EL EQUIPO DE ARRUABARRENA VOLVIÓ A GOLEAR A ZAMORA, FUE 5-1 EN BARINAS
Boca despertó a tiempo y otra vez metió cinco
Dio vuelta la historia a partir del ingreso de Colazo, que hizo dos golazos. El Burrito Martínez marcó otros dos y Chávez uno. Y la racha crece...
Sigue firme este Boca. Protagoniza en Argentina, donde pelea arriba en el largo torneo de 30 equipos. Protagoniza acá, en cada destino que ofrece la Libertadores. Lo volvió a hacer anoche, en Barinas: perdía ante Zamora, lo dio vuelta, terminó metiendo cinco goles como en la ida, y va hacia los octavos de final. Los números no mienten: no perdió en ninguna de sus diez presentaciones oficiales de 2015.
Se ve y se siente distinto desde adentro. Los esfuerzos parecen más grandes, la pelota luce más difícil de controlar, cada corrida es la de un atleta. Se observa también quiénes son los que hablan, a quiénes pertenecen las voces de mando. Desde allí, detrás de uno de los arcos, justo al borde del campo de juego, lo vivió Clarín.
Grita el Cata Díaz desde el fondo y Boca se para unos metros más adelante. Ese grito es también un síntoma: el equipo de Arruabarrena dominó el partido desde lo territorial y desde la tenencia de la pelota. Pero falló en las áreas en ese primer tiempo en el que sus intérpretes ofensivos se equivocaron seguido. Martínez y Carrizo por las bandas no conseguían desequilibrar y en el centro, de nueve, Calleri estaba más preocupado en la lucha que en acercarse al gol.
El comienzo no fue la mejor versión de este Boca de paso firme. Le faltó una marcha más. Y precisión en los últimos metros. También, por momentos, se dejó llevar por las asperezas que ofrecía el Zamora. Con esa intensidad del central Peraza, capaz de rechazar a cualquier lado sin inhibiciones y de gritarle “no jodas” al árbitro Luiz de Oliveira en cada una de sus decisiones. Con esos codos siempre arriba de Galezo. Queda una impresión al borde del campo: da miedo saltar frente a ese defensor.
Más allá del dominio de Boca el que golpeó fue Zamora. A los 18 minutos, tras una floja respuesta de Sara (dio un rebote largo), Murillo apareció y estableció el 1-0 luego de empujar la pelota con su mano. ¿Tuvo esa intención o fue sólo un contacto imposible de impedir? Queda la duda incluso después de ver varias repeticiones.
Lo que Boca sugirió en el primer tiempo lo consiguió en el segundo tiempo: a los seis minutos -tras los dos cambios en el entretiempo- empató a través de una aparición de Martínez, quien definió picándola. ¿Era off side? No. Igual, los venezolanos protestaron...
Otros seis minutos después, a través de un tiro libre ejecutado por Colazo (uno de los ingresados), Boca lo dio vuelta. Justo después de la expulsión de Vargas. Quedó claro un rato después: era la noche de Colazo. A los 25, con un notable zurdazo desde afuera del área, estableció el 3-1. A esa altura se escuchaba mucho más la barra de Boca que el tibio apoyo de un público desacostumbrado a las grandes citas. Era una señal de una victoria a la que sólo le faltaba el decorado, esos goles de Chávez y de Martínez, que le pusieron números de goleada al epílogo.
