Peñarol 1 - Racing 0 - Copa Libertadores 2025
SE DURMIÓ EN UNA SEGUNDA JUGADA TRAS UN TIRO LIBRE Y CAYÓ 1-0
Racing no pudo con Peñarol en una dura batalla copera y ahora está obligado a darlo vuelta en el Cilindro
La Academia jugó uno de los peores partidos del ciclo de Costas. Acertó muy pocos pases y no pateó al arco. Para la revancha deberá hacer una profunda autocrítica para seguir en la Copa.
Cortado, con más faltas que situaciones frente a las áreas, un árbitro al que le pesó sacar las tarjetas en el inicio y tuvo que ser corregido por el VAR en el final. Peñarol y Racing casi no jugaron en una primera etapa que tuvo de todo, incluso una gran polémica, menos fútbol. A fin de cuentas, apenas hubo 17 minutos de tiempo neto.
Y en este contexto, la Academia la sacó barata. Porque Nazareno Colombo, que lesionó a Leo Fernández, podría haber sido amonestado mucho tiempo antes. Raphael Claus recién le mostró la amarilla a diez minutos del epílogo de la etapa inicial. Porque le volvió el alma al cuerpo a todos esos fieles que coparon la tribuna visitante cuando el brasileño se rectificó frente al monitor y dio marcha atrás con la tarjeta roja para Adrián Maravilla Martínez. Porque en tiempo adicionado, Maximiliano Silvera no tuvo puntería y su remate se estrelló en el travesaño.
Sí, Racing solo pudo valorar que no viajó en desventaja al entretiempo. Porque, aunque es cierto que el partido fue parejo, Peñarol tuvo la posibilidad más clara. El equipo de Gustavo Costas no logró articular más de tres pases seguidos. Siempre había un jugador uruguayo para anticipar.
Entonces, la pelota larga no encontraba receptores porque los centrales locales se imponían ante Maravilla y Santiago Solari. La mejor chance terminó en un gol anulado a Gastón Martirena. Había posición adelantada del propio Solari en el arranque de una jugada en la que Claus dio ley de ventaja, muy a pesar de un planchazo sobre Duván Vergara.
Racing llegó a Montevideo con su esquema habitual, ese 3-4-3 en el que suele ser bien directo, pero en el que también necesita de Agustín Almendra para la gestación del juego. Y el ex volante de Boca pocas veces pudo conectar. Por eso el duelo entre los rioplatenses tuvo demasiados roces. Primó el aspecto físico por encima de cualquier intento de elaboración pulcra. Para colmo, el campo de juego lucía muy desparejo.
Peñarol inquietó con Fernández, luego reemplazado por David Terans, y Silvera. Javier Cabrera profundizó por la derecha. Empujó el conjunto uruguayo. Y Racing se sostuvo con sus centrales firmes, especialmente Santiago Sosa.
Maravilla no tuvo demasiada influencia en el ataque. Javier Méndez le ganó casi siempre. Incluso, en una jugada que el goleador buscó conectar con un taco y terminó golpeando con su suela en la cabeza del zaguero uruguayo. Claus vio sangre y mostró la roja. Después, corrigió vía VAR.
Era difícil imaginar un segundo tiempo tan flojo, pero charrúas y criollos lo hicieron posible. Volvió a predominar la pierna fuerte de unos y otros. Costas empezó a mover el banco. Salió Vergara, descolorido por la izquierda, y entró Tomás Conechny. Sin embargo, las variantes que modificaron el partido fueron de la mano de Diego Aguirre. Los ingresos de Diego García y Matías Arezo fueron clave. Y ya estaba Terans, dicho está, por la lesión de Fernández.
García y Arezo habían anunciado el gol. El ex volante de Estudiantes pinchó para el atacante, que superó a Colombo, pero definió desviado al primer palo. Y un ratito después, desataron las gargantas del Campeón del Siglo. Fue a partir de un centro cruzado de García, un anticipo de Arezo que le ganó en el cielo del área a Rojas y un cabezazo de Terans en las narices de Arias, que salió tarde y mal.
Ya estaban Bruno Zuculini y Franco Pardo en la cancha y en desventaja Costas sumó otro centrodelantero, Elías Torres en lugar de Solari. También debutó Marcos Rojo en reemplazo de Colombo, que a esa altura estaba jugando gratis.
No obstante, nada funcionó. Cortés se quedó con el último centro, arrebato de una noche para olvidar. De los peores partidos del ciclo de Costas. Repetirlo será su condena en la arena internacional.