Argentina 1 - 0 Venezuela
LA ERA DE SABELLA EN LA SELECCIÓN EMPEZO CON UNA VICTORIA
Un ensayo que trajo una sonrisa
Otamendi marcó el único gol, de cabeza, luego de un centro de Messi. Hubo pocas señales de cambio.
Eso sí, la construcción de un gol de pelota parada no debe pasarse por alto. Marca registrada en el Estudiantes de Sabella, tuvo su sello con el centro de Leo y el cabezazo de Nicolás Otamendi, quien aprovechó las facilidades que le ofrecieron su tocayo Fedor y el arquero venezolano Rafael Romo. Un síntoma positivo, tanto como el buen rendimiento de Martín Demichelis en su regreso al equipo nacional. El cordobés fue un pilar. Dos cruces suyos en la puerta del área, ambos ante Frank Feltscher, fueron determinantes. También, las intervenciones de Sergio Romero, ratificando sus condiciones, algo que convenció a los últimos tres entrenadores.
Tal vez Sabella tenga que revisar el mediocampo. Lucho González puede ser un socio de toque para Messi, pero expone a Javier Mascherano. Y Ricky Alvarez va mejor de lo que vuelve. Por eso complica a Marcos Rojo, que sufrió horrores cada vez que el Maestrico González volcó el juego por su sector. Hubo huecos muy grandes que Venezuela aprovechó, fundamentalmente, en el segundo tiempo. Con Javier Pastore, Messi también se sintió cómodo y se tiraron paredes.
Hay sanas intenciones. Con el control de la pelota como premisa, característico en la era Batista, pero con mayor profundidad. Higuaín no está tan estático en este esquema, participa del circuito y si faltó cambio de ritmo colectivo se debió a la elevadísima temperatura, unos 35 grados en un campo de césped sintético. Lo que se advirtió es algo de lo que pretende Sabella: versatilidad táctica. En el momento en el que Zabaleta dejó la cancha, Federico Fernández entró para armar una línea de tres centrales y Di María se ubicó como doble cinco junto a Mascherano. Y el 4-3-3 se corporizó en un 3-4-1-2, con Messi suelto por todo el frente de ataque y Agüero de segunda punta. ¿El resultado? Importa, claro. Después de la Copa América, los dirigentes ya no admiten perder ni los amistosos.