Atlético Tucumán 2 (6) - The Strongest (Bolivia) 0 (5) - Copa Libertadores 2020
Sabía bien Atlético que debía comenzar con todo, llevándose a su rival por delante. Y así lo hizo. Durante los primeros 45 minutos práctimante no le dio respiro al conjunto boliviano. De arranque nomás se metió de lleno en el campo de su rival e intentó, de a ratos con fútbol y otras veces con ganas, quebrar el arco de Daniel Vaca. Fue Leandro Díaz quien arrancó avisando. Una. Dos. Pero nada. También lo hizo Javier Toledo. Sin embargo, la fórmula del gol llegó, en realidad, de una pelota parada y por intermedio de un defensor.
Desde un córner todo empezó cambiar. Un beso a la pelota de Guillermo Acosta, centro ideal y la cabeza, casi de palomita de Marcelo Ortiz, abrió el camino de la alegría. Pero no todo fue una fiesta. Porque pese a que fue un monólogo, también Atlético pasó por varios sustos, sobre todo en el cierre de la parte inicial. Una desconcentración dejó sólo a Lucchetti que reaccionó a tiempo y evitó que Marvin Bejarano, con un remate al ras, casi iguale el compromiso.
En el complemento nada podía cambiar para Atlético. Y aunque The Strongest salió un poco más decidido, Lucas Melano -como lo había hecho durante el primer tiempo- se puso el equipo al hombro y llevó, siempre quebrando por la derecha, a que su equipo fuera por más. Y vaya si funcionó. Es que de tanto ir e insistir el volante mandó un gran centro que Leonardo Heredia cambió por gol: 2-0.
El desgaste ya estaba hecho. Entonces aparecieron los penales. Y Lucchetti, ese que tantas alegrías les dio a los tucumanos durante muchos años, se convirtió en el héroe, una vez más. Atajó dos, también metió el suyo y dejó que Atlético avanzara. Bien merecido lo tiene.