Racing 3 - Peñarol 1 - Copa Libertadores 2025
FRANCO PARDO MARCÓ EL GOL DE LA VICTORIA 3-2 EN EL FINAL
Cuando todos apostaban por los penales, Racing ganó con el corazón en un final de locos y está en cuartos
El 2-1 obligaba a definir desde los 12 pasos y los dos técnicos hicieron los cambios para eso (Costas puso a Cambeses). Pero el gran cabezazo de Pardo clasificó a la Academia en el descuento.
Entonces, la cancha se transforma en una fiesta. Se arma el pogo en la popular. Y rápido de reflejos, desde los altoparlantes se acompaña el cancionero con música de ocasión. Racing es feliz y alimenta su sueño continental con un triunfo inolvidable, que se parece bastante al mano a mano de 1997, cuando también eliminó a Peñarol, aunque en los octavos y en una épica definición por penales.
Racing dominó en el primer tiempo y si el partido terminó igualado en ese período se debió a un momento de debilidad. Con convicción, amor propio y una intensidad que supo ser su sello en la conquista de la Sudamericana y la Recopa, tomó del cuello a Peñarol.
Hubo una modificación clave para encarar este duelo decisivo. Consciente de que se iba a desarrollar un juego físico, eligió a Balboa como extremo por izquierda. Y ese 3-4-3 mostró bastante de lo que había hecho fuerte a Racing en un pasado no muy lejano.
Justamente Rocky forzó una falta de Gularte con la raya y desde la pelota parada llegó el grito celeste y blanco. Ejecutó Rojas, ganó Rojo en el cielo del área, ningún uruguayo logró rechazar y Maravilla recobró su contundencia.
Racing lo ganaba muy temprano, pero no supo sostenerse en la ventaja. En el momento en el que tenía que calmar la ansiedad, fue por más. Y Peñarol, que parecía groggy, empezó a manejar la pelota a partir de sus atildados volantes centrales, Remedi e Ignacio Sosa. Y lo empató enseguida con un córner de Trindade que martilló Herrera.
Se sintió el impacto, justo cuando la gente estaba en éxtasis. Y hubo momentos de zozobra. Y se planteó un ida y vuelta, con Racing envalentonado a partir de las proyecciones de Martirena y Rojas por los laterales y, sobre todo, la movilidad de Solari, que asistió a Maravilla, pero no pudo con Cortés, que bloqueó el disparo con su pecho.
Lo mejor de Racing estuvo en el juego aéreo. Con balón detenido o con centros desde los costados, ganó en el área uruguaya. Hubo un gol anulado a Rojo tras un tiro libre de Rojas. Roldán tuvo que recurrir al VAR porque hubo un claro empujón del zaguero sobre Méndez.
El primer tiempo terminó con el equipo argentino plantado en el campo rival. Y el complemento lo encontró con la misma postura. Peñarol también. Se metió atrás, un poco empujado por Racing y otro tanto porque la estrategia de Diego Aguirre estaba enfocada en el contragolpe.
Y lo tuvo Santiago Sosa con un cabezazo, pero tapó Cortés. Y hubo una gran combinación entre Rojas y Balboa que hubiera configurado un golazo, pero el uruguayo le erró al arco. A esa altura, el conjunto carbonero defendía con cinco atrás porque Cabrera era casi un lateral bis. Hasta que ingresó Milans y Gularte reforzó la zaga.
Con Nacho Sosa como estandarte, Peñarol hizo pie en el medio. Y dejó a Cabrera de frente al gol, pero Rojo cruzó con categoría. Y se lo perdió el propio Sosa porque le faltó alma de delantero.
El partido se rompió. Y aunque Almendra había crecido desde el manejo y la recuperación en la segunda etapa, Costas mandó a la cancha a Vergara. También entró Nazareno Colombo por un agotado Rojo. Había cuatro delanteros en la cancha, cada vez más inclinada hacia el arco de Cortés.
Sobraba corazón, faltaba claridad. Hasta que Vergara se filtró en el área, sacudió al primer palo, tapó Cortés y Gularte se llevó puesto a Maravilla. Y el propio goleador lo resolvió con un remate inapelable. Pero sufrió Racing. Porque se desbocó y Roldán echó a Rojo -que ya había sido reemplazado- y a Bruno Zuculini. Arias se vistió de héroe en el último arrebato de Peñarol. Y cuando los penales conducían a Cambeses, apareció Pardo. Y fluyó la victoria. Tan necesaria. Tan celebrada.