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viernes, 8 de septiembre de 2023

Argentina 1 - Ecuador 0 - Eliminatorias Mundial 2026

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UNA VEZ MÁS, EL CAPITÁN LE DIO LA VICTORIA A LA SCALONETA
Messi apareció con un tiro libre mágico y Argentina vivió una fiesta completa
Le costó a la Selección quebrar la resistencia de un duro Ecuador, hasta que Leo tuvo su oportunidad y no la desaprovechó. Un Monumental repleto fue testigo además de un nuevo récord, su gol número 29 en la sexta eliminatoria que juega.
Magia: conjunto de conocimientos y prácticas con los que se pretende conseguir cosas extraordinarias con ayuda de seres o fuerzas sobrenaturales. Y en el Monumental, en el inicio del camino rumbo al Mundial de 2026, hubo un acto de magia sorprendente que dejó a todos boquiabiertos y eufóricos, justo cuando la noche, fría y lluviosa, se le estaba complicando a la Selección Argentina. Lionel Messi usó su fuerza sobrenatural para conseguir cosas extraordinarias. Se puso la capa, agarró su varita y de un tiro libre sacó de la galera el golazo con el que el conjunto nacional le ganó 10 a Ecuador. Con ese grito sagrado el mejor jugador del mundo alcanzó a su amigo Luis Suárez como máximo goleador histórico en las Eliminatorias sudamericanas, con 29 tantos. El capitán albiceleste sigue encendido.

“Es un placer estar ahí los dos con Luis con lo que significa para nosotros las Eliminatorias en el fútbol sudamericano”, expresó Leo al final del triunfo sobre un nuevo récord conquistado, a los 36 años. Y dejó en claro que el telón de los festejos por la gloria en Qatar ya se bajó porque es tiempo de ir por más: “Todos queremos que esto no se termine nunca. Hace poquito que fuimos campeones del mundo, pero hay que pensar en lo que viene siempre. El objetivo nuestro es seguir compitiendo siempre y clasificar al Mundial. Tenemos que ser conscientes de que disfrutamos muchísimo de todo esto cada vez que venimos acá, pero ya pasó y miramos hacia adelante”.

En la previa fueron más los gestos serios los que dominaron la cara de Messi que las veces que se mostró sonriente. Eso se contrapuso con las imágenes de estas últimas semanas en las que se lo vio feliz en su nuevo club, el Inter Miami. No quiere decir que, de pronto, en la Selección ya no disfruta. Nada de eso. De hecho, recibió con una mueca de placer la tremenda ovación de la gente cuando salió a realizar la entrada en calor y devolvió saludando con las dos manos el agradecimiento. Pero sí es una diferencia grande con el Lionel Messi que vino a celebrar la Copa del Mundo en marzo para los amistosos con Panamá y Curazao.

Con su semblante adusto, Leo dejó en claro que la fiesta ya terminó y que por los puntos se requiere máxima concentración porque al campeón todos querrán jugarle a cara de perro. El primer tiempo dejó eso bien en claro. El 10 tuvo pocos espacios para generar. Se plantó inicialmente como extremo derecho, pero jugó suelto. Contó con un remate al arco desviado luego de un pase atrás de Alexis Mac Allister y no tuvo éxito al intentar pinchar un par de pelotas a espaldas de los altos centrales ecuatorianos.

No había, hasta ahí, show del mejor en la cancha de River. El complemento lo encontró con el equipo más punzante, más decidido a ir por todo. Sin embargo, no le salían las cosas al rosarino. Los espacios seguían sin aparecer y los minutos pasaban. Rodrigo De Paul fue su mejor socio y de una combinación entre ambos pudo por fin hacer una apilada desde la derecha hacia el centro, jugada con su selló. Parecía gol, pero el remate de zurda le salió débil y eso le permitió al aquero Hernán Galíndez llegar a tapar con el brazo derecho estirado.

La noche no se aclaraba para Messi y para la Selección. Hasta que... Lo bajaron a Lautaro Martínez al borde del área y el árbitro, Wilmar Roldán, cobró la infracción. Todo el estadio se frotó las manos. Se había cuidado Ecuador todo el partido en no cometer faltas cerca de su área. Hizo una y Messi no perdonó.

Iban 33 minutos del segundo tiempo cuando el 10 agarró la pelota y se la puso debajo del brazo en el que lleva la cinta. La acomodó, miró de refilón al arco y tomó carrera. Su definición pasó por arriba de la barrera y entró al lado del palo derecho de un Galíndez que se frenó a la mitad de su recorrido porque pensó que se iba afuera o se dio cuenta que ya no llegaba. Fue su gol número 104 en 175 partidos vestido de celeste y blanco.

A los 42, Leo salió reemplazado por Exequiel Palacios. “Seguramente no sea la última vez que empiece a salir durante los partidos. Se dio así, me sentí bien, pero estaba un poco cansado”, explicó luego.

Y avisó: “Este grupo no se va a relajar por más de que haya conseguido algo histórico”.

Antes de irse al vestuario le recriminó algo a Roldán con cara de enojado. Pero le volvió la risa al cuerpo al recibir una última ovación en otra noche de magia celeste y blanca.


POSICIONES FECHA 1 - ELIMINATORIAS MUNDIAL 2026
P EQUIPO PTS. PJ PG PE PP GF GC DF
1 Brasil 3 1 1 0 0 5 1 +4
2 Uruguay 3 1 1 0 0 3 1 +2
3 Argentina 3 1 1 0 0 1 0 +1
4 Colombia 3 1 1 0 0 1 0 +1
5 Paraguay 1 1 0 1 0 0 0 0
6 Perú 1 1 0 1 0 0 0 0
7 Venezuela 0 1 0 0 1 0 1 -1
8 Chile 0 1 0 0 1 1 3 -2
9 Bolivia 0 1 0 0 1 1 5 -4
10 Ecuador (1) -3 1 0 0 1 0 1 -1
(1) Se le descuentan 3 puntos
Resultados Fecha 1:
Paraguay 0 - Perú 0 | Colombia 1 - Venezuela 0 | Uruguay 3 - Chile 1 | Brasil 4 - Bolivia 0

martes, 20 de junio de 2023

Indonesia 0 - Argentina 2 - Amistoso Internacional 2023

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LA SELECCIÓN ARGENTINA CERRÓ SU AVENTURA CON OTRA VICTORIA
Pruebas y respuestas de los de siempre en la última función de una temporada inolvidable
Ante Indonesia, Scaloni hizo debutar a Buonanotte y les dio más minutos a Garnacho y Almada. Los goles fueron de Paredes y Romero, que resultaron los mejores junto a Lo Celso.
Sin Lionel Messi -tampoco estuvieron Ángel Di María y Nicolás Otamendi-, la Selección Argentina aprobó el testeo en Indonesia contra un combinado local inferior, pero que se propuso bloquearle todos los caminos. Lionel Scaloni planteó siete cambios respecto al triunfo contra Australia, hizo debutar a Facundo Buonanotte y le dio algunos minutos a Alejandro Garnacho, Thiago Almada y Gio Simeone pensando a futuro. Si bien apeló al juego colectivo, la Scaloneta consiguió ganar 2-0 por una bomba de Leo Paredes de media distancia y un frentazo del Cuti Romero desde un tiro de esquina. La gira por Asia se cerró de manera positiva y puso el punto final de una temporada inolvidable.

Pocos serán los que se atrevan a faltarle el respeto al campeón del mundo. Por eso esta última prueba antes del comienzo de las Eliminatorias le sirvió a Scaloni para medir algunas cuestiones que se le podrían presentar en esta segunda parte de su exitoso ciclo. La primera es cómo hacer para romper con la estructura de un equipo cuyo único objetivo es impedir que lo superen con claridad y eso incluye resignar su ataque.

Indonesia desafió a la Selección con un 5-3-2 que pretendió ser una muralla sobre el césped del estadio Gelora Bung Karno, que vibró con 77.000 hinchas locales. A diferencia de lo ocurrido en China la semana pasada, esta vez las tribunas estaban teñidas de camisetas del conjunto anfitrión y sus fanáticos celebraban cada quite de manera efusiva. Hasta gritaron como un gol cuando los suyos consiguieron el único tiro de esquina a favor en el primer tiempo de supremacía albiceleste, que encima fue producto de un mal pase atrás de Germán Pezzella, quien lució la cinta de capitán por tercera vez en su carrera en la Mayor.

Argentina presionó de modo constante y se adueñó de la pelota por naturaleza. La movilidad intentó ser el rasgo constante de los visitantes. Por eso, Nahuel Molina jugaba más de extremo que de lateral derecho. Por eso, Giovani Lo Celso se desprendía del medio y pisaba el área. Por eso, Julián Álvarez no fue un típico nueve de área estático, sino que se desmarcaba todo el tiempo, incluso saliendo y entrando de su zona.

La idea era la de generar los espacios que Indonesia no estaba dispuesta a dejar. El rival de turno ocupa el puesto 149 del ranking de la FIFA, que lidera el conjunto celeste y blanco. Pero desde que está conducida por el coreano Shin Tae Yong llegaba a este cortejo con apenas una derrota en 11 presentaciones. Orden y disciplina son las virtudes que supieron adquirir los indonesios.

Por eso le costó un poco a la Argentina romper el cero. Situaciones tuvo. Algunos remates de Lo Celso, de Nico González y de Julián. El arquero Ernando Ari se las rebuscó para tapar todas, hasta un centro de Molina que le salió al arco y que casi se le cuela por el segundo palo. También salvó un tiro de Álvarez tras una mala salida de Jordi Amat, quien perdió al borde del área ante la presión del debutante Buonanotte.

El ex Rosario Central se convirtió en el jugador más joven en hacer su estreno en la Mayor en el ciclo Scaloni, con 18 años, cinco meses y 24 días (superó a Alejandro Garnacho, con 18 años, 11 meses y 14 días). El hombre del Brighton inglés se ubicó por la derecha, aunque se cerraba para dejarle espacio a Molina. Intentó jugar simple cuando tuvo el balón y cuando no, siempre se movió para la recuperación rápida.

Una bomba de Leandro Paredes que hizo estéril la volada del arquero adversario doblegó la dura defensa de Indonesia. Desde 31 metros le pegó el volante central argentino que aprovechó un poquito de libertad que le dieron por un instante y no dudó en apuntar y disparar.

El otro testeo era cómo jugar sin Messi algo que no pasaba hacía un año y medio. Lo Celso se vistió de armador, desprendiéndose de su puesto para moverse más libre, conectar con los de arriba y filtrar algunos pases. De su zurda llegó el córner y el cabezazo del 2-0 de Cristian Romero, ya en el segundo tiempo.

Eso pasó justo cuando los asiáticos se habían animado con un par de aproximaciones que tapó el Dibu Martínez: un tiro de Ivar Jenner luego de un centro atrás y un cabezazo de Elkan Baggott derivado de un lateral largo al área.

Más allá de esto, no corrió riesgo el partido para la Selección. Alejandro Garnacho ingresó la última media hora y tuvieron un puñado de minutos Thiago Almada y Giovanni Simeone. El del Manchester United casi hace el tercero, pero se lo tapó el arquero. El futuro, de a poco, va llegando a la Selección.

viernes, 16 de junio de 2023

Argentina 2 - Australia 0 - Amistoso Internacional 2023

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ARGENTINA LE GANÓ 2-0 A AUSTRALIA EN BEIJING Y EL LUNES JUGARÁ EN INDONESIA
Balance en China: el gol más rápido de Messi, el debut de Garnacho y una lluvia de dólares
El equipo de Scaloni mostró variantes interesantes en el comienzo de una gira asiática que abre negocios millonarios.
Tendrá 80 años Lionel Messi y estará en el cumpleaños de alguno de sus nietos o incluso bisnietos. La celebración ocurrirá en Rosario, Barcelona o Miami. Se armará un picado entre los más chicos y ahí se meterá el viejo Lionel, ya con los huesos cansados y la espalda vencida. Pero recibirá la pelota enfrente del arco, inclinará el cuerpo levemente y soltará el zurdazo al palo derecho del arquero. Y la clavará adentro, claro.

Sucede que a la Pulga nunca se lo olvidará ese gol que ya hizo decenas de veces, que volvió a hacer en China ante Australia para el delirio de los 68.000 asiáticos que colmaron el estadio. De los Trabajadores en Beijing, y que continuará haciendo hasta el final de los días. Tuvo una particularidad el de esta fresca mañana en nuestro país, la noche calurosa en China: fue el más rápido (a los 80 segundos) de los 807 que marcó en su notable e inigualable carrera.

Se extrañará a Messi cuando ya no juegue, por supuesto. Su arribo al Inter Miami de la MLS es indudablemente el primer paso de su retiro. Por eso hay que aprovechar cada ocasión para verlo. Y si es con la Selección, mucho mejor. A esto también lo sabe el presidente Claudio Tapia y desde esa perspectiva conviene analizar el duelo ante Australia en China.

En la previa del juego, Chiqui renovó contrato con 2 (PANPAN Foods y YILI) de los 7 sponsors regionales chinos que tiene la AFA. Además, la Selección (que lució los apellidos en chino en la espalda) recibió alrededor de 2 millones de dólares por el amistoso, con Messi en cancha, por supuesto. Más: el precio de las entradas iba de los 80 a los 400 dólares y volaron en apenas 2 horas.

El partido requiere el análisis de un amistoso, ni más ni menos. Es cierto que Argentina lo comenzó con determinación: Enzo Fernández presionó y recuperó bien arriba para el gol más tempranero de Messi. Iban 80 segundos.

Tuvo una pequeña modificación táctica la Scaloneta: se plantó con un 4-4-2 con Alexis Mac Allister como compañero de ataque de Messi. Enzo y Rodrigo De Paul se repartieron el eje y Nicolás González y Ángel Di María corrieron por las bandas.

Se repite: fueron buenos los primeros minutos de Argentina, intensos, como si se estuviese jugando en el medio de una temporada. Pero se fue desinflando la energía del equipo y el trámite del juego se volvió aburrido, típico de fin de temporada, con las vacaciones dando vuelta por la cabeza. De Paul erró los últimos tres pases que intentó en esa etapa inicial. Todo un síntoma.

Tuvo una clara Australia para empatar: Mitchell Duke definió adentro del área y entre Dibu Martínez y el palo salvaron a la Selección.

Mejoró Argentina en el complemento porque estuvo más preciso De Paul. Fue interesante también el ingreso de Giovani Lo Celso, que se paró como volante por derecha. Existe una linda sintonía entre los rosarinos Messi y Lo Celso y eso se volvió a evidenciar en Asia. Una combinación entre ambos casi culminó con un golazo de Julián Álvarez (entró a los 12 minutos por Mac Allister), que definió de zurda y el arquero Ryan la ahogó el festejo.

El 2-0 llegó a los 23 minutos tras un lindo cabezazo de Germán Pezzella (reemplazó a Otamendi, que se retiró con un golpe) luego de un exacto centro de De Paul.

Después, quedó tiempo para una apilada monumental de Leo, que gambeteó a cuatro australianos y que provocó la ovación más sonora de los chinos, que colmaron las tribunas con la camiseta celeste y blanca. El "Messi/Messi/Messi" es un idioma universal. Y se produjo el ansiado debut de Alejandro Garnacho, que recibió la primera pelota de Marcos Acuña y se la entregó a Messi.

¿Cómo jugó Garnacho? Scaloni lo ubicó abierto por la izquierda y lució algo apresurado, algo normal para un chico de 18 años que se mete por primera vez en el equipo campeón del mundo.

El resumen de la victoria contra Australia: otra maravilla de Messi, la idea inalterable de la Scaloneta, la primera vez de ese proyecto tentador que es Garnacho, y el fanatismo y los dólares de los chinos.

miércoles, 29 de marzo de 2023

Argentina 7 - Curazao 0 - Amistoso Internacional 2023

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EL 7-0 REDONDEÓ UN TRIUNFO ESPECTACULAR Y CON ALGUNAS ESCENAS RISUEÑAS
Sin equivalencias, la Selección siguió festejando con una goleada
Además del triplete de Messi la rompió Lo Celso. Argentina será número 1 del ranking FIFA desde abril.
En otra jornada histórica del capitán Lionel Messi, Argentina vapuleó 7-0 a Curazao con un hat-trick de la Pulga, que hizo delirar a los más de 42.000 personas que colmaron el estadio Madre de Ciudades.

El directivo de la AFA que cerró al Panamá alternativo y a Curazao como rivales de Argentina en la fiesta de los campeones debería recibir el premio al mejor trabajador del mes, como mínimo. Entendió todo ese personaje que puso sobre la mesa a las selecciones de Centroamérica y también la medalla se la puede colgar Chiqui Tapia, que aceptó y organizó los juegos. Todos se merecían un reconocimiento como los que se llevaron a cabo esta semana: Lionel Messi, el resto de los jugadores, los entrenadores, los dirigentes, los trabajadores de la AFA y el público que hizo y hace más grande aún la gesta de Qatar. Pero como todo concluye, el momento de la fiesta parece haber terminado anoche, con esa goleada espectacular y risueña contra los curazoleños.

Es complejo hacer un análisis serio de lo que pasó en el Madre de Ciudades. Se enfrentaron el campeón del mundo, el seleccionado que desde abril aparecerá en el número 1 del ranking de la FIFA, contra un país que es una isla de alrededor de 160.000 habitantes, los mismos que tiene Tandil. Sí, fue como si Argentina hubiese chocado con el combinado tandilense. Se acepta y se celebra que estos rivales hayan sido elegidos para las fiestas. Pero no deberían repetirse de acá en más porque sería nivelar para abajo, estancarse.

Curazao, como se ha contado estos días, es una isla que pertenece a Países Bajos. Y el equipo evidenció un sello holandés: se plantó con un 4-2-4, con las líneas bien cortas y con la premisa de salir jugando en cada una de las acciones. Sucede que no tiene jerarquía, por eso los argentinos los pasaron por arriba casi sin proponérselo, solo por una cuestión de decantación, de ir, de buscar.

Ya a los 2 minutos de iniciado se reflejó lo que sería el duelo: Mac Allister recuperó alto y muy fácil una pelota y Lautaro Martínez erró un gol imposible tras asistencia de Messi. Está errado el Toro con el arco en la Selección, pero ya vendrán tiempos mejores. Lo que más sabe hacer el bahiense es goles, así que paciencia.

Los curazoleños dejaron espacios en todas las líneas, más allá de que fueron un equipo corto. La inocencia fue la norma. La apuesta pasaba por acertar cuándo marcaría Messi su gol 100. Probó en dos y en la tercera no falló: recibió de Lo Celso luego de una recuperación de Pezzella y definió cruzado de derecha.

Después, el vendaval de goles. Nicolás González le ganó en el salto dentro del área chica al arquero Eloy Room (sí, eso que no pasa ni siquiera en el campito) y puso de cabeza el 2-0. Messi festejó su segundo personal en una jugada que los defensores de Curazao solo miraron, un rato más tarde Enzo Fernández la clavó al lado del palo para el 4-0. La jugada más risueña o absurda ocurrió a los 37 minutos, en el tercero de Messi. El rosarino hizo un par de cabezas con Lo Celso en la mitad de la cancha luego de un córner del visitante y salió corriendo creyendo que Gio le podría poner la pelota a la espalda del inocente Roshon van Eijma; la definición de la Pulga fue ajustada.

Un párrafo especial merece Lo Celso por el partidazo que jugó. Tal vez esa sea la mejor noticia de la goleada para Scaloni. Gio se movió en el lugar de De Paul y se encontró mucho y bien con Fernández y Mac Allister. De su notable sociedad con Messi ya se habló demasiado y anoche se volvió a evidenciar.

La segunda parte estuvo de más. Algunas perlitas: el complemento arrancó cuando La T y la M todavía estaban cantando, Scaloni no se movió de su asiento, Messi le convidó con un penal a Di María (6-0) para que metiera el suyo y Franco Armani reemplazó al Dibu para la ovación.

Y para que la fiesta sea perfecta, Montiel, el del penal decisivo contra Francia, anotó el 7-0 tras pase de Dybala. Y todos contentos.

viernes, 24 de marzo de 2023

Argentina 2 - Panamá 0 - Amistoso Internacional 2023

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SE JUGÓ CON UNA LÓGICA RELAJACIÓN Y EL EQUIPO DE SCALONI FUE MUY SUPERIOR
Clima amistoso y festival de tiros libres, hasta que llegó el gol que todos esperaban
Leo pegó dos remates en los palos y al final hizo un golazo, el número 800 de su impresionante carrera.
La fiesta de los campeones fue con victoria 2-0 ante un digno Panamá con una pincelada de Lionel Messi que valió todos los esfuerzos que hicieron los hinchas -en mayor o menor medida- para decir presente en el colmado y enérgico Monumental.

El análisis del partido entre Argentina y Panamá quedará guardado en la caja de los recuerdos y Lionel Scaloni no le prestará demasiada atención. Se trató de una fiesta y se jugó con lógica relajación. Las postales de la previa del duelo evidenciaban lo que vendría, con Dibu Martínez llorando cuando todo el estadio cantó el “muchachos”, con las lágrimas de Scaloni cuando se escuchó el himno y con la sonrisa cómplice de Lionel Messi junto a sus tres hijos. La fiesta le dejó poco espacio al fútbol, hay que decirlo.

Quedan cosas, claro. Lo que primero conviene señalar es que Scaloni entiende todo o casi. Porque no solo mandó a la cancha a los mismos 11 que jugaron la final contra Francia, sino que en los primeros minutos hizo jugar a Ángel Di María como extremo izquierdo, esa movida de ajedrez que lo distinguió en el Lusail. Luego, a poco tiempo, Fideo se corrió a la derecha para dejar el 4-3-3 y formar un 4-4-2, con Messi y Álvarez de punta.

La idea de la Scaloneta está marcada a fuego, mucho más después de la enorme final que el equipo jugó contra Francia. Hay un mediocampo que ya empieza a salir de memoria, con De Paul, Fernández y Mac Allister. Pero saben estos que no pueden dormirse porque desde atrás luchan Paredes, Lo Celso y Palacios, tres de los mimados por Scaloni.

Con los volantes, Argentina se asegura una rápida y buena circulación de balón. Y todos se complementan: Enzo es el cerebro, De Paul el motor y Mac Allister el aplicado. Habría que mirar los mapas de calor luego de los duelos del hijo del Colorado y se evidenciará que corre solo por los lugares que tiene que correr.

No estuvo fino Argentina, por eso no se fue al descanso en ventaja. Jugó mal, falló muchos pases. De Paul fue el que más acertó, con Fernández errando algunos toques en largo.

Y Messi, qué decir de él. Se puede permitir un partido malo. O muchos. Puede jugar mal este y todos los partidos que le quedan el rosarino. Ya dio lo que tenía que dar; el resto será yapa. Regaló la certeza de que es mortal la Pulga, errando tres pases seguidos a Di María, toda una rareza. Todos los que estuvieron en la cancha tendrán algo para sacar a relucir cuando pifien un par de pases en el campito con los amigos. “Messi erró tres pases seguidos contra Panamá”, dirán. O diremos. Qué regalito.

Desbordó varias veces la Scaloneta por el sector derecho, con Molina y Di María. Pero siempre erraron el pase final y siempre apareció alguna de las muchas piernas de los panameños, que llegaron al Monumental con un plantel alternativo. Las más claras fueron un tiro libre mágico de Messi que se chocó con el ángulo y un disparo lejano de Fernández que el arquero Guerra sacó del ángulo.

Metió mano en el entretiempo Scaloni porque a él tampoco le gusta perder a nada. Fue bueno el ingreso de Thiago Almada: le dio más frescura al ataque. El otro que se metió muy bien fue Paulo Dybala, que sustituyó a Di María a los 14 minutos. Tanto Almada como Dybala conectaron mucho con Messi, que seguía con su noche de pases raros. Seguramente le hayan pasado factura los asados y las juntadas de la semana. Se repite: se lo tiene merecido.

El duelo ante Panamá fue un festival de tiro libres para Messi. Pegaron mucho y de brutos los rivales. Dos de los disparos de Leo se chocaron con los ángulos, otro par atajó Guerra y un quinto se fue muy por arriba. De uno de los que chocó con el poste llegó el gol de Almada, que capturó el rebote y puso el ansiado 1-0.

Parecía que la fiesta estaba completa con ese tanto del ex Vélez. Pero a Messi le quedaba una oportunidad más y la gente lo merecía. No era Leo el que necesitaba el gol, eran los más de 80.000. Entonces, en el último tiro libre, la Pulga apretó la pelota fuerte contra el piso y la dejó colgada en el ángulo izquierdo de Guerra. Ahí estaba el broche de oro, un cierre digno para los campeones del mundo.

lunes, 19 de diciembre de 2022

Argentina Campeón - Mundial Qatar 2022

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ARGENTINA, TRICAMPEÓN MUNDIAL
Argentina es campeón mundial en la final más dramática de la historia
Mereció ganarlo en los 90 o en el alargue, pero tuvo que esperar a los penales. Martínez atajó uno, Francia desvió otro y acertaron Leo, Dybala, Paredes y Montiel.
Tenía que sufrir Messi. Tenía que sufrir Argentina. Pero se acabó el sufrimiento. Se acabó. La puta madre. Argentina es campeón del mundo. Sí, no es un sueño. Messi es campeón del mundo. Y es justicia. En Qatar. En un Mundial mágico y exótico que dejó una final mágica y exótica. Porque, si se dejan atrás todos los padecimientos, fue una final apoteótica. Dramática. Inolvidable. Tal vez, inigualable. Con un Mbappé en modo diablo, autor de tres goles que rescataron a Francia de una paliza. Pero Argentina tiene a Messi, que metió dos y fue el mejor del torneo. Y tiene a Dibu Martínez, que volvió a aparecer en una definición por penales. Y antes también. Sobre el final del partido. Y a gozar. Porque lo que acaba de pasar en este Lusail es historia. La Scaloneta domina el mundo. Y Messi... Sí, Messi. Ya no hay discusión: es el mejor de todos los tiempos.

Hay que dejar atrás las emociones mientras Messi se abraza con Celia, su mamá. Mientras el estadio estalla de locura. Mientras los jugadores se mezclan con la gente. Se hace casi imposible escribir revoleando lágrimas sobre el teclado. Pero hay que hablar del partido. Porque Scaloni planteó un partido perfecto. Fueron 80 minutos de dominio abrumador. Un baile mundial. Un baile que se cortó porque Mbappé, simplemente, es el heredero de Messi. Nada más.

Había sorprendido Scaloni eligiendo a Di María como titular. Y volvió a sorprender con Fideo como extremo por la izquierda. Fue una jugada de ajedrez, que incluyó el ingreso de Tagliafico por Acuña para cuidarle la espalda al as de bastos de este equipo que será inolvidable. Porque allí, el hombre de Juventus, que no era titular desde el partido contra Polonia, empezó a hacer daño. Y no sólo obligó a Koundé a no perderle el rastro, sino que también lo obligó a hacer horas extra a Dembélé.

Pero esa movida no fue la única que puso sobre el tablero Scaloni. El equipo se hizo corto, con los centrales siempre atentos para cortar rápido, en especial Cuti Romero, y con un monumental trabajo de Alexis Mac Allister, Rodrigo De Paul y Enzo Fernández. Ellos manejaban el equipo desde el mediocampo y, curiosamente, convirtieron a Messi en un jugador complementario.

No es que Leo jugó mal esos 45 minutos. Todo lo contrario. Lo que sucedió es que esta vez los que tiraron de la carreta fueron otros.

Así llegó el gol del desequilibrio. Después de un toqueteo incesante, Julián abrió para Di María. Parecía que se iba larga la bola, pero Fideo no sólo llegó, sino que clavó los frenos y enganchó para adentro. Así le sacó la ventaja a Dembélé, que en plena persecución lo tocó de atrás. Penal. Y gol de Messi, el sexto del torneo, en su partido 26, récord en Mundiales.

El partido se partió en ese momento. Argentina empezó a borrar de la cancha a un Francia que ni siquiera podía encontrar soluciones de la mano de Mbappé y Griezmann. Fue, a partir de entonces, un baile. Culminó con un golazo que dio calma. Recuperó Molina, Mac Allister tocó para Messi, Messi soltó para Julián, Julián la tiró al vacío para Alexis y Alexis, mano a mano, lo vio entrar a Di María, que definió solo ante la salida de Lloris. Un golazo.

Francia no estaba en la cancha. Se insiste. Y Deschamps, que se miraba con su ayudante, se dio cuenta. Cirugía mayor: afuera el torpe Dembélé y un aislado Giroud, adentro Kolo Muani y Thuram para que Mbappé quedara de delantero centro. El problema, tal vez, no eran los puntas. El problema era que Francia no podía tener la pelota ante una Argentina que se multiplicaba. Hasta Messi bajaba para recuperar.

Ya en la segunda parte Francia seguía en estado de confusión. Un par de errores ingenuos en las salidas. Un lateral mal sacado. Y Argentina, con calma, esperaba. La idea era recuperar y salir rápido. Así llegó una volea de De Paul, tras un centro de Di María que Lloris controló. Así llegó una bola al vacío de Fideo para que Julián, tras una diagonal, obligara a revolcarse al capitán francés.

A falta de media hora, Argentina insistía. Estuvo cerca con una travesura de Di María, en modo Messi, tras una recuperación de Tagliafico. Lo sacó a pasar a Koundé y mandó un centro que De Paul dejó pasar y que encontró a Messi. Era una perla, pero Rabiot llegó con lo justo para cerrar.

Francia, con vergüenza, salió a buscar el descuento. Pero seguía confundido. Y Argentina estaba preparado para el golpe final. Otro contraataque nació con una recuperación de Mac Allister, colosal, que no llegó a quedar mano a mano luego de una gestión de Messi y Julián.

La Selección no regalaba un metro. Y para buscar más equilibrio, Scaloni sacó a Di María, que hizo un partidazo otra vez en una final, y puso a Acuña para hacer sociedad con Tagliafico.

Asustó Francia con una bola cruzada de Griezmann, el único que parecía dar la cara. De sus pies insinuaba nacer la resurrección de Francia. Pero nada le fluía al equipo de Deschamps. Mbappé, que casi no la había tocado en el complemento, se despertó y probó tras una corrida corta. Fue un aviso de lo que vendría.

Deschamps volvió a meter mano en el equipo con el ingreso de Camavinga y Coman por Theo Hernández y Griezmann. Sí, saco a Griezmann que era el mejor de los suyos. Raro. Pero el tiempo le daría la razón. Mac Allister, otro que entró en modo Messi por un rato, armó un jugadón por izquierda, descargó para el Messi verdadero, que encontró a Enzo solo en la medialuna. El remate fue muy centrado. El tercero no llegaba.

Pero no preocupaba. La superioridad era notable. Empezaba a caer el “ole, ole, ole” de la tribuna. Era una fiesta. Pero... Siempre hay un pero.

Se escapó Kolo Muani y Otamendi, que debió cruzar a la derecha, lo bajó. Penal. El único error hasta ese momento terminó en el descuento de Francia. Se hizo cargo Mbappé y le ganó la batalla mental a Dibu, que rozó la pelota con las yemas, pero no la pudo sacar. Faltaban diez minutos.

Empezó otro partido. Un partido que no duró nada. Porque Mbappé, diabólico, tenía otros planes. Messi perdió una pelota en el medio. Rabiot buscó al fenómeno de PSG, el que no es Messi, que se la bajó a Thuram, que se la devolvió a un toque. Volea y gol para volver a ser el goleador del mundial. Dos minutos fatales. De no creer. El fútbol no sabe de justicia. Pero sí de drama. Otro partido en serio.

Argentina intentaba salir. Y Francia estaba en estado de gracia. Lo tuvo Thuram tras un centro de Mbappé, ya totalmente activo. No llegó por nada. Enzo frenó justo el pie cuando volvía a molestar Thuram. Se paralizó el estadio. Pero el polaco Marciniak, que manejó bien el partido, marcó tiro libre para la Argentina y amonestó al punta. Alivio. Los corazones se detuvieron otra vez con un desborde de Coman que encontró a Camavinga. Apareció Dibu. Con suspenso, pero apareció. Se completaban los ocho minutos de descuento. Francia seguía con la mira calibrada. Cada ataque era peligro de gol. Sin embargo, el que tuvo la del final fue Messi con un zurdazo desde afuera del área. La de siempre. La que no suele fallar. Lloris apareció en todo su esplendor para despejar al córner. Al alargue.

El mini descanso le dio algo de paz a la Selección. Entró Montiel por Molina, que había padecido a Thuram. El partido se puso en un freezer. Hasta que Messi armó un jugadón con Enzo y Argentina tuvo una doble chance. Lautaro, que había entrado por Julián, no pudo con Upamecano. Montiel tomó el rebote y le pegó de volea y Upamecano la sacó al córner. Enseguida, tuvo otra Lautaro, que quedó solo con Lloris y definió mal. Era offside. Terminó mejor la Selección el primer suplementario.

Y también arrancó mejor el segundo. Messi probó con una volea que volvió a encontrar las manos de Lloris. Y llegó el premio. Un despeje de la defensa encontró a Lautaro, que se la bajó a Messi. Leo manejó y descargó para el Toro, que estaba habilitado por un glúteo, y fusiló a Lloris. El arquero dio rebote y la pelota le cayó a Messi, que la tocó para que Lusail volviera a estallar. El séptimo del Mundial. Otra vez cerca de la copa.

Pero faltaba mucho, aunque no faltaba nada. El partido era puro nervios. Parecía que Argentina se lo llevaba. Pero otro penal, por una mano de Montiel tras un remate de Mbappé, le sirvió otra vez el empate a Francia a cuatro del final. Y Kylian volvió a acertar. Tres goles en una final. Un animal.

¿Penales? No. Había más en esta maravillosa final. Dibu Martínez le tapó la pelota de la tarde a Kolo Muani en una atajada de antología. ¿Penales? No, Lautaro cabeceó solo después de un desborde de Montiel y le erró al arco. Una pena.

Ahora sí. Penales. Más drama dentro del drama. Pero los penales son la especialidad de Dibu. Atajó uno, el de Coman, y amedrentó a Tchouameni, que la tiró afuera. La Scaloneta no falló. Messi, Dybala, Paredes, Montiel.

“Vamos Argentina, la concha de su madre. Somos campeones del mundo”, bramó Messi con el micrófono abierto para toda la cancha. Tuvo que llegar hasta Medio Oriente para confirmar que es el rey del mundo. Tras no dejar récord en pie, el capitán cumplió su gran meta. Y se dio el gusto de levantar la Copa que todos quieren levantar. Ya es leyenda.

miércoles, 14 de diciembre de 2022

Argentina 3 - Croacia 0 - Semifinal - Mundial Qatar 2022

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UN RENDIMIENTO COLECTIVO PARA EL RECUERDO
Argentina jugó su mejor partido en el momento justo, con inteligencia y eficacia
La Selección supo tener paciencia y aguantar el pasaje en el que Croacia intentó dominar. Cuando el juego apareció, fue imparable. El domingo, la final soñada.
Además de tener a Lionel Messi, Argentina tuvo a Kylian Mbappé, disfrazado de Julián Álvarez. Y así resolvió un partido que pintaba para largo, con dos manos de nocaut en el primer tiempo y una genialidad en el segundo. Así alfombró el camino hacia la final del domingo en Qatar. Así sueña y tiene motivos para hacerlo. Vaya si los tiene...

Porque terminó aplastando a un rival que llegaba invicto y que en la primera media hora mostró sus credenciales. El equipo del siempre impecable Luka Modrić planteó un partido de posesión más paciencia. A los 15 minutos, el termómetro marcaba que el equipo azul tenía la pelota el 63 por ciento del tiempo, contra el 37 de Argentina.

Control, salida limpia, pases cortos: Modrić para Brozović, Brozović para Gvardiol. Sin apuro por atacar. Y otra vuelta más.

La idea era dormir el partido, pero la Selección demostró tener más paciencia todavía. No me atacás; te espero. Tranquilo. Paradito en el medio con De Paul, Paredes, Enzo Fernández y Mac Allister. Y un poquito me hago el dormido también. Ya vas a ver...

El primer remate al arco en el partido fue de Enzo Fernández, a los 24 minutos. Un ratito antes, el escáner biónico de Messi le había indicado que tenía que correrse unos metros hacia la derecha. Un movimiento imperceptible en ese momento, pero que sería clave apenas un ratito después. Entre los 31 y los 39 minutos, para ser precisos.

Ese espacio vacío que dejó Messi, el callejón del “9”, lo aprovecharon Enzo Fernández con su pelotazo y Julián Álvarez con su velocidad para meter la diagonal de izquierda hacia el centro. Los hasta allí seguros centrales croatas, Lovren y Gvardiol, perdieron la referencia y no vieron aparecer a esa flecha con el número 9 en la espalda.

Julián se fue directo hacia el arquero Livaković, quien lo volteó. Penal y Messi es gol, excepto contra Polonia. Advertido de que el arquero croata se había lucido en las definiciones por penales que le habían tocado en los partidos previos, Leo cambió el registro: nada de sutilezas y cañonazo al ángulo izquierdo.

Primer gol con la pelota Al Hilm (el sueño), que reemplazó a la Al Rhila (el viaje). Todo un mensaje.

Y a Croacia se le quemaron todos los papeles: perdió el guión y la paciencia, tal vez demasiado rápido. Y empezó otro partido, que Argentina estaba decidida a aprovechar.

Los de azul quedaron desacomodados y Julián puso quinta a fondo, no lo pudieron parar y, favorecido por los rebotes de los defensores que llegaron tarde, convirtió el 2-0 de arremetida. Todo en poco más de cinco minutos.

Fue un nocaut. El subcampeón del mundo perdió su calma y su plan de juego, desbordado por un rival que con espacio amenazaba con golearlo. Y así pasó, gracias a una apilada descomunal de Messi por la derecha, que terminó con el “10” sirviendo el 3-0 a Julián Álvarez.

Una asistencia como para cerrar el estadio y para confirmar que pase lo que pase en la final, ya es el Mundial de Messi. Su mejor Mundial, el quinto en su haber, rompiendo todas las marcas que tenía por delante y liderando como nunca antes a la Selección. Y más allá de cualquier comparación.

Messi guió con su magia a una Selección que se recibió de equipo mundialista. Jugó su mejor partido en el momento preciso. Como dice Lionel Scaloni, defiende cuando hay que defender y entiende los momentos de cada partido. Éste, la semifinal contra una Croacia que le duró media hora, fue jugado con inteligencia y eficacia.

Con un Lionel Messi celestial y un Julián Álvarez tan implacable como Mbappé, su colega francés, quien hoy buscará ser el rival del domingo. Demasiado para Croacia y para cualquier equipo, al menos en la noche del martes en Lusail.

El viaje continúa y el sueño crece...

martes, 13 de diciembre de 2022

Formaciones - Argentina vs. Croacia - Semifinal - Mundial Qatar 2022

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sábado, 10 de diciembre de 2022

Países Bajos 2 (3) - Argentina 2 (4) - Cuartos de Final - Mundial Qatar 2022

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FUERON LOS 120 MINUTOS MÁS DRAMÁTICOS DEL MUNDIAL
Argentina ganó en los penales un partido que mereció definir antes
Ganaba 2-0. Sufrió el 2-2 en el minuto 10 de descuento y estuvo cerca en el alargue. Pero definió en los 12 pasos.
Los jugadores siguen festejando. La gente sigue festejando. Y no es para menos. La Selección Argentina ya está entre los cuatro mejores del planeta. Hizo todo para avanzar a las semifinales. Y lo consiguió. Pero tuvo que sufrir demasiado. Las distracciones en los últimos diez minutos de los 90 y en los diez minutos de tiempo agregado que dio el árbitro español Antonio Mateu Lahoz, de floja actuación, fueron un castigo demasiado grande para un equipo que siempre buscó ante un rival que le sacó jugó al desierto de Qatar.

Ganaba Argentina 2-0, otra vez de la mano de un Messi magistral. Pero Países Bajos no se rindió, se acercó con un gol que se encontró de regalo y tuvo su premio excesivo con una jugada de laboratorio en el último minuto. La Scaloneta, valiente, lo buscó en el alargue. Lo debió haber ganado ahí de nuevo. Pero tuvo que esperar a la tanda por penales para que un enorme Dibu Martínez, con dos atajadones que serán leyenda, le diera el ticket para llegar a Croacia. Sí, Argentina cruzó otra vez el Rubicón. Y jugará los siete partidos en este Mundial, tan exótico como mágico, de Qatar.

Treinta y dos minutos fue lo que tardaron en patear al arco este ensordecedor Lusail, otra vez con mayoría argentina en las tribunas. Un tímido remate de De Paul, que no vio que podía descargar en Mac Allister, terminó en las manos del gigante Noppert.

Fue un aviso. Pasaron 120 segundos y Messi se disfrazó de rey mago. No importa si es Melchor, Gaspar o Baltazar. Lo que importa es que recibió volcado a la derecha tras un pase de Nahuel Molina, se sacó de encima a De Jong y le dio un paseo a Nathan Aké. Un pasito para acá, otro pasito para allá. Y el grandote del City ya no sabía qué hacer. En realidad, nadie sabía qué iba a hacer. Solo Molina, que picó por su carril, le comió la espalda a Blind y, tras controlar, punteó de derecha ante la salida de Noppert.

Ese gol destrabó el partido. Hasta entonces todo había sido medido. Todo había sido nervios. Había arrancado mejor la Selección Argentina controlando el juego y tratando de avanzar, siempre manteniendo un equipo corto, con los tres centrales bien adelantados para recuperar rápido.

De Paul, sin muestras de las molestias, aunque con un vendaje en el muslo derecho, había tenido la más clara con un remate que se estrelló contra la humanidad de Julián Álvarez. El primer cuarto de hora fue de predominio territorial para los de Scaloni.

Pero en un momento se encendió De Jong y Holanda empezó a adueñarse de la pelota. Le faltó profundizar. Pero pasó a ser el dominador del juego. Así empezó a merodear el área de Dibu Martínez. La más clara fue una combinación entre Memphis y Bergwijn, que el delantero del Ajax culminó con un remate defectuoso.

En ese momento, la hinchada argentina, amplia mayoría en este nido enorme de la Ciudad de la Energía, entendió que hacía falta un poco de aliento. Y empezó a empujar desde afuera. Casualidad o no, la Scaloneta empezó a levantar. Y llegó ese tiro de De Paul. Y la genialidad de Messi para que Molina se convirtiera en un goleador impensado.

Países Bajos intentó reaccionar. Y fue un poco más a fondo. El juego se hizo un poco más trabado. Y llegaron las amarillas. Primero para Timber, enseguida para Acuña -que llegó a las dos amonestaciones- y al toque Cuti Romero que metió la mano donde no debía. El equipo de Van Gaal, no obstante, solo inquietó con centros. Y Dibu, que hasta entonces no había tocado la pelota, brindó seguridad en el juego aéreo.

Van Gaal no quedó nada conforme y en el segundo tiempo sacó a De Roon y Bergwijn, de flojos 45 minutos iniciales, y les dio cuerda a Koopmeiners y Berghuis -que se puso de enlace y corrió a Gakpo como puntero-.

Sin embargo, a pesar de las variantes, Países Bajos seguía inconexo y Argentina usaba mejor la pelota. Sobre todo, cuando aparecía Messi. Otra vez en modo imperial. Tres apariciones en antes de los 15 minutos hicieron estallar el estadio. La primeras dos no terminaron bien -un centro de Acuña sin riesgo y un mal pase de Mac Allister para De Paul que entraba solo-. La tercera, que arrancó dejando sentado en el piso a Blind, fue volteado cuando entraba al área. Tiro libre ideal. Al palo de Noppert. No entró por centímetros.

Van Gaal siguió moviendo el banco. Y fuerte. Sacó a Blind, un lateral, para poner al otro De Jong, Luuk, para que fuera a cabecear todo lo que tiraron. Scaloni también activó los recambios. De Paul, de gran despliegue, le dejó su lugar a Paredes a falta de 25 minutos. Evidentemente, el volante de Atlético de Madrid no estaba entero. Igual hizo un gran partido sin escatimar esfuerzos.

Países Bajos ya había vuelto a tomar el control del partido. Se adelantó unos metros y De Jong, el del Barcelona, empezó a patrullar la cancha con elegancia. Argentina, sin embargo, se agrupó bien. Y no se metió atrás.

La prueba: Acuña recuperó una pelota y encaró hacia el fondo. Amagó el centro, pero enganchó y Dumfries se lo llevó puesto. Sí, penal. Clarísimo. Noppert se lo quiso charlar a Messi. Dibu miraba a la otra tribuna, conciente del momento cumbre que se vivía. Y Leo, esta vez, no falló. Esperó y esperó y con una carrera corta la cruzó contra el palo izquierdo. Dos a cero y veinte minutos por delante.

Holanda entró en modo ataque de nervios. Dibu Martínez ayudó un poco agitando después de descolgar un centro. Escaramuza y reparto de amarillas para Depay y Licha Martínez. Mientras los jugadores se pecheaban, un invasor de metió en la cancha.

Una mole. Lo tuvieron que sacar entre cinco. Los nervios ya eran demasiados para los de naranja. Scaloni, para cuidar, sacó a Acuña y a Romero, los otros dos amonestados. Aire nuevo también para defender cuando se avecinaba n los minutos decisivos.

Países Bajos puso otro delantero más. Entró Weghorst, que había visto la amarilla desde el banco, por Depay, que había sido bien maniatado por la ordenada defensa argentina. Y en la primera que tocó, cabezazo y gol fuera de contexto con siete minutos, sin el descuento, por delante. Película repetida.

Los neerlandeses fueron una tromba sobre el final. Además de Weghorts y De Jong, Van Dijk fue un rato de centrodelantero. Un potente remate de Berghuis se fue apenas desviado.

El estadio parecía una cancha argentina. Los nervios se multiplicaban. Paredes se llevó amarilla por una dura entrada sobre Aké que siguió con un pelotazo contra el banco naranja. Otra escaramuza. Zafó de la roja de milagro el ex Boca. Entró bien el ex Boca.

Diez minutos de descuento dio Lahoz, que dejó jugar y pegar por partes iguales. Una falta sobre Gakpo en la medialuna, se transformó en un tiro libre peligrosísimo. El remate de Berghuis se estrelló en la barrera. Alivio.

A esa altura hasta Messi y Lautaro Martínez, que había entrado por Julián, estaban parados cerca del área propia y la reventaban para arriba.

Argentina ya no jugaba. Había perdido las formas. Aguantaba. Los segundos duraban minutos. Los minutos eran años. Dibu Martínez hacía tiempo como podía, atento a que Mateu Lahoz no le sacara una amarilla.

Un foul a Paredes, a falta de dos minutos, fue festejado como un gol. Países Bajos apostaba a sus altos. Y Pezzella, en la desesperada, cometió otro foul tonto cerca de la medialuna. Quedaba nada. Messi se llevó una amarilla por protestar. Y Van Gaal, que sabe por diablo y por viejo, sacó a relucir el laboratorio. Koopmeiners no le pegó fuerte, sino que tocó para Weghorst, que controló en el punto penal y ante la marca de un Enzo Fernández que no lo pudo bloquear, el punta del Besiktas tocó suave al gol. Increíble. Al alargue. Fue un mazazo inmerecido.

Lejos de desanimarse, tras una enfática charla técnica de Scaloni, la Selección salió mejor plantada en el arranque del tiempo suplementario. Parecía arrimarse a Noppert después de mucho tiempo, pero Messi no pudo controlar bien y la pelota terminó del otro lado en un nuevo tiro libre de riesgo. Por suerte, Otamendi, como toda la noche, volvió a sacar de cabeza.

La sensación en el estadio que era una montaña rusa de emociones contrapuestas es que cualquier cosa podía pasar. Los minutos corrían más rápido. Messi lucía cansado. El juego ya no fluía. Un centro le queda corto. Otro se le va largo. Y otro más se le va largo, pero apenas cuando Otamendi entraba solo. Fue lo más peligroso del primer tiempo suplementario.

En el segundo período del alargue, Scaloni, que tenía dos cambios todavía, metió a Montiel por Molina. Un córner tempranero generó algo de ilusión. Pero Noppert sacó a relucir sus dos metros tres para traer calma a los naranjas.

Y empezó a buscar y buscar la Scaloneta. Messi buscó hacer la de siempre a la salida de un tiro libre. No le salió. La bola, otra vez, se fue lejos. Para los últimos diez entró Angelito Di María en el último tramo y salió Licha Martínez, que arrancó de mayor a menor.

Di María funcionó como revulsivo. Y Enzo Fernández también se encendió, parecía fresco como si recién empezaran. Como si hubiera revivido de golpe. Un desborde con centro atrás encontró a Lautaro que fue bloqueado por Van Dijk. Era gol. ERa el el gol del triunfo. Dio en el pecho del defensor de Liverpool (Otamendi pidió una mano que no existió) y se fue al córner.

Enseguida, Enzo probó desde afuera, la bola se desvió y pasó besando el travesaño. Y hubo más: córner de Fideo y cabezazo de Pezzella adelantándose y atacando la pelota para ganarles a los enormes defensores neerlandeses, que se fue apenas desviado.

Estaba mejor Argentina. Lo buscaba Argentina. Ahora eran los Naranjas los que aguantaban, y Lautaro casi encuentra lo que buscó todo el Mundial con una media vuelta. Y Messi fue bloqueado justo. Y Di María casi lo mete olímpico. Y Enzo reventó un palo. Increíble. Otra vez.

Y llegaron los penales. Dibu Martínez voló para un lado y para otro en los remates de Virgil y Berghuis. Y dio el aire necesario para que no se notara el fallo de Enzo. La gloria, merecida y esperada, le quedó a Lautaro Martínez. No será Brasil. Espera Croacia. Nos vemos el martes, otra vez en Lusail.

Fichas Puntajes - Viernes 09/12 - Cuartos de Final - Mundial Qatar 2022

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Ficha Puntajes - Croacia 1 (4) - Brasil 1 (2) - Cuartos de Final - Mundial Qatar 2022
Ficha Puntajes - Países Bajos 2 (3) - Argentina 2 (4) - Cuartos de Final - Mundial Qatar 2022


SEMIFINALES - MUNDIAL QATAR 2022
Argentina vs. Croacia

viernes, 9 de diciembre de 2022

Formaciones - Países Bajos vs. Argentina - Cuartos de Final - Mundial Qatar 2022

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domingo, 4 de diciembre de 2022

Argentina 2 - Australia 1 - Octavos de Final - Mundial Qatar 2022

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UNA VICTORIA ANTE AUSTRALIA QUE DEBIÓ HABER SIDO MÁS AMPLIA
La Selección pudo golear, pero terminó sufriendo para pasar
Messi abrió el partido, Julián Alvarez hizo el segundo. Todo era fiesta. El descuento sorprendió.
Había que sufrir, parece. Sin necesidad y sin justicia, Pero este Mundial loco así lo exige. Pero mucho antes de eso, había que encontrar esa pequeña luz, casi invisible, entre los grandotes australianos. Casi nada pasaba, pero Messi metió ese zurdazo de billar para marcar el camino. Se sabe: Leo ve lo que nadie más ve, y la pelota le obedece.

Hasta allí, 35 minutos, Argentina no había logrado incomodar a una Australia que jugó a lo que se esperaba. Cerrada en un 4-4-2, presionando muy pocas veces, y con once jugadores detrás de la pelota que obviamente manejaba la Selección. Pero el equipo de Scaloni no podía generar espacios. Se tiraba muy atrás Enzo Fernández, como un tercer central, para que Molina y Acuña jugaran bien abiertos y bien arriba. Pero casi todo fue pases largos desde atrás, sin sorpresa y sin conseguir el dos contra uno en los costados que pudiera desequilibrar. Argentina tenía un 70 por ciento de posesión, pero sin profundizar. El primer remate fue a los 16 minutos, del Papu, muy alto.

En realidad, el primer remate a puerta fue el de Messi. El gol, a los 35 minutos. Unos diez antes el Papu se había mudado a la derecha, en una posición más de volante que de delantero que le dio resultado al equipo, se juntó con Messi y por ahí llegó la jugada del gol. Papu a Leo, de allí a Mac Allister, a Otamendi, hasta que la volvió a encontrar Messi y se acabó la resistencia australiana.

Dicen que es su partido mil, cuentan que es récord argentino de presencias en Mundiales con 23 partidos, se ve en cada esquina que los pibes de los países más remotos se ponen su camiseta sin hablar una palabra de español. Todo eso, en este momento, en la noche de Al Rayyan, a Messi no le importó. Miró fijo a la pelota, parecía que le hablaba. Ya vas a entrar, le habrá dicho.

Decían que en cinco Mundiales no había hecho goles de octavos de final en adelante. Tampoco le importó, las rachas están para demolerlas.

En un Mundial puede haber equivalencias donde nos las hay. Un plantel, el argentino, cotizado en 643 millones de euros. Otro, el australiano, en 36. Argentina participa de su 18 Copa del Mundo, faltó solo a cuatro; Australia jugó su sexto Mundial y faltó a 16. Para la Selección fue su partido número 85, para los australianos el 20. En cuanto a nombres, ni siquiera es necesario comparar.

Durante muchos minutos las diferencias no reconocieron esos parámetros, más allá de la sensación térmica de que Argentina lo podía liquidar con sólo acertar un par de pases.

Sin embargo, Scaloni notó que el equipo se estaba complicando en la salida y metió un cambio a los cuatro minutos del segundo tiempo. Lisandro Martínez por Gómez. Pragmático y alérgico a las sorpresas, el técnico armó una línea de tres centrales más los dos laterales. Línea de cinco, en realidad. La idea fue asegurar la pelota en el fondo (Lisandro es un especialista) y salir rápido ante la obligación sin recursos de Australia.

Pero los de amarillo se equivocaron atrás, De Paul se dio cuenta que el arquero Ryan podía dudar y la presión dejó a Julián Álvarez, una vez más, de cara al festejo. Con el 2-0 la resistencia australiana pareció venirse abajo a los 12 minutos y la Selección tuvo todo el espacio para decorar una goleada. En eso estaba, cuando llegó el descuento con un rebote desafortunado en Enzo Fernández que invitó a los fantasmas.

Hubo un poco de sufrimiento al final, innecesario. Un cierre providencial de Lisandro Martínez, como para estar a tono de este loco Mundial. Luego Lautaro Martínez se perdió dos goles increíbles, cedidos por la generosidad de un Messi que terminó a toda orquesta. Después, la atajada de Dibu, también imprescindible para el desahogo.

Argentina está entre los ocho mejores. No fue un gran salto en lo futbolístico, sí en lo anímico. Habrá que ratificarlo ante Países Bajos, donde la dificultad irá en aumento. De eso se tratan los Mundiales.

Fichas Puntajes - Sábado 03/12 - Octavos de Final - Mundial Qatar 2022

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Ficha Puntajes - Países Bajos 3 - Estados Unidos 1 - Octavos de Final - Mundial Qatar 2022
Ficha Puntajes - Argentina 2 - Australia 1 - Octavos de Final - Mundial Qatar 2022


CUARTOS DE FINAL - MUNDIAL QATAR 2022
Países Bajos vs. Argentina

sábado, 3 de diciembre de 2022

Formaciones - Argentina vs. Australia - Octavos de Final - Mundial Qatar 2022

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jueves, 1 de diciembre de 2022

Polonia 0 - Argentina 2 - Grupo C - Mundial Qatar 2022

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GRAN VICTORIA ANTE LOS POLACOS Y PASE A OCTAVOS
La Selección espantó a los fantasmas y ahora es protagonista del Mundial
Argentina bailó a Polonia y debió ganar por más diferencia. Hasta desperdició el penal ejecutado por Messi. Logró la clasificación en el primer puesto de la zona y, con el equipo en crecimiento, el sábado jugará con Australia en octavos de final.
Bienvenida Argentina al Mundial de Qatar 2022. Adiós fantasmas, adiós dudas, adiós a todo ese dolor de panza que causaba imaginar que el camino podía terminar demasiado pronto acá en Medio Oriente. Es que la Selección volvió a ser la Scaloneta. Con otros intérpretes, incluso con otro sistema. Con un técnico como Lionel Scaloni que toma decisiones fuertes y que hace que el equipo mejore al andar. Con Enzo Fernández convertido en el patrón del medio y en la gran figura de esta húmeda noche en Doha. Con Julián Álvarez que no siente la diferencia entre jugar en un potrero de su Calchín natal o en un estadio hecho con containers. Con Otamendi firme para amedrentar a un desdibujado Lewandowski. Con De Paul otra vez De Paul. Con un Di María siempre listo para hacer lío. Y con un Messi que no fue imperial solamente porque otra vez lo traicionó un penal.

El 2-0 sobre Polonia no sólo fue el alivio de la clasificación. El 2-0 sobre Polonia, un rival al que borró de la cancha, fue una producción casi perfecta que permite soñar. Ni siquiera dolió ese penal que convertía a un notable Wojciech Szczesny en el más malo de los villanos. Un primer tiempo arrasador. Un segundo tiempo aún mejor gracias al gol tempranero de Alexis Mac Allister y a la contundencia de Julián que sirvió para, por fin, respirar.

Fue un monólogo de la Selección en el primer tiempo. Catorce llegadas al arco. Nueve remates que fueron a parar a las manos de Szczesny. Faltó la puntada final y paciencia ante una Polonia que lo único que mostró fueron debilidades.

Scaloni pateó el tablero con los cambios que se conocieron cuando apenas faltaba una hora para que comenzara el partido. Adentro Enzo y Julián, afuera Guido Rodríguez y Lautaro Martínez. Los ingresos de los dos pibes que hasta hace un rato estaban en River provocaron un cambio de esquema. Enzo se paró de cinco, con Rodrigo De Paul por derecha y Mac Allister por izquierda. Y Julián arrancó como wing izquierdo, con Lionel Messi como falso nueve y Ángel Di María por derecha.

El equipo ganó en dinámica e intensidad jugando al compás del chico de San Martín. También se adueñó de la pelota (57% contra 30% de los polacos). En el fondo fue clave Otamendi, con sus anticipos sobre Lewandowski para evitar contraataques. Sí, Polonia se dedicó a esperar. Lo terminó pagando caro. Se encomendó en San Szczesny, quien se revolcó de un lado a otro para mantener su arco en cero hasta cuando pudo.

Las más claras estuvieron en los pies de Messi, Álvarez y Di María, que casi sorprende con un gol olímpico. Sin embargo, el hit de la primera mitad fue el penal que el arquero de Juventus le contuvo a Messi con el guante derecho bien firme después de que él mismo le hiciera un penal -leve toque en la cara- que necesitó del VAR para ser cobrado. Szczesny, gigante, fue la gran figura en esos 45 minutos iniciales.

Primero hay que saber sufrir dice el tango. Y todo lo que se sufrió en el período inicial se hizo sencillo en el arranque del segundo. Al minuto de juego, en el primer ataque, llegó el alivio. Argentina construyó por derecha con Di María y Molina, que fue al fondo y mandó un centro rasante que encontró cerca del punto penal a Mac Allister, que le pegó mordido, de derecha, y la pelota entró suplicando contra el segundo palo.

Contestó enseguida Polonia con una pelota parada luego de que el Huevo Acuña viera la amarilla. Centro al punto penal y Kamil Glick le gana a todos. Dibu hizo vista. Salió pegadita al palo. Fue la única que tuvo Polonia, que jamás probó los reflejos del arquero argentino. Demasiado temeroso o mezquino, el rival.

Y después volvió el monólogo en celeste y blanco. Messi, que se convirtió en el jugador argentino con más partidos en Mundiales en su 22° aparición, buscó su gol y la revancha por el penal fallado por todos lados. Pero el desquite nunca llegó. No importó. Porque Enzo Fernández cambió el ritmo tras un interminable toqueteo y cedió para que Julián definiera como lo hacía en River. Con más de 20 minutos por delante, el partido estaba liquidado.

Fue 2-0. Apenas. Pudo ser goleada. Messi una y otra vez, Tagliafico y Lautaro Martínez estuvieron a nada de convertir. Polonia, que miraba lo que pasaba en México-Arabia Saudita al mismo tiempo, se resignó a perder. Pero no quiso perder por más. Terminó con línea de seis en el fondo para aguantar el vendaval. Al final, gracias al gol de los árabes, también se metió entre los 16 mejores y festejó.

Pero no tanto como Argentina. Se dio el paso obligado a los octavos de final. Se viene Australia el próximo sábado. Nadie lo esperaba. Hay que atreverse a soñar. Sin menospreciar a nadie. Sin relajarse. El camino es éste. El que marcó el 974. Porque lo peor, al parecer, ya pasó.

Fichas Puntajes - Miércoles 30/11 - Grupos C y D - Mundial Qatar 2022

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Ficha Puntajes - Túnez 1 - Francia 0 - Grupo D - Mundial Qatar 2022
Ficha Puntajes - Australia 1 - Dinamarca 0 - Grupo D - Mundial Qatar 2022
Ficha Puntajes - Polonia 0 - Argentina 2 - Grupo C - Mundial Qatar 2022
Ficha Puntajes - Arabia Saudita 1 - México 2 - Grupo C - Mundial Qatar 2022


POSICIONES FINALES - GRUPO C - MUNDIAL QATAR 2022
P EQUIPO PTS. PJ PG PE PP GF GC DF
1 Argentina 6 3 2 0 1 5 2 +3
2 Polonia 4 3 1 1 1 2 2 0
3 México 4 3 1 1 1 2 3 -1
4 Arabia Saudita 3 3 1 0 2 3 5 -2
Clasificados a Octavos de Final: Argentina y Polonia.

POSICIONES FINALES - GRUPO D - MUNDIAL QATAR 2022
P EQUIPO PTS. PJ PG PE PP GF GC DF
1 Francia 6 3 2 0 1 6 3 +3
2 Australia 6 3 2 0 1 3 4 -1
3 Túnez 4 3 1 1 1 1 1 0
4 Dinamarca 1 3 0 1 2 1 3 -2
Clasificados a Octavos de Final: Francia y Australia.

OCTAVOS DE FINAL - MUNDIAL QATAR 2022
Argentina vs. Australia
Francia vs. Polonia

miércoles, 30 de noviembre de 2022

Formaciones - Polonia vs. Argentina - Grupo C - Mundial Qatar 2022

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lunes, 28 de noviembre de 2022

Argentina 2 - México 0 - Grupo C - Mundial Qatar 2022

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EL CAPITÁN APARECIÓ EN EL MOMENTO JUSTO Y EVITÓ EL NOCAUT
La Selección necesitó de un Messi con rebeldía maradoniana
Levantó en el segundo tiempo con un golazo que se gritó en todo el planeta. Nadie quiere verlo fuera de Qatar.
Sí, siempre Messi. No había jugado un buen primer tiempo Leo, muchos menos la Selección. No se había visto la reacción volcánica que se podía esperar. Algo le pasaba al equipo. Algo le pasaba a Messi, cuando lo necesitaba más que nunca.

Pero en el segundo tiempo Leo mostró una rebeldía “maradoniana”. Pidió la pelota y le dio electricidad a la Selección. El partido cambió, Messi estaba presente. Había otra vibración en el ambiente del estadio Lusail. A los 18 minutos, Enzo Fernández buscó a Di María y Fideo buscó a Messi. Leo encontró una soledad que nunca había tenido. Un segundo. Lo aprovechó al máximo: su zurdazo bajo, furioso, pareció impulsado por millones de argentinos que querían otra historia para la Selección y por millones de hinchas de otras nacionalidades que no querían que Messi se despidiera tan rápido.

Así fue que Argentina zafó del nocaut y revivió. Mejoró un poco la última imagen. No era tan difícil, pero la realidad es que la Scaloneta, tal como lo conocíamos, todavía no apareció. Aquel equipo sólido, con respuestas rápidas para cada circunstancia del partido, empezó complicándose solo ante una Arabia que no supo descifrar y contra México mostró una mejoría, sobre todo emocional.

El resto lo puso Messi, con ayuda de Di María y de Enzo Fernández.

Pero hubo que sufrir. El primer tiempo mostró las caras de los dos, sin maquillaje. México, esperando, sabiendo que las mayores urgencias no eran propias. Con una línea de tres centrales y dos laterales, cinco en el fondo, le cedió la pelota a la Argentina, presionó en la mitad de cancha, especialmente a De Paul, para que la pelota no le llegara a Messi. Y si le llegaba, que nunca estuviera mano a mano con un marcador.

En esa primera etapa a Messi se lo vio muy estático, primero ubicado como otro “9”, entre Di María y Lautaro después, retrocediendo, incluso parado en el círculo central, mirando cómo el equipo intentaba circular por la izquierda. Algo le pasaba a Messi.

Un México tranquilo, una Argentina nerviosa, atada, con freno de mano puesto, consciente de que una derrota lo dejaba demasiado pronto fuera del Mundial.

La primera aproximación argentina al arco del experimentado Memo Ochoa fue a los 40 minutos: córner corto de Messi, centro de Di María y cabezazo desviado de Lautaro al borde del área chica. A los 45, la mejor jugada de la Selección, con circulación rápida del medio hacia la izquierda, con participación de Mac Allister y Messi, para que Acuña la terminara con un centro que desvió Álvarez al córner. Demasiado poco.

El segundo tiempo fue distinto: Messi lo transformó. A los cuatro minutos encaró hacia el área con uno de sus viejos slaloms. Lo bajaron. Tiro libre ideal. Messi esperó agachado la señal del árbitro y pareció hablarle a la pelota, como si fuera una oportunidad irrepetible. Su remate se fue alto. No parecía su noche, pero había que esperar.

Arriesgó Scaloni a los 12 minutos del complemento. Sacó a un Guido Rodríguez muy impreciso para poner a Enzo Fernández. El ex River se paró más adelante para tratar de compensar que tampoco De Paul aportaba pases seguros.

A los 18, el técnico cambió lateral por lateral (Molina por Montiel) y delantero por delantero (Julián Álvarez por Lautaro Martínez). Enseguida Enzo Fernández buscó a Di María y Fideo a Messi. Ya sabemos lo que pasó. Pasó Messi, en su partido número 21 en Mundiales, para alcanzar a Maradona. Su gol número ocho en Copas del Mundo. Para salvar a una Selección Después llegó el golazo de Enzo Fernández, para pedir a gritos la titularidad y para que la Selección sepa que está a tiempo de volver a ser la Scaloneta que lo necesitaba como nunca.

Fichas Puntajes - Sábado 26/11 - Grupos C y D - Mundial Qatar 2022

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Ficha Puntajes - Túnez 0 - Australia 1 - Grupo D - Mundial Qatar 2022
Ficha Puntajes - Polonia 2 - Arabia Saudita 0 - Grupo C - Mundial Qatar 2022
Ficha Puntajes - Francia 2 - Dinamarca 1 - Grupo D - Mundial Qatar 2022
Ficha Puntajes - Argentina 2 - México 0 - Grupo C - Mundial Qatar 2022

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