INSCRIBITE A NUESTRO TORNEO DE AMIGOS



Nombre del Torneo: Planeta Gran DT Oficial

Nombre del Dueño:
Gabriel


Apellido del Dueño:
Hernando



PREMIOS GRAN DT PRIMERA DIVISIÓN 2025


En la fecha:
2 pines para el primer puesto.


Campeón del Torneo:
$25.000.



PREMIOS GRAN DT FÚTBOL 5


En la fecha:
2 pines para el primer puesto.


Campeón del Torneo:
$10.000.


¿¿¿CÓMO ME INSCRIBO AL TORNEO???

Mercado de Pases - Torneo Clausura 2025

lunes, 16 de julio de 2018

Todos los premios del Mundial Rusia 2018

Comentarios

Balón de Oro: Luka Modrić (Croacia). 2 goles convertidos y 1 asistencia.
Si Croacia llegó a la final, se lo debe en gran parte a su genial número 10. Sus dos goles y su asistencia resultan casi anecdóticos en comparación con su actividad incesante en el mediocampo para orientar, temporizar o abrir brechas gracias a su vivacidad y su excepcional visión de juego. En la final, fue el motor del dominio croata al comienzo del encuentro.

Balón de Plata: Eden Hazard (Bélgica). 3 goles convertidos y 2 asistencias.
Si Bélgica acabó teniendo el mejor ataque del campeonato con 16 goles a favor, se lo debe en gran parte a Eden Hazard. El escurridizo número 10 de los Diablos Rojos sembró el caos en las defensas contrarias con sus cambios de ritmo, sus regates y su excepcional conducción del balón. Con 2 asistencias y 3 goles (uno de ellos en el partido por el tercer puesto contra Inglaterra), Hazard fue el gran artífice del histórico podio de Bélgica.

Balón de Bronce y Botín de Plata: Antoine Griezmann (Francia). 4 goles convertidos y 2 asistencias.
El jugador del Atlético de Madrid desempeñó a la perfección su papel de líder participando en seis goles de los Bleus en Rusia, como autor de 4 dianas y 2 asistencias. Es decir, ¡el mejor rendimiento con la selección de Francia desde los 13 goles de Just Fontaine en 1958! “Mi papel ha cambiado. Si marco mucho mejor, pero no es lo más importante”, relativizaba el zurdo galo antes de la final, donde su habilidad en acciones a balón parado permitió a Francia llevarse el triunfo.


Botín de Oro: Harry Kane (Inglaterra). 6 goles convertidos.
Harry Kane confirmó, fuese o no necesario, que es uno de los mejores delanteros del planeta guiando a Inglaterra hacia su mejor resultado mundialista desde Italia 1990. El ariete del Tottenham arrancó a toda marcha con un doblete ante Túnez y un triplete contra Panamá, antes de rematar su cosecha goleadora convirtiendo una pena máxima contra Colombia en octavos de final.

Botín de Bronce: Romelu Lukaku (Bélgica). 4 goles convertidos y 1 asistencia.
Con un doblete ante Panamá en el primer partido de Bélgica, y otro en el siguiente compromiso contra Túnez, Romelu Lukaku protagonizó un comienzo de campeonato de ensueño, antes de perder su eficacia de cara al gol en la segunda fase.


Guante de Oro: Thibaut Courtois (Bélgica). 6 goles recibidos.
Bélgica debe su histórico tercer puesto tanto a su fogoso ataque como a su intratable defensa, con un Courtois imperial bajo palos. Con su envergadura, su físico imponente y sus reflejos extraordinarios, sacó varias veces a Bélgica de situaciones peligrosas. En la semifinal contra Francia sólo encajó un gol, por poco, y luego se mostró majestuoso contra Inglaterra en el partido por el bronce.


Premio al Jugador Joven: Kylian Mbappé (Francia). 4 goles convertidos.
Este fenómeno de precocidad dio el do de pecho en su primer Mundial. Con sólo 19 años, puso el planeta fútbol a sus pies con sus cambios de ritmo fulminantes y sus destellos de genialidad. Con sus dos tantos a Argentina en octavos de final, Mbappé se convirtió en el jugador más joven en firmar un doblete en un partido de la fase de eliminatorias desde… Pelé en 1958. Su tanto en la final permitió a los Bleus sentenciar la contienda y poner rumbo hacia el título.


Premio Fair Play: España. 2 tarjetas amarillas y 0 rojas.
Aunque España tuvo un Mundial decepcionante con su eliminación en octavos de final ante Rusia, la Roja puede sentirse orgullosa por haber mostrado un comportamiento ejemplar sobre el césped, con sólo 2 tarjetas amarillas en 4 encuentros y un total de 34 faltas cometidas.

Luka Modrić Balón de Oro - Mundial Rusia 2018

Comentarios

EL VOLANTE CROATA DEL REAL MADRID FUE ELEGIDO COMO EL MEJOR DEL MUNDIAL
Modrić no pudo brillar en la final pero se llevó el consuelo del Balón de Oro
El belga Eden Hazard fue Balón de Plata. Y el de Bronce se lo quedó el francés Antoine Griezmann.
Por el contexto, por las circunstancias, por el ambiente, o más bien, por esa derrota en la final, el premio que terminó en los brazos de Luka Modrić no le generó ni una mueca de sonrisa al exquisito volante croata. De sentimientos agridulces también está hecho el fútbol, y al jugador del Real Madrid le tocó experimentar uno en carne propia: su selección terminó como la subcampeona del Mundial, pero Modrić fue galardonado como el mejor jugador del torneo.

Que el 4-2 con perfume francés no tape el bosque: el Mundial de Modrić fue brillante. Protagonista principal del mayor hito de la historia del fútbol croata, este volante nacido hace 32 años en la ciudad de Zadar fue la bandera de Croacia en tierras rusas. Con la camiseta 10 en su espalda, jugó e hizo jugar, pero también se sacrificó cuando el partido lo pedía, como en alguna de esas prórrogas por las que transitó en octavos o en cuartos de final. “Merecimos más, pero no siempre gana el mejor. Por eso el fútbol es el mejor deporte del mundo, aunque cuando pierdes no es fácil asumirlo”, comentó tras la final.

El resultado en la final es lo de menos. Hoy, en Zagreb (la capital del país), el gobierno croata planea un gran recibimiento para Modrić y compañía, que incluye un escenario en la plaza Ban Jelačić y condecoraciones especiales para cada uno de los integrantes del plantel subcampeón.

La estadística no miente: Modrić fue el jugador que más tiempo estuvo adentro de una cancha en Rusia: lo hizo a lo largo de 694 minutos, 49 más que los ingleses John Stones y Harry Maguire. Si de precisión se habla, el croata también es un experto: realizó 523 pases a lo largo de los siete partidos que disputó, de los cuales 439 llegaron a destino (tuvo un 83,9 por ciento de efectividad). Argentina fue uno de los que más sufrió su talento, al punto que hasta le marcó uno de los dos goles que convirtió en el torneo (el otro fue en el debut ante Nigeria, de penal). Quizás su única mancha haya sido no haber podido ser más determinante en la final. Allí, ante Francia, el capitán croata tuvo la pelota, pero los caminos siempre se le cerraron. La bronca también pudo con él: antes de que comenzara el segundo tiempo, en el túnel, Modrić le recriminó a Juan Pablo Belatti (uno de los jueces de línea) por la falta y el penal que originaron los dos primeros goles de Francia.

¿Quién eligió al ganador de este premio? El Grupo de Estudios Técnicos de la FIFA, encabezado por el ex delantero holandés Marco Van Basten. Curiosidades del mundo de la pelota, en los últimos años el campeón del Mundial no tuvo al Balón de Oro. En 2014, con Alemania quedándose con la corona, fue el argentino Lionel Messi. En 2010, con España como el mejor, el uruguayo Diego Forlán fue el premiado. En 2006, cuando Italia dominó el mundo, le tocó al francés Zinedine Zidane. En 2002, con Brasil campeón, el alemán Oliver Kahn tuvo el galardón. Y en 1998, el anterior título francés, el brasileño Ronaldo emergió como el mejor. La última vez que el Balón de Oro quedó en manos del campeón fue en 1994, con el brasileño Romario.

Detrás de Modrić quedaron Eden Hazard (Bélgica, Balón de Plata) y Antoine Griezmann (Francia, Balón de Bronce). Además, también fueron premiados Kylian Mbappé (Mejor Jugador Joven), Thibaut Courtois (Guante de Oro) y Harry Kane (como el máximo goleador).

Francia Campeón - Mundial Rusia 2018

Comentarios

EL EQUIPO DE DESCHAMPS MOSTRÓ SU CONTUNDENCIA Y SU CATEGORÍA DE EQUIPO
Campeón indiscutible: brutal en lo colectivo y con destellos de calidad
Volvió a aprovechar la pelota parada y no dejó que Croacia se abrazara al milagro. Griezmann, Mbappé y Pogba, claves.
El hombre del cabello color plata ya abrazó uno por uno a todos sus jugadores. A todos. A Mbappé, a ese chico de 19 años que con su sonrisa blanca pinta todo el estadio, a ese pibe que acaba de convertirse en el futbolista más joven después de Pelé en pegar un impacto de semejante trascendencia. También a Griezmann, a ese delantero ultrageneroso que juega muy bien para el equipo, especialista en la pelota parada que fue clave en los tres primeros goles, el mismo que ahora se muerde la camiseta y llora. Ese señor, que fue campeón del mundo hace 20 años como jugador y ahora repite como entrenador, además ya apretó a Pogba, a ese negro simpático que es capaz de convertirse en decisivo de repente.

Ahora que ya no tiene a otro futbolista por abrazar, Didier Deschamps queda a disposición de sus muchachos de pantalones cortos. Ellos lo elevan con felicidad total. Parece ser la postal de un equipo de verdad, con intérpretes que combinan diversos rasgos para desarrollarse en un partido desde distintos lugares, desde la frialdad de una estrategia de espera, desde la explosión del contraataque, desde las jugadas con pelota detenida, desde el repentino estallido de las fantasías que algunas de sus individualidades encierran.

Es Francia. El campeón del mundo. Brutal en su construcción colectiva. Dulce en sus destellos de placer. Indiscutible.

Los croatas que se habían desplomado sobre el césped en el epílogo ya están de pie. Nada hay para el reproche. Croacia molestó durante varios tramos al nuevo campeón. Lo desafió al extremo. Reaccionó con sus herramientas emocionales y técnicas. Que el Balón de Oro haya sido para Luka Modrić es todo un símbolo… Después, por supuesto, esto es fútbol. Hay circunstancias. Y ninguna vinculada con el azar estableció una complicidad con la simpática Croacia, que padeció dos hechos históricos en finales de Mundiales: el primer gol en contra y el primer penal sancionado a través del VAR. Demasiado.

A protagonizar había salido Croacia, tratando de imponer su estilo franco, hambriento. Sin embargo, a Croacia la final se le hizo cuesta arriba casi todo el tiempo. Es que cuando Perišić ya había evidenciado que iba a complicarle la vida a Pavard, cuando Rakitić ya se había mostrado como comandante en la batalla del mediocampo, cuando Francia sólo se había arrimado con una corrida sin final feliz de Mbappé, llegó el tiro libre de Griezmann (a él Brozović le había cometido la falta más que leve) que se transformó en gol en contra por la peinada vacía de fortuna de Mandžukić.

Croacia realizaba las transiciones con fluidez y velocidad, si hasta el siempre equilibrado Kanté sufría en la mitad de la cancha. Y en uno de esos raptos eléctricos de los balcánicos, el volante francés cortó a Perišić con una falta que derivó en su amonestación y en algo más. Ese miniduelo se repetiría en la continuidad de la ejecución de ese tiro libre. Es que Rakitić la abrió a un costado del área, la redonda volvió al corazón de esa zona caliente y Perišić dibujó un control orientado con la derecha que le sirvió para anular el cierre de Kanté y para explotar con un zurdazo descomunal.

Vaya reacción la de Croacia. El problema es que casi ni pudo disfrutar el empate. Había otro imprevisto a la vista. El penal vía VAR, en una evaluación correcta de Néstor Pitana: hubo mano de Perišić luego del córner. Y Griezmann no perdonó. A esa altura, los croatas al árbitro argentino ya le habían pedido un penal por un empujón de Umtiti a Mandžukić que ni el misionero ni los jueces de video consideraron.

Acostumbrada a su historia de sufrimiento y de lucha, Croacia no se rindió. Peleó por su sueño. El segundo impacto tampoco le bombardeó las convicciones. Rakitić siguió jugando. Modrić empezó a incidir un poco más. Volvió a preocupar en un córner que Vida cabeceó apenas desviado. Y también con un intento de Rebic que Lloris sacó por arriba. Era una sombra Francia. Tan poca consistencia exhibía que a un intocable, a Kanté, lo sacó Deschamps porque tenía amarilla y corría riesgo de expulsión. Adentro Nzonzi.

La cuestión es que Francia apenas se había rebelado con un contraataque lanzado por Pogba que le permitió a Mbappé exponer su capacidad de velocista hasta quedar mano a mano en una posición cerrada que aprovechó Subašić para tapar. Ese flash, eso sí, era el anuncio del nuevo partido. Con Croacia ya jugada, con espacios a favor y en su salsa, Pogba se instaló en el juego largo, ideal para exprimir a la flecha Mbappé. Entre ellos dos construyeron el tercero: el del Manchester United desató el nudo con un sensual pase para la precoz estrella del PSG, centro atrás, paz total de Griezmann para ver la mejor opción y zurdazo dulce Pogba para festejar. Enseguida, Lucas Hernández armó una proyección de lateral diferente y encontró cerca de la medialuna a Mbappé que un derechazo abajo dejó sin reacción a Subašić.

Dos puñaladas en seis minutos. Demasiado para cualquiera. Lo único que le faltaba a Croacia era remontar tres goles después de recorrer tres alargues y de tener un día menos de descanso que su rival. Creyó Mandžukić en un posible error de Lloris, acertó porque hubo blooper del arquero y descontó.

¿Milagro? No. Francia no los acepta. No los permite. Por eso, como en el 98 pero veinte años después, también es campeón del mundo.

Ahora diluvia. Llora el cielo. ¿Será por Croacia?


domingo, 15 de julio de 2018

Formaciones - Francia vs. Croacia - Final - Mundial Rusia 2018

Comentarios

Bélgica 2 - Inglaterra 0 - Tercer puesto - Mundial Rusia 2018

Comentarios

UN ENTRETENIDO DUELO EN EL PENÚLTIMO PARTIDO
Bélgica postergó a Inglaterra y se subió al podio por juego y por generosidad
Terminó tercero tras ganar 6 de los 7 partidos que jugó. A los ingleses los venció 2-0 con goles de Meunier y de Hazard, su figura. Lo hizo aferrado a su estilo, con mucha movilidad.
¿Cuántas selecciones de antemano firmarían un tercer o un cuarto puesto en un Mundial? Más que muchas. Seguro. Sin embargo, una vez que se transita el recorrido y que se llega a la instancia del partido por el tercer puesto, se instala una sensación que se repite cada cuatro años: nadie quiere jugar esos noventa minutos. Es que quedarse tan cerca de la final y mirarla por televisión representa una gran frustración. Ni siquiera el premio de la FIFA actúa como un anzuelo ultra eficaz: 24.700.000 dólares para el ganador y 22.300.000 para el perdedor. De todos modos, no existe otra alternativa. Hay que jugar por ese tesoro consuelo. Bélgica fue por él y lo atrapó. Fue un acto de justicia...

La expresión futbolera de la selección de Roberto Martínez tal vez haya sido una de las más sensuales e intrépidas El lateral inglés Danny Rose sorprendió al jugar con unos llamativos agujeros en sus medias. Sin embargo, es un método que suelen emplear futbolistas de elite. ¿La razón? La presión que las medias ajustadas ejercen sobre el gemelo y la pierna. Los orificios, dicen, liberan la tensión sobre los músculos y se minimiza el dolor. de la Copa. Una propuesta dinámica, fresca, con movilidad total, con sus intérpretes otorgando pocas referencias posicionales, ambiciosa. Merecía un lugar en el podio.

Lo de Inglaterra también fue interesante, pero no en igual dimensión. De hecho, a este partido por el tercer puesto lo encaró con menos convicción que los Diablos Rojos. Y si se desmenuza el Mundial de la selección de Southgate, perdió las dos veces con Bélgica, cayó ante Croacia, a Colombia sólo la superó por penales y atrapó victorias en cancha únicamente contra Panamá y Túnez. ¿Hasta dónde hizo un buen Mundial inglés?

La cuestión es que otra vez gozó Bélgica. Y empezó a hacerlo desde bien temprano, nada menos que con su gol más precoz en la historia de los Mundiales. A los tres minutos ya ganaba. Todo por una jugada edificada en velocidad, con transiciones muy rápidas, cerrada por los hombres externos en esa interesante propuesta del español Roberto Martínez: por la izquierda, desbordó y metió un centro atrás justo Chadli; y por adentro apareció Meunier como un flash para empujarla casi debajo del arco.

De la mano de Hazard, las mejores sensaciones las sembró Bélgica, con los espacios y la comodidad que le ofrecía la ventaja lograda en el amanecer de la historia y aprovechando que casi todo el mediocampo de Inglaterra era suplente. Para dejar esa impresión no necesitó tener más la pelota: en esos 45 minutos la posesión fue para Inglaterra con un 56 %.

La historia fue bastante parecida en el complemento. Inglaterra sólo hilvanó una jugada de peligro verdadero. Dier tiró una pared con Sterling y fue a definir el mano a mano del empate. Era gol, pero apareció una barrida milagrosa en la línea de Alderweireld. Iba a ser la última.

Como si ese episodio le hubiera marcado a Bélgica que no podía llevar el partido a una zona de riesgo, ya con Inglaterra más jugada, la selección de Martínez coronó sus instantes más dulces en ese ratito final.

Hubo un contraataque sensacional, con paredes y con dos tacos incluidos, que arrancó por derecha y concluyó por izquierda con un derechazo de primera de Meunier que tapó Pickford. Y casi enganchado, otra salida rápida que manejó De Bruyne con maestría, esperando el momento exacto para asistir a Hazard, quien frente al arquero no dudó.

El problema de Inglaterra en todo el partido fue su dificultad para arrimarse a Courtois. Aparte de aquella situación de mano a mano, hubo algún cabezazo débil en un par de córners y un remate mordido, imperfecto, frente al arco, de Kane, el goleador del Mundial que atraviesa un estado de sequía y que en las series mano a mano sólo le anotó uno y de penal a Colombia. Vaya si lo sintió Inglaterra.

Eso sí, el goleador sin condimento no sólo fue Kane. Con dos gritos menos, Lukaku soñaba con alcanzarlo. Podría haberlo hecho, pero falló dos veces. Y terminó reemplazado.

Se fue el Mundial para Bélgica, el equipo más goleador, el que ganó su zona con puntaje perfecto, el que acumuló seis victorias y una derrota, el que eliminó a Japón con una gran remontada, el que dejó afuera a Brasil, el que no fue finalista por una pelota parada contra Francia. Ahí está, en el podio, en su mejor Mundial. Se lo ganó a pura generosidad con el juego y con el espectáculo.

sábado, 14 de julio de 2018

Formaciones - Bélgica vs. Inglaterra - Tercer puesto - Mundial Rusia 2018

Comentarios

jueves, 12 de julio de 2018

Croacia 2 - Inglaterra 1 - Semifinal - Mundial Rusia 2018

Comentarios

VIBRANTE SEMIFINAL
Croacia emocionó con su entrega, sacó a Inglaterra y va por la máxima hazaña
Perdía desde los cinco minutos. Lo dio vuelta con fútbol, garra, convicción y un colosal Modrić al cabo de otro suplementario, el tercero al hilo que disputó en la Copa. Definirá con Francia.
Está prohibido cerrar los ojos. Resulta un desperdicio no mirar. Es un momento sublime, para gozar. Todo de la mano de esos croatas valientes en el esfuerzo, pero mucho más en el juego. Se acaba el partido. Es la explosión. Es para ver y sentir. Mandžukić corre desde el banco hacia la cancha llevando a upa y exaltando a Modrić, al fenómeno, al que reinventó a su equipo pidiendo la pelota y moviéndose, ofreciéndose al toque y a la descarga. Ahora festejan todos detrás del arco de los dos goles de la hazaña. Pero hay uno que falta. Que no llega porque no puede caminar. Es Perišić, el dueño del primer grito y el que abrió el segundo, el que no paró de ir y de venir, de lastimar, si hasta arengó a su gente cuando se advertía que Inglaterra estaba superada por esa furia croata.

Vale la pena el Mundial. Tiene fantasía. Tiene un cuento. Y te lo cuenta Croacia. A esta aventura rusa marcada por los goles de pelota parada, por la receta con la que Francia ya había saltado a la final y con la que Inglaterra había empezado a mandar desde bien temprano en el resultado, Modrić y compañía le contraponen el atrevimiento para proponer una construcción distinta. Se aferró a la pelota Croacia y se rebeló a los inventores de este juego sensacional hasta darlos vuelta y ponerlos de rodillas. Fue una lección de fútbol, de hambre y de coraje.

Sin palabras se quedó Inglaterra, una selección joven, fresca, gestada desde el poder económico de la Premier, con influencias de Pochettino y Guardiola que acepta su técnico Southgate, con una idea saludable pero desbordada por la ambición croata que fue creciendo a medida que avanzaba el partido.

Entre todas las virtudes que Inglaterra sabe explotar, también se hallan las jugadas con pelota detenida. Por eso a los 5’ ya ganaba con un tiro libre fabuloso de un hombre de Pochettino, el carrilero derecho Trippier. El primero por esa vía, para sumarse a cuatro que habían llegado de córners y tres de penal.

La primera media hora, sin dudas, fue el momento inglés. Sin deslumbrar, con convicción, sosteniendo el ritmo y la ambición, dos veces en una misma jugada lo tuvo Kane. Y Lingard, de frente al arco, pateó afuera tras una pausa celestial de Dele Alli. A Croacia el tiro libre de Trippier le alteró sus planes. Después de haber dejado en el camino a Rusia y con el desgaste acumulado por los alargues jugados en las series de octavos contra Dinamarca y de cuartos frente a Rusia superadas por penales, el técnico Dalić imaginó un partido para no perder el mediocampo. Por eso apeló a los mismos hombres y a la misma estrategia que había utilizado contra Argentina: sacó a un delantero como Kramarić y puso a un volante de contención como Brozović para ubicarse como vértice más retrasado del triángulo que completaban Rakitić y Modrić.

Intentó Croacia equilibrar el resultado manejando la pelota, moviéndola, pero sin demasiada profundidad. Modrić y Rakitić la administraban. Rebic por la derecha y Perišić por la izquierda trataban de erosionar. Pero a Mandžukić adentro no lo descubrían. Por eso no hubo chances claras croatas en la etapa inicial a pesar de ostentar la posesión, apenas situaciones que quedaron en aproximaciones por cierres justos de Stones y de Young y porque Rakitić no halló ángulo para patear tras una salida apurada de Pickford con los pies.

Ninguna oportunidad de Croacia había sido tan nítida como ese tiro de Perišić que iba a la red y rebotó en Walker, en una acción que se había construido por la movilidad de Modrić. Esa búsqueda, si bien no era brillante, merecía más. Y al ratito de ese flash, los mismos protagonistas con epílogos inversos: Perišić anticipó a Walker y mandó a la red el centro de Vrsaljko. Enseguida el palo le negó el 2-1 a Perišić.

Southgate metió a Rashford por el inadvertido Sterling para recuperar oxígeno arriba. Lo perdió Lingard. Pero Croacia ya manejaba el mediocampo con un Modrić descomunal y un Perišić filoso. Así Mandžukić sacudió las manos de Pickford. Así Perišić, sin arquero, la tiró por arriba. Como ninguno había exprimido su momento, representaba un acto de justicia el alargue.

Con otra pelota parada casi lo gana Inglaterra: cabeceó Stones y Vrsaljko la sacó en la línea. Igual más resuelto parecía Croacia: con Kramarić (delantero) por Brozović (volante de marca), no quería penales. Perišić se lo sirvió a Mandžukić y Pickford tapó. En el ST del alargue, no hubo quien frenara ese tiro de Mandžukić, tras la peinada de Perišić y la lenta reacción de Stones.

La final la jugarán las dos selecciones que aplastaron a Argentina. Francia y su calculadora se la ganaron en San Petersburgo. Aquí, ahora, lo hicieron Croacia y sus emociones.

miércoles, 11 de julio de 2018

Formaciones - Croacia vs. Inglaterra - Semifinal - Mundial Rusia 2018

Comentarios

© Copyright 2009-2025 | Planeta Gran DT | Lincoln, Buenos Aires, Argentina | Plantilla diseñada por Pozo+10™ | Cookies | Políticas de Privacidad | Aviso Legal