Godoy Cruz 1 - 0 San Martín SJ - Copa Ciudad de Mendoza 2012

GODOY CRUZ 1 - SAN MARTIN DE SAN JUAN 0

Lesión de Villar, gol de Ramírez y lío final

Un típico partido de verano, con algunas buenas intenciones y otras tantas emociones que no llegaron a concretarse. En este ensayo para ir tanteando el ritmo futbolístico y darle rodaje a los jugadores tras la exigente rutina física, Godoy Cruz -en el debut de Pumpido como DT- le ganó 1-0 a San Martín por el certero centro de Castillón que Ramírez conectó de cabeza.

Paridad en el juego, con esquemas y estilos similares. Salida prolija desde el fondo y aproximaciones por los laterales. Con Diego Villar (a los 15 minutos se retiró con una distensión en el gemelo izquierdo) para darle fluidez a cada avance y con Poggi armando lío en cada desborde por la izquierda, ante la débil marca de Russo.

Lo tuvo dos veces Rubén Ramírez pero no lo supo definir (¡solo frente al arco la tiró por arriba del travesaño!) tras la buena triangulación entre Villar, Rojas y Caruso, y luego se le fue ancha con un potente envío tras desacomodar a Grabinski. También se lo perdió Penco en sendos cabezazos y el remate de Bogado se fue cerca.

Sin eficacia, el juego se cayó por la merma física. La aparición de Ramírez (había estado muy impreciso) marcó la única diferencia. En el final, el partido estuvo detenido cuatro minutos por incidentes menores en la tribuna visitante.

River 2 - 1 Racing - Copa Ciudad de Mar del Plata 2012

UN GOL DE ROGELIO FUNES MORI EN EL PRIMER TIEMPO Y OTRO DEL DEBUTANTE TREZEGUET EN EL SEGUNDO LE PERMITIERON LLEVARSE LA COPA

River gritó campeón con un Domínguez desequilibrante

Los dirigidos por Almeyda fueron superiores y tuvieron un mejor juego colectivo que Racing.

Quizá el año pasado, cuando se consumó el descenso, algún hincha de River haya pensado en perderse en el mar, como Alfonsina Storni hizo por estas latitudes. Pero 2011 quedó atrás. Entonces, además de quemar el almanaque, esos fieles millonarios recuperaron la ilusión. Es que 2012 ya entregó un guiño alentador en la búsqueda del ascenso: se ganó la Copa Ciudad de Mar del Plata, ante Racing, pero por encima de todo, tuvo brillo.

Y dos golazos -magnifique el de David Trezeguet- justo antes del Superclásico en Chaco. Gracias a Dios todavía existen los enganches, aquellos que se encargan de mantener vigente la esencia del juego con la "10" en la espalda. River lo tiene a Alejandro Domínguez, un crack sin época. Capaz de hacer jugar a todos sus compañeros al ritmo de su mente.

Hipnotiza al resto con sus pases exactos. Dan ganas de jugar a su voluntad. Y de sus pies nacieron los mejores momentos de un primer capítulo en el que su equipo pareció el de los viejos tiempos. Fue el Chori el que ganó una pelota ante Matías Martínez y dejó a Rogelio Funes Mori mano a mano con Sebastián Saja. El Mellizo definió con categoría, despojándose de todos los complejos. Y lo abrazó a Gustavo Ríos, el médico que lo acompañó en la recuperación de su lesión. También Domínguez merecía ese saludo efusivo.

Todo sucedió después de una maravillosa jugada de Giovanni Moreno, otro al que no le pesa llevar ese número emblemático en el dorsal. Fue un pase exacto el del colombiano que Lucas Castro no pudo dominar en primera instancia y terminó demorando en rematar, facilitando la contención de Daniel Vega. Y hubo otra acción maradoniana de Gio, apilando camisetas rojiblancas. Sin embargo, su tiro se perdió cerca del poste.

Sí, hubo dos talentosos que sacudieron la modorra del verano. Con una sustancial diferencia: el sentido colectivo de River. Porque mientras Racing sólo dependió de la inspiración de Moreno, su rival fue superior por su rendimiento homogéneo. Hubo solidaridad en el mediocampo que plantó Matías Almeyda. Con Ponzio impecable por la derecha y Cirigliano, una vez más, lúcido en cada asistencia. Con Fernando Cavenaghi moviéndos por todo el frente de ataque.

Con todas esas virtudes, River fue muy superior a Racing, que tuvo un problema central: un esquema que expuso a la defensa producto de la deficiencia del doble cinco. En un equipo corto, los Matías, Martínez -especialmente- y Cahais, sufrieron horrores. Y River llegó con facilidades. Por afuera, con las subidas de Ponzio y Vella por derecha. Saja tuvo trabajo extra. Se entiende por qué el Coco pide a gritos al Cata Díaz. Vega, en cambio, casi no la tocó. Porque Teo Gutiérrez jugó muy aislado y quedó un montón de veces en offside. Porque Iván Pillud, a pesar de que Basile le dijo que vaya para adelante, se cerró y casi no desbordó. Así, Racing quedó quebrado, a la luz de Gio y sin presencia en el área de enfrente.

Basile movió el banco. Afuera Pillud y Espinoza, adentro Aued y Zuculini. Y Racing mejoró. River sacó el pie del acelerador. La pelota, entonces, estuvo más tiempo con los jugadores de celeste y blanco. El problema que tuvieron todos ellos es que nunca fueron profundos. A excepción de ese mano a mano que Teo transformó en gol, bien anulado por Pablo Lunati, al fin y al cabo, su único acierto en un partido en el que dejó pegar demasiado. Entró Trezeguet. Definió bárbaro, con gala. Descontó Teo, de penal. Ganó River. Ganó el público. Después de tanto cero a cero, por fin hubo un buen rato de fútbol. Y goles, al cabo, lo más lindo de todo.

River vs. Racing - Copa Ciudad de Mar del Plata 2012

UN TRIUNFO DE CUALQUIERA DE LOS DOS LES HARA QUEDARSE CON UNO DE LOS TRIANGULARES VERANIEGOS

River y Racing ponen todo para reencontrar el fútbol

Basile utilizará a Moreno de media punta. Almeyda le dará minutos en cancha a Trezeguet.

River y Racing trajeron la lluvia a Mar del Plata y un diluvio de preguntas. ¿Podrán quebrar el peor arranque de los torneos de verano con un partido digno? ¿Le sacará ventaja uno a otro después de cuatro empates? ¿Terminarán con la dictadura del cero a cero? ¿Cómo funcionará el 4-4-1-1 que implementó Alfio Basile por las ausencias de Patricio Toranzo y Gabriel Hauche? ¿Jugará de entrada el campeón del mundo David Trezeguet para formar el tridente de oro que pretende Matías Almeyda? Todos esos interrogantes se develarán desde las 22.10, cuando la pelota vuelva a rodar en el estadio José María Minella. Será el cierre de la Copa Ciudad de Mar del Plata, ojalá que decoroso.

Al menos, el Coco y el Pelado decidieron colaborar con el espectáculo. Ambos técnicos, más allá de la diferencia generacional, coincidieron en presentar titulares. Basile, incluso, volverá a apostar a la dupla de colombianos, Giovanni Moreno y Teófilo Gutiérrez. Iván Pillud será volante por derecha y el paraguayo Marcos Cáceres, lateral. En el medio habrá doble cinco, con el chileno Gonzalo Espinoza, que impresionó al técnico.

Almeyda, hasta anoche, no había decidido si jugaba Trezeguet desde el vamos porque lo quiere llevar de a poco. Tampoco estaba confirmada la presencia de Daniel Vega en el arco, ya que se suponía que Leandro Chichizola alternaría en estos amistosos estivales. De todos modos, anoche, en el hotel Sheraton, el Indio pintaba de entrada bajo los tres palos.

Antes de viajar hasta aquí, los suplentes de River jugaron un partido entrenamiento ante Deportivo Morón y ganaron 4 a 0, con dos goles de Luciano Vila, uno de Mauro Díaz y otro de Cristian Insaurralde. Y por la tarde, en la reunión de Comisión Directiva, ya se hablaba de las charlas que los dirigentes empezaron con Fernando Cavenaghi para la renovación de su vínculo. El capitán, que pretende retirarse con la banda roja sobre el pecho blanco, quiere un contrato mejorado con fecha de vencimiento en 2015. Entonces, colgaría sus zapatos goleadores.

Boca 0 - 0 San Lorenzo - Copa de Oro 2012

EL EQUIPO DE MADELON FUE SUPERIOR AL DE FALCIONI, PERO NO DEFINIO UN PARTIDO EN QUE LOS URUGUAYOS RESULTARON PROTAGONISTAS

San Lorenzo estuvo cerca de quebrarle el invicto a Boca

Sebastián Sosa, la figura, le atajó un penal determinante a Salgueiro. Y Bueno, en su debut, respondió.

Extraño en su propio cuerpo se sentía el campeón. Con una camiseta que habrá sido la primera de sus 107 años de vida, pero lo pintaba como Juventus. Con poquitos de los titulares que dieron la vuelta olímpica en diciembre. Definitivamente, el de anoche no parecía Boca. Lo que fue un calco de este verano es el resultado: otro empate, el tercer cero a cero consecutivo, con algo más de ritmo que los anteriores, pero igual de insípido.

La historia del primer tiempo fue escrita por uruguayos. Imposible de comparar con la gloriosa pluma de Mario Benedetti, pero a ellos hay que decirle Gracias por el Fuego. A Salgueiro, porque intentó siempre, con esa llama interna encendida a pesar de sus problemas personales. A Sebastián Sosa, porque no se le quemaron los guantes en los momentos decisivos, cuando su compatriota lo sacudió a la salida de un tiro libre y en el penal del último minuto, producto de la infracción que Caruzzo le cometió a Bottinelli. A Bueno, que por instantes fue picante y mostró que no llegó a San Lorenzo para tomar mates con su socio de ataque.

Empezó mejor de lo que terminó San Lorenzo. Con los charrúas agitando a una defensa que no contó con la protección de su mediocampo. A fin de cuentas, el secreto del Boca que se coronó en el Apertura siempre estuvo en ese sector de la cancha. Y anoche, al margen de la presencia de Chávez, los volantes no pudieron frenar a sus colegas azulgranas. Desde los pies de Kalinski, rápido en la recuperación, astuto en la distribución, San Lorenzo se imponía en la zona de gestación y Romagnoli intentaba habilitar a los delanteros.

El problema es cuando al Pipi lo desgastan haciéndolo correr hasta el lateral para tapar al carrilero rival. ¿Era necesario? Es evidente que para Madelón no es indispensable. Encima, en el segundo tiempo, entró Ortigoza por el Pipi (con dolores) y se armó el esquema que más le gusta al DT: 4-4-2.

Terminó mejor de lo que empezó Boca. Porque a los 25 minutos, creció Mouche, bien acompañado por Guillermo Fernández, que de cantante de tango tiene poco, pero hay que decir que no desafinó nunca y metió un caño. Siempre atinado por la derecha, tuvo encuentros interesantes con Mouche, desnudando las deficiencias de los laterales azulgranas, en especial por el sector de Adrián Martínez.

Pero la más clara de Boca se produjo en el desenlace del primer tiempo, cuando Chávez habilitó a Mouche. Champagne fue veloz para tapar el mano a mano. El complemento fue equilibrado en el juego, pero sin vuelo. Casi no llegaron a los arcos. San Lorenzo terminó con diez, porque Madelón hizo todos los cambios y Bottinelli se fue lesionado. Una anécdota, casi como este clásico.

Boca vs. San Lorenzo - Copa de Oro 2012

BOCA-SAN LORENZO, DESDE LAS 22.10

Una nueva noche de clásico

Está igual que siempre Mar del Plata, con su multitud de turistas despreocupados. Los mismos que se multiplican en cada rincón de estas arenas. Los que colapsan la Peralta Ramos con destino a Punta Mogotes o las playas del Sur. Sí, no modificó su identidad la ciudad del verano. El que parece diferente es el campeón. Porque esta noche, en su estreno 2012, Falcioni apostará a unos pocos titulares.

Tan distinto es este Boca que enfrentará a San Lorenzo que se vestirá como Juventus. Eso sí, el objetivo es el de cada temporada: dar la vuelta olímpica a nivel doméstico, con la yapa internacional que representa la Libertadores, sin descuidar los Superclásicos. Falcioni guarda sus cartas para el primer duelo con River, en Chaco, el miércoles 25.

San Lorenzo juega con lo mejor que tiene. Con Champagne otra vez en el arco. Con el pibe Pacheco, porque Villar todavía es un sueño. Con Romagnoli, porque a pesar de que Madelón pretende un 4-4-2, Ortigoza no estará en la primera fecha por suspensión. Habrá derecho de admisión para Rafa Di Zeo y Mauro Martín. ¿Habrá buen fútbol después de los tres aburridos partidos anteriores?

River 0 - 0 Estudiantes - Copa Ciudad de Mar del Plata 2012

OTRO EMPATE DESCOLORIDO EN LA COPA CIUDAD DE MAR DEL PLATA

River y Estudiantes, fricción y poco fútbol en el verano

Fue un partido sin vuelo, con escasas emociones, en el cual River quiso más de lo que pudo.

Si alguien creyó que podía haber alguna diferencia de categoría entre Estudiantes y River, se equivocó. Por más que uno juegue en Primera y el otro lo haga en la B Nacional, los dos mostraron poco y nada de lo que necesitan para ser campeones. Sin luces, sin ritmo, sin emociones, construyeron un nuevo bodrio de verano que ni siquiera alteró el marco de las tribunas, pobladas como nunca antes este enero.

Y sí, tenía razón Matías Almeyda. Estos partidos no sirven para nada. Mucho menos, si se juegan con tan bajo nivel en esta etapa en la que las piernas no responden y, por lo visto en este partido, el cerebro tampoco. Lo que se observó anoche fue más de lo mismo que dejaron los primeros dos choques anteriores: velocidad desmedida, fricción, poca claridad, escasas situaciones y el fantasma de las lesiones. Sí, como le sucedió a Basile ante el propio Estudiantes con Gio Moreno, Agustín Pelletieri y Gabriel Hauche; y a Leonardo Madelón y Ramón Díaz en el clásico del jueves con los pibes Juan Palomino y Fabián Monserrat, ayer el que lamentó un averiado fue el Vasco Azconzábal, que reemplazó a Ré en el primer tiempo.

En ese contexto, River apostó a la tenencia de la pelota, pero no tuvo explosión en los metros finales. Y Estudiantes, a pesar de que su ataque parecía partido por la distancia que había entre los delanteros y los mediocampistas, generó las jugadas más claras. La mejor, ese remate de media distancia de Juan Sebastián Verón que Vega mandó al córner con su mano izquierda.

La Bruja fue un viejito piola entre tantos pibes. Por su nitidez mental, le dio opciones de juego a un Estudiantes algo más aplicado que River atrás, más allá de que cortó el juego con varias faltas (Germán Delfino le perdonó la vida a Verón y al Chapu Braña hasta que no tuvo otra opción que amonestar a Gabriel Mercado por una violenta infracción al uruguayo Díaz). Fue el capitán de Estudiantes, además de ese tiro que tapó el arquero de River, el que le metió un pase bárbaro a Mariano González, cuyo desborde no terminó en gol de Mauro Boselli, porque el atacante se la llevó por delante. González tuvo otra posibilidad, pero su remate a la carrera rebotó en el cuerpo de Luciano Abecasis, que cruzó justo en la boca del arco de Vega.

River dejó claro que su esquema se perfila para el 4-3-1-2, con Vega sumando en esa pulseada por el arco que libró con Leandro Chichizola y Carlos Sánchez jugando por izquierda porque no podrá jugar ante Almirante Brown porque está suspendido por acumulación de amarillas. En definitiva, Rogelio Funes Mori jugó porque David Trezeguet aún no está a punto y Ezequiel Cirigliano tendrá que seguir firme en el medio para no perder su lugar con Leonardo Ponzio, que tuvo su bautismo en el complemento, sin pena ni gloria.

Un tiro libre suyo, que pasó muy lejos de Albil, fue lo más cerca que River estuvo del gol. ¿El remate cruzado de Cavenaghi que pegó en un defensor y se perdió en el tiro de esquina? Difícil apuntarla. Lo que le faltó a River, fundamentalmente, fue precisión, porque el Chori no estuvo fino y Cavenaghi siente el peso de la pretemporada, y profundidad. Por eso no inquietó a Damián Albil, que sólo vio pasar la pelota cerca de su arco cuando Domínguez disparó desde lejos, totalmente desviado.

Si el primer tiempo había sido decididamente malo, el segundo tiempo fue peor. River pareció encerrar a Estudiantes en los primeros minutos. Pero sólo consiguió un par de córners. Después, volvió a tener el control de la pelota pero lució inofensivo. Entonces, los técnicos empezaron a hacer uso de los cambios para probar juveniles. Salieron los experimientados Verón y Cavenaghi, ingresaron los pibes Dylan Gissi y Luis Vila, ambos de 19 años. Almeyda también mandó a la cancha a Arano y Andrés Ríos por Díaz y Domínguez. Pero poco se modificó bajo la luna de Mar del Plata. Y en el final, daba vergüenza aplaudir. Colorados deberían ponerse los jugadores por semejante el desastre que hicieron en nombre de la pelota.

River vs. Estudiantes - Copa Ciudad de Mar del Plata 2012

ESTA NOCHE, EN MAR DEL PLATA, DEBUTARIA PONZIO Y VERON SERA TITULAR

River y Estudiantes, con regresos

El show debe continuar. Con titulares o con suplentes. Con partidos aburridos o emocionantes. Con piernas duras o con la frescura de jóvenes-adolescentes. Esta noche, a partir de las 22.10 (televisa Fox Sports), la rueda del fútbol seguirá dando vueltas en Mar del Plata. De un lado estará este River que revoluciona con su Operativo Retorno. Del otro, un Estudiantes que tendrá a su estrella: Juan Sebastián Verón jugará desde el silbato inicial.

La Copa Ciudad de Mar del Plata es la excusa. El conjunto de La Plata, por este mismo torneo, debutó el martes empatando ante Racing 1 a 1. River, en cambio, hará su presentación en el verano. Y para su entrenador, Matías Almeyda, será una prueba para ajustar tornillos. Pondrá en la cancha a la defensa que tiene en mente: Luciano Abecasis, Jonatan Maidana, Ramiro Funes Mori y Juan Manuel Díaz. Leonardo Ponzio, una de las incorporaciones, viajó hacia La Feliz y estaría hoy desde el arranque. David Trezeguet, la otra cara nueva, se quedó en Buenos Aires para continuar mejorando su preparación física.

Estudiantes, por otra parte, meterá en el campo a los principales hombres, formando un equipo que acumula varias batallas ganadas. Hoy, por ejemplo, siete de los titulares (Cellay, Desábato, Ré, Braña, Verón, Gastón Fernández y Boselli) también estuvieron en la final de la Copa Libertadores ganada contra Cruzeiro (triunfo por 2 a 1), en Belo Horizonte, hace ya más de dos años. Hoy, el contexto es otro. La realidad, también. Los nombres, casi los mismos.

San Lorenzo 0 - 0 Independiente - Copa de Oro 2012

EL EQUIPO DE RAMON DIAZ FUE APENAS SUPERIOR, PERO AL IGUAL QUE EL DE MADELON NO SUPO ENCONTRAR EL GOL

Recién se atacaron en el final y a ninguno le alcanzó

Sólo hubo emoción en el último cuarto de hora. El cero no se rompió por los palos y por Champagne.

Partido de verano típicamente argentino, a orillas del mar, con músculos endurecidos, mentes poco claras y demasiada juventud. La historia de todos los eneros. Con algún chispazo emo- tivo sobre el final, sobre todo cuando en dos minutos de furia, Nahuel Benítez (San Lorenzo) y Patricio Vidal (Independiente) clavaron un remate cada uno en el palo. El partido tenía destino de 0-0 y Nereo Champagne, con un par de buenas atajadas, terminó haciéndolo realidad.

¿Mereció algo más Independiente? Tal vez. Pero no hubo goles, ni al principio ni al final de este arranque de la Copa de Oro en la que además juega Boca. San Lorenzo comenzó mejor: en un contexto de imprecisiones varias, al menos intentaba. Y lo hacía a través de un Gabriel Méndez movedizo, intrépido, decidido: cuando lo atacaba a Argachá, generaba algún suspiro para abandonar la monotonía. Méndez hacía la primera, pero nadie se le sumaba para hacer la segunda...

Y así, alguna situación con algo de peligro generaba el equipo de Madelón. De ahí a acertarle al arco ya era otra historia: Gigliotti cabeceaba por arriba, se demoraba en probar o se le iba alto o afuera. Todo seguía en cero. Los dos equipos se parecían en lo táctico. En Independiente, Patito Rodríguez jugaba por la izquierda y el conector con el único punta era Villafañez. En San Lorenzo, Méndez era el mediapunta.

Patito e Iván Pérez se buscaban entre los de Independiente, aunque en verdad se encontraban poco. El equipo de Ramón empezó a crecer a partir de las trepadas de Busse por derecha, buscando siempre a Brian Nieva. Un Nieva que no pudo con Champagne... A Independiente lo refrescaron los ingresos de Fabián Monserrat, Núñez, Lucas Kruspzky y Vidal. Creció Patricio Rodríguez y el Rojo buscó romper el cero. Entre el palo y Champagne se lo impidieron. No hubo caso: la noche en que la barra del Rojo protestó contra el presidente Cantero, el gol brilló por su ausencia en Mar del Plata.