River 2 - Liniers (Bahía Blanca) 0 - Copa Argentina 2014/2015
ANTE 20 MIL HINCHAS, ESTIRÓ SU ENVIÓN GANADOR FRENTE AL MODESTO LINIERS DE BAHÍA BLANCA
River lo liquidó temprano y aprovechó para probar
Jugaron un rato Aimar y Aguirre. Debutó Franco López (17 años). En la próxima instancia se cruzará con Central.
Se pasea River por Formosa y dibuja sonrisas en esos 20 mil fanáticos que, por primera vez, ven al coloso de Nuñez en estas tierras. Disfrutan de este gran presente de esta banda roja que no detiene su marcha ni siquiera en la Copa Argentina. Y hasta se dieron el gusto de ver en acción a Pablo Aimar, que suma minutos en su vuelta al fútbol argentino. Está dulce River por el pasaje a las semifinales de la Copa Libertadores y por su andar a todo vapor en el torneo local. Y no deja dudas ante un rival de menor categoría como Liniers de Bahía Blanca, al que liquidó en el primer tiempo. En los 16° de final, su rival será Rosario Central.Las diferencias de jerarquía entre un equipo y otro estaban expuestas desde antes de que comience el partido. Con amor propio y muchas ganas, el conjunto bahiense aguantó hasta los 17 minutos. El entrenador Fabián Tuya edificó obstáculos para River y puso a ocho jugadores (cinco defensores y tres volantes) detrás de la línea de la pelota. River probó nuevo esquema (4-2-3-1) y jugó con varios futbolistas de experiencia porque Marcelo Gallardo no quiere subestimar a ningún rival. Al principio, a River le costó generar peligro a ras del césped. Por eso, no extrañó que el encuentro se abriera a través de la vía aérea. Con una buena ejecución desde su botín zurdo, Leonardo Pisculichi volvió a enamorar a los hinchas y Ramiro Funes Mori puso la cabeza. Guido Rodríguez, adelantado, interfirió la visión del arquero Lucas Partal, pero Ariel Penel consideró que el volante no intervino en la jugada.
Liniers tuvo el empate enseguida, luego de una desinteligencia defensiva de River que casi es aprovechada por Yago Castro con una volea de zurda. Pero fue la única situación que generó inquietud en el área de Julio Chiarini.
Ya en ventaja, River manejó los tiempos del partido. Creció en la circulación de la pelota, sobre todo por la izquierda con Ariel Rojas, Pity Martínez y Pisculichi. Convirtió otro gol, tras una estupenda volea de Juan Kaprof y Partal evitó otros. A esa altura, ya no sólo había diferencias futbolísticas, sino también físicas. Era abismal.
En el segundo tiempo, River frenó su ímpetu. Reguló energías. Así y todo, pudo haber goleado a su descolorido rival bahiense. Pero Lucas Boyé no estuvo fino. Y como el partido tomó el rumbo de un entrenamiento, Gallardo movió el banco: entró Aimar, para seguir recuperando el ritmo; debutó el pibe Franco López (delantero, 17 años) y volvió Martín Aguirre, que no jugaba desde el 8 de diciembre de 2013 (contra Quilmes, 1 a1). Y agigantó la sonrisa River, esa que parece no poder borrarle nadie.
