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lunes, 1 de agosto de 2016

Rosario Central 0 (3) - Newell's 0 (5) - Copa Santa Fe 2016

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GANARON EL CLASICO ANTE ROSARIO CENTRAL EN LA DEFINICIÓN POR PENALES
Festejaron los pibes de Newell's su mejor puntería
Avanzaron a las semifinales de la Copa Santa Fe después de 180 minutos con muchos roces y nada de fútbol.
En la foto del final hay pibes que se abrazan, gritan y celebran. Son los chicos de Newell's, los campeones del último torneo de Reserva, los juveniles -en teoría- más promisorios de una de las mejores canteras del fútbol argentino. El festejo tiene su razón de ser. La conquista (el pase a semifinales de la Copa Santa Fe) se dio en territorio ajeno (Arroyito) y ante Rosario Central, el rival de toda la vida.

Pero dejando de lado el folclore que gira en torno a vencedores y vencidos, el fútbol rosarino tiene poco y nada para festejar. En las cientos de fotos que tomaron los reporteros gráficos en 180 minutos de juego -el primer cruce también terminó 0 a 0- hay muchos roces, disputa, músculos tensos, gestos adustos y casi nada de fútbol. Pocas gambetas, escasas cabezas levantadas y ninguna sonrisa.

La negativa de los directivos y de los cuerpos técnicos de ambos clubes de jugar este certamen con los equipos de Primera, le abrió la puerta a aquellos juveniles que ya piden pista en el fútbol profesional. A priori, la oferta era tentadora: ver a las futuras promesas jugando en una competencia oficial.

En Central, casi todos apellidos ignotos. Y en Newell's, algunos nombres más conocido, como el arquero Ezequiel Unsain; los volantes Jail Elías y Héctor Fértoli; y el delantero Mauricio Tévez, los cuatro con partidos en Primera.

Los pibes, entonces, salieron a la cancha. Primero, en el Coloso del Parque. Y ayer, en el Gigante de Arroyito. Estadios casi colmados y la televisión en directo para todo el país. Pero de fondo, sobrevolando el ambiente, la insoportable presión de ganar, la premisa de no perder jamás ante el enemigo futbolístico.

Esa enquistada tensión que se respira en Rosario atentó contra la ilusión de ver un juego sin tanta contaminación. Emulando a los grandes, los juveniles corrieron, metieron, se tiraron mucho al piso, protestaron, se pelearon, pero se olvidaron de jugar. No hubo casi situaciones de peligro para tranquilidad de Ledesma y de Unsain.

Ayer, al igual que en el choque de ida, no se armaron sociedades, la pelota rodó poco por el césped y los arqueros casi no tuvieron trabajo. Para rescatar, la seguridad del zaguero Lisandro Martínez (la figura de la cancha) y el criterio del volante central Matías Mansilla para distribuir y tocar con claridad en la mitad de la cancha. Uno de cada lado y no mucho más.

Sin goles en los 180 minutos, el pasaje a las semifinales se resolvió por penales. Newell's estuvo más sereno y preciso. Por eso festejó. Aunque, para variar, la foto de Tévez y su repudiable gesto recorrerá otra vez la cartelera de los hechos negativos en un partido que suma por de esos por decenas...

domingo, 31 de julio de 2016

San Lorenzo 3 - Unión (Sunchales) 1 - Copa Argentina 2015/2016

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EN EL DEBUT OFICIAL DE AGUIRRE, LE GANÓ SIN PROBLEMAS A UN RIVAL MENOR Y SALTÓ A 16AVOS DE FINAL
San Lorenzo, entre sus rasgos nuevos y los goles habituales
Empieza a insinuarse un equipo mucho menos cáotico que el de Guede. Blandi y Cauteruccio fueron contundentes.
Con los cerros salteños como pintoresco escenario de fondo, San Lorenzo arrancó exitosamente el ciclo oficial de Diego Aguirre. Lo hizo con una victoria clara, dejando en evidencia la gran diferencia de categoría que le saca a un voluntarioso Unión de Sunchales. Así logró avanzar a los dieciseisavos de la Copa Argentina. Fue aprobado en todo sentido el estreno del técnico uruguayo.

San Lorenzo, más allá del triunfo ante un rival menor, dejó una sensación interesante apuntando al futuro: el equipo está armado y tiene fisonomía para ser protagonista en la temporada. Sin el estilo “insoportable” que pregonaba el técnico anterior, Pablo Guede. Ahora, con Aguirre, se muestra equilibrado, ordenado y con roles fijos.

Cuatro defensores, con el retornado Fabricio Coloccini, después de catorce años jugando en clubes europeos, asomando como líder bien claro. Franco Mussis, cerca de la defensa, como volante central más retrasado. Ortigoza, más adelantado, buscando ser eje. Por las bandas, Fernando Belluschi y Sebastian Blanco tirando talento y llegada externa. Y arriba, Cerutti por afuera y el encendido Blandi por adentro. De esta formación que jugó aquí en Salta, se supone que ingresará el refuerzo Mathías Corujo en lugar del pibe Mieres. Es decir San Lorenzo, a esta altura, tiene claros sus once. No es poco en un fútbol argentino que no tiene nada claro.

En pequeños detalles se mostró la distancia de jerarquía entre un grande de Primera y un conjunto de la tercera categoría. Basado en ese roce diferente, San Lorenzo comenzó a estructurar la distancia en el resultado.

Con bastante de fortuna y mucho de saber estar en el lugar preciso en el momento exacto, Blandi extendió su capacidad para convertir goles importantes. Nació con un gran jugada: centro de Blanco desde la izquierda, Blandi que abre las piernas y la deja pasar, Belluschi que se la toca de taco, un rebote, el defensor Morelo que intenta sacarla pero lo hace pateando justo donde viene Blandi, a quien le pega la pelota y se mete.

Tuvo algunos pasajes favorables Unión, sobre todo cuando la pelota pasaba por sus dos jugadores más versátiles y dotados: Gaitán y Farías. Sin embargo, le alcanzó apenas para generarle algún ligero sobresalto a Torrico.

En pocos minutos, entre los 11 y los 19 del segundo tiempo, San Lorenzo liquidó el asunto. Un golazo con un tremendo zapatazo desde afuera de Martín Cauteruccio para el 2-0 y nuevamente la excelente ubicación y el andar derecho de Blandi para capitalizar tras un centro de Blanco, remate de Cauteruccio y rebote de Gonzalo González.

La goleada amenazaba con incrementarse. Pero Unión sacó restos y le puso mucha intensidad, aún sabiéndose inferior y con el resultado resuelto. Torrico le atajó un penal a Bauman y del rebote el ex delantero de Colón e Instituto descontó con un cabezazo. Impacto suficiente para motivarse más en los instantes finales. Hubo otro frentazo de Bauman por arriba y un remate de Blanco se fue cerca, tras buen pase de Romagnoli.

Y festejó San Lorenzo, un equipo cambiado y con pretensiones grandes.

lunes, 25 de julio de 2016

Belgrano 1 (4) - Talleres 1 (1) - Copa BBVA Francés 2016

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LE GANÓ LA COPA AMISTAD A TALLERES VENCIÉNDOLO EN LA DEFINICIÓN POR PENALES
Belgrano, dueño de Córdoba
En los 90 minutos habían igualado 1-1, con dos polémicos penales sancionados por Fernando Espinoza.
El clásico cordobés tuvo un final feliz para Belgrano. Y también para toda la provincia porque no hubo un solo incidente en el Kempes con más de 45 mil personas. Los celestes festejaron en la definición por penales y Talleres recibió otro cachetazo: fue derrota hace una semana contra el Everton de Chile y ayer ante el clásico rival. Eso envolvió de preocupación a sus dirigentes que anunciaron que en la semana contratarán “cinco refuerzos”.

Fue un clásico con cargadas, por supuesto. El humor cordobés también estuvo presente. Los Piratas le cantaron a los de la T que “no van por Alberdi porque les tiembla la pera” y los albiazules respondieron que “los cuida la policía cuando van al Barrio Jardín”. Y al final retumbó en el Kempes: “¡Un minuto de silencio/para Talleres que está muerto!”. Los hinchas albiazules se fueron silbando bajito. Pero hubo abrazos y confraternidad entre los dirigentes. Los de Belgrano les entregaron una plaqueta a Talleres por su vuelta a Primera División. Incluso Frank Dario Kudelka tuvo tiempo de sacarse fotos con hinchas de Belgrano. Al cabo, el clásico terminó en paz, sin violencia y con las dos hinchadas en la cancha.

Hubo un partido con poco fútbol, casi nada. La emoción llegó cuando todo iba inexorablemente a los penales. Y Fernando Espinoza cobró dos en los 90: uno de Godoy a Farré (el árbitro estaba al lado) y calificó la falta como “una imprudencia” del defensor de Talleres. El otro fue por una mano dudosa de Barbieri que el delantero se defendió ante la prensa: “Lo cobró para compensar el que le hicieron a Farré”. Espinoza dijo tajante: “Fue mano”. En los dos quedaron muchas dudas.

Y la definición por penales siempre termina siendo una lotería. Olave tapo el primero de Elial Strahman y Quintana estrelló el balón en el parante. Para Belgrano convirtieron Barbieri, Lema, Velazquez y Gastón Alvarez Suárez. El descuento de Talleres fue de Encina. Y los celestes celebraron como si hubiesen ganado un título. Los hinchas de Talleres despidieron al equipo con aplaudos aceptando la derrota con hidalguía.

Los dos tienen objetivos diferentes. Belgrano sueña con la Sudamericana que es una carga extra porque nunca jugaron interncionalmente (Talleres ganó la Conmebol y participó de una Libertadores). La T debe sacar puntos para no sufrir con el descenso y el 14 de agosto jugará con Boca, otra vez en el Kempes. Belgrano se fue feliz; Talleres, preocupado. En paz.

martes, 19 de julio de 2016

Huracán 2 - Central Córdoba (Rosario) 1 - Copa Argentina 2015/2016

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SIN SOBRARLE NADA VENCIÓ 2 A 1 A CENTRAL CÓRDOBA DE ROSARIO Y PASÓ A 16AVOS DE FINAL
Huracán sonrió con esfuerzo
Los goles fueron de Romero Gamarra y de Bogado, de penal. Descontó Figueroa. Volvió Diego Mendoza.
Un Huracán que trata de rearmarse, aprobó anoche en su debut en la Copa Argentina y vuelve a soñar con ganar este torneo que da un boleto a la Copa Libertadores de América. Venció merecidamente a Central Córdoba de Rosario que juega en Primera C. Lo espera en la siguiente fase el ganador del cruce entre Belgrano de Córdoba y Brown de Adrogué.

El conjunto de Eduardo Domínguez encontró alivio con el gol de Alejandro Romero Gamarra, una verdadera joyita de fútbol asociado que pareció que iba a descomprimir al diezmado Huracán, pero fue sólo un espejismo.

La jugada se inició con Araujo y el debutante Lucio Compagnucci (ex Vélez) en la salida por el costado derecho. Se prolongó en Romero Gamarra y la primera pared con Mariano González; la segunda con el debutante Norberto Briasco y la exquisita definición de Kaku con su pierna diestra ante la salida de Leonardo Romero.

Hasta allí, ganaba bien Huracán que ya en el primer minuto estrelló una pelota en travesaño en el intento de un defensor que, peinó contra su propio arco, un corner desde la izquierda ejecutado por Bogado.

En cada avance del Globo, quedaba la sensación que iba aumentar el marcador. Pero un grosero error de Mauro Bogado, quien recostado sobre la izquierda jugó una pelota al medio en su pretensión de darle un pase a Nervo, no hizo otra cosa que dejar mano a mano a Leandro Figueroa con Marcos Díaz. El “10” rosarino aprovechó el regalo.

Los de Parque Patricios trataron de sobreponerse al imprevisto golpe e intentar rearmarse siempre por el camino de fabricar pequeñas sociedades, algo realmente ponderable.

Y la paciencia, la impronta que le transmite ese arquitecto para salir de las adversidades que es Eduardo Dominguez, en el complemento le dio sus frutos.

Volvió a mostrarse el juvenil Briasco como opción de pase, de búsqueda. Sacó la asistencia medida para la entrada de Mariano González por el medio; el volante giró y Cristian Godoy lo derribó. Penal, que Bogado cambió por gol.

Mientras espera que se recuperen de sus lesiones Patricio Toranzo y Daniel Montenegro. Que Diego Mendoza, quien volvió a jugar oficialmente anoche tras cinco meses luego del accidente en Venezuela, sume minutos de fútbol y aporte su cuota de gol. Que lleguen más refuerzos en los laterales y adelante (suenan Nicolás Romat y Lucas Barrios), Huracán aprobó otro desafío.

Y su gente acompaña como siempre en todos sus sueños. Aún sabiendo que no será fácil reemplazar a la dupla goleadora (76 tantos entre los dos) que integraban Ramón “Wanchope” Ábila y Cristian Espinoza. No es poca cosa.

domingo, 17 de julio de 2016

River 1 - Sevilla (España) 3 - Amistoso de Pretemporada 2016

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ÚLTIMO AMISTOSO INTERNACIONAL
River se le animó al Sevilla, pero sufrió la diferencia de jerarquía
Superado al inicio, logró emparejar el desarrollo hasta que los españoles acertaron de contra. Fue el estreno de Sampaoli.
En el cierre de su pretemporada, River tuvo un amistoso de los más exigentes. Ante un rival muy ofensivo, de mucha presencia y despliegue físico, la prueba resultó un interesante tubo de ensayo de cara al arranque de la temporada oficial. El Sevilla le ganó por 3 a 1 después de un desarrollo por demás intenso, a tono con dos equipos cuyos entrenadores tienen como premisa la búsqueda ofensiva y el esfuerzo constante para recuperar la pelota.

Para Marcelo Gallardo hubiera sido una pena si el partido no se jugaba, algo que estuvo a punto de ocurrir tras una lluvia acompañada por una fuerte tormenta eléctrica que se desató cuando los equipos habían salido a la cancha. Hubo que esperar dos horas y trece minutos para que se jugara (arrancó a las 22.13 de aquí, las 23.13 de la Argentina), pero seguro que para ambos técnicos y para el público que estuvo en el estadio de Disney (unas 3.000 personas) valió la pena la espera.

River se vio superado durante varios lapsos del partido, al punto de que Augusto Batalla fue uno de los mejores de la cancha, pero también mostró personalidad para intentar jugar en campo rival y también para poner en aprietos a un equipo que en el debut de Jorge Sampaoli mostró buena parte de la impronta de su técnico: llegada masiva al área rival, respeto por la pelota, y avidez por interrumpir con rapidez los avances rivales y asumir la iniciativa.

Furioso, el arranque de Sevilla sorprendió a River. En una misma jugada, cuando transcurría el primer minuto, a River lo salvaron una gran tapada de Batalla, un cierre de Leandro Vega y una pelota que dio en el cuerpo de Jonatan Maidana. Y a los dos, tras una mala salida de Camilo Mayada, River quedó mal parado y Gameiro entró solo por la izquierda para definir con elegancia para el 1 a 0.

River, que presionó mucho y bien en la salida del rival, no se desesperó luego de quedar en desventaja e inquietó al Sevilla con una llegada de Rodrigo Mora y otra de Andrés D’Alessandro, pero los intentos ofensivos del conjunto español seguían siendo mucho más dañinos.

Batalla le ganó un mano a mano a Mariano Ferreira, quien le ganó la espalda a Vega en una proyección, y otro a Gameiro, que recibió un taco para coleccionar de Iborra.

Y River casi lo empata en el cierre de la etapa inicial con un tiro a colocar de Mora y con una trepada de Mayada conectada por su compatriota y salvada con lo justo por el argentino Nicolás Pareja.

Una tapada de David Soria ante un tiro a colocar de Lucas Alario y un remate desviado de Pity Martínez, quien -al igual que cuando ingresó ante Motagua- volvió a jugar un buen partido, pusieron a River al borde del empate en el arranque del segundo tiempo, aunque antes el ingresado Joaquín Correa se había perdido el 2 a 0.

En el mejor momento de River, Ignacio Fernández falló en una salida, Sevilla encontró mal parada a la defensa y Konoplyanka estiró la ventaja. Poco después, N’Zonzi -elegido Man of the Match- puso el tercero tras un córner.

Giovanni Simeone, con un cabezazo, anotó el descuento de un River que perdió dos de los tres amistosos que jugó en este país (el otro fue ante América de Cali). Pero anoche lo hizo mostrando interesantes signos de vitalidad más allá de que el marcador final amenace con desmentir ello.

Estudiantes 3 - Atlas 0 - Copa Argentina 2015/2016

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POR LA COPA ARGENTINA, EL EQUIPO PLATENSE SUPERÓ A ATLAS EN UN CLIMA DE GRAN CONFRATERNIDAD
Pasó Estudiantes, ganamos todos
El conjunto de Vivas hizo valer la diferencia de categoría. Los planteles viajaron juntos a Salta, en un gran gesto.
Desde su contexto, afuera de la cancha, parecía un partido extraído del surrealismo: ambos planteles llegaron en micro separados pero coincidieron en el arribo: entonces los jugadores intercambiaron saludos y charlas amenas en el trayecto hasta los vestuarios. Algo que debería ser normal, pero nuestra “incultura” futbolera obliga a resaltar el dato. El primer paso se había dado en el viaje desde Buenos Aires hasta Salta: los planteles de Estudiantes y Atlas se trasladaron en el mismo vehículo para sacarle un poco de dramatismo a un simple -aunque importante- partido de fútbol.

Adentro del campo de juego el partido mostró dos caras bien distintas, una en cada tiempo. En el primero, las ganas y el amor propio del humilde Atlas que habita en Primera D, fueron la bandera que expuso para pelearle a Estudiantes. Y con este simple método se las rebuscó para tenerlo medianamente contenido. Esta cosas son las que regala un torneo como la Copa Argentina: por momentos, no parecen existir las enormes diferencias de jerarquía entre los futbolistas.

Había arrancado bien el Pincha, poniéndose en ventaja en el amanecer del encuentro con ese golazo de Julián Marchioni, que de zurda transformó en gol un precioso tiro libre. Iban apenas 4 minutos de juego, y los cerca de 200 hinchas del León dispersos en el estadio de refregaron las manos, para mitigar el frío por un lado, pero por otro, presintiendo que se venía una seguidilla de goles.

Pero los que presumieron los hinchas platenses no ocurrió, porque en la primera mitad Estudiantes se fue quedando y del andar dinámico y de la alta presión al rival en la salida de la pelota, pasó a un quedo notorio que Atlas supo aprovechar. Creció el trabajo de Alcaraz en el medio y de Portillo por su lateral. Un tiro libre de Julio Gauna obligó a Sappa a estirarse luego de un rebote y un centro de Alcaraz exigió que Desábato mandara la pelota al córner cuando en el corazón del área se relamía Gauna.

El Pincha se quedó a mitad de camino. Viatri no fue ni pivot efectivo ni punta peligroso, entonces perdió peso arriba. Solo las trepadas de Facundo Sánchez encendían algunas alarmas, pero sus centros no fueron aprovechados para aumentar el marcador.

En el complemento, Estudiantes jugó su mejor carta, una simple razón de categoría: hizo pesar su jerarquía y también su mejor potencia física. Así pasó a manejar los hilos ante un Atlas que sostenía sus sueños en la entrega y el amor propio, que para esta altura ya mostraban fecha de vencimiento.

Así las cosas, el segundo grito del Pincha cayó por decantación: luego de una serie de rebotes Facundo Sánchez, un lateral que jugó el 80 por ciento en campo rival, la empujó al fondo del arco. Luego vino el tercero de Augusto Solari y, tras cartón, el travesaño le devolvió a Auzqui lo que pudo ser el cuarto.

Pasó Estudiantes, con comodidad. Hizo tres, pudieron ser más. El León avanza en la Copa a paso firme. En el camino quedó Atlas y sus ganas y amor propio, argumentos que sucumbieron al final del camino ante la jerarquía de un equipo de Primera División.

sábado, 16 de julio de 2016

Rosario Central 1 - Villa Mitre 0 - Copa Argentina 2015/2016

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SUPERÓ A VILLA MITRE, UN EQUIPO QUE JUEGA EN EL TORNEO FEDERAL A
Central pasó con lo justo
A 15 minutos del final encontró el gol, marcado por Burgos, que le dio la clasificación. Lo espera Atlético de Rafaela.
Con todos sus titulares y ante un equipo de dos categorías más abajo, a Rosario Central le costó muchísimo vencer a Villa Mitre de Bahía Blanca, por los 32avos. de final de la Copa Argentina. Ahora, el equipo de Eduardo Coudet enfrentará a Atlético de Rafaela.

El encuentro fue en líneas generales parejo, con más opciones en la primera etapa, en la que el equipo bahiense (juega el Federal A) no pudo aprovechar las dos situaciones claras que generó. Formigo y Mugabure, los dos delanteros de Mitre, complicaron bastante a la defensa de Central. Lo tuvo Maxi Cantoni cuando apareció por el punto de penal y el remate pegó en el palo izquierdo del arco de Sosa.

Después, Mitre aprovechó bien una pelota parada tras una falla defensiva rosarina, pero Zárate por poco no conectó el balón, que se fue muy cerquita del palo derecho. Central intentó algo con las corridas de Marco Ruben, pero el goleador nunca pudo encontrar espacios para encontrarse cara a cara con el arquero. Mitre no concretó el mayor dominio y lo pagó caro.

Porque además, en la parte final, el árbitro Echenique le anuló un gol a Villa Mitre que dejó sensación de injusticia. Tras un tiro libre indirecto marcó Alan González pero el juez hizo gestos de que el defensor no había tocado la pelota.

Hubo muchas menos emociones que en la primera etapa, se prestaron mucho la pelota y casi no generaron jugadas. Central comenzó a mejor a partir de los 25 minutos, cuando Villa Mitre mostró signos de cansancio. Primero, un cabezazo de Montoya pegó en el palo y luego, el gol: tiro libre de Lo Celso, el arquero dio rebote -el único error en toda la tarde- y apareció por el punto de penal Esteban Burgos para decretar la clasificación de Central.

viernes, 15 de julio de 2016

Boca 2 - Independiente del Valle (Ecuador) 3 - Copa Libertadores 2016

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QUEDÓ ELIMINADO DE LA COPA LIBERTADORES
Boca empezó de fiesta y terminó derrumbado
Volvió a sacar ventaja muy pronto y pareció que se llevaba por delante a los ecuatorianos, pero cometió errores serios y facilitó la proeza visitante.
Fue derrumbe. Con estruendo y consecuencias de una implosión. De la cabeza a los pies, y en escasos 120 segundos, la confianza de Boca de llegar a una nueva final de la Copa Libertadores de América se hizo añicos y voló por el cielo de un barrio preparado para otra noche de gloria que terminó en doloroso funeral deportivo compuesto por un equipo que se diluyó hasta la nada y algo más de 50.000 hinchas a los que, como testigos espantados, les sobraron preguntas y les faltaron respuestas.

Fue como un flash. Entre la conversión de Cabezas -a los defensores de Boca les cabecearon dos veces en el movimiento previo- y el horror de Orión -comprometió a Cubas con un pase insensato- que significó la sepultura del partido, porque Julio Angulo convirtió el gol más fácil de su carrera, el minutero giró dos veces. Justo en un segmento del juego en el que la multitud esperaba un dominio absoluto de Boca que encarrilara el pasaje a la final.

Por el contrario, el sueño de Independiente del Valle sigue subiendo como un barrilete al que no se le corta el hilo. Más allá de lo que le depare el futuro, en su historia figurará un capítulo brillante que contará que en el año 2016 eliminó en Buenos Aires primero a River y después a Boca. Esta vez, a diferencia de lo que pasó en el Monumental, terminó manejando la pelota, defendiendo a morir luego de clavarle las banderillas a una bestia torpe que iba por instinto y con un Azcona (hasta atajó un penal de Lodeiro) que hizo nuevamente un aporte decisivo.

¿Qué le pasó a Boca? Varias cosas negativas y todas simultáneas. Como en un racimo y antes de que el duelo gastara su primera hora. Defendió mal y por esos errores tuvo que mover desde el círculo central. Tuvo a Carlos Tévez en la peor prestación individual desde que dejó la Juventus para volver a vestirse con los colores que ama. No apretó el gatillo cuando a continuación del 1-0 tuvo a los ecuatorianos servidos como para liquidarlos más fácil de lo imaginado. A Pavón, que arrancó como para figura, se lo llevó la corriente del desconsuelo cuando el marcador pintó el 1-3, aunque volvió a la escena cuando la misa estaba dicha.

Sin embargo, la historia de anoche tuvo un capítulo especial en el primer tramo. Aquella tempranísima barrida de Pavón en la propia nariz de Azcona pareció indicar que Boca le pasaría el trapo a un equipo ecuatoriano que no pudo disimular, sobre todo en los 20 minutos iniciales, lo que le pesaba la mochila de jugar en un escenario que pisaba por primera vez. Si movió la pelota y apenas le duró cinco segundos, porque el pase de José Angulo hacia atrás terminó en un pelotazo de Rizotto a la cabeza del Cata Díaz.

Fue una presión implacable, casi de modo asfixiante, la clave de ese arranque ganador del equipo argentino. Más algunos detalles puntuales: 1) el baile que Pavón le pegó a Ayala, a tal punto que el lateral izquierdo duró sólo 37 minutos en cancha; 2) la decisión y el criterio de Fabra para convertirse en un lateral-volante imparable, con centros de la muerte como en el gol de Pavón y en el derechazo de Jara en el travesaño; 3) el empuje de Zuqui y Pablo Pérez para recuperar rápido y reconstruir la pelota en nuevos ataques antes de que los ecuatorianos empezaran a elaborar algún contraataque.

Nada de importancia había pasado en el área de Boca cuando Orión bloqueó un disparo de Sornoza con mínimo ángulo. A continuación, la pelota le quedó a Caicedo, de frente, para clavar ese 1-1 que fue el principio del fin.

Se fue Boca de la Copa. Con ratos muy feos en el juego. Sin luces. Y el dolor de no ser ni poder.

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