Boca 1 - 1 Corinthians - Copa Libertadores 2012
EL TRIUNFO QUE PARECIA ASEGURADO SE ESCAPO CERCA DEL FINAL Y DEJO UNA SENSACION DE FRUSTRACION EN LA MULTITUD
Boca tenía todo controlado, pero Corinthians no se rindió
El gol de Roncaglia le daba una ventaja justa y cuando buscaba el segundo, apareció Romarinho y empató.
Tenían razón, Boca. Era bravo este Corinthians. Se lo habían avisado y Boca lo comprobó anoche en carne propia. Impenetrables no eran estos brasileños, pero sí parecen imbatibles. Daba la impresión que, después de tanto buscarlo y encontrarlo, Boca sería por fin el encargado de quitarles el invicto. Pero no. Era cierto eso de que nadie le había podido ganar al Corinthians. Cuando Schiavi, Riquelme y compañía pensaron que tenían ya ganado el primer chico, apareció Romarinho y puso el 1 a 1 justo en el momento en que nadie lo esperaba. Boca se topó con un rival que no por nada llegó invicto hasta la final y con apenas tres goles en contra.No era mentira lo que le habían contado a Boca sobre lo difícil que es el Corinthians: un equipo muy mañero, sólido, práctico y por momentos hasta rústico. Un equipo que va derecho a los bifes sin ponerse colorado. Si la tenía que reventar, la reventaba. Si tenía que hacer tiempo, lo hacía. Y de la mano de Emerson fue llevando la final a un partido de nervios, roces, rispideces; el terreno que más le convenía. Boca, que quiso ser protagonista desde el primero hasta el último momento, se encontró con que no podía entrarle de ninguna manera.
Una de las causas principales fue que a Riquelme no lo dejaban hacerse dueño de la pelota: lo apretaban, lo molestaban, lo fastidiaban. Y esto, sumado a que Ledesma volvió a dejar en claro que desde que volvió de la lesión no es el mismo de antes, y a que Erviti se encargaba más del sacrificio que del juego, le dificultó la tarea todavía más. Mouche no desequilibraba ni desbordaba y Silva era importantísimo en toda la cancha menos adentro del área. Corinthians llegó una sola vez en el primer tiempo: a los 7 minutos, cuando un tiro desde afuera del área de Paulinho obligó a una gran volada de Agustín Orion.
Por si algo le faltaba a Boca, el árbitro Enrique Osses no colaboraba demasiado porque paraba mucho el juego. Y eso fastidiaba a los jugadores. En medio de ese nerviosismo, Roncaglia debió haber sido expulsado por una infracción a Emerson estando amonestado. El segundo tiempo encontró a Boca buscando con mayor intensidad y un mejor juego. Corinthians no le dejaba espacios, pero de a poco comenzó a defenderse cada vez más cerca de su arco.
Hubo un disparo alto de Riquelme y varias aproximaciones. Hasta que, a los 27, Boca tuvo un córner y no perdonó: le pegó Mouche, Caruzzo la bajó de cabeza, Silva la conectó en el camino, Chicao la tocó con la mano pero Osses dejó seguir, la pelota hizo escala en el palo y Roncaglia la conectó al gol.
Parecía que Boca se iría con una ventaja a San Pablo, pero un contragolpe muy bien armado por el Corinthians emparejó el resultado a los 40, con aquella gran definición del ingresado Romarinho. En el descuento, Clemente metió un centro y el cabezazo de Viatri dio en el travesaño y Cvitanich no logró anotar. Fue el final. A Boca le queda la revancha.