Gran recibimiento, llegó la selección Argentina
UNA MULTITUD RECIBIO A LA SELECCION
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Tras la goleada por 4 a 0 con la que Alemania lo sacó del Mundial, el seleccionado volvió al país y fue recibido por unas 20 mil personas. Los jugadores y Diego Maradona, tristes y sorprendidos.Las caras de ellos, los protagonistas, contrastaban con las de ellos, la multitud. Así como contrastante era el número.Ellos, los que estaban sobre el micro, no eran más de 40 personas de la delegación. Miraban entre tristes y sorprendidos, como no entendiendo por qué eran tantos y por qué festejaban. Ellos, la multitud que estaba abajo, se calculó en casi 20 mil personas. Eran alegría sin ojos caídos por la eliminación.
La Selección volvió a la Argentina y en Ezeiza hubo una fiesta que nadie tenía programada.
Estaba pautado que el vuelo 1947 de Aerolíneas Argentinas, proveniente de Johannesburgo, aterrizara en el Ministro Pistarini a las 15.40. Por eso, a esa hora el predio de la AFA ya estaba repleto y esperando al micro que trasladaría a los jugadores y el cuerpo técnico. Algunos, los más precavidos, estacionaron al borde de la Riccheri con termo, mate y reposera. El avión, finalmente, se posó sobre la pista a las 17.16. Luego, comenzó otro traslado, el más corto pero el más importante: hacia las instalaciones de la AFA, donde se encontraban los fanáticos.
Dos kilómetros antes y dos después del puente que los lugareños definen como El Trébol, ya existía una fila eterna de autos estacionados. Era más gente de la esperable por ellos, los protagonistas. Es que ellos, la multitud, estaban decididos a dejar certificada su aprobación con gritos y aplausos.
Algo más de cien policías y gendarmes estaban atentos a cualquier disturbio. No sucedió nada grave, ni siquiera cuando llegaron a la puerta de acceso los representantes de la Barra de Lomas (de Boca y vinculados a Maradona y Bilardo) que se habían quedado en la Argentina y que ayer se limitaron a darle color y sonido a la tarde-noche con sus banderas, bombos, redoblantes y hasta fuegos de artificio. Este mismo grupo de unos 15 hinchas colgó un par de pasacalles en favor del cuerpo técnico y los jugadores.
El avance del micro fue lento y en caravana de a pie, ya que no se permitió a los automovilistas agolparse detrás del micro. Con una celosa custodia de la Policía Bonaerense y la Gendarmería, la delegación tardó una hora y 34 minutos en recorrer menos de cinco kilómetros y cruzar el portón de entrada al predio a las 18.50.
A pesar de que nada quedaba por hacer, los hinchas no tenían ninguna intención de irse. Y entrada la noche, más allá de las 20, todavía quedaban unos 50 gritando.
No les importó que Carlitos Tevez y Clemente Rodríguez, los primeros en irse, eligieran una salida alternativa. Tampoco se preocuparon cuando Heinze, Maxi Rodríguez y el Chino Garcé apenas saludaron desde sus vehículos. Menos se molestaron cuando Messi no bajó la ventanilla de su auto. Ellos cumplieron, dándole al plantel la mejor de las bienvenidas.