Independiente Rivadavia 0 (4) - River 0 (3) - Copa Argentina 2025
EMPATARON 0-0 EN EL KEMPES, PERO LOS DE BERTI SE IMPUSIERON 4-3 EN LA SERIE
Independiente Rivadavia le dio otro duro golpe a River en los penales y jugará la final de la Copa Argentina
La lluvia fue protagonista y ninguno pudo romper el cero. En la definición, el arquero Centurión (ex River) le atajó a Borja; hubo dos tiros desviados y Villa lo definió para un triunfo histórico.
Al menos en el primer tiempo, fue un partido atípico a lo que últimamente se ve en el fútbol argentino. Los dos equipos salieron a jugar y a intentar lastimarse. Eso hizo que el desarrollo se hiciera de ida y vuelta, con mucha velocidad.
Para que saliera de esa manera, mucho tuvo que ver la determinación de Alfredo Berti, quien plantó a Independiente Rivadavia no tan cerca de su arco y con la intención de pelearle la pelota a River. Dejó jugar el equipo mendocino y eso le permitió al equipo de Gallardo encontrar más espacios y contar con más tiempo para mover la pelota.
La otra intención del conjunto mendocino fue apostar a aprovechar los espacios a espaldas de los laterales o de Juan Portillo para -como se suponía- explotar la velocidad de Sebastián Villa. Las veces que el colombiano entró en juego hizo gala de su rapidez, pero no resolvió bien las jugadas.
River tenía contenido a los laterales por esa razón, aunque Acuña se proyectó un poco más que Montiel. Y cuando pudo se animó al arco. Como en esa acción en la que Centurión dio rebote a un remate del campeón del mundo y después Studer sacó en la línea el disparo de Nacho Fernández.
River pateó mucho. Sobre todo, desde afuera del área. Conocían a Centurión ya que surgió del Millonario y fue compañero de la mayoría de sus rivales y también dirigido por Gallardo. No es tan alto para ser arquero y los jugadores de rojo y blanco buscaron aprovecharlo.
Juanfer fue el que más pateó. Y uno de esos remates dio en el palo. El colombiano también fue de lo más activo en la primera parte. Jugó e hizo jugar. Pero no tuvo buen acompañamiento ya que a Nacho le costó y los delanteros no entraron en sintonía, sobre todo Sebastián Driussi, quien se lesionó otra vez y fue reemplazado en el primer tiempo por Facundo Colidio.
Independiente Rivadavia sintió el cansancio y quedó a merced de River, pero resistió hasta irse al descanso. Ya sobre el final de la primera parte, se largó una lluvia torrencial que llenó de charcos el campo de juego del Kempes y el segundo tiempo comenzó más de media hora después de lo estipulado. Y para que el partido pudiera seguir metieron aspiradoras y secadores.
Pero el complemento fue otro partido. El agua condicionó el desarrollo. Había zonas en las que no se podía transitar. Y la pelota se frenaba. A esa altura ya era jugar como se podía. No les quedó otra a los dos equipos que tirar la pelota hacia adelante y no arriesgar. En ese contexto, el estado del campo de juego favoreció más a Independiente Rivadavia por su estilo de juego más directo. River buscó juntar pases, pero le resultó difícil.
Villa fue uno de los que mejor interpretó el momento y con sus chispazos complicó al fondo de River y obligó a Portillo a salir a cruzar a los costados para hacer relevos y a Martínez Quarta a estar atento.
Borja estaba en la cancha desde el inicio del segundo tiempo, pero no pesaba. Gallardo volvió a mover el banco con piernas más frescas y metió a Meza y a Jaime (metió un planchazo que con VAR hubiera sido roja), por Juanfer y Nacho. El pibe, por la izquierda, generó desequilibrio, pero Colidio terminó mal varias jugadas. Lo tuvo Rivero con un cabezazo y dio en el travesaño. Y hubo otro de Galoppo en el descuento que sacó Centurión.
La larga noche cordobesa terminó en los penales. Y ahí River sucumbió de nuevo en un mano a mano en este segundo ciclo de Gallardo, que no sale a flote. Ahora, se quedó sin la posibilidad de un título y su clasificación a la Copa Libertadores está en riesgo.