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viernes, 6 de mayo de 2016

Programación - Fecha 14 - Primera División 2016

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Zona 1

Viernes 6 de mayo
21.15 | Quilmes A.C. - Godoy Cruz de Mendoza. Árbitro: Jorge Baliño.

Sábado 7 de mayo
16.00 | Vélez Sarsfield - Colón de Santa Fe. Árbitro: Nicolás Lamolina.
17.45 | San Lorenzo de Almagro - River Plate. Árbitro: Mauro Vigliano.

Domingo 8 de mayo
14.00 | Arsenal F.C. - Rosario Central. Árbitro: Fernando Espinoza.
20.45 | Gimnasia y Esgrima La Plata - Independiente. Árbitro: Juan Pablo Pompei.

Lunes 9 de mayo
19.00 | Olimpo de Bahía Blanca - Banfield. Árbitro: Germán Delfino.
21.15 | Sarmiento de Junín - Patronato de Paraná. Árbitro: Diego Abal.


Zona 2

Viernes 6 de mayo
19.00 | Unión de Santa Fe - Argentinos Juniors. Árbitro: Pablo Lunati.

Sábado 7 de mayo
15.30 | San Martín de San Juan - Temperley. Árbitro: Federico Beligoy.
15.30 | Newell's Old Boys - Defensa y Justicia. Árbitro: Néstor Pitana.
20.00 | Racing Club - Estudiantes de La Plata. Árbitro: Darío Herrera.

Domingo 8 de mayo
16.15 | Lanús - Aldosivi de Mar del Plata. Árbitro: Fernando Rapallini.
18.30 | Boca Juniors - Huracán. Árbitro: Mariano González.
20.00 | Atlético de Rafaela - Tigre. Árbitro: Saúl Laverni.


Interzonal

Domingo 8 de mayo
17.45 | Atlético Tucumán - Belgrano de Córdoba. Árbitro: Patricio Loustau.

Boca 3 - Cerro Porteño (Paraguay) 1 - Copa Libertadores 2016

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BOCA DERROTÓ A CERRO PORTEÑO 3-1
La magia de Tévez puede más que todos los fantasmas
Carlitos fue clave para cerrar la serie con Cerro Porteño con un triunfo. Hizo el primero de penal y, cuando todo se complicaba, abrió las jugadas del segundo y del tercero. El rival en cuartos será Nacional de Uruguay.
La Copa Libertadores es el equivalente a la Champions League en Sudamérica. Poco se le parece salvo en el valor deportivo. En este torneo los chicos vencen a los grandes, los campeones se quedan afuera muy pronto cuando deben defender el título y todo está rodeado, muchas veces, de más mística que fútbol. En ese escenario, hay un muchacho que se viste de azul y oro, lleva un 10 plateado en la espalda y conjuga la magia en los pies con el fuego en el corazón, algo que en Europa vale tanto como el oro. Se llama Carlos Alberto Tévez y es el encargado de conducir la nave de los sueños que nacen en la República de La Boca cobijando a los suyos bajo su manto protector.

Difícil pensar que el partido pudiera complicarse en una Bombonera repleta, con la ventaja de la ida y un penal a favor antes de los dos minutos de partido. Todo eso tuvo Boca de su lado apenas iniciado el pleito. Fue un arranque esperanzador, que al hincha ya lo ponía a pensar en Nacional, y por qué no en Central, y por qué no en San Pablo, o Mineiro, o Atlético Nacional. El cantito iba más allá incluso, volvía a sonar el “vamo’ a traer la Copa a la Argentina” de otras tantas noches gloriosas de Copa.

Diez minutos duró la euforia. Tan sólo diez, que se esfumaron como desaparecía en el aire esa volátil arena que copaba el campo de juego a lo largo y a lo ancho. Y el Apache, figura, también fue claro cuando analizó el juego del equipo: “Entramos dormidos, a pesar del penal, igual sentimos que no estábamos bien”. Y fue claro en que no había excusas: “Muchos no jugamos el fin de semana y estábamos descansados. Hay que sacar un aprendizaje de lo malo que fue el primer tiempo. En estas instancias no nos puede volver a pasar. Tuvimos suerte porque acá te equivocás y pagás”.

Boca se apresuró cuando debió poner la bola bajo la suela y jugar con inteligencia. El partido se hizo entretenido no tanto por la claridad de las llegadas, sino por la sensación de peligro que generaba cada equipo al merodear el área rival.

Es imposible no detenerse en dos factores decisivos para que a Boca todo se le hiciera cuesta arriba. Debía calmarse el equipo y manejar la pelota. Pero a los Mellizos se les fueron cayendo los soldados como piezas de un dominó y tan solo Pablo Pérez quedó entre los jugadores de esas características. Con todo lo que implica ese futbolista en el que conviven el doctor Jekyll y Mister Hyde. Ni Meli como interior ni Erbes desde el círculo central podían hacerse cargo del equipo simplemente porque no están para eso. A Boca, por la coyuntura, no parecía quedarle otra entonces que prepararse para sufrir.

El otro problema fue el estado del pasto. Con arena por todos lados, hasta Carlitos Tévez, acostumbrado a los terrenos del Fuerte Apache desde pibito, tenía problemas para controlar la pelota. ¿Cómo no le iba a costar a los demás? Con desenfado, los paraguayos pusieron a los argentinos contra las cuerdas explotando las espaldas de Jara con Cecilio Domínguez y con Beltrán ganando todo por arriba. El medio pasó a ser una autopista y Boca, de a ratos, tan sólo veía cómo chocaba contra una pared al tiempo que cada rechazo propio terminaba en los pies visitantes.

Con Cerro jugado al ataque, empezaron a aparecer los espacios y así pasó a ser cuestión de que en la Bombonera no ocurriera lo mismo que en el Monumental 24 horas antes: una tenía que entrar. Y fue Pavón, ese pibe que un año antes se “prendió fuego” en River justamente porque es un pibe y recién está empezando, quien lo definió con esa confianza. Lo hizo apuntalado por un pase tras la pausa -esa tan justa y necesaria- y el amague de Tévez, el pilar necesario, el emblema que resiste dolores y que tal vez entra poco en juego, pero que cuando lo hace es para gritar un gol y dar una asistencia y que, además, aporta esa calma en el medio de la tormenta. Es el capitán perfecto para navegar por aguas tan turbias como las de este océano traicionero que es la Copa. Con él y por él, que sostiene una estantería que parecía caerse a pedazos por culpa de las lesiones, Boca sueña con la séptima Libertadores.

Rosario Central 3 - Gremio FBPA (Brasil) 0 - Copa Libertadores 2016

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LUEGO DEL 1-0 LOGRADO EN LA IDA DISPUTADA EN PORTO ALEGRE, APLASTÓ A GREMIO CON UNA GOLEADA
A su manera, Central lo liquidó rápido y después sólo disfrutó
Lo hizo con una mezcla de contundencia y de fútbol. Lleva gritados 17 goles en los 8 partidos de la Libertadores.
Rosario Central redondeó una serie perfecta. Fueron 180 minutos con mucha soldiez y jerarquía los que tuvo el equipo de Eduardo Coudet, lo que le permitió avanzar a los cuartos de final y alimentar el sueño de ganar la Copa Libertadores, el único objetivo que le queda por delante en el semestre luego de quedar fuera de la pelea en el torneo doméstico. Con demasiada autoridad, se sacó de encima a un complicado rival. Y a base de resultados, pero sobre todo de rendimiento y de goles, el equipo rosarino hace crecer las esperanzas. Y también a fuerza de goles. Central hizo 17 goles en los ocho partidos que lleva jugados por la Copa.

Le salió bien a Coudet apostar por los mismos nombres y un esquema idéntico al que utilizó la semana pasada en Porto Alegre, de donde Central se llevó un triunfazo, inclinando la serie a su favor. Volvió a jugar la carta de Esteban Burgos al lado de Alejandro Donatti como zagueros centrales y Pinola marcando punta por la izquierda. Una defensa con menos salida que con Cristian Villagra, pero con más contención y equilibrio defensivo.

Central empezó a liquidar la serie ya en el amanecer del encuentro. La primera pelota que cayó en el área de Gremio, Marco Ruben la cambió por gol. Tras una excelente asistencia de Walter Montoya, el 9, entre el intento de parar la pelota y querer cachetearla, desacomodó al arquero Marcelo Grohe.

El 1-0 fue un síntoma de lo que iba a pasar en la noche rosarina. Porque si bien el conjunto brasileño adelantó sus líneas y encontró algo de juego asociado a las espaldas de Damián Musto, Central tuvo el equilibrio para dominar el partido y sentenciar la serie en su segundo avance. Se jugaban apenas 23 minutos. Cervi encaró con habilidad por la derecha y cuando entró al área, Hermes lo tumbó. Penal y, otra vez, el goleador Ruben facturó. Central tuvo cien por ciento de efectividad en el primer tiempo. Y así le dio un golpe de nocaut al conjunto brasileño.

Gremio se desmoronó completamente y Central le agregó más agresividad a su juego, logrando perforar por ambos costados tanto con Montoya por la derecha como con José Luis Fernández por la izquierda. Si algo le faltaba a Central para coronar su noche perfecta era encontrar más contundencia. En su tercera aproximación al arco rival, Cervi ejecutó con precisión un corner y Donatti (cuarto gol en esta Copa) metió un cabezazo implacable para que la victoria se transformara en goleada y el Gigante de Arroyito delirara.

Con el triunfo consumado, Coudet se dio el lujo de sacar a Ruben para cuidarlo de cara al choque de cuartos de final con Atlético Nacional de Medellín. Y la noche perfecta se completó con un Central a puro toque y con el “ole” que bajaba de los cuatro costados.

Aldosivi 0 (3) - Deportivo Morón 0 (5) - Copa Argentina 2015/2016

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OTRA SORPRESA EN LA COPA ARGENTINA
Morón eliminó a Aldosivi
Fue 5-3 en los penales, luego de empatar sin goles. En tres encuentros disputados, es el segundo club del ascenso que elimina a uno de Primera.
Siempre hay revancha, refleja un viejo axioma del fútbol. Hace un año, Nicolás Angelotti atajaba en Acassuso y se llevó las palmas al haber detenido dos remates para eliminar a Morón en la serie de penales. Ayer, en su debut como titular, se calzó nuevamente el traje de héroe para contener otro penal y así el equipo del oeste bonaerense superó por 5-3 a Aldosivi y logró otro histórico pase a los 16avos de final, etapa a la que solo llegó en 2012/13 y donde luego lo superó San Lorenzo.

Ofrecieron un juego equilibrado y desnudaron sus falencias en las áreas. Aldosivi estuvo condicionado mayor tiempo por la expulsión de Sebastián Penco (le dio un codazo a Broggi) y no tuvo profundidad en el ataque, lo que explica por qué solo ganó uno de sus últimos once partidos. Morón, lejos de pelear por el ascenso en la Primera B, también sufrió la expulsión de Matías Pardo (codazo a Rivero) aunque generó más opciones como los derechazos de Giménez y Mendieta más la jugada donde la picó Rossi y luego no pudo definir la zurda de Mayola.

jueves, 5 de mayo de 2016

Ganador - Fecha 13 - Gran DT Primera División 2016

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EL PAMPEANO RUBÉN LAGHI DIRIGIÓ EQUIPOS LOCALES Y AHORA SE QUEDÓ CON LA FECHA DEL GRAN DT
Un ganador, con la ventaja de ser técnico
Rubén Alberto Laghi, el mago de esta fecha del Gran DT nació y vive en Realicó, provincia de La Pampa, tiene 55 años, es hincha de River y trabaja en una empresa frutihortícola. Y no es ningún improvisado en el rubro futbolístico: jugó en clubes de la Liga de su localidad y otras vecinas y es director técnico. Dirigió a los locales Ferro y Sportivo.

“Me gusta mucho el fútbol. Jugamos todos los años al Gran DT con un grupo de amigos, somos cerca de veinte y además de competir en el torneo oficial hacemos una especie de torneo interno entre nosotros. Ya el viernes estamos mirando las formaciones de los equipos”, cuenta. Para conquistar esta fecha, Rubén hizo siete cambios: “Los hice porque varios grandes estaban con la Libertadores y no iban a jugar con titulares.

Los que más me sumaron fueron Bieler y Amoroso, a quienes puse por primera vez en mi equipo, y Sand, que lo he mantenido todas las fechas”. La fórmula que utiliza Laghi es: “Elegir partidos donde puedan prevalecer los más poderosos. También busco jugadores de equipos chicos que no son tan vistos, pero son buenos. Y también algo de corazonada”.



Atlético Mineiro (Brasil) 2 - Racing 1 - Copa Libertadores 2016

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RACING TENÍA CONTROLADO AL MINEIRO, EN SU CASA, PERO UNA FALLA DEFENSIVA LO ELIMINÓ
Un gran partido no alcanzó para seguir con vida
Estuvo en el mejor nivel del semestre pero no le alcanzó para sostener el empate que había alcanzado. Pratto, de cabeza, clasificó a Mineiro.
Las injusticias están presentes en la vida. A todo momento. Cuando se camina por la calle, cuando se mira la TV, cuando se leen los diarios. Y el fútbol no escapa a eso. Porque ayer Racing quedó eliminado de la Copa Libertadores después de jugar el mejor partido en el semestre. Sí, la Academia mereció pasar de ronda, pero le tocó quedar afuera por dos errores y la figura descomunal de Lucas Pratto. Y ganó Atlético Minerio. Las lágrimas con las que Luciano Aued abandonó la cancha lo explicaron todo: a Racing se le escapó el gran sueño continental en tierras brasileñas.

Se sabía que no iba a ser un partido sencillo. Por el rival y también, por el estadio. Todos aquí, en Belo Horizonte, repitieron en la previa como si fuese algo premeditado: “Mineiro, en esa cancha, no pierde”. También se escuchó -y mucho- la famosa historia de los primeros quince minutos. Fuegos artificiales, una acústica de teatro, mosaicos en las tres tribunas y una enorme bandera con la Copa Libertadores izada en el medio del show. Así empezó a jugarse el partido.

Pero Racing mostró aplomo. Con un plantel batallador y solidario, no salió a meterse atrás. Enfrente, Robinho estaba errático, los laterales bien controlados y los volantes, presionados. Por eso sorprendió el gol de Carlos. El error de Pillud -no tiró la pelota al lateral- fue determinante. Pratto guapeó, metió el centro y Carlos, con Grimi estático y sin anticipo, salió a festejar.

No se achicó Racing ni se dejó vencer en desventaja. Siguió con su plan. Y tardó nada en llegar la igualdad. Es cierto que fue infantil el penal de Donizete a Lisandro López, pero lo de Licha fue notable. Ayer, jugó un primer tiempo perfecto. No solo porque definió con categoría desde los doce pasos; sino por todo lo que corrió y jugó. Fue una injusticia que su cabezazo en el minuto final se fuera desviado.

Muchas veces se lo ha criticado a Sava por los planteos, pero hay que decir que ayer el equipo hizo el partido que tenía que hacer. Decirlo es fácil, se sabe. Ricardo Noir tocó poco la pelota y jugó bien: no gravitó Douglas Santos. El delantero lo corrió solo cuando fue necesario; después, se estacionó en la derecha, arriba, para que el lateral mire más para atrás que para adelante. Otra posición clave fue la de Luciano Aued, el capitán. El volante jugó más adelantado de lo que lo hizo en Avellaneda y siempre fue una complicación para los medios brasileros que no pudieron manejar la pelota. En el resto, aplomo, compromiso y confianza. Lo de Lisandro, se dijo, fue ejemplar.

La segunda parte arrancó con un remate de Pratto en el palo y eso despertó a Racing: le hizo recordar su esquema. Nada de especular tirando el equipo para atrás. Desde aquel tiro del ex goleador de Vélez en el travesaño, la pelota fue patrimonio celeste y blanco. Tomó el control del partido la Academia como pocas veces lo había hecho a lo largo del ciclo del Colorado. Los torcedores silbaban, protestaban y buscaban darle ánimo equipo: no lo lograron.

Lo tuvo Óscar Romero con un remate cruzado que atajó Víctor con un manotazo salvador. Se sucedieron un par de ataques que no terminaron en peligro porque se falló en el pase final. Casi Lisandro cantó el segundo: Víctor le retuvo el grito. Todo era de Racing. Pero Nicolás Sánchez cometió una falta evitable y el centro terminó en gol de Pratto, que anticipó a Pillud. Era una pelota que debió rechazar el arquero. Ibáñez salió tarde. Y esa duda terminó siendo fatal.

Después, tapó un penal. Y le dio vida a Racing, que buscó con orgullo pero ya sin piernas ni ideas. No llegó el empate merecido. Pero estos jugadores se pueden quedar tranquilos: dieron todo.

River 1 - Independiente del Valle (Ecuador) 0 - Copa Libertadores 2016

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River chocó contra un arquero enorme y adiós a la Copa
Ganó 1-0 y no le sirvió para revertir la serie ante Independiente del Valle. Pegó dos tiros en el travesaño. Y Azcona, gran figura, evitó varios goles.
Mucho habrá que remover en la inmensa historia de River para encontrar una victoria con más cara de derrota que la de anoche. El drama deportivo que se presagió desde temprano -nunca fue, es, ni será sencillo remontar un 0-2 para recién igualar la serie- terminó de concretarse en la medida que el arquero Librado Azcona (paraguayo de Caacupé, 32 años) construyó una tarea estupenda hasta convertirse en Superman con halo de invencible.

A pesar de andar con el alma atravesada por la frustración, será de hincha con escaso sentimiento hacerle un reproche formal a un equipo que desbordó por todos lados a su rival, que generó situaciones de peligro como para golearlo, que con su guardavallas vencido impactó dos veces la pelota en el travesaño y que, finalmente, demasiado tarde para lágrimas, se quedó con un triunfo absolutamente inservible.

¿Fue River un concierto de virtudes? Para nada. Sí, en cambio, fue superior a su oponente de cabo a rabo. ¿Qué le faltó? Puntería en muchos casos, algo más de fortuna en otros casos y errarle a Azcona en la mayoría de las oportunidades.

Entonces, ¿cuáles fueron los méritos de Independiente del Valle para estar en octavos de final de la Copa Libertadores? Ninguna. Excepción hecha tener a Azcona en una noche inigualable y que Arturo Mina se hiciera muy importante al rechazar el 70% de los envíos aéreos que llovieron en el área.

Salvo el Atlético de Madrid dirigido por Diego Simeone, no hacen historia los equipos que juegan solamente a defenderse. El conjunto ecuatoriano contraatacó una sola vez con peligro y Barovero evitó el 0-1 frente a José Angulo. El resto de los minutos los pasó sufriendo y rezando, recuperando la pelota y perdiéndola a los dos segundos, cortando con infracción y amontonando gente a 10/15 metros de su arco.

Para que al menos el lector sospeche cómo fue el escenario del juego, River atacó hasta con los pelotazos largos de Barovero, como en ese movimiento que Alonso la bajó de pecho y D’Alessandro desvió su zurdazo. Mercado y Ponzio entendieron como los mejores que el partido pedía mucho toque, alta circulación y tratar de imponer supremacía numérica en el último cuarto de cancha.

A pesar de la superioridad técnica de uno sobre otro, pronto se notó que podía dar dividendos un doble 9, un delantero que confundiera a los centrales cuando Alonso salía de la zona central del ataque para juntarse con los que llegaban con pelota dominada. Y ese atacante era Alario, a quien Gallardo puso en la cancha recién a los 11 minutos de la segunda etapa.

El diagnóstico no estaba equivocado porque desde su ingreso, el ex puntero de Colón llenó de problemas a dos centrales que terminaron hundidos contra su arquero. Alario convirtió el gol, clavó un cabezazo en el travesaño y dispuso de otras tres chances para revertir la historia.

El gol llegó a 12 minutos del final cuando la escenografía mostraba sin vueltas que había un dominado y un dominador. Pero River anduvo merodeando la hazaña, el cierre épico pero no le alcanzó.

Por Azcona, por la suerte y también porque cuando necesitó jugar un poquito más volvió a darse cuenta de que esta versión 2016 tiene poco y nada de aquella que ganó la Libertadores del año pasado. Este equipo remendado del que habló Gallardo en las últimas semanas llegó hasta donde le dio el piolín. Y ese cruce facilongo que algunos pronosticaron irresponsablemente es ahora una eliminación dolorosa con mucho para lamentar.

Independiente 2 - San Telmo 1 - Copa Argentina 2015/2016

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SAN TELMO FUE UN RIVAL INCÓMODO Y LE HIZO PARTIDO AL EQUIPO DE PELLEGRINO
Independiente sufrió, pero pasó
Leandro Fernández y Claudio Aquino marcaron para el Rojo. Descontó Oviedo y Anchoverri fue figura.
Fueron 36 los minutos que le demandó a Independiente romper el cerco perimetral que le impuso San Telmo. Cuando pudo exhibir la diferencia de jerarquía, convirtió y se sacó de encima a un rival incómodo. Así, anoche en Formosa, consiguió la clasificación a 16avos de final de la Copa Argentina.

Se trató de un partido pálido, frío para Independiente. El gol demoró en llegar lo que necesitó el Rojo para romper las dos líneas defensivas que plantó San Telmo. Ese 5-4-1 se tornó rocoso porque el “Candombero” se abroqueló bien atrás. La idea de San Telmo era esperar y dejar pasar el tiempo. Lo consiguió en la primera media hora.

En ese tiempo, Independiente dependió mucho de los intentos individuales, careció de ingenio y las veces que generó peligro lo hizo a través de remates de media distancia, especialmente de Jorge Ortiz. Y también tuvo notables intervenciones Anchoverri, el arquero de San Telmo, como desviarle un tiro al Marciano, un cabezazo a Denis y un mano a mano a Benítez.

Independiente allanó el camino al gol por Tagliafico, en el andarivel izquierdo. Cuando logró asentar la línea de tres atrás y que Tagliafico se sumara al mediocampo, ahí encontró la llave para abrir a la defensa de San Telmo. Tagliafico recorrió esa banda con aciertos y sus centros siempre inquietaron. Y de tanto insistir, el ex Banfield aceleró por izquierda, se la entregó a Fernández, quien la dominó con criterio y la mandó a guardar.

En el inicio del complemento, el equipo de Mauricio Pellegrino siguió con ese ímpetu de ataque. Un centro de Fernández abrazó el gol de Aquino. Cuando daba la sensación de que ese tanto podía ser la sentencia del resultado, inmediatamente San Telmo reaccionó: un rebote infantil de Campaña le permitió a Nahuel Oviedo descontar.

A partir de ahí, el conjunto de la B Metropolitana se animó un poquito más, pero no pudo plasmar esas intenciones de arrimar peligro en verdadero acecho para Independiente. Salvo en una de las últimas jugadas: un cabezazo de Julián Fernández que tapó bárbaro Campaña. El paso de los minutos con la chapa tan ajustada, sin embargo, provocó algunos temblores por no poder liquidarlo. Y San Telmo redondeó una digna actuación.

Independiente tampoco fue un vendaval de fútbol e ideas asociadas. Aquino y Fernández desperdiciaron un par de oportunidades, Vera y Rigoni dilapidaron dos clarísimas en el descuento y lo transformaron en figura a Anchoverri, pero en rigor el equipo de Avellaneda no arrinconó a San Telmo y, salvo en las jugadas de los goles, la diferencia de categoría entre uno y otro equipo no se notó demasiado. ¿Virtud de San Telmo o deficiencias de Independiente? Con el ánimo caído por la despedida anticipada del torneo, el Rojo jugó con las fuerzas que le quedaron.

La victoria significa para Independiente apenas el deber cumplido por haber eliminado a un adversario que milita dos categorías abajo. Nada más.

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