Lanús Campeón Copa Sudamericana 2013
EL EQUIPO DE BARROS SCHELOTTO OBTUVO SU SEGUNDA CORONA INTERNACIONAL
Lanús gozó a lo campeón para una felicidad interminable
Frente a Ponte Preta definió el título en el primer tiempo con los goles de Ayala y Blanco. El ganador tuvo rendimientos individuales superlativos. La fiesta se desató en el Sur.
Es un estallido que se hace canción. Es un grito unánime que invita a la disfonía de una semana entera. O un poco más. Se miran unos con otros, también se abrazan. Y se reconocen. Están vestidos del único color posible bajo el cielo del Sur: el granate. En ese rato, que parece durar para siempre, todos ellos se sienten los dueños de América. Sucede que el Lanús de sus corazones ganó la Copa Sudamericana. De rodillas, sobre el césped de la Fortaleza, queda rendido Ponte Preta. El bravo Lanús lo avasalló, se lo llevó por delante, con intensidad y convicción. La fiesta se transformó en una sana locura general y es para guardar entre los mejores recuerdos.Parte de lo que Lanús había insinuado hacía ocho días en San Pablo, lo plasmó anoche en su cancha, sobre todo en la primera etapa. Ahí, con la actuación generosa y solidaria de Ismael Blanco y Junior Benítez en el recorrido largo por la bandas se pueden encontrar razones para entender al equipo armado por los Mellizos Barros Schelotto. Blanco y Benítez tuvieron una noche excelente justo en los puestos en los que Melano y Laucha Acosta se lucieron tanto a nivel nacional como internacional.
Frente a ese Ponte Preta que perdió la categoría mayor en Brasil, Lanús impuso condiciones desde el primer pitazo del chileno Osses. Igualmente, tampoco hubo demoras para que el equipo argentino demostrara otro par de virtudes fundamentales: es tan intenso como paciente.
Mientras el conjunto brasileño demostraba que sus mejores intenciones se apoyaban en el aprovechamiento de alguna pelota detenida o en un disparo afortunado desde la media distancia, Lanús fue y fue convencido de que al gol de la apertura había que esperarlo porque estaba al caer.
Un cabezazo de Silva se fue por arriba, un derechazo de Ayala rozó en César y salió apenas desviado y un disparo cruzado de Blanco salió cerca de un palo. Hasta que alumbró el gol. Cerca de la mitad de la cancha empezó con un lucido taco de Benítez, Blanco metió un centro al medio del área y el paraguayo Ayala, llegando vacío , liquidó a Roberto Tigrao.
Llegado el momento en el que Ponte Preta debió demostrar su bagaje técnico-táctico (su diseño fue 4-3-2-1) y, por lo menos, la porción de prepotencia anímica para afrontar una final, el equipo paulista se fue quedando desnudo en todos los rubros.
Lanús, en cambio, no aflojó. Con la partidas de Araujo y Velázquez, el vigor de Ayala, la presencia de Somoza, el juego del Pulpito González y el peligro permanente de Silva, no sólo fue amo y señor del juego sino que acumuló méritos para el segundo tanto. Que llegó en el tercer minuto de descuento, cuando el cabezazo de Silva fue rechazado por el arquero pero Blanco, de frente al arco, la empujó para estampar un 2 a 0 con aristas de definitorio.
El segundo tiempo fue otra cosa. Lanús supo que la coronación sería inevitable y retrocedió para no sufrir sobresaltos. Blanco y Benítez pasaron a tener mayores responsabilidades defensivas. Y todo el conjunto, sabedor de que la victoria era indiscutible, de algún modo empezó a cuidar las energías pensando en Newell’s, el otro objetivo a resolver el domingo en Rosario.
Lanús esperó mucho tiempo un festejo internacional. Y ahora la ciudad vibra. Jóvenes y veteranos. Hombres y mujeres. Pintados de granate, el color de la felicidad.
Felicitaciones Granate!!!
