Arsenal 2 - 0 Estudiantes

Perdió 2 a 0 ante un Arsenal que encontró los goles gracias a dos pelotas paradas. Esa, en definitiva, fue la gran diferencia entre el equipo de Gustavo Alfaro y el de Miguel Angel Russo, quien con el de anoche acumula 10 encuentros sin triunfos (5 con Racing y otros 5 en su actual club).
No dio, en ningún momento, la sensación de que tanto Arsenal como Estudiantes estaban jugando por una copa internacional (y representando al país...). Para nada. Es más, esa primera parte, por el rendimiento de ambos equipos, se pareció muchísimo a un choque de pretemporada. Con labores individuales flojitas y con dos esquemas bien similares (4-4-2), no se sacaron ventajas. Ninguno hizo los méritos suficientes como para abrir el marcador.
Va un dato contundente: dos de las tres jugadas de peligro se generaron por errores ajenos o por casualidad. La primera, de Arsenal. Iban 10 minutos de juego cuando un zurdazo de Cristian Trombetta se fue cerca del palo de Justo Villar. Esa jugada, precisamente, arrancó con un remate de Jorge Ortiz que rebotó en Mauro Obolo.
El regalo le quedó al ex Tigre que no supo aprovecharlo. La primera situación de riesgo de Estudiantes, a los 16, tuvo como origen un mal rechazo de Burdisso y luego lo mostró como protagonista a Mauro Boselli, quien no logró resolver ante la salida alocada de Cristian Campestrini.
La única jugada que se dio por mérito propio fue para el equipo visitante y se dio en el mismísimo cierre: córner milimétrico de Leandro Benítez buscando a Leandro Desábato. El central, incómodo, cabeceó la pelota de pique al suelo y Campestrini debió exigirse al máximo para evitar el gol.
Mucha fricción, pelotazos sin destinos al por mayor y con poco y nada de claridad fueron los factores que conspiraron contra las pocas buenas intenciones que mostraron Ortiz, Leguizamón, Benítez y Gastón Fernández. Poquito.
En el complemento, de arranque nomás, Luciano Leguizamón, con fortuna, inició la maniobra que desembocó en el primer gol de la fría noche. Su tiro libre cerrado se desvió en la cabeza de Benítez y descolocó a Villar. Ese gol, de todas maneras, no cambió demasiado las coordenadas del partido.
Mejoró un poco Arsenal con la tranquilidad de la ventaja. Estudiantes quiso variar desde los nombres y desde el esquema. Russo mandó a la cancha a Mariano González y decidió defender con tres. Pero nada cambió. Fue más de lo mismo. Y después del cabezazo de Burdisso, de espaldas al arco (buena ejecución de Leguizamón), quedó la sensación de que Arsenal dio un pase gigante para meterse en la próxima ronda.