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Campeón del Torneo:
$25.000.

MERCADO DE PASES - TORNEO CLAUSURA 2025

viernes, 30 de octubre de 2015

Programación - Fecha 29 - Primera División 2015

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Viernes 30 de octubre
21.10 - Godoy Cruz de Mendoza - Colón de Santa Fe. Árbitro: Saúl Laverni.
21.10 - Sarmiento de Junín - Nueva Chicago. Árbitro: Darío Herrera.

Sábado 31 de octubre
16.30 - Belgrano de Córdoba - Estudiantes de La Plata. Árbitro: Fernando Echenique.
17.10 - Gimnasia y Esgrima La Plata - Atlético de Rafaela. Árbitro: Patricio Loustau.
19.00 - Vélez Sarsfield - River Plate. Árbitro: Nicolás Lamolina.
19.20 - Unión de Santa Fe - San Martín de San Juan. Árbitro: Juan Pablo Pompei.
20.30 - Racing Club - Crucero del Norte de Misiones. Árbitro: Sergio Pezzotta.
21.10 - Newell's Old Boys - Lanús. Árbitro: Néstor Pitana.

Domingo 1 de noviembre
15.30 - Quilmes A.C. - Huracán. Árbitro: Diego Ceballos.
18.00 - Banfield - Rosario Central. Árbitro: Fernando Espinoza.
18.00 - San Lorenzo de Almagro - Temperley. Árbitro: Mauro Vigliano.
18.00 - Boca Juniors - Tigre. Árbitro: Federico Beligoy.
21.30 - Aldosivi de Mar del Plata - Independiente. Árbitro: Jorge Baliño.

Lunes 2 de noviembre
20.00 - Arsenal F.C. - Defensa y Justicia. Árbitro: Germán Delfino.
21.10 - Argentinos Juniors - Olimpo de Bahía Blanca. Árbitro: Héctor Paletta.

Ind. Santa Fe (Colombia) 1 - Independiente 1 - Copa Sudamericana 2015

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QUEDÓ ELIMINADO TRAS CAER EN AVELLANEDA Y EMPATAR EN BOGOTÁ
Independiente tuvo muy pocas luces para dar vuelta la historia
Había perdido 1-0 en Avellaneda y volvió a faltarle contundencia y creatividad. No le alcanzó la reacción final.
El trono sigue maltrecho. Como si fuera tan simple volver a levantar un imperio que supo conquistar el mundo entero y que luego fue despedazado en mil partes por dirigencias corruptas, negligentes e incompetentes. No señor. La corona de este verdadero Rey de Copas continúa sin el brillo de épocas doradas. Y le falta mucho lustre todavía para que vuelva a irradiar ese reflejo que dejaba ciego a sus adversarios de sólo atreverse a mirarlo.

Independiente había llegado a Bogotá con la ilusión de recuperar de una vez por todas esa estirpe copera. Pero se le puso enfrente la realidad. Es un club y un equipo en plena rehabilitación. Del desastre a la gloria hay un largo trecho. Independiente lo está atravesando de buena manera. De a poco. Sin embargo, deberá seguir esperando un tiempito más para recobrar esa mística que se fue con los botines del Bocha, como máximo exponente de la historia roja.

La Copa Sudamericana, trofeo que ya ganó en 2010, era la excusa para retomar con pisada fuerte el camino internacional, ese en el que se sintió tan cómodo en algún momento de su vida. Ya no. Anoche quedó en evidencia esa falta de roce. No se recupera así nomás la chapa copera. Pero, estos dolores profundos son los que, en definitiva, van forjando la armadura hacia el futuro. El que festejó ayer fue el otro Independiente, el de Colombia, más allá del empate final.

Tenía la dificultosa tarea de darlo vuelta el Rojo, que ayer se vistió de blanco. La serie comenzó a perderla en Avellaneda, la semana pasada. Pagó carísimo los errores y vino a Colombia con la convicción de poder revertir la situación. Sin embrago, nunca lo demostró en el terreno de juego el equipo dirigido por Mauricio Pellegrino, que quedó enredado en la estrategia del viejo lobo del fútbol Gerardo Pelusso. El Independiente visitante tuvo la pelota porque el Independiente local se lo permitió. Ese, al cabo, era el plan del técnico uruguayo. Crear espacios en el campo del Diablo para aprovecharan alguna contra.

Sin el Cebolla Rodríguez (no estaba para aguantarse los 90 minutos) desde el inicio, ningún caballero rojo comandó la iniciativa visitante. El doble cinco colombiano, Gordillo-Salazar, impidió todo tipo de propósito argentino. Pellegrino pensó en buscar peligro por los costados, pero Benítez fue el único que desbordó una vez sobre el final de la primera parte (no llegaron ni Vidal ni Mancuello por el medio), cuando el partido ya estaba 1-0 a favor de Santa Fe por ese cabezazo de Francisco Meza tras el córner de Seijas.

Ya con el Cebolla en cancha, el dibujo mutó a un 4-3-1-2, con el charrúa como enganche. Independiente apretó, con más coraje que fútbol. Lo tuvo Vera en la única que le quedó, pero se cayó. Lo tuvo un rato después Lucero (entró por Tagliafico), pero decidió pararla antes que cabecear de una. En el final, Independiente lo empató por el gol en contra de Robinson Zapata. La igualdad llegó demasiado tarde.

Esta eliminación le deja un sólo camino al Rojo para clasificar a la Libertadores 2016: ganar la Liguilla. Por eso, el cruce del domingo ante Aldosivi en Mar del Plata toma vital trascendencia.

jueves, 29 de octubre de 2015

Chapecoense (Brasil) 2 - River 1 - Copa Sudamericana 2015

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CON SUSTO, LLEGÓ A LAS SEMIFINALES
River sufrió y perdió, pero es semifinalista
Sigue vivo en la Copa Sudamericana, pese a que fue una de sus peores actuaciones y a que Chapecoense quedó a un gol de forzar los penales.
Ante el rival menos pensado, River sufrió como nunca para lograr la clasificación. La pasó mal el equipo de Gallardo en Brasil ante el Chapecoense, que lo venció dos a uno. Le alcanzó a River por la diferencia en el Monumental. Cumplió el objetivo de meterse en otra semifinal -la tercera sucesiva en el continente- pero dejó muchas dudas para el futuro inmediato. Y otra vez, como pasó en Quito ante Liga, tuvo a la fortuna de su lado.

Sufrió mucho River para ganar su duodécima serie internacional consecutiva. Chapecoense salió con más determinación a jugar el partido. Tenía claro que necesitaba sí o sí atacar para buscar la diferencia que le permitiera pasar de ronda. Y River lo padeció. El equipo brasileño -un poco por virtud, otro poco por los desacoples del rival- expuso las falencias del conjunto de Gallardo, que dejó de ser confiable. Ya no ofrece las garantías que lo llevaron a ser campeón de América.

Y anoche jugó uno de los peores partidos de la exitosa Era del Muñeco. Desconectado en sus líneas, sin juego asociado, con escasa recuperación y frágil en defensa.

Gallardo decidió la inclusión de Ponzio para que presionara arriba y así River pudiera recuperar la pelota más lejos de Barovero. Sin embargo, Leo no fue el de la Libertadores y tampoco resultó de auxilio para un impreciso Kranevitter.

River quedaba partido, además porque el esquema no funcionaba. Sanchez y Driussi perdían permanentemente por las bandas y la defensa quedaba expuesta. Y ya no es aquella defensa de días más felices. Balanta esta lejos de hacer olvidar a Funes Mori y Casco no se acopla.

Entonces Chapecoense aprovechaba esos desaciertos defensivos de River y filtraba la pelota entre la defensa visitante. Y atrás dudaban todos, especialmente Balanta. Rangel, el centrodelantero el equipo brasileño, le tomó el tiempo al colombiano y lo superaba invariablemente. Sus compañeros se habían dado cuenta de que la mejor forma de generar peligro era tirándole pelotazos al 9 para que las bajara todas. Y así llegó el gol tras una buena combinación por la izquierda y el cabezazo de Rangel, previo rebote en Balanta.

Justo cuando Gallardo le pedía a la defensa que se adelantara para que el equipo fuera más corto, los cuatro de atrás salieron mal y Ananias se fue mano a mano con Barovero. Balanta lo corrió de atrás y lo tocó. Era falta y roja al colombiano. El árbitro Bascuñán no cobró nada.

Pero hubo una jugada clave que apareció en el recorrido de ese primer tiempo traumático. Ya en tiempo de descuento, apareció Pisculichi por la derecha, enganchó, lanzó un centro de zurda y, en posición de centrodelantero, apareció el siempre oportuno Carlos Sánchez. Cabezazo y gol. Y empate. Justo cuando River comenzaba a recorrer con angustia la cornisa de la posible eliminación.

River fue anoche una máquina de complicarse. A los 7 minutos del segundo tiempo, volvió a dudar en defensa y la pagó con otro gol: centro desde la derecha, cabezazo en el segundo palo y aparición de Rangel. Dos a uno. Tiempo de inquietud para Gallardo y los suyos.

No jugó cómodo tampoco en ese segundo tiempo. A River le dolieron mucho los envíos aéreos, padeció el entusiasmo de un rival con escasos recursos técnicos, lo salvó el travesaño ante un cabezazo de Tiago Luis. Ni los cambios de Gallardo lo rescataron.

Todo un síntoma de una noche complicada. Quedó una impresión, al cabo: si River no se quedó afuera de la Copa Sudamericana fue por la imprecisión ajena más que por virtudes ofrecidas bajo el cielo de Santa Catarina.

miércoles, 28 de octubre de 2015

Defensor Sporting (Uruguay) 0 - Huracán 0 - Copa Sudamericana 2015

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EL EQUIPO ARGENTINO DEBERÁ ESPERAR PARA CONOCER SU RIVAL EN SEMIFINALES
Huracán apeló a su oficio y ya está entre los cuatro mejores
En Montevideo, supo hacer valer el 1-0 de ida para igualar sin goles con Defensor, que no supo cómo vulnerarlo.
Ahí está Huracán. Disfrutando el mejor momento internacional de su historia porque está entre los cuatro mejores de la Copa Sudamericana. Aquel gol de Ramón Ábila en el último cuarto del partido disputado hace una semana en el Ducó resultó clave en los 180 minutos. Anoche, en el estadio Luis Franzini, resolvió con esfuerzo e inteligencia el pase con un 0-0 ante un débil equipo uruguayo.

Defensor tenía todas las obligaciones. Necesitaba el triunfo y por eso salió decidido a llevarse por delante a Huracán. Y el objetivo lo cumplió en parte. Porque con una buena presión en la mitad de la cancha, se adueñaba de la pelota y acechaba el área visitante. Sin embargo, la fórmula para resolver la situación resultaba inofensiva: todos los centros eran rechazados una y otra vez por los centrales de Huracán, o contenidos por el arquero Marcos Díaz.

Huracán, en cambio, apostaba a la contra. Con mucha movilidad de Espinoza, con la presencia siempre exigente de Ábila y con apariciones esporádicas pero importantes del Rolfi Montenegro. Y si bien tuvo mucho menos la pelota que el equipo uruguayo, contó con cuatro situaciones claras como para definir la llave. A los 12 Espinoza habilitó a Ábila, Wanchope controló el balón sobre la línea de fondo, tiró el centro atrás para Montenegro y el remate del Rolfi se fue apenas desviado.

Después, un fuerte remate de Espinoza fue rechazado al córner con dificultad por el arquero uruguayo. A los 34 minutos, Wanchope Ábila aguantó una pelota ante la marca Fratta, giró y casi sin ángulo sacó un remate que besó la parte interna del travesaño y Defensor se salvó de milagro. Y en el final de la primera etapa, Montenegro combinó con Ábila y el Rolfi sacó un derechazo que se fue apenitas desviado. El dominio de Defensor fue inocuo y sólo exigió a los 41 con un cabezazo de Maxi Gómez que Marcos Díaz envío al córner.

En la parte final, Defensor no supo aprovechar los buenos 10 minutos iniciales que tuvo. Felipe Rodríguez le tiró un caño a San Román y quedó sólo ante Marcos Díaz; se la picó y la pelota se fue desviada. Por el sector izquierdo, Brian Lozano comenzó a ser una pesadilla también para San Román. Sin embargo, todos los intentos del equipo Violeta se diluían en el área rival. Las veces que sus jugadores ganaron de cabeza, las manos seguras de Marcos Díaz resolvían la situación.

Patricio Toranzo, hasta que estuvo en la cancha, mejoró mucho su rendimiento con respecto al primer tiempo. Esto le permitía a Huracán tener mayor control de balón y aguantar con calma el empate que lo depositaba en semifinales. Los 360 minutos sin marcar (los dos partidos ante Lanús y los dos frente a Huracán) son el reflejo de la eliminación de Defensor. Acaso el penal que no cobró el árbitro por una falta de Díaz a Barboza en el último minuto hubiese cambiado la historia. No pudo ser.

sábado, 24 de octubre de 2015

Rosario Central 1 - Racing 0 - Copa Argentina 2014/2015

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EL EQUIPO DE COUDET JUGÓ CON LA AUDACIA DE SIEMPRE Y EL DE COCCA FUE DEMASIADO CAUTELOSO
Central tuvo el valor que le faltó a Racing
Un lindo gol de Marco Ruben en el primer tiempo les sirvió a los rosarinos para llegar a la final, que disputarán contra Boca. Los de Avellaneda exageraron con las precauciones y, cuando intentaron reaccionar con los ingresos de Milito y Romero, era demasiado tarde.
Hay un equipo audaz, convencido, que busca con determinación la gloria. Es Rosario Central el que domina la escena en Salta con esas armas que lo impulsaron a pelear el campeonato, a crecer desde los escombros que habían tras una campaña preocupante en 2014. Son los rosarinos los que se festejan en el desenlace de la noche, por la valentía con la que encararon el partido, por ese goleador extraordinario que es Marco Ruben, por un técnico que no cambia ante la coyuntura.

Y ahí está Racing, un garabato del campeón, con su laureado entrenador fallando en el duelo más trascendental de esta última parte del año, mezquinando talento, refugiándose entre volantes de marca, resignando el protagonismo de la camiseta. Y reconociendo sus errores con los cambios del segundo tiempo. Tarde, tan tarde, que la ilusión de la Copa Argentina se disolvió en este rincón del Norte. Sí, la final será entre Central y Boca, igual que en el campeonato.

Tomó extremas precauciones Racing para encarar esta semifinal. Después de ganar con autoridad el clásico ante Boca, Cocca prescindió de su jugador más calificado, Oscar Romero, y cambió el esquema pensando en cuidarse de Central. Entonces, apostó a un parado táctico (4-1-4-1) en el que sobró marca y faltó juego. Pero eligió a Videla como soporte de los centrales y los volantes, un mediocampista clave en el torneo pasado, aquel que terminó con la vuelta olímpica celeste y blanca, aunque carente de ritmo. Dos partidos como titular jugó el cordobés en este semestre, ante Newell’s, en la reanudación del certamen tras el receso de la Copa América, y los sesenta y cinco minutos restantes del duelo con Godoy Cruz.

Y salió lejos Videla, casi siempre. Y cometió una falta que los rosarinos ejecutaron rápido. José Luis Fernández, que había sido el jugador más punzante de Central, abrió para Lo Celso, que desbordó ante la débil marca del propio Videla y envió un centro para que Ruben cabeceara en la puerta del área chica, delante de las narices de los centrales y Saja. Dejaron ejecutar su mejor arma al futbolista más destacado. Y no los perdonó.

Fue en el cierre de un primer tiempo en el que Racing apostó a la organización de Aued y sólo preocupó a su rival cuando Acuña, especialmente, o Noir llegaron al fondo. Pavone tuvo trabajo extra. En la más cruda soledad, intentó bajar cada pelotazo de los costados, pero perdió influencia en la zona de gol. Y la jugada más clara que tuvo fue un cabezazo de Nicolás Sánchez que pegó en el palo.

Central fue ofensivo. Buscó siempre por la izquierda, con Fernández, generando peligro en un sector donde Pillud padecía permanentemente. Y por ahí mismo se filtró Larrondo en un contraataque que no terminó en gol del uruguayo porque lo bloqueó Saja y porque en el rebote, Cerro llegó a poner el cuerpo, el alma y la vida para salvar el segundo en la línea ante Ruben.

Cocca regaló una hora del partido. Y por fin le dio pista a Romero. Y a Milito. Y Racing, que ya se había adelantado unos metros, desarmó el temeroso 4-1-4-1 para desplegar un 4-3-3, con Romero abierto. Pero el equipo mostró un desorden alarmante ante un rival bien plantado, que halló espacios en la réplica, con Montoya muy activo y con un jugador bárbaro, Ruben, que las peleó todas. Sánchez, impotente, se hizo echar por una patada criminal al goleador. Y Lo Celso, por una protesta infantil. Milito, con poco, demostró que estaba para entrar antes. Y sacudió el poste de García. Pero fue justo el triunfo rosarino. A fin de cuentas, ganó la Academia que más propuso.

Lanús 0 - Boca 2 - Copa Argentina 2014/2015

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EL EQUIPO DE ARRUABARRENA RESOLVIÓ TODO EN EL PRIMER TIEMPO
Boca supo aprovechar las dificultades de Lanús
Lodeiro de penal y Tévez le dieron el triunfo ante un rival endeble, que no tuvo ideas para dar vuelta la historia.
Boca quiere todo. No para. Anoche se clasificó para la final de la Copa Argentina, tras el 2-0 para Lanús. De inmediato, una canción de tribuna se ofreció como mensaje para este presente de definiciones: “El domingo cueste lo que cueste / el domingo tenemos que ganar”. Sí, el domingo 1º de noviembre el equipo de Arruabarrena enfrenta a Tigre y si suma los tres puntos será campeón del torneo. Queda claro: para curar heridas de Copas, Boca quiere el doblete...

Más allá del desenlace, de esa ventaja que Boca se llevó al descanso, no fue un buen primer tiempo el ofrecido bajo el cielo de San Juan. Ambos salieron con el 4-3-1-2 como sistema elegido. La vuelta de los enganches por un rato: Lodeiro en Boca y Román Martínez en Lanús. Sin embargo, ninguno de los dos logró ofrecer la lucidez para jugar que se les conoce. No fue casualidad sino la consecuencia lógica de un desarrollo plagado de faltas. Con un Lanús alterado, proclive al roce y a la infracción.

Boca encontró cierta inspiración en su superhéroe de estos días, Tévez. En esa lucha, en el roce, en pelear para después jugar, nadie es más guapo que él. Primero lo fue a buscar Gustavo Gómez y terminó desparramado en el piso viendo a Carlitos convertir. Después lo fue a torear Araujo, y lo gambeteó cuantas veces quiso.

Boca no ofreció su mejor versión porque Lodeiro y Pablo Pérez pocas veces se encontraron. Pero también es cierto que Lanus facilitó la mitad de la tarea: salvo por alguna corrida de Lautaro Acosta, nunca inquietó al arquero Orion. Parece que de aquel equipo de Barros Schelotto con buen pie, mucho fútbol y el arco rival como horizonte hoy queda poco. O nada. Dependiente -casi exclusivamente- de lo que hagan Acosta o Aguirre.

Boca tuvo una virtud determinante: supo aprovechar las dificultades y los errores de Lanús. Y cuando pudo golpear, golpeó. El primero sucedió en un instante clave: de entrada, a los seis minutos. Penal torpe de Braghieri a Meli. Fue Lodeiro (Tévez le cedió la oportunidad) y lo cambió por gol. El segundo, a lo Tévez: pelota larga de Lodeiro, el Apache le ganó con el cuerpo a Gómez y definió entre las piernas del arquero Ibáñez.

Dejó una pregunta latiendo ese primer tiempo y también el partido: ¿cómo decir que Boca no luce si está a dos triunfos de dar dos vueltas olímpicas? Quizá porque los apellidos de su plantel generan una expectativa gigante que no siempre queda satisfecha. Pero a este equipo, más allá de que no luce en función de lo que se espera, le sobran argumentos colectivos e individuales como para ilusionarse con un noviembre de festejos repetidos.

El complemento -de principio a fin- dejó una impresión: fue un agregado al padecimiento de Lanús. El equipo de Guillermo Barros Schelotto no pudo revertir su imagen de equipo endeble. Intentó variantes: puso a Miguel Almirón y a Junior Benítez, hábiles y escurridizos frecuentemente. Tampoco pudieron acercar a Lanús a la posibilidad del descuento. Boca lució cómodo en todo ese tramo. Incluso, más cerca de la goleada que su rival del descuento. La expulsión de Gómez, a los 35, fue un final anticipado del partido. A esa altura, Boca ya estaba a la espera de su rival en la última cita de la Copa.

viernes, 23 de octubre de 2015

Independiente 0 - Ind. Santa Fe (Colombia) 1 - Copa Sudamericana 2015

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CAYÓ 1-0 CON SANTA FE
El Rojo tuvo una noche negra y quedó complicado
El duelo de los Independiente fue para los colombianos. Diego Rodríguez erró un penal y se equivocó en el gol. El jueves, la revancha.
Una invocación al facilismo permitiría ahorrar palabras y salir del paso: cuando las cosas no salen, no hay nada que hacer. Si los planetas se alinean en contra, queda esperar un milagro y dar vuelta la página si no se produce. Pero no: la derrota de Independiente ante su tocayo colombiano tiene unas cuantas explicaciones, algunas de ellas constatadas durante el partido y otras acaso más intangibles, acaso aleatorias, pero decisivas...

Podrá sonar exagerado, pero Independiente empezó a perder este partido en La Paz, cuando una distensión sacó de la cancha al uruguayo Cristian Rodríguez en plena eliminatoria. No tiene reemplazante el Cebolla en este plantel, y su rol de conductor no pudo ser asumido por ninguno de sus compañeros. Ver a Diego Vera desdoblarse como 9 y como 10 fue conmovedor, pero permitió imaginar problemas: una cosa es asociarse en el toque pero estar siempre listo para la definición, y otra es tener que armar la jugada y que definirla.

Pero además de Rodríguez, Independiente extrañó a Mancuello (jugó, es cierto, pero todavía está bien lejos del que deslumbró incluso a Martino), a Benítez (increíblemente empecinado en gambetear tres veces al mismo rival) y hasta a Ortiz, el dueño del primer pase que anoche erró como nunca.

Así las cosas, sólo un funcionamiento ya aceitado mantuvo con vida al equipo que anoche dirigió Tamarit. Empujaba Cuesta, iba Toledo por derecha, se multiplicaba Vera. Había circulación y ganas de lastimar. Pero de a poco, los colombianos empezaron a entender que rescatar al menos un punto no sería misión imposible. Y que la ingenuidad de sus centrales y la liviandad de casi todos podría pesar menos que el talento de Seijas y las amenazantes presencias de Quiñones y Morelo.

El penal, su resolución, fue el síntoma más claro de lo que le esperaba a cada uno. En el duelo de arqueros, Rodríguez erró su primer disparo desde que los ejecuta y Zapata empezó a erigirse en la gran figura al adivinar. Los dos equipos supieron leer esa jugada como un sino. Y ya no habría partido.

Es cierto: el Independiente argentino arrinconó al colombiano en el arranque del segundo tiempo. Trejo y Benítez cambiaron de punta y Mancuello tiró en la cancha lo que le quedaba. Cuesta se las arregló para anular rivales y encabezar ataques con potencia y presencia. Pero Santa Fe cambió revoleo por réplicas amenazantes, con Seijas sabio para conducir, Salazar y Roa firmes para quitar y pasar y un Zapata imbatible.

Faltaba el golpe de gracia (con los improductivos Pisano y Aquino en cancha), y llegó a los 20: escapada de Balanta, único quedo de Toledo y otro error de Rodríguez, esta vez regalando el palo y permitiendo que el lateral pusiera el 1-0 y convocara a todos los fantasmas.

Quedaba un rato. De un lado, lo que antes era imprecisión ahora era nerviosismo envuelto en murmullos. Nunca había perdido Independiente en su casa ante un equipo colombiano. Del otro, la visita se aferró al primer triunfo de su historia en la Argentina.

¿Serie resuelta? Para nada. Le sobran argumentos al equipo de Pellegrino para pisar fuerte en Bogotá. Pero deberá empezar por buscar explicaciones (que las hay, está dicho) y no culpar a la fatalidad. Recuperar la memoria y al Cebolla podría ser un buen comienzo.

jueves, 22 de octubre de 2015

Ganador - Fecha 28 - Gran DT Primera División 2015 - Segunda Parte

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EL GUARDIÁN IMPERIAL SUMÓ 172 PUNTOS Y SE LLEVÓ LA FECHA
Hincha de Racing, festejo doble
Adrián Díaz, de 44 años, ganó la fecha y el premio de 25 mil pesos. Y además, la Academia venció a Boca.

La fecha del Gran DT tuvo un final algo tardío, pero nuevamente entregó otro ganador. Se trata de Adrián Guido Díaz, de 44 años. Su equipo El Guardián Imperial tuvo una fecha inolvidable. Con sus 172 puntos, se llevó el gran premio de 25 mil pesos que entrega el juego.

“No pensé que iba a ganar. Alguna vez había quedado séptimo y me había ilusionado. Cuando terminó el partido de Racing, la cosa fue tomando algo de color y con esta victoria, el festejo es doble”. Esas son las primeras sensaciones de Díaz, el gran ganador de la fecha. Fanático de la Academia, juega al Gran DT desde sus inicios hace ya casi 20 años. “Hago que lo juegue toda la familia”, agregó.

En una fecha donde goles no faltaron (hubo 48), su equipo contó con dos grandes figuras: Gagliardi y Nacho Fernández. “Tuve suerte. Pensé los cambios para poder seguir en las Mini Ligas y lo puse a Gagliardi, pensando que de local podía hacer goles. Casi lo saco a Ignacio Fernández para que entrara él, pero no lo hice porque jugaba contra Temperley y sentí que alguna podía meter. Con lo de la suspensión del partido, rezaba para que entre dentro de esta fecha”, contó con detalle.

En relación al premio, Díaz podrá disfrutar de los partidos de Racing en la nueva televisión que comprará gracias a su victoria en el Juego Fantástico de Clarín.


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