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jueves, 7 de agosto de 2014

Kashiwa Reysol (Japón) 2 - Lanús 1 - Copa Suruga Bank 2014

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EN TRES SEMANAS PERDIÓ LA RECOPA, LO ELIMINARON DE LA COPA ARGENTINA Y AYER SE QUEDÓ SIN LA SURUGA BANK
Otra frustración para Lanús
El equipo del Mellizo Guillermo Barros Schelotto cayó en Japón, sobre la hora, por un penal que el árbitro inventó.
Lanús sumó, en apenas 21 días, tres frustraciones. En el final del partido, el árbitro surcoreano Kim Jong-Hyeok sancionó un penal inexistente a favor del Kashiwa Reysol y no hubo tiempo para modificar la historia. En cambio, la bronca por el fallo encendió el ánimo de algunos jugadores: Diego González se fue expulsado por golpear a un rival, mientras que otros terminaron insultando y empujando a sus rivales. Esa imagen final, los jugadores protestando y un barra retirado del campo de juego por la seguridad local, contrastó con la que el equipo de Guillermo Barros Schelotto había dejado en Belo Horizonte, cuando perdió 4-3 en tiempo suplementario y aceptó dignamente la derrota.

Luego del Mundial de Brasil, la agenda oficial de Lanús estaba completa. Y la ilusión de sumar dos nuevas copas internacionales, intacta. El 16 de julio, tres días después de la derrota de Argentina ante Alemania en el Maracaná, Lanús recibió al Atlético Mineiro por la final de ida de la Recopa Sudamericana. Perdió 1-0 y el miércoles 23 jugó la revancha en el Mineirao. Ganó 2-1 en la agonía del tiempo reglamentario y forzó un suplementario, que terminó perdiendo 4-3 con dos insólitos goles en contra. Primera frustración.

Antes de viajar a Japón, el 27 de julio, Lanús jugó su primer encuentro en la Copa Argentina, ante Colón. Perdió 1-0 y quedó eliminado demasiado pronto.

En Japón, ayer, otra vez se quedó con las manos vacías. Luego de un buen comienzo, con presión en la zona media, el equipo argentino fue cediendo terreno y pelota al conjunto japonés. Sobre el final de la primera etapa, un error en la salida del equipo del Mellizo le permitió a Leandro asistir a Takayama, quien anotó el primer gol con un toque suave ante la salida de Marchesín. A los 12 minutos de la parte final, Somoza probó al arco desde afuera del área, la pelota se desvió en el Masushima y descolocó al arquero Sugeno, quien luego tuvo un activo protagonismo en los incidentes del final. Iban 44 minutos cuando Kano se metió en el área, marcado por Braghieri, tropezó y cayó. El árbitro sancionó penal, Leandro lo transformó en gol, el partido se calentó y tuvo un desenlace violento.

En sólo 21 días, Lanús sumó cuatro derrotas y se quedó sin Copas. Unas semanas para el olvido.

jueves, 31 de julio de 2014

Bolívar (Bolivia) 1 - San Lorenzo 0 - Copa Libertadores 2014

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LA DERROTA EN EL DESCUENTO NO MANCHÓ UN PLAN ASTUTO, APROVECHANDO EL TRIUNFO POR 5-0 DE LA IDA
A San Lorenzo el juego copero lo puso en esa final que soñó toda su vida
El equipo de Bauza hizo historia. Por primera vez, los de Boedo llegan a una instancia decisiva de la Libertadores. Ahora lucharán por la coronación ante Nacional de Paraguay.
La altura de La Paz, viejo estigma del fútbol argentino, resultó ayer -más allá de la derrota mínima- un espacio precioso para la historia de San Lorenzo: por primera vez en su gloriosa vida, se clasificó a la final de la Copa Libertadores. Sí, ante Bolívar, tras aquel encuentro de ida mágico y con goleada (cinco a cero, en el Nuevo Gasómetro) consolidó su ventaja y se abrazó a un nuevo hito en el recorrido. Ahora, en las próximas dos semanas, los azulgranas tendrán la inmensa posibilidad de terminar con esa suerte de maldición del ámbito internacional. Enfrente estará el asombroso Nacional de Asunción, que viene de eliminar en la otra semifinal a Defensor Sporting.

San Lorenzo demostró, otra vez, que estaba preparado para esta Copa. Tras aquella primera rueda traumática, en la que la clasificación quedó en territorio de milagro, el equipo de Edgardo Bauza se transformó. Pasó de las dudas que su historia cuenta a la verdad de su actualidad de equipo copero , bravo, bicho , intenso. Contra los brasileños fue astuto y ahora, contra la revelación de esta edición (este Bolívar del mítico Xabier Azkargorta), actuó como un equipo convencido. Pero no sólo por aquella ventaja devastadora bajo el cielo de Buenos Aires; también por lo ofrecido en esta ciudad que tantos inconvenientes generó en cada visita de equipos argentinos (con el 6-1 de la Selección de Maradona como principal ejemplo de los padecimientos).

En el Hernando Siles, San Lorenzo ofreció un plan. Austero, sencillo, inteligente. No se complicó nunca; se agrupó siempre. Recortó posibilidades al rival en otro aspecto central que la altura ofrece como variante de ataque: los remates de media y de larga distancia. Prescindió de su búsqueda ofensiva habitual -de juego asociado, de elaboración, de sumar protagonistas en ataque- y empleó al pelotazo más como una posibilidad para perder tiempo que para impulsar algún contraataque.

La intensidad del Bolívar en nombre de la remontada duró poco más de dos suspiros. Aquellas dos llegadas iniciales (con el tiro en el travesaño de Capdevila) y el entusiasmo del contorno fueron señales positivas respecto de las chances de los bolivianos. Pero se desvanencieron casi con naturalidad. Ante la solvencia de los defensores visitantes, frente a las seguras manos de Torrico -San Torrico a esta altura de la historia reciente de los de Boedo-, contra un rival capaz de poner un partido caliente en un freezer en perfecto funcionamiento.

El empate sin goles y sin grandes sobresaltos en el primer tiempo consolidaron la búsqueda de Bauza y los suyos. El ingreso de Kannemann por Piatti fue otra demostración del plan: no importaron -esta vez- las cuestiones estéticas; pero sí -y siempre, en cada instante- la relevancia del objetivo. Defensor por mediocampista ofensivo. En definitiva, otro ladrillo en la pared, ese muro enorme, ese muro infranqueable.

Hubo otro aspecto que tuvo que ver con este San Lorenzo: el azar también lo acompaño. La suerte del finalista, podría decirse. Porque cuando comenzó a padecer, sobre todo en el comienzo del segundo tiempo, cuando Bolívar parecía dispuesto a arrasar, se encontró con el favor de esos centímetros que separan a un gol que puede complicar con el desahogo de haber zafado. Pero otra vez, después de ese ratito, el San Lorenzo de la altura -equipo corto, equipo lúcido, equipo generoso- volvió a llevar ese partido sin luces a su terreno más cómodo. El gol de Yecerotte -ya en el descuento- resultó apenas un decorado en el recorrido impecable. Ya entonces, San Lorenzo, en la altura, se había subido a lo más alto. Nada menos. Todo eso.

martes, 29 de julio de 2014

Belgrano 0 - Independiente 2 - 16avos de final - Copa Argentina 2013/14

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CON NUEVO TÉCNICO Y CON NUEVO ESQUEMA SE IMPUSO 2-0 SOBRE BELGRANO Y PASÓ A OCTAVOS DE FINAL
Independiente gritó fuerte con dos golazos de Pizzini
El juvenil delantero y Mancuello fueron los mejores del equipo de Almirón. Pasó sofocones en las pelotas paradas.
¡Cuánto sufrió Independiente! Cuánto espero para despojarse al fin de las pesadillas del ascenso. Cuánto esperó para volver a abrir los ojos y encontrarse de nuevo en el familiar terreno de Primera División. Mucho sufrió y mucho esperó. Tanto que supo capitalizar todas esas ganas contenidas para transformarlas en la energía con la que anoche se llevó puesto a Belgrano.

¡Cuánto espero para disfrutar sin culpas, sin hacer cuentas, de un triunfo como el que le dio el pase a los octavos de final de la Copa Argentina en la noche del estreno de Jorge Almirón! Justo en la misma velada que un producto nacido y criado en la Inferiores del club, como Francisco Pizzini, definió el duelo con dos golazos y se metió un poco más en el corazón de los hinchas.

Con apenas ocho prácticas y 10 días en el cargo, Jorge Almirón, el DT de Independiente, debió afrontar su debut en su partido con importancia. A pesar de no disfrutar de un escenario ideal, el sucesor de Omar De Felippe se la jugó con una profunda decisión: este Independiente que regresa a la Primera se plantó como un módulo táctico flexible: 5-4-1 a la hora de defender y 3-4-3 cuando le tocó ir para el arco de enfrente.

Además, la presencia del siempre rendidor Federico Mancuello como doble pivot central, a un costado del pibe Bellocq, como para darle a la mitad de la cancha una agresividad y una movilidad que ayude a sostener la idea.

Belgrano, por su parte, acomodado a un esquema 4-4-1-1, con Zelarayán de media punta y el Picante Pereyra como único delantero.

Temprano en el partido quedaron expuestas las mejores cartas de cada uno. En cada ataque del Rojo , Pizzini, como un extremo invertido -es diestro y se movió por la izquierda-, no solamente desbordó a Turus sino que también exigió a Olave con sus disparos desde la media distancia. Los cordobeses, en cambio, llenaron de pánico el área rival con el aprovechamiento de la pelota parada.

Hasta que empezaron a sucederse las jugadas con aroma a gol. Barrios no le pudo dar dirección a un cabezazo en el borde del área chica, Olave se quedó con un disparo sorpresivo de Pizzini, Rodríguez bloqueó un tiro libre de Zelarayán y Olave, con una volada sensacional desvió un derechazo de Pizzini. Enseguida, el 11 de Independiente se encontró con un rebote que picó afuera del área y con un bombazo de derecha ajustició al guardavallas del equipo cordobés .

A continuación, Belgrano contó con tres oportunidades para igualar pero adoleció de la contundencia imprescindible para estas situaciones. Pereyra cabeceó desviado desde una ubicación irrepetible, Rodríguez desvió un tiro a gol de Velázquez y nuevamente el Picante no fue capaz de empujar un centro que cruzó el área menor.

Rápido, en el segundo tiempo Independiente dio un paso gigantesco para pasar a los octavos de final de la Copa Argentina. Pisano encontró al fondo cordobés desacomodado, hizo slalom por su sector, habilitó a Pizzini y el delantero definió a lo crack por encima de Olave.

Después, el resultado condicionó la producción de ambos. Belgrano desnudó impiadosamente todo lo que le cuesta crear juego y llegar con potencia al arco rival. Porque entre el errático Pereyra y los acierto de Rodríguez, para el Pirata supo a proeza convertir un gol.

Independiente se sintió ganador pleno a partir del 2-0. Almirón y el equipo aprobaron el examen. Queda por mejorar y crecer. En el futuro inmediato aparece Atlético de Rafaela, como para robustecer la idea y alegrar a su gente.

Tigre 0 (5) - All Boys 0 (4) - 16avos de final - Copa Argentina 2013/14

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EL ARQUERO CONTUVO TRES PENALES Y EL EQUIPO DE ALEGRE DERROTÓ A ALL BOYS 5-4 DESDE LOS DOCE PASOS
De Tigre, por Javier García
En los 90 minutos aburrieron. Otra vez a un equipo de Primera le costó pasar de ronda.
Hoy te convertís en héroe”, fue la frase que Javier Mascherano utilizó para arengar al heroico Sergio Romero, aquella noche de semifinales ante Holanda. Y, probablemente, se transformó en el rezo principal de los arqueros cada vez que la situación lo amerite. Javier García fue el héroe en la tanda de penales que disputaron Tigre y All Boys, y en donde el ex Boca se lució conteniendo 3 de los 8 penales pateados. En una Copa Argentina que demuestra lo parejo que está el fútbol argentino (por el bajo nivel de juego), Tigre tuvo que trabajar de más para vencer a un humilde equipo de Floresta, plagado de juveniles y hundido en una crisis institucional.

En los 90 minutos, el conjunto de Alegre no supo cómo desequilibrar al joven All Boys, que tuvo a Angel Bernuncio como técnico debutante. El entrenador de Tigre apostó por la velocidad y frescura del tridente ofensivo conformado por Ellacópulos-Janson-Itabel y utilizó el recurso del juego ordenado de la mano de Peñalba, Arzura y Wilchez. All Boys esperó, agazapado, arañar algún contragolpe, comandado por el eterno Fernando Sánchez.

Tigre sabe bien que apuntar por esta Copa puede darle garantías: en un campeonato local sin descensos, el conjunto tigrense puede sumar la experiencia que necesitan sus jugadores para plasmar la idea del entrenador y fortalecerse. Buenas apuestas como las de los ya mencionados Arzura, Itabel y Ellacopulos, sumados a la experiencia de García, Galmarini, Blengio y Peñalba, forman un plantel y una idea basado en el crecimiento.

El descendido conjunto de Floresta deberá primero “ordenar la casa” para renacer en lo que fue algún momento. Pasó de ser un respetado y duro equipo de Primera a un conjunto lleno de problemas y pocas soluciones. Por lo pronto, los chicos dan la cara y de la mano de Pellegrino, Battión, Sánchez y Cambiasso, All Boys buscará maquillar este mal momento, por lo menos, hasta reacomodarse.


Definición por tiros desde el punto penal: Tigre 5 (convirtieron Lucas Wilchez, Leandro Garate, Sebastián Rusculleda, Sebastián Rincón y Pablo Cáceres; Gabriel Peñalba estrelló su remate en el travesaño e Ignacio Canuto desvió su tiro; Lucas Di Grazia se lo atajó a Joaquín Arzura); All Boys 4 (anotaron Nehuen Paz, Julián Fernández, Damián Morales y Leonel Di Plácido; Javier García contuvo los remates de Roberto Battión, Maximiliano Pellegrino y Lautaro Fernández; Santiago Velázquez estrelló su disparo en el travesaño).

lunes, 28 de julio de 2014

River 0 (6) - Ferro 0 (5) - 16avos de final - Copa Argentina 2013/14

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EN EL PRIMER PARTIDO OFICIAL DE LA TEMPORADA, NO PUDO SUPERAR A FERRO DURANTE LOS 90 MINUTOS
River encontró en los penales la alegría que le faltó en el juego
El equipo de Gallardo mostró demasiados problemas en la zona de elaboración ante un equipo de la B Nacional. No tuvo ideas y le costó muchísimo generar situaciones de gol.
Esa alegría que le negaron el juego y la producción colectiva la encontró River desde los 12 pasos, en una definición apretada que le valió clasificarse para la próxima ronda de la Copa Argentina. El mayor premio que se llevó de esta provincia fue el cheque por 400.000 pesos, ya que el equipo no fue capaz de sobreponerse a las ausencias -sólo jugaron 4 futbolistas que ganaron el último torneo doméstico- y tampoco pudo marcar superioridad, ni siquiera en el resultado, ante un rival de una categoría inferior.

River empezó el primer tiempo de una manera y lo terminó de otra, diferente e inferior. Con la sorpresa del juvenil Driussi (es delantero y goleador) como mediocampista derecho (el DT entendió que el uruguayo Carlos Sánchez no está aún en plenitud para ser titular), la ubicación de Lanzini sobre el sector izquierdo (confirmó que allí pierde contacto con la pelota y vive aislado de los de más arriba) y una pareja de atacantes compuesta por Boyé y Andrada (ambos nacidos y criados en las Inferiores del club), el equipo de Marcelo Gallardo intentó sorprender con una ofensiva tan veloz como sostenida.

Habían transcurrido apenas tres minutos cuando el gol estuvo ahí nomás de decir presente. Un desborde de Driussi por la derecha pegó en Caballero -estaba impensadamente ubicado en el centro del área- y Albil debutó en el arco de Ferro con una atajada estupenda, volando hacia su derecha.

Mientras descifraba qué tenía y cómo quería River ganar el partido, Ferro se plantó con un 5-3-2 que fue sincero desde el principio a fin: siempre trató de proteger su arco, pelear las acciones todo lo posible en la zona del círculo central y aguardar algún contraataque afortunado para redondear el gran negocio del triunfo.

Así las cosas, los de Caballito patearon una sola vez al arco en la etapa inicial -un disparo desde lejos de Vernetti terminó en las manos de Barovero- y River, deslucido y confundido, encontró poco y nada al promisorio Boyé en el último cuarto de cancha, mientras que el desorden de Ponzio fue contagiando a casi todos.

El segundo tiempo trajo una novedad y una confirmación: lo diferente fue cierto adelantamiento de Ferro, que puso la mira un poco más intensamente en el arco de Barovero. Aunque, también es verdad, que salvo con un fuerte disparo de Mancinelli bien controlado por el arquero, el equipo de Caballito no se ocupó ni preocupó demasiado en su producción ofensiva.

River, por el contrario, mantuvo un déficit que puede considerarse una luz roja para el futuro inmediato: la escasez en la generación de juego fue como una vara que jamás pudo elevar en suelo salteño.

Por otro camino, en dos pelotas paradas, River pudo ganar en los 90 minutos. Un tiro libre de Ferreyra no pudo ser conectado por Funes Mori y el rebote le quedó a Andrada, cuyo disparo fue bloqueado por Albil. Otro tiro libre, con Pisculichi como ejecutor, casi se le mete al arquero de Ferro en el palo de la mano derecha. Y como para ubicarse en lo más alto del podio de los mejores, Albil achicó como un arquero de Primera ante una peligrosa llegada de Boyé.

Así, lentamente, el partido se encaminó hacia la definición con tiros desde el punto del penal. A Ferro lo conformó el hecho que fue una puesto a punto ideal para afrontar el próximo torneo de la B Nacional. River, en cambio, cruzó la instancia con turbulencias (su próximo rival será Colón), pero sabe que le quedó mucho espacio para mejorar y crecer.


Definición por tiros desde el punto penal: River 6 (convirtieron Leonel Vangioni, Rodrigo Mora, Leonardo Pisculichi, Ariel Rojas, Ramiro Funes Mori y Jonatan Maidana; Manuel Lanzini desvió su disparo; Damián Albil se lo atajó a Leonardo Ponzio); Ferro 5 (anotaron Gonzalo Bazán, Pablo Frontini, Álvaro Klusener, Matías Zaninovic y Lucas Mancinelli; Eduardo Tuzzio y Andrés Alderete patearon afuera; Marcelo Barovero contuvo el remate de Pablo Caballero).

Racing 1 - San Martín (SJ) 0 - 16avos de final - Copa Argentina 2013/14

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LE GANÓ POR LA MÍNIMA DIFERENCIA A SAN MARTÍN DE SAN JUAN CON PASAJES DE BUEN FÚTBOL EN EL SEGUNDO TIEMPO
El estreno del Racing de Cocca fue para ilusionar
Con seis de los refuerzos, jugó mejor que los sanjuaninos y logró el pasaje a octavos de final. Espera Argentinos.
De ilusiones vive el hincha de Racing. Esas que, en los millones de corazones académicos, crecen a niveles insospechados y sin términos medios en cada comienzo de campeonato y que, generalmente, terminan transformándose en decepción.

Pero esta vez la historia promete ser diferente. Porque hubo borrón y cuenta nueva en el plantel y al menos el arranque fue esperanzador. Porque aquí en Cuyo, la Academia de los Diego (Cocca en el banco y Milito en la cancha) dio el primer paso con un triunfo justo y entregando algunas señales interesantes.

Si bien este San Martín de San Juan, también en formación, no parece ser una medida exacta para medir el nivel del equipo de Avellaneda, el triunfo por 1 a 0 y la clasificación a los octavos de final de la Copa Argentina, con lapsos de buen juego en el segundo tiempo, alimentan el sueño.

Después de una temporada para el olvido, Racing se preparó para ser protagonista en el próximo torneo. Para ello contrató en calidad y cantidad, en todas las líneas. Y la llegada de Cocca también marca, desde el estilo, un profundo cambio respecto a la era de Mostaza Merlo. El DT puso desde el arranque en San Luis a seis de los refuerzos y ninguno desentonó. El gol fue un ejemplo: pase profundo de Nicolás Sánchez, desborde y centro de otro ex Godoy Cruz como Leandro Grimi y preciso cabezazo de Marcos Acuña por encima de Luis Ardente.

El ex mediocampista de Ferro fue justamente el mejor de la cancha. Tras un primer tiempo demasiado flojo, al igual que el resto del equipo, levantó su nivel en la segunda etapa y fue imparable por la banda izquierda.

En ese sector, Racing tiene una riqueza inusual para el fútbol argentino. Porque en el banco esperaba nada menos que Ricardo Centurión, que regresó de su corto paso por Italia e ingresó en el complemento. Esos pocos minutos sirvieron para demostrar que la habilidad, la velocidad, la capacidad para enfurecer rivales y la cuota de egoísmo se mantienen intactas.

La defensa totalmente renovada no sufrió porque San Martín estuvo lejos de ser una real amenaza para Sebastián Saja. Los centrales, Luciano Lollo y Sánchez, estuvieron firmes en el juego aéreo aunque en el arranque del partido abusaron de los pelotazos y mostraron deficiencias al momento de salir jugando desde el fondo, una de las premisas de Cocca. Por la izquierda Grimi se sumó poco pero bien al ataque, como quedó demostrado en el tanto de Acuña.

En el mediocampo, Gastón Díaz intentó ser salida por el sector derecho. Ganó y perdió por igual, y formó un tándem que promete ser importante con Iván Pillud.

Pero la gran esperanza para los hinchas de Racing está puesta en el ídolo que regresó. En el nuevo capitán que lleva la 22 en la espalda y tuvo ayer su reencuentro con los colores que más ama. Milito fue ovacionado desde que salió a precalentar hasta que fue sustituido en el segundo tiempo. Y si bien no brilló, entregó pinceladas de su enorme talento. Como esa asistencia a Francisco Cerro, que desde el borde del área grande no acertó al arco. O ese pase que dejó a Centurión solo frente a Ardente, que el joven mediocampista desperdició por demorar en la definición. También buscó conectarse con Gabriel Hauche, su socio en la delantera, aunque pocas veces lo lograron.

En él se apoyan las ilusiones del nuevo Racing, que arrancó su sueño con el pie derecho. No es poco.

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