Racing 4 - Bolívar (Bolivia) 1 - Copa Libertadores 2016
RACING NO TUVO DIFICULTADES EN VAPULEAR AL DÉBIL BOLÍVAR EN EL DEBUT EN EL GRUPO 3
Un festival de goles para el mejor estreno posible
En media hora destruyó a Bolívar. Gran partido de Romero, Lisandro, Martínez y una victoria personal de Sava.
Conviene aclarar que la mejor producción del equipo de Facundo Sava se produjo ante un rival endeble, sin mediocampo y sin sangre. Sí, eso fue Bolivar en la noche del Cilindro: un equipo sin sangre. Desde ahí se entiende la libertad que tuvo Óscar Romero para demostrar que todo lo que se dice sobre él es verdadero: que es un futbolista puro talento, conceptual, de esos que aparecen de tanto en tanto. Fue la peor de las estrategias la elegida por Ruben Insúa: con espacio, el paraguayo se divirtió como si estuviese en un partido homenaje y el mimado hubiese sido él. Un dato: Romero tomó contacto 61 veces (acertó 56 y erró 5) en la primera parte y los hinchas terminaron con las palmas de las manos coloradas de tantos aplausos. Difícilmente en el torneo local se logren tantas libertades.
A los 10 minutos de la etapa inicial, Romero tuvo segundos eternos para pensar y habilitar a Lisandro López, que definió por arriba de Romel Quiñonez. Licha estaba en off side cuando partió el balón, pero el gol era una cuestión de tiempo. No hubo más partido desde el primer tanto, porque Racing se supo superior y se agrandó. Todo, claro, naciendo desde los pies del díscolo Romero, que arrancó desde la izquierda y rápido se fue a jugar de enganche. Quizás esa sea la falencia más notoria del zurdo: no sabe ocupar espacios en defensa. En un partido como el de ayer, poco importa que Grimi quede solo para defender los ataques rivales.
Se dijo: Romero se soltó y pasó a jugar de enganche. A su lado, Cerro fue la descarga fácil y De Paul, unos metros corrido para la derecha, el aliado perfecto; arriba, Lisandro picaba al vacío y Roger Martínez bajaba a pivotear. Fue una fiesta de fútbol la de Racing ante un rival que no evidenció carácter para disputar con fuerza -no con mala intención, ojo- la pelota. Porque Gabriel Valverde y Walter Flores, más allá de que se movieron en soledad en el sector medio (el esquema que puso Insúa fue 5-2-3), no fueron intensos a la hora de recuperar el balón. La pasividad fue un dulce demasiado amistoso para Romero y compañía.
El segundo festejo llegó luego de una guapeada de Roger Martínez al mejor estilo de Gustavo Bou. En el tercero, los del medio se divirtieron tocando en corto hasta que Romero puso de cara al gol a López: centro atrás y gol de Rodrigo De Paul ingresando en soledad por la derecha. Fueron 45 minutos de ensueño, con la complicidad inestimable del elenco de Bolivia.
Lo más concreto que se puede afirmar de la segunda parte es que estuvo de más. Racing se relajó y cuidó piernas pensando en lo que vendrá: dos partidos ante Boca. Ni siquiera ahí los visitantes pudieron demostrar algo. Óscar Romero, en tanto, se tomó un descanso, tocó 30 veces la pelota, la mitad de lo que lo hizo en la primera parte, y Racing ya no generó situaciones. Sobre el final, López quedó mano a mano con el arquero y le cedió el grito a Marcos Acuña. Ya sobre el final, Juan Arce decoró el marcador.
Ganó, goleó y gustó Racing en el debut de la Copa Libertadores. Lo más importante, igual, es que Sava se amigó con su idea.