Sporting Cristal (Perú) 0 - Racing 2 - Copa Libertadores 2015
Es cierto, de todos modos: Racing no brilló. Pero más allá de la ausencia de una gran actuación, fue astuto, fue sólido, fue inteligente para afrontar dificultades (sobre todo en el último tramo del primer tiempo) y para aprovechar sus momentos favorables. Así aguantó, así lo liquidó.
Sucedió una curiosidad: cuando comenzaba a abrazarse con agrado a la posibilidad de empatar en territorio peruano, Racing encontró el triunfo. Quedaba poco menos de un cuarto de hora para el final del encuentro. El cero compartido era también una sensación: un punto que simpatizaba. Pero Revoredo se equivocó feo, Núñez la peleó como se pelean las pelotas decisivas y el defensor le cometió infracción adentro del área. Penal. Entonces Milito se comportó como en los días felices del Inter de Mourinho: fue implacable frente al arquero Penny, hasta ese instante la impecable figura del encuentro. Ese uno a cero era un premio para un Racing que -más allá de tomar precauciones diversas- jamás se inhibió ante el escenario no tan conocido.
Tuvo una virtud el equipo de Avellaneda: fue sólido al momento de agruparse defensivamente. Salvo al final del encuentro, cuando la victoria comenzaba a parecer una certeza inmodificable, Saja no tuvo que ofrecer grandes intervenciones. Ese detalle también es síntoma de otra cuestión: al Sporting Cristal le costó mucho profundizar, desequilibrar. Excepto algunos desajustes sobre la derecha de su defensa, Racing no otorgó ventajas. Y hasta tuvo algunos rendimientos individuales valiosos en esa zona: de hecho, Nicolás Sánchez fue la figura.
El gol, esa definición de Milito que marcó el inicio de la revancha (tras la sorpresiva derrota en el Cilindro, la semana pasada, ante este mismo rival), le brindó más calma a un Racing sin apuro. Y hasta le permitió soltarse un poco más. Por eso, más allá del deseo de Sporting Cristal de arrinconarla, el equipo visitante no sólo resistió sino que también consolidó su victoria con una contraataque estupendo que terminó resolviendo de emboquillada Ezequiel Videla (en su primer gol con la camiseta del club). Fue el perfecto desenlace para una actuación valiosa. Resultó también un mensaje: este Racing va en serio. Quiere todo...