo individual, para que Argentina sea un equipo sólido y solidario. Y que Messi sea el carácter distintivo y no el jugador indispensable. Algunos de estos argumentos estuvieron presentas en la ajustada victoria ante un Brasil que también está en transición y que muy pocas veces inquietó la valla de Esteban Andrada.

El superclásico arrancó con una curiosidad histórica: por primera vez se fallan dos penales. Brasil asfixió la salida de Argentina desde el inicio, y tras un par de imprecisiones, Foyth intentó pisar la pelota en el área, se la robó Firmino y después llegó la infracción sobre Gabriel Jesús. El delantero del Manchester City abrió demasiado el pie y la pelota se fue cerca del palo izquierdo de Andrada, que se había tirado hacia el otro lado.

Unos minutos después, Messi pisó el área, aceleró, Alex Sandro lo desacomodó y el árbitro marcó penal. En Barcelona, Lionel está cada vez más preciso en los tiros libres. Una mira telescópica en el botín zurdo para no fallar desde más de 20 metros. Pero el remate desde los 12 pasos lo ejecutó débil, anunciado, abajo, a la derecha de Alisson, que adivinó el palo pero dio rebote. Ahí, Messi no falló.

El máximo goleador de la historia de la Selección Argentina, con 69, ahora también es el jugador que más penales erró en tiempo reglamentario: cuatro, uno más que Marcelo Gallardo y Martín Palermo. Un récord negativo entre tantos positivos.

En desventaja, Brasil fue a buscar el empate. Y asumió un rol protagónico. Sin embargo, nunca se llevó por delante al equipo argentino. No fue una tromba, no fue superior. Y en eso tuvo mucho que ver el trabajo de los jugadores argentinos. El anticipo de los centrales, la concentración de los volantes para presionar, para recuperar pelotas. Messi, contagiado, también fue varias veces al piso para recuperar y hasta cometió infracciones por la falta de costumbre.

En el distribución repartida de tareas, Messi tuvo tiempo para ubicarse en diferentes espacios, más atrás para trasladar la pelota y pensar estrategias; un poco más adelantado para seguir apostando a su capacidad explosiva. Además se mostró en sintonía con varios de sus jóvenes compañeros, hasta cuando ingresó Nicolás González. Combinaron bien por derecha y el centro del ex Argentinos no logró conectarlo Lautaro Martínez.

Pudo hacer más goles Argentina, claro que sí. Lautaro Martínez, dos veces; una carambola de Guido Rodríguez, un cabezazo de González y los tiros libres de Messi. También Lionel, sobre el final del partido, se lució con un centro de derecha a izquierda buscando la cabeza de Nicolás Otamendi, que por poquito no logró tocar al gol.

Fue un amistoso, con esa copa del Superclásico de las Américas en juego, que Argentina lo asumió con intensidad. Siempre es bueno ganarle a Brasil, con Messi en la cancha, esperando los duelos por los puntos.

lunes, 14 de octubre de 2019

Ecuador 1 - Argentina 6 - Amistoso Internacional 2019

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SIN DIFICULTADES, ARGENTINA VAPULEÓ A UN ECUADOR MUY DÉBIL
Festival de goles en una nueva prueba para 17 jugadores
En media hora estaba tres goles arriba. Muy bien la formación titular y cumplieron los 6 que entraron.
Se podrá decir que el rival, este Ecuador que está también en una etapa de recambio y hasta tiene entrenador interino, no es de fuste. Se podrá decir que no es una medida como para sacar conclusiones tajantes. Puede ser. Pero no es menos cierto que será rival por Eliminatorias y que hasta no hace mucho tiempo atrás a la Selección se le complicaban estos encuentros. Por eso, bienvenida esta goleada por 6 a 1 para cerrar esta gira que deja saldo favorable.

Sin aplicar una presión asfixiante, Argentina dominó de arranque nomás a un Ecuador que salió ordenado a esperar en su terreno, con el plan de reducir los espacios para no permitir el despliegue de los adversarios. Lo más picante de la Selección estuvo en los desbordes de Lucas Ocampos por la banda izquierda.

Pero el que sacudió la soleada tarde en Elche fue Lucas Alario. El delantero del Leverkusen, volvió a aprovechar su nueva chance. Esta vez como titular, Alario tardó 19 minutos en marcar otra vez. Fue de cabeza tras un tiro de esquina. Se elevó al borde del área chica, les ganó a todos y clavó el frentazo al lado del palo derecho de Ortiz. Es el tercer tanto con la Selección en seis partidos, con Edgardo Bauza, Jorge Sampaoli y Scaloni.

Ecuador, que se había entusiasmado al inicio con un tiro libre de Sornoza, se apagó rápidamente y luego del gol de Alario se desmoronó. Fue cuestión de minutos para que llegaran más goles. Una trepada de Marcos Acuña terminó en el segundo. El centro de desvió en Espinoza y se metió en el arco. El partido había terminado mucho antes de armarse.

Ni hablar después del tercero. Fue de penal. A Lautaro Martínez lo bajó torpemente Aimar en el área y el árbitro sancionó bien la pena máxima. Hubo esa pelea de potrero con Paredes por patearlo hasta que el del PSG ganó la pulseada y ejecutó con firmeza. El de Inter no dudó en ser el primero en ir a saludarlo -luego de que varios compañeros se acercaran a hablarle- para desactivar polémicas.

Para el complemento, los cambios masivos -como suele suceder en esta clase de compromisos- desarman lo sucedido en la primera parte y presentan otro escenario. Y Ecuador salió con otra decisión al campo, impulsado por cuatro modificaciones. Así, se fue acercando al arco de Marchesín con la colaboración de una defensa que dejó dudas y apeló a infracciones al borde del área.

De uno de esos tiros libres vino el descuento. Mena, uno de los que ingresó en el equipo del interino Jorge Célico, sorprendió a un Marchesín que pensó que la pelota se iba afuera y se le terminó colando en el palo izquierdo.

Y justo en ese momento, en el de más inestabilidad del conjunto nacional, una pelota parada se vistió de oportunista para volver a aplacar a los ecuatorianos. Paulo Dybala (entró en el entretiempo) mandó el centro y fue Germán Pezzella, que venía con algunos desajustes en la marca, el que puso el cuarto de cabeza ante un arquero que no salió.

El quinto fue obra de Nicolás Domínguez, el pibe de Vélez que se dio el gusto de debutar en la red con la camiseta celeste y blanca con un remate potente que se incrustó por debajo contra un palo.

Pero había tiempo para más. Porque la Argentina no aflojó nunca. Ocampos hizo el sexto luego de un rebote de Ortiz. Así, el ex River anotó dos tantos en esta gira y al igual que Alario le sacó jugo a esta última prueba en la que Scaloni se apoyará para sacar las conclusiones finales y armar así el equipo definitivo para la próxima citación de noviembre y el inicio de las Eliminatorias.

jueves, 10 de octubre de 2019

Alemania 2 - Argentina 2 - Amistoso Internacional 2019

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ARGENTINA SACÓ UN BUEN RESULTADO Y EL PARTIDO LE DEJÓ COSAS POSITIVAS Y OTRAS NO TANTO
La Selección la pasó mal, pero cambió a tiempo y le remontó el partido a Alemania
Recibió dos goles en 8 minutos y parecía que iba a sufrir una goleada. Scaloni modificó el sistema, respondieron los que entraron y el equipo alcanzó el empate y dejó buena imagen.
El 30 de junio de 2006 en el Olímpico de Berlín, Alemania eliminó a Argentina de los cuartos de final del Mundial. La imagen de Lionel Messi sentado en el banco de suplentes todavía retumba en el ambiente futbolero. En ese mismo banco había otro Lionel que no había ingresado en los 120 minutos de juego que derivaron en los penales: Scaloni.

Interrumpido aquel sueño argentino, Alemania cayó en semifinales ante Italia, futuro campeón, y decidió cambiar a su entrenador: Jürgen Klinsmann dejó el cargo y lo reemplazó su ayudante de campo, Joachim Löw. Sí, el mismo que 13 años después se vuelve a encontrar con la Argentina y con Scaloni.

En estos 13 años, mientras Alemania moldeaba su estilo, consolidaba el proyecto y le daba otro cachetazo a la celeste y blanca en la final de Brasil 2014, por el banco argentino pasaron 8 entrenadores.

Alemania plantó un equipo que bien podría ser una segunda o tercera opción. El cambio generacional actual es obligado para Löw: tiene muchos lesionados: Jonas Hector, Toni Kroos, Matthias Ginter, Timo Werner, entre otros. Y también tiene la cabeza en la clasificación a la Eurocopa: el domingo juega ante Estonia y necesita ganar para consolidar su liderazgo en el grupo C.

Y Argentina, por su parte, sigue en su búsqueda eterna. Fue de menor a mayor, la remontada y el 2-2 lo dejó con gusto positivo.

Es el duodécimo partido del ciclo Scaloni y el recambio está en marcha, eso está claro. Aunque en ese camino, los subibajas son constantes y continúan apareciendo lunares que quedan expuestos ante un equipo con un idea consolidada más allá de los nombres como el alemán.

Surgen preguntas: ¿puede Leandro Paredes ser el volante central frente a una selección con la dinámica que suelen tener las europeas? ¿Quién es el arquero preferido del DT, que esta vez probó con Marchesín, el mismo que había quedado muy expuesto en la goleada sufrida ante Nigeria en 2017? ¿Cuándo aprovechará Dybala su chance? Marcos Rojo, el único argentino que repitió de aquella final en el Mundial de Brasil fue el chivo expiatorio en este caso y dejó la cancha en el entretiempo tras una serie de errores graves.

Por ahí, por la banda izquierda de la defensa argentina se precipitó la ráfaga que dejó al equipo 0-2 en ocho minutos y presagiaba un final de pesadilla. Para el complemento, Scaloni movió las fichas. Armó una línea de 3 en el fondo (Foyth-Otamendi-Tagliafico) con la intención de poblar el medio, presionar un poco más alto (Acuña y Ocampos entraron para solucionar los problemas de la banda izquierda) y tener la pelota. Y la idea resultó.

Dybala había quedado a mitad de camino, no había sido delantero ni enganche; lo absorbió la defensa alemana. Y su reemplazante, Lucas Alario -la gran figura-, fue la llave hacia la remontada. En la primera que tocó cabeceó perfecto un centro con rosca de Acuña. Se encendió el equipo con ese gol y salvo por una atajada de Marchesín en un mano ante Can, no sufrió Argentina en el complemento.

Alario tuvo premio. Encaró y cuando lo bloquearon cedió a Ocampos que clavó el empate, con un remate al primer palo de Ter Stegen.

miércoles, 11 de septiembre de 2019

Argentina 4 - México 0 - Amistoso Internacional 2019

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EL DELANTERO DEL INTER CONVIRTIÓ TRES GOLES EN EL PRIMER TIEMPO
Con un Lautaro Martínez espectacular, Argentina goleó a México y dejó sin invicto a Martino
La Selección fue implacable en el arranque: a los 38 minutos ya selló el 4-0. El otro gol, Paredes.
Fue la noche de Lautaro Martínez. En un tiempo demostró que está a la altura de la voluntad de recambio de la Selección. En un tiempo -el primero. el único que jugó- hizo de todo. Jugó para un diez. Marcó tres tantos y generó un penal que terminó en conversión de Leandro Paredes. La goleada 4-0 de la Selección ante México tuvo su sello.

Se sabía en la antesala de este partido y de esta gira. La idea del entrenador Lionel Scaloni estaba clara: probar jugadores, encontrar certezas, incluir variantes, ofrecer oportunidades (como en el caso de Marcos Rojo, frecuente suplente en los últimos tiempos del Manchester United), consolidar un recambio estable.

De todos modos es cierto: no hay lugar para conclusiones definitivas. Sí para ofrecer indicios de cara a los dos objetivos prioritarios y cada vez más cercanos: las Eliminatorias para Qatar 2022 (comenzarán el 26 de marzo del año que viene) y para la Copa América 2020 (se iniciará el 12 de junio).

Uno de esos indicios favorables de esta presentación tuvo un nombre y un apellido: Lautaro Martínez. En 21 minutos se encargó de reclamar titularidad con dos golazos.

El primero, a los 16, fue un zurdazo entrando entre tres defensores tras una fallida salida de Néstor Araujo. El segundo, cinco minutos más tarde, otra vez de zurda -suave, impecable- luego de una notable asistencia de Exequiel Palacios.

Hubo otro rasgo relevante en ese primer tiempo del seleccionado argentino: la contundencia. A los 32 minutos -otra vez gracias a la astucia de Martínez y a la torpeza de uno de los centrales, en este caso Carlos Salcedo- generó un penal. Clara mano. Fuerte y confiada definición de Leandro Paredes, uno de los preferidos del entrenador. Tres a cero.

Pero había más del equipo. Y sobre todo había más de Lautaro, en su noche de gloria, en su noche de hattrick. A los 38, esta vez con una definición cruzada de derecha, marcó el cuarto. Un festín para este rompecabezas en formación que está a cargo de Scaloni. También la loca noche del 22.

Sirve el dato para entender la dimensión: el último triplete lo convirtió Lionel Messi, en el amistoso frente a Haití en mayo de 2018. Otro detalle relevante: hacía casi 24 años que la Selección no marcaba cuatro goles en el primer tiempo (el antecedente: 6-0 a Venezuela, el 21/12/95).

Corresponde contextualizar: México no es un rival cualquiera. Más allá de que lleva 15 años sin derrotar a la Argentina, con Gerardo Martino acumulaba 11 partidos sin derrotas (10 victorias y un empate que luego fue triunfo por penales) y se había consagrado campeón en la Copa Oro de la CONCACAF este año.

Tras su primer tiempo colosal, Lautaro Martínez fue reemplazado en el entretiempo. Ingresó Paulo Dybala, otro de las figuras del fútbol europeo, que quiere obtener territorio firme en el seleccionado.

De todos modos, la segunda mitad mucho se pareció a un agregado innecesario. Ya estaba todo resuelto. Ya al final, con nada por resolver, Scaloni hizo debutar a Leonardo Balerdi y Adolfo Gaich. Gustos de una noche feliz para la Selección.

sábado, 7 de septiembre de 2019

Chile 0 - Argentina 0 - Amistoso Internacional 2019

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FUE 0-0 EN LOS ÁNGELES
Argentina empató con Chile en un amistoso con mucha pierna fuerte y poco juego
Lo mejor del equipo de Scaloni se vio en el primer tiempo.
El tiempo dirá cuanto pudo sacar en limpio Lionel Scaloni de este amistoso en Los Ángeles que tuvo escasos momentos de brillo y muchos de intensidad y aspereza lindante con la violencia. El 0 a 0 entre Argentina y Chile terminó siendo el resultado que mejor reflejó lo ocurrido en la cancha, en un partido que apenas dejó las buenas intenciones de algunos protagonistas como hecho rescatable.

Los dos equipos salieron decididos a no escatimar esfuerzo en el amistoso en Los Ángeles. En un partido que para algunos resulta una prueba que determinará su participación en los importantes compromisos del año que viene, con la Copa América y el comienzo de las eliminatorias para Qatar 2022, quedó claro desde el comienzo que nadie iba a regalar nada. Aún a costa de que apareciera de vez en cuando alguna pierna fuerte poco acorde para el espíritu teóricamente amistoso del partido.

En un panorama de bastante paridad, terminó siendo Argentina el que estuvo un escalón arriba en una primera parte con intensidad y voluntad de juego pero escasas aproximaciones a los arcos.

Por el lado de la Selección, lo mejor estuvo en una buena jugada colectiva que arrancó con Dybala y después de algunas combinaciones el propio hombre de Juventus terminó con un remate desde el borde del área que tapó Bravo con una muy buena intervención. También pudo haber sido en una volea de Lo Celso que se perdió cerquita al cabo de otro buen movimiento. Poco, pero suficiente para que Argentina mereciera algo más.

De Chile no hubo demasiado, más allá de que contaba con buena parte de sus talentosos titulares. Pero apenas pudo llegar en una jugada en la que nadie alcanzó a evitar la entrada por el área de Aránguiz, que sacó un remate bien controlado por Marchesín. Como para que Argentina confiara en que podía encontrar algo más en el segundo tiempo.

Ya en el complemento, Argentina pareció empezar a sufrir un poco más el partido. Sea por el cansancio, o por la salida obligada de Lo Celso -que abandonó la cancha con visibles dolores después de haber sufrido algunas fuertes infracciones-, Chile empezó a pisar más fuerte en el partido.

Estuvo cerca el conjunto trasandino entonces de romper el cero con una llegada a fondo que terminó con un tiro de Pinares en muy buena posición que impactó en el travesaño, con Marchesín absolutamente vencido. Argentina no se encontraba en el partido y ninguna variante alcanzaba para frenar el ímpetu del rival.

Fue cerca de la media hora que la Selección volvió a acomodarse y, ayudada por el buen pie de Nicolás Domínguez, que entró sin miedos en su debut en la Selección, más algunos buenos movimientos de Lautaro, volvió a ilusionarse. Pero todo pasaba lejos del arco de Bravo, mientras reaparecía la pierna fuerte como participante central del partido.

Sobre el final pudo haberlo ganado Argentina con un cabezazo de Martínez Quarta -la figura del partido- tras un córner. Pero la pelota impactó en el travesaño e impidió un triunfo que habría resultado un premio excesivo para una actuación que solo de a ratos encontró momentos de brillo.

sábado, 8 de junio de 2019

Argentina 5 - Nicaragua 1 - Amistoso Internacional 2019

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ARGENTINA GOLEÓ SIN ESFORZARSE A UN DÉBIL NICARAGUA
Un tiempo de Messi y una goleada para que la Selección se despida con una sonrisa
Leo jugó 45 minutos, convirtió dos goles y enamoró a todos. Luego el doblete de Lautaro Martínez volvió a encender un partido sin equivalencias. Muy buen partido de Lo Celso.
Lionel Messi enamora. A todos. A los miles de pibes que junto con sus familias lo vinieron a ver a este Estadio San Juan del Bicentenario, repleto con 25 mil personas. A los que miraron este amistoso de reojo desde el sillón de sus casas porque carecía de una relevancia significativa por el nivel del rival de turno y por ser justamente un partido de exhibición. A los argentinos futboleros que aunque sepan que es una etapa de recambio se siguen ilusionando cada vez que juega la Selección. Y a los que sin razón alguna le siguen encontrando cosas para criticarlo.

Messi enamora al cuerpo técnico que espera de él lo que hizo en la fresca noche cuyana. Enamora a sus compañeros que lo buscan con la mirada y con los pies, como Gio Lo Celso (¿será el socio que tanto le hace falta?). Leo juega y en dos minutos deja a todos con el corazón a mil, palpitanto fútbol y esperanza. Porque si algo quedó demostrado aquí en San Juan es que si la Argentina viajará mañana a Brasil con expectativas hacia una nueva Copa América es por él y sus ganas de ganar vestido con el traje de su país.

Un tiempo le bastó a Lionel para enamorar a todos ante el humilde equipo de Nicaragua, que por primera vez en su historia enfrentó a la Argentina. No fue medida, pero sirvió al menos para que Scaloni viera que en Lo Celso puede haber un partener de calidad. El del Betis, jugando como volante interno derecho, trató de conectarse en todo momento con el 10. Le dio un pase-gol genial de emboquillada que Leo no pudo aprovechar.

Y cuando parecía que el encuentro entraba en una meseta más allá de que la Argentina manejaba la pelota y Nicaragua se limitaba a ocupar espacios, Messi hizo lo que sabe hacer: arrancó de derecha hacia el centro, dejó a tres defensores en el camino (Manuel Rosas, Luis Copete y Carlos Montenegro) y soltó la zurda para el 1 a 0. Un golazo con su sello que nació gracias a que Lo Celso aguantó la pelota por la banda derecha y esperó a encontrar el espacio justo para pasársela al mejor del mundo.

Dos minutos más tarde hizo otro, este bien de nueve, entrando por el centro y capturando un rebote del arquero Justo Lorente tras un remate de Sergio Agüero. Dos minutos, dos goles, miles de aplausos y una ovación que se llevará en la valija a modo de mimo, porque ese era el objetivo mayor de este encuentro: un adiós cálido que funcione como envión.

Fue su séptimo doblete con la camiseta albiceleste en 130 partidos. Son 67 los gritos. La cuenta como goleador histórico se sigue engrosando. Son 20 los tantos que hizo en el país. Y son tres los que marcó en esta provincia que tan bien le sienta (el anterior había sido en 2016 de tiro libre ante Colombia por Eliminatorias).

Salió en el entretiempo Messi y la gente silbó cuando se dio cuenta de que Leo no jugaría el complemento. El público se apagó. Pero Lautaro Martínez, que entró por el Kun, se encargó de encenderlo de nuevo con su doblete para estirar el marcador que selló Roberto Pereyra. Era 5 a 0, pero el penal que hizo con su brazo Otamendi sobre el final y que Juan Barrera cambió por el descuento fue el punto negro. Al cabo, un resultado esperado ante un adversario que no pateó al arco, salvo por la pena máxima.

Además de Lo Celso, el DT anotó buenas intervenciones de Matías Suárez en su debut desde el inicio, una tarea cumplida de Guido Rodríguez como volante de marca, la eficacia de Lautaro y algunas dudas de Franco Armani en el arco en algún arrime tibio nicaragüense.

Los cambios en la segunda parte y la salida de Messi fueron desarmando un encuentro que sólo tuvo de atractivo los goles que la Argentina se llevó para aterrizar con más confianza en Salvador de Bahía.

miércoles, 27 de marzo de 2019

Marruecos 0 - Argentina 1 - Amistoso Internacional 2019

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ARGENTINA VENCIÓ A MARRUECOS EN UN PARTIDO QUE EL VIENTO COMPLICÓ EL JUEGO
La Selección logró un triunfo que no engaña a nadie, pero aporta tranquilidad
Después de una fea derrota con Messi ante Venezuela, esta victoria sin gracia y sin Messi. El equipo de Scaloni cambió su actitud y cerró la gira con preocupaciones pero sin dramas.
Esta victoria apretada que debió ser empate y que, por tratarse del caprichoso juego del fútbol, hasta pudo ser derrota, deja bastante poco. Impacta mucho menos de lo que lo hubiera hecho una caída. Sirve para no ahogarse antes de llegar a la orilla, evita una tormenta de consecuencias imprevisibles. Permite cerrar esta gira con preocupaciones pero sin dramas. Y nada más. Derrota fea con Messi ante Venezuela y victoria sin gracia y sin Messi. Esa es la cosecha argentina en Tánger, en el cierre de la preparación para la Copa América. Aparición fuera de contexto de Correa y gol. Cosecha escasa, pero en los tiempos de vacas flacas que atraviesa Argentina, nada para despreciar.

A la hora de abordar lo ocurrido anoche en Tánger, una primera mi- rada valorará un evidente cambio de actitud, el orden táctico que descartó cualquier idea presuntamente innovadora, algunas cualidades técnicas de un par de jugadores. Pero enseguida debe ponerse en la balanza el factor viento, el muy fuerte viento que cruzó la cancha e impidió que se jugara normalmente al fútbol. La pelota, esa que costó manejar en Madrid, fue esta vez, y casi siempre, un elemento indomable...

Dicho esto, Argentina puso en cancha lo que había anunciado, sin lugar para ensayos extraños. Un 4-4-2 con los dos centrales bien plantados y con Acuña siendo más salida que Montiel; una línea de volantes con Rodríguez y Paredes tomando a los dos creativos rivales y con Pereyra y De Paul por afuera; y con Dybala y Lautaro rotando, entrando y saliendo.

El viento, se insiste, determinó estrategias. Y cambió planes. Andrada recurrió a largos pelotazos que un par de veces complicaron al fondo local. Scaloni salió del banco para indicarle a Acuña que buscara largo a Lautaro. Y Paredes y Rodríguez intentaron el remate desde lejos con escasa suerte. Enfrente, Marruecos propuso un 3-5-2 con Benatia -mucha categoría, cierta lentitud- mandando en el fondo. Marruecos no es Venezuela: hay acaso más talento individual, pero menos disciplina táctica. Y ausencias de peso como Zayech. En-Nesyri o Amrabat.

La primera mitad fue entonces una pelea de nueve volantes a los que a veces se sumaron Dybala y hasta algunos de los centrales de ambos. Un embotellamiento en el que la pelota iba y venía y en el que todo futbolista que quisiera pisarla y jugar era sistemáticamente detenido con falta. Ese aspecto, el de la fricción, también caracterizó a la etapa inicial. Y en ese rubro -29 faltas en 45 minutos-, algunos marroquiés aprovecharon la pasividad del juez de Zambia para pegar más de la cuenta.

A un par de insinuaciones locales que levantaron a un público muy fervoroso que se fue apagando, con Boussoufa y Belhanda como ejes, la Selección respondió con menos elaboración y más llegada. Merodearon el gol apariciones de Pereyra, de Dybala, de Guido Rodríguez desde lejos. Poquito.

Esa obsesión por no perder el orden, por aferrarse a un libreto para intentar cambiar la imagen del Wanda, terminó haciendo de la Selección un equipo compacto pero chato, sin variantes, expeditivo en defensa ante cada riesgo y carente de imaginación. Pero que al menos no se amilanó cuando el rival golpeó y se lo quiso llevar por delante casi por fuera del reglamento.

Y lo mismo en el segundo tiempo, ya más adelantado en el campo, con Andrada mirando todo desde lejos, con Pezzella sobrio y empujando, Acuña trepando y Suárez -por Lautaro- esperando alguna. Sin vuelo por los costados, con Dybala ausente, la creación era una quimera.

Hasta que Correa, que había entrado por De Paul para buscar con poca fortuna enganchar con el resto, recibió de Suárez y se fabricó un espacio para el derechazo al 1-0. Lo que siguió fue aguantar los tibios embates de un equipo más vistoso que temible, que cambió en el final el juego asociado por el envío aéreo pero tuvo la misma ineficacia. Musso no pasó sobresaltos y la victoria, ese bálsamo que no debiera engañar a nadie, llegó para quedarse.

Dos miradas de Scaloni, tras el partido, ayudan a entender el momento que vive la Selección. “Me encantó el trabajo de Zaracho”, dijo en referencia a un futbolista que intervino poco.

“Tenía el 80 por ciento de la lista para la Copa América y ahora tengo menos”, agregó. Dos textuales que hablan de una mirada optimista, casi eufórica, de alivio tras las feas horas de Madrid. Se lleva el DT las confirmaciones de Andrada, de los centrales, de Acuña. Sentirá que recuperó a Correa. Dudará con Dybala, con De Paul, acaso con Guido Rodríguez.

Y disfrutará del triunfo. O de no haber perdido. Porque evitó que el viento se lo llevara puesto, y eso vale lo que una goleada.

lunes, 25 de marzo de 2019

Argentina 1 - Venezuela 3 - Amistoso Internacional 2019

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DURA DERROTA DE LA SELECCIÓN EN MADRID
En la vuelta de Messi, Argentina cayó ante Venezuela en otra actuación decepcionante
El equipo de Scalini perdió 3 a 1, un resultado sorprendente y exagerado, pero justo. Fue un claro paso atrás. El regreso del 10 no alcanzó. El martes se medirá ante Marruecos en Tánger.
En la vuelta de Lionel Messi a la Selección, volvió la Messidependencia. Ese es el dato saliente de una actuación deficitaria de la Selección, que fue superada sin atenuantes aunque la chapa final suene demasiado holgada, y en la que un par de actuaciones al menos auspiciosas, como las de Lautaro Martínez, Giovani Lo Celso y Matías Suárez, no alcanzan para disimular la medianía del planteo y de la producción general.

Hay, hubo al menos ayer, una evidente diferencia entre ambos seleccionados, al menos desde lo conceptual. De un lado, un equipo que funciona como tal, bien trabajado, que conoce sus virtudes y sus limitaciones, con un par de futbolistas de indudable categoría. La Venezuela de Rafael Dudamel tiene una identidad definida, sustentada en el orden, el sacrificio y, como quedó claro, en el sentido de la oportunidad.

Enfrente... un cúmulo de buenos futbolistas, algunos muy buenos, uno de ellos el mejor de todos, decididamente lejos de constituir una estructura sólida. Es que Argentina arrancó con un 3-4-3 en el que sus dos volantes centrales buscaron localizar a Messi para que hiciera la diferencia. Dos laterales bien abiertos pero escasamente empleados, tres centrales que se adelantaron sin convicción y retrocedieron sin orden, Pity Martínez como el más activo y Lautaro tan insinuante como poco abastecido.

La apertura del marcador, pelotazo de Rosales a Rondón, que le gana a las dudas de Mercado y derrota a Armani, no hizo sino confirmar todas las insinuaciones iniciales. Por más que Scaloni llevara a su equipo al 4-3-3 que anunció en la conferencia previa, el equipo no supo cómo atacar. Con la excepción de un par de pases en cortada de Lo Celso a Montiel y de un par de desbordes de Pity -que terminaron siempre en centros pasados a nadie-, todo pasó a depender de Messi, siempre de Messi, el mismo a quien Menotti pidió no cargarle toda la responsabilidad como si fuera tan sencillo.

Las dificultades del equipo para recuperar la pelota, algo que podía intuirse con la formación propuesta, se hizo evidente. Demasiados defensores y pocos futbolistas capaces de aportar, a la vez, quite y claridad. ¿Puede conseguirse el balón si hay un solo volante trabajando al efecto, Paredes, que encima no es un "cinco" clásico? Para Scaloni se ve que sí. Y algo más: Tagliafico es un lateral confiable, pero ¿es el mejor volante por izquierda argentino para una formación 4-3-3?

Así las cosas, y ya en ventaja, Venezuela le cedió la pelota a la Argentina y se dedicó a fabricar un embudo en torno a Messi y a lanzar pelotazos a las espaldas de zagueros confundidos. Tuvo que aparecer Messi dos veces, una para asistir a Lautaro -cuyo cabezazo desvió Wuilker Faríñez de modo magistral- y otra para buscar el ángulo derecho. De nuevo ganó Faríñez. Sin embargo, una distracción defensiva a la salida de un tiro libre derivó en un hermoso derechazo de Jhon Murillo. Exagerado dos a cero y telón.

Y si en el primer tiempo Venezuela eligió replegarse -de la mano de un sabio Tomás Rincón, la figura del duelo- y contraatacar, en el segundo fue la Selección de Scaloni la que al menos empujó y obligó al rival a defenderse muy cerca de su arquero. El ingreso de Matías Suárez obligó al retroceso de Yangel Herrera. Se partió el medio venezolano y Argentina fue por el empate.

Con Messi como conductor excluyente, lúcido y punzante, ya plantado como "nueve y medio", la Selección empujó y merodeó el descuento. Las contras ya no eran punzantes y permitían soltarse a Paredes y a Montiel.

Llegó el descuento tras una buena combinación Messi-Lo Celso que resolvió Lautaro, uno de los que aprobó con creces. Y cuando bien pudo arribar un empate que habría sido premio exagerado, el árbitro vio un penal que no fue (había ignorado uno que sí, en el mismo arco) y Josef Martínez puso el 3-1.

Queda claro a esta altura que las opciones de la Selección para enderezar de una vez el rumbo se reducen a una: debe armarse una estructura sólida, audaz, con intérpretes convencidos, que tengan una idea de juego y la ejecuten, y debe insertarse allí a Messi. A ese Messi que, por deficiencias físicas o por cuestiones insondables, parece estar demasiado distante de sus compañeros, así en las prácticas como en la cancha.

¿Histórico? Sí. Por primera vez Venezuela le hace tres goles a Argentina. ¿Exagerado? También. Venezuela fue mejor, pero no tanto. ¿Preocupante? Desde ya. Se trata de un paso atrás en este ciclo. Fue un planteo confuso, rectificado sobre la marcha sin suerte y con intérpretes poco convencidos. Y con un dato extra de veras inquietante: en la vuelta de Messi, volvió la Messidependencia.

Que el Diez se haya retirado sin hablar del Wanda Metropolitano sugiere mucho: no debe tener ganas de explicar tanta soledad. O mejor: acaso siga sin entender porqué de azulgrana le resulta tan sencillo y de celeste y blanco le es todo tan tortuoso.

miércoles, 21 de noviembre de 2018

Argentina 2 - México 0 - Amistoso Internacional 2018

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EL INTERINATO DE SEIS PARTIDOS DE SCALONI SE CERRÓ CON OTRA VICTORIA SOBRE MÉXICO POR 2 A 0
Argentina encontró los goles de Icardi y Dybala, esas dos buenas noticias que le faltaban
La virtud fue la contundencia. El "9" del Inter lo abrió en el arranque y La Joya de la Juventus lo cerró muy cerca del final. Fueron sus primeros festejos en la Mayor.
Mendoza pudo darse el lujo de disfrutar de las dos grandes noticias que le faltaban a este ciclo interino de Lionel Scaloni. Puede considerarse hecho el entrenador que seguramente será ratificado en los próximos días hasta la Copa América de Brasil. La Nueva Selección venía aprobando sus parciales y en el final encontró las satisfacciones que le quedaban pendientes para que el panorama sea completo: los primeros goles de Mauro Icardi y de Paulo Dybala, sus dos máximas figuras, sin Lionel Messi a la vista.

Sin juego, pero con contundencia, el conjunto nacional se llevó la revancha de la Copa Adidas por 2 a 0 (el primero lo había ganado por el mismo resultado el viernes en Córdoba). Y finalizó el año con un saldo positivo desde la frustración del Mundial. En seis amistosos con Scaloni, ganó cuatro, empató uno y perdió uno.

Ocho partidos. 391 minutos. Eso tardó el capitán del Inter en romper con su sequía con la Selección. La ausencia del gol era algo que lo preocupaba, más allá de exteriorizar frialdad a la hora de declarar. Es lógico, es el delantero insignia de la renovación. Y un nueve que no la meta, más allá de su apellido, no dura mucho tiempo en un equipo, y esto incluye a la Selección. Sin Gonzalo Higuaín y sin Sergio Agüero, es Icardi de quien se espera que traiga las alegrías.

Y en la calurosa noche del Malvinas Argentinas fabricó junto a Erik Lamela su grito sagrado, el que recordará por siempre. Todo se inició en un envío desde el arco de Gerónimo Rulli. Icardi, a puro oficio, la bajó con sus muslos de espalda al arco y Lamela, de primera le devolvió la pared. El rosarino enganchó de derecha y soltó el disparo ganador con la zurda.

Todo eso ocurrió al minuto de juego en un estadio que todavía se estaba llenando. Después, poco pasó. Y en un partido sin emociones, Icardi fue lo más destacado. Además demostró un gran despliegue con y sin la pelota. Debió moverse siempre para insertarse en el circuito de juego en un equipo argentino que no se adueñó del dominio y que puso más hombres en el medio que arriba.

México controló en grandes tramos del encuentro el balón, aunque le costó mucho quebrar a su rival, que con Santiago Ascacíbar bien plantado en el círculo central y una defensa estable tuvo pocas fisuras. De hecho, cuando en el segundo tiempo salió el Rusito, los mexicanos lograron penetrar más. Ahí llegaron un par de chances. La más clara fue el cabezazo del ingresado Jesús Gallardo -le ganó la espalda a Gabriel Mercado- que tapó a puro reflejo el debutante Paulo Gazzaniga (entró por Rulli). El nuevo arquero tapó otro remate complicado para demostrar que aprovechó a lo grande su oportunidad.

La salida de Rodrigo De Paul también debilitó al conjunto de Scaloni. De Paul, de buena primera parte, trató de generar sorpresa con envíos de izquierda a derecha para la subida de Roberto Pereyra. Y protagonizó buenas conversaciones futbolísticas con Maxi Meza y con Marcos Acuña, cuando el lateral subía.

Lamela tuvo la otra chance de peligro que generó Argentina más allá del gol en el inicio. Y Mauro Icardi también participó: le abrió el balón hacia la derecha al del Tottenham, que remató desviado. En la etapa final, casi todo era de México. Pero falló en la definición la selección visitante, que apretó pero no lastimó. Y en el peor momento del equipo celeste y blanco, llegó la frutilla del postre.

Con el de Icardi, faltaba el de Dybala. Y se gritó fuerte el del pibe de la Juventus. dieciocho partidos. ochocientos veinticuatro minutos se tardó La Joya. Pero puede decir que tendrá un fin de año más relajado sin dudas. Todos lo pedían en una cancha de clima familiar. Scaloni le dio el gusto al público y Dybala respondió. Fue en un contraataque. Giovanni Simeone se la dio al cordobés, que definió por abajo del arquero Jesús Corona.

A falta de juego, buenos son los goles. Y sin son de los referentes de este nuevo proceso, qué mejor.

sábado, 17 de noviembre de 2018

Argentina 2 - México 0 - Amistoso Internacional 2018

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ARGENTINA VENCIÓ 2-0 A MÉXICO EN CÓRDOBA
Dybala se hizo cargo del equipo y la Selección de Scaloni sumó un buen triunfo
La Joya sigue sin convertir con la camiseta celeste y blanca pero esta vez participó de las mejores jugadas ofensivas y fue la figura. Los goles: Funes Mori y Brizuela, en contra.
Con el brillo de Paulo Dybala, la Argentina de Lionel Scaloni aprobó otro examen al vencer a México por 2 a 0 en Córdoba y obtuvo la Copa Adidas. El quinto amistoso de la era interina de Scaloni (¿seguirá hasta la Copa América?) dejó nuevamente sensaciones positivas, pero tuvo a La Joya como el más destacado. Con 25 años recién cumplidos (los festejó el viernes a la noche en la concentración de Salsipuedes), Paulo tuvo en su provincia natal, una performance a la altura de lo que se le reclamaba aunque sigue sin poder hacer goles con la casaca celeste y blanca.

Cinco minutos duró el picante mexicano. Fueron dos chispazos en un pestañear que hicieron pensar que la agradable noche sería muy negra para el conjunto nacional. Porque el travesaño se lo negó a Raúl Jiménez al minuto. Y porque una desatención de Funes Mori provocó que Pulido se la cediera a Marco Fabián para quedar cara a cara con Marchesín, que se hizo gigante en su regreso después de sufrir aquella goleada nigeriana que lo dejó sin Mundial.

Sin embargo, lo de este México también renovado fue una serenata fugaz. Rápidamente la Argentina lo fue llevando para el lado del cuarteto con Dybala como el frontman del equipo. Sorprendió Scaloni con el dibujo 3-4-3. Lo había ensayado en Ezeiza, pero nada indicaba que lo utilizaría. Pero eso fue lo que propuso y le sirvió para jugar prácticamente todo el partido en el terreno visitante.

Con el círculo central al resguardo gracias al doble cinco Lo Celso-Paredes, los de arriba, encabezados por Dybala, pudieron generar mucho. El del Betis se sumaba al ataque con la pelota en los pies; el del Zenit es el tiempista del medio.

Con La Joya reluciendo, la Selección se olvidó de esas turbulencias iniciales y empezó a hacerse merecedor de la victoria. Dybala protagonizó casi todas las jugadas de riesgo. Probó de mediavuelta desde la medialuna y lo encontró bien parado al arquero Ochoa. Armó un desborde por la derecha que derivó en un remate de Marcos Acuña que también tapó Ochoa. Tiró un centro de derecha a izquierda a la cabeza de Lautaro Martínez, pero el Toro no le pudo dar buena dirección y el arquero mexicano ganó una vez más.

Paulo se hizo dueño hasta de las pelotas paradas. Y así llegó el 1 a 0 albiceleste. Con su zurda transformó un tiro libre desde la izquierda en un centro letal que le quedó a Funes Mori para peinarla en el área chica y vulnerar al hasta ese momento inquebrantable Ochoa.

Se esperaba una actuación así de Dybala con la camiseta de su país. Y en su provincia natal, donde no había podido sobresalir en la derrota contra Paraguay por 1 a 0 en 2016 por Eliminatorias. Fueron muchos más los sinsabores del 10 de la Juventus que las alegrías en la Selección. Su historia con el conjunto nacional por ahora no venía dándole satisfacciones. Con Lionel Messi al lado pasaba desapercibido. Y sin Leo, nunca había sido el eje que el equipo necesitaba. Es que más allá de su juventud, Dybala quedó también enganchado en ese lastre que no dejó en paz a la generación que supo ser subcampeona del mundo en Brasil. Ahora, apuesta a soltarse, a liberarse, a unirse a la sangre nueva que propone Scaloni, que pretende desbloquearlo.

En estos amistosos, Dybala venía demostrando ya otra cara, una más natural. Y en la noche del Kempes, recibió los aplausos que tanto necesitaba: los de su gente, en el jardín de su casa. Le faltó el gol, es cierto, aunque lo buscó.

Con la garganta seca, salió a los 25 del complemento por Franco Vázquez. Lo volverá a buscar el martes en Mendoza. Pero Dybala esta vez sí se sintió al fin importante.

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