Estudiantes 1 - River 2 - Copa Sudamericana 2014

EL PRÓXIMO JUEVES JUGARÁN LA REVANCHA

River dio otra muestra de su enorme poderío

Se lo dio vuelta a Estudiantes y le ganó 2-1 en La Plata, por la ida de la Sudamericana. Entre Copa y torneo local lleva un invicto de 29 partidos.

El exabrupto pintó al equipo. Cuando a River empató 1-1 contra Lanús en la Fortaleza, Marcelo Gallardo, en el vestuario y en caliente, soltó una frase: “El equipo me demostró que tiene carácter. Si le quieren ganar a River, lo van a tener que matar. No le tienen que dar chances de revertir el resultado”. Anoche, en La Plata, Estudiantes hizo un primer tiempo brillante y complicó al River arrollador. Pero en el segundo tiempo el equipo de Mauricio Pellegrino bajó la intensidad y dejó crecer al elenco de Marcelo Gallardo. River no perdonó y los jugadores demostraron que tiene jerarquía de sobra. Aquella frase del entrenador volvió a tomar preponderancia.

Es que en estas eliminatorias de 180 minutos, los trabajos de los técnicos quedas expuestos, para bien y para mal. Tanto Marcelo Gallardo como Mauricio Pellegrino movieron sus fichas. Y ambos cambiaron de sus posiciones naturales a los talentosos: Román Martínez en el local; Leonardo Pisculichi, en la visita. Eso en lo particular. En lo general, Estudiantes salió hecho una furia a disputar el partido. River, en cambio, a hacer un partido inteligente.

Conviene ir por casos. Estudiantes y Román Martínez. Apostó Pellegrino a un doble 5 más combativo (Gil Romero y Damonte) e incluyó a Román por izquierda y a Correa por derecha. Estudiantes ganó con la idea, pero Román perdió. No siente ese puesto y la línea lateral lo agobia. A los 9 minutos, en una contra, el volante demostró que ahí no se halla. Manejó mal el balón. La salida de Román (a los 22) favoreció la idea. Correa se fue a su lugar preferido, la izquierda, y Carlos Auzqui entró y le planteó un partido intenso a Vangioni. Y ahí se agrandó la furia pincha. Los extremos desbordaron cuando quisieron.
El gol de Vera fue justicia para el primer tiempo. El tanto, también, obedece a la idea de Pellegrino: presionar la salida rival. Estudiantes fue sólo a los centrales y cuando River sorteó el ahogo, se replegó. Claro, el incansable Vera se aprovechó del exceso de confianza de Funes Mori y se fue a gritar el primero a la popular.

Pisculichi y River. Esta vez, Gallardo falló. Se presume que la intención fue jugar 4-4-2. Pisculichi jugó de volante por derecha. Le sucedió lo mismo que a Román Martínez: no se halló. Si River no alineó a Guido Rodríguez de titular (Sánchez de volante y Pisculichi al banco) fue por la pelota parada. Pero el Millonario apenas contó con un tiro libre a favor. Estudiantes lo desbordó por ambas bandas y las ayudas defensivas estuvieron ausentes. No encontró, River, cómo vulnerar la batalla que propuso Estudiantes.

Pero, se sabe, el conjunto de Gallardo vive un momento de gracia en el terreno futbolístico. Y, aunque el fantasma de la salida en falso de Funes Mori haya rondado durante el resto del encuentro, River persistió en todas las certezas que encontró en su idea de juego. Fue con ganas y tuvo paciencia. Y, además, contó con la fortuna en el rebote del segundo gol, luego de un centro de Carlos Sánchez. Entonces, el voluntarioso Estudiantes de Pellegrino se encontró con una derrota que tuvo buena parte de convencimiento de su rival y otro tanto de fortuna. River se volvió a casa con un resultado ideal para sus aspiraciones. Y sostuvo su momento ideal, claro.