San Lorenzo de Almagro Campeón Copa Libertadores 2014

EL SAN LORENZO DE LOS SUFRIMIENTOS OBTUVO Y AGUANTÓ LA VICTORIA POR LA FIRMEZA DE ORTIGOZA-MERCIER Y EL JUEGO DE ROMEGNOLI

Pasó de los nervios a la fiesta gracias a un penal infantil

El equipo de Boedo empezó jugando muy tensionado. El 1-0 lo alivió. Y en el segundo tiempo aguantó la victoria.

Nadie puede ni debe hacer un análisis minucioso de méritos en esta oportunidad. Porque a nadie de San Lorenzo le importa recorrer el desarrollo del partido. San Lorenzo es el nuevo campeón de la Copa Libertadores y una pesadísima mochila de frustraciones y desvelos pasó al olvido. San Lorenzo tenía que ganar una final-final y ahora es tiempo de recordar, como si fuera flamante, una frase tan vieja como el fútbol: las finales se ganan o se ganan, de explicarla se ocupan los perdedores.

El partido que esperó ansiosamente todo el mundo cuervo no resultó, al menos en el primer tiempo, el que imaginó el equipo conducido por Edgardo Bauza. Porque este capítulo con el Nuevo Gasómetro como escenario tuvo poco y nada que ver con el jugado hace una semana en la capital paraguaya. Buena parte de la responsabilidad de esta realidad le correspondió a Nacional, que desde un esquema táctico 4-1-4-1 sorprendió de entrada y maniató después a Romagnoli y compañía.

No sólo por el estremecedor zurdazo de Orué que sobre el primer minuto de acción se estrelló con un palo. También porque la dupla Orué-Torales se impuso contra ese dúo clave compuesto por Mercier y Ortigoza.

Imposible le resultó al local disimular la ausencia de Piatti, no solamente por lo que jugaba y atacaba como mediocampista por la izquierda sino porque, además, Melgarejo jugó una revancha más cómoda de sus sufridos noventas minutos en Asunción.

Cuando todo San Lorenzo, los de adentro y los de afuera, se preguntaban cuál era el camino que conducía al arquero Ignacio Don -un largo disparo de Buffarini había sido la aproximación excluyente- llegó la apertura del marcador. Pelota aérea, lucha optimista por las dudas, la pelota que le cae a Cauteruccio y la grosera mano de Coronel para que el brasileño Ricci cobre ese penal infantil. Ortigoza lo ejecutó con todo el potrero que se le conoce y se le reconoce para que se produjera un estallido mezcla de ansiedad, nervios, emoción, anhelo y felicidad por lo que significaba el 1-0.

El resultado alivió al Ciclón y de algún modo abrió cauce a un partido sin los repetidos pelotazos para Matos, que aguantó y bajó permanentemente la pelota, pero nunca le aparecieron Villaba y Cauteruccio para aprovechar los movimientos de la segunda pelota. Con la ventaja mínima en el bolsillo, la segunda mitad fue otra cosa, aunque el arco guaraní le siguió quedando lejos a San Lorenzo.

Otra vez, una más, el Pipi Romagnoli resultó decisivo para mejoría del conjunto. Abandonó de a ratos su rol de volante por la izquierda para convertirse en el buen enganche que el fútbol argentino ha disfrutado. De su talento se colgaron Mercier y Ortigoza, que se plantaron un poco más adelante y discutieron de otro modo el dominio del círculo central y sus zonas adyacentes. En medio de esa mejoría, Gentiletti desperdició de zurda lo que pudo ser la moneda para cambiar disfrute por sufrimiento.Guaraní con su forma, también se la jugó con el coraje que nunca les falta a los paraguayos. Un centro envenenado terminó en la manos de Torrico y Gentiletti se cruzó de última para desviar el zurdazo de Bareiro que pedía red.

Bauza manejó desde los cambios lo que pedía el partido. Con Verón tuvo velocidad por los costados. Con Kalinski, el músculo que hacía falta para meter en el medio. Y con Kannemman, ese metro y pico largo para proteger el espacio aéreo donde las estrellas ya formaban la palabra campeón.

Felicitaciones Cuervos!!!