ESTÁ EN CUARTOS DE FINAL Y ESPERA POR RIVER O POR LIGA DE LOJA
Lanús perdió, pero dio el paso necesario sin sufrir demasiado
Cayó 1-0 en la revancha con la Universidad de Chile en Santiago e hizo valer el 4-0 de ida. Marchesín fue figura.
Lanús perdió 1 a 0 en el partido de vuelta frente a la Universidad de Chile pero igual avanzó a los cuartos de final de la Copa Sudamericana porque terminó la llave con mejor diferencia de gol (4 a 1 fue el global). Ahora, espera por River o por Liga de Loja para seguir agigantando su sueño continental.
Universidad salió a jugar con el mismo espíritu que lo hizo Lanús siete días atrás en el Sur. Claro: el asunto es que los chilenos debían remontar un 0-4. Pero los de Barros Schelotto estaba al tanto de los planes del rival. Por eso cambió su clásico 4-3-3 por un 4-4-2 más utilitario, con Nicolás Pasquini como volante por la izquierda y con Somoza y Ortiz reforzando el círculo central. Así, esperó compacto los ataques cerca de su arquero pero sin la necesidad de ocultarse dentro del área chica. Fue sincero Lanús al exponer su juego en la capital chilena: no buscó lastimar y procuró que no lo lastimen.
Por eso los primeros 45 minutos fueron para el bostezo. Los dirigidos por Figueroa buscaron utilizar las bandas para atacar con Cereseda por la izquierda y con Magalhaes por la derecha. Lorenzetti, en tanto, fue el que tuvo el rol de asistidor. Pero falló muy seguido. Y por eso Marchesín recién empezó a revolcarse por el césped del Estadio Nacional a los 40 minutos, cuando atajó un buen cabezazo al propio Lorenzetti, que le había ganado la espalda a Izquierdoz. De Lanús ni noticias por el arco de enfrente: apenas inquietó con un remate de Silva desde afuera del área que no llevó peligro para Luis Marin.
Esta vez, los delanteros explosivos que se llenaron de gol en el partido de ida (Melano había hecho dos tantos y Silva uno en Lanús) tuvieron que transpirar de lindo porque se sacrificaron en la presión y en la marca. Por eso más de una vez El Pelado terminó con los brazos en su cintura, buscando aire luego de perseguir con fiereza las trepadas de los volantes del conjunto chileno.
Si 90 minutos ya parecía muy poco tiempo para revertir la historia, el inicio del segundo tiempo en Santiago de Chile pareció jugarse con el mismo entusiasmo que puede tener un ensayo de fútbol formal durante cualquier semana de entrenamientos. Fue más de lo mismo de ambos en el primer tramo. Hasta que a los 23 minutos, Aranguiz aprovechó el único rebote corto que dejó Marchesín en la noche tras un disparo de Rubio y puso el 1 a 0 para La U . Ni se festejó en el estadio. Pero al menos sirvió para encender el encuentro. Al local ya no le interesó cuidar las formas y se fue en busca de goles para mantener la ilusión. Entonces la pasó muy mal Lanús, que no sufrió de más porque apareció un gigante Agustín Marchesín. El arquero le tapó dos mano a mano a Rubio en cinco minutos y voló sobre su izquierda para sacarle otro descuento a Farfán. Figura.
En el cierre, con la Universidad volcada en ataque, Jorge Pereyra Díaz tuvo el empate. Pero tras una corrida eterna, y justo cuando iba a definir, lo derribó el arquero Marín. Era roja y tiro libre, pero el árbitro no cobró y Guillermo explotó. El resto de Lanús, incluidos los 300 hinchas que cruzaron la Cordillera, apenas protestó. Sabían de antemano que el pasaje a 4tos. lo habían sacado en Arias y Guidi.
