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martes, 31 de enero de 2017

Independiente 0 (7) - Racing 0 (8) - Copa Revancha 2017

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LOS DE COCCA SE IMPUSIERON EN LOS PENALES TRAS 90 MINUTOS CON ALGUNAS EMOCIONES Y NINGÚN GOL
Independiente dio señales de vida, pero Racing sonrió de nuevo
Aún en construcción, el equipo de Holan dejó mejor imagen. Racing careció de ambición, pero tuvo más puntería.
Ni en los penales puede Independiente con Racing. Orion se lució metiendo el suyo al ángulo y conteniendo el tiro de Nery Domínguez y La Academia volvió a festejar en Mar del Plata. Fue 8-7 en el desempate después de una pálida igualdad sin goles. El Rojo había contado con las chances más claras en los 90 minutos, pero Diego Vera no las metió. Y así, la revancha en la Costa terminó como el choque de Salta: con Racing sonriendo y con Independiente cabizbajo, aunque el desarrollo se pareció poco al del 3-0 de la semana pasada y el equipo de Holan, en clara etapa de construcción, dio señales de mejoría.

Si algún hincha desprevenido leyó la formación inicial de Independiente y después se perdió el partido, se habrá quedado con que su equipo jugó con tres defensores, cuatro volantes y tres delanteros bien marcados. Nada de eso. Ariel Holan disfrazó su verdadero planteo bajo la máscara de un 3-4-3 que jamás se vio dibujado en el pasto del José María Minella. El esquema real que presentó Independiente en la cálida noche marplatense fue un 5-4-1.

Porque los carrileros, Damián Martínez y Juan Sánchez Miño, estuvieron todo el partido más cerca de los stoppers que de los supuestos extremos. Y los supuestos extremos, Emiliano Rigoni y el pibe Gastón Togni, estuvieron decididamente a los costados del doble cinco y no como laderos de Diego Vera (Germán Denis tenía una molestia en el tendón rotuliano), quien fue sometido a las sombras de la soledad.

Esperó Independiente. Esperó y esperó sin proponer mucho más que intentar algo de contraataque en la parte inicial. Racing, entonces, hizo lo suyo. Lo que ya tiene aprendido desde hace rato. Apoyado en Diego González y Luciano Aued, su doble cinco, mantuvo la pelota en su poder. La cuidó y trató de aproximarse al arco rojo con paredes y juego fluido. Tocar y pasar fue el lema de Racing ayer. Y le salió varias veces para dejar en el camino a rivales y lograr meterse en el área de enfrente. Tuvo sus chances serias. Pero más serio fue lo de Campaña. ¡Campañón!

El arquero de Independiente fue el sostén de sus compañeros. Con sus manos respaldó cada vez que pudo a una defensa por momentos desorientada. Intervenciones salvadoras ante un remate con desvío de Luciano Aued, en un mano a mano increíble con Lisandro López y en otra a quemaropa ante el Chino Vittor tras un envío frontal de Marcos Acuña.

Del otro lado, el Diablo no asustaba a nadie. Holan probó con Maximiliano Meza como armador al lado de Julián Vitale, que debía desdoblar su esfuerzo en la marca. Sin embargo, Meza, un hombre acostumbrado más a estar cerquita del área, no sintió el puesto. Nunca pudo adueñarse del fútbol del Rojo y menos que menos tener éxito a la hora de meter alguna pelota entre líneas para alimentar a Vera, el único punta, que tiró afuera dos situaciones inmejorables de manera increíble.

En el uno contra uno, Racing era más que su vecino de barrio. La razón es una sola y se sostiene en la lógica. Racing tiene hoy un equipo armado, mientras que Independiente tiene la faja cruzada que advierte que está en “zona de construcción”. Tiene referentes asentados La Academia, jugadores que se entienden y una idea ya asimilada. En Independiente pasa a la inversa: está en pleno proceso de renovación y carece de voz de mando.

De todas maneras, después de un primer tiempo muy flojo, cambió la mentalidad tras el descanso. Se adelantó varios metros en la cancha y buscó sin mucho fútbol pero con muchas ganas -algo que estuvo ausente en los últimos clásicos- el triunfo. El ingreso y debut de Nery Domínguez le refrescó el círculo central, aunque tampoco supo definirlo. El penal errado en la definición no impide que el hincha rojo se ilusione con un volante que tiene fútbol y presencia.

Pudo ganarlo en los minutos finales Racing, cuando Vittor conectó un centro sin convicción y salvó Campaña. Pudo ganarlo Independiente, pero Vera -que una cosa es generando y otra muy distinta definiendo- falló dos veces de modo increíble. Y todo terminó sin goles. Hasta que llegaron los penales y se repitió la historia.


Definición por tiros desde el punto penal: Independiente 7 (convirtieron Nicolás Figal, Nicolás Tagliafico, Martín Benítez, Diego Vera, Emiliano Rigoni, Martín Campaña y Fabricio Bustos; Domingo Blanco erró su disparo; Agustín Orión contuvo el remate de Nery Domínguez); Racing 8 (anotaron Lisandro López, Brian Fernández, Luciano Aued, Agustín Orión, Pablo Álvarez, Francisco Cerro, Iván Pillud y Santiago Rosales; Sergio Vittor desvió su remate).

lunes, 30 de enero de 2017

Boca 0 - River 2 - Copa Luis B. Nofal 2017

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EL SUPERCLÁSICO DEL VERANO
Muy lejos de un tono amistoso, River fue más claro y dejó a Boca lleno de bronca
El equipo de Gallardo manejó el partido en el segundo tiempo y celebró con un penal de Driussi y con un cabezazo de Mina. Tan duro fue el desarrollo que terminó con tres expulsados.
Superclásico mata amistoso en cualquier situación. No fue ni el partido amistoso de pretemporada que intentaron instalar en River ni el encuentro de preparación del que hablaron desde Boca. Puede parecer un lugar común, una frase hecha del fútbol. La única realidad es que en este tipo de partidos, cuando se mueve la pelota, se juega a cara de perro. No importa más nada. Ni siquiera si hay objetivos oficiales en una semana.

No hay tiempo para pensar en eso cuando el reloj empieza a correr y chocan los gigantes del fútbol local. Por algo River festejó tanto anoche el 2 a 0 sobre Boca en Mar del Plata. Le sirvió este triunfo, contundente, para endulzarse el paladar después de aquel trago amarguísimo del 4 a 2 por los puntos que Barros Schelotto, Tévez y compañía se llevaron del Monumental en diciembre. Alcanza con repasar las patadas, los insultos, los expulsados y los festejos para reafirmar que los Superclásicos entran en otra categoría, bien lejos de un amistoso.

A cada intento de uno, le siguió la respuesta del otro. Así fue de frenético el encuentro en un José María Minella partido en dos partes iguales. Los de azul y oro se entusiasmaban con cada jugada que iniciaba Fernando Gago, el generador casi absoluto del fútbol xeneize. Y los de la banda roja vibraban con los desbordes de Camilo Mayada y de Gonzalo Martínez por sus costados. Esos eran los caminos elegidos por ambos para intentar vulnerar a su eterno rival.

Boca iba de adentro hacia afuera; River, de afuera hacia adentro. Hasta en la estrategia de ataque fueron antagónicos. Desde el corazón de la cancha, Gago abría la pelota. Sus laderos, los Pérez (Sebastián y Pablo), agilizaban el tránsito. Pavón desbordó por la derecha en varias ocasiones. Allí encontró un lugar sensible en River. Porque lo perdió rápido por lesión a Luis Olivera y Gallardo tuvo que improvisar al juvenil Gonzalo Montiel, que es zaguero o lateral derecho y que además nunca antes había vivido la furia de un Supeclásico.

Frank Fabra la echó a perder en uno de esas arremetidas de Pavón. Y luego fue Ricardo Centurión el que no aprovechó un buen centro atrás. Ante de esas dos claritas ya habían ocurrido cosas interesantes. Como el lindo pase de Pablo Pérez para Pavón, quien se encontró con un Augusto Batalla esta vez salvador. La réplica de River venía de la mano de las escapadas de Mayada, que tenían a Rodrigo Mora como receptor predilecto. En la primera no pudo de volea y en la siguiente voló Werner.

El partido se abrió con un penal que sancionó bien Pitana tras una mano de Insaurralde luego de un grosero error de Peruzzi que Pity Martínez capitalizó hasta meterse en el corazón caliente del área de Werner. Driussi (luego expulsado) lo transformó en un grito al cielo marplatense y reafirmó que, como en el 2016, sigue con el pie caliente. Pero esta vez el tantas veces cuestionado Pity Martínez fue de lo mejor. Y desde su pie izquierdo también llegó el envío que terminó con cabezazo de gol de Arturo Mina (Werner pareció poner las manos demasiado flojas), que cuando le tocó marcar a Pavón en el primer tiempo la pasó mal pero que terminó festejando con todo su equipo.

El 2 a 0 fue claro, contundente, aunque Boca hizo méritos como para cosechar lo que tanto logró en el último tiempo: el gol. Esta vez las gambetas de Centurión no estuvieron afiladas y la pólvora de Benedetto (Bou entró demasiado tarde) sufrió la humedad marplatense justo en el clásico que cerró el verano y que terminó con el invicto en partidos grandes del Mellizo (fue el décimo clásico como DT entre encuentros oficiales y amistosos), quien encarará lo que resta de la espera para el reinicio del torneo que lo tiene como puntero. Esta vez Boca sí extrañó a Tévez.

Había salido más decidido River que Boca, con ataques que terminaron en el área de Werner con mucha más facilidad. Lo había tenido Nacho Fernández antes y lo pudo aumentar Driussi antes de ese cierre a pura roja por el aire. Es que un Superclásico se vive al ciento por ciento. Lo ganó River. Y no fue nada amistoso.

sábado, 28 de enero de 2017

Estudiantes 0 - San Lorenzo 1 - Copa de Oro 2017

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NOCHE AGITADA EN MAR DEL PLATA
Verón no aguantó, San Lorenzo ganó y Boca se quedó con el triangular
El pibe Ávila convirtió el gol del Ciclón, que necesitaba dos. Otras noticias: roja a Blandi y lesion de Ortigoza.
Un tirón. Un dolor. En la pierna izquierda y en el alma de Juan Sebastián Verón. Se dio cuenta enseguida. Iban apenas 28 minutos de juego cuando la Brujita, de repente, desapareció de la cancha. Sintió una fuerte molestia en la cara posterior del muslo y en forma automáticae salió caminando del terreno para ir a sentarse en el banco de suplentes. Ingresó Israel Damonte en su lugar.

A los 41 años, que serán 42 el 9 de marzo, Verón desafió a la edad al proponerse volver al fútbol. Pero, después de su redebut en la gira por Orlando, anoche en la derrota con San Lorenzo por 1-0 su físico le pasó factura. Hoy le harán estudios para saber si está desgarrado. ¿Y ahora?

Es un caso muy particular y atípico del fútbol mundial. Verón, el presidente de Estudiantes de La Plata, también es jugador del club. Y por supuesto es el capitán, la voz cantante en un grupo donde no faltan referentes (Desábato, Braña, el retenido Andújar, el mismo Damonte).

Una promesa, la de ponerse de nuevo los botines si se vendía el 65 por ciento de los palcos del estadio nuevo, lo hizo adentrarse en la locura. Se preparó como si tuviera 20 años de nuevo. Pero ya no es un pibe. Muy a pesar de todo su esfuerzo, del empeño que le puso a la pretemporada, Verón no puede.

El 13 de enero había regresado a las canchas en la Florida Cup ante el Bahía de Brasil. Disputó los primeros 45 minutos y luego fue reemplazado por el Chapu Braña, con quien ayer formó un doble cinco que sumaba ¡78 años!

Verón decidió no estar contra Boca la semana pasada, en la caída 2-0. Y el martes, tres días antes del encuentro de anoche en Mar del Plata, sumó otros 45 minutos en un amistoso informal en City Bell contra Sport Boys de Bolivia, otro participante de la Libertadores. Ayer no pudo aguantar el ritmo de un típico partido de verano. Y la pregunta surge, inevitable: ¿cómo hará para bancarse la exigencia que demanda un cruce por la Copa? La respuesta la tendrán sólo él y su cuerpo.

Por lo pronto, al volver a Buenos Aires le realizarán estudios. Desde el cuerpo médico no quisieron aventurarse aunque no descartaron que pueda tener una ruptura fibrilar. El primer diagnóstico habló de una fuerte contractura. Tiempo para recuperarse tiene de sobra: Estudiantes hará su estreno en la Libertadores el 14 de marzo, contra un rival a confirmar.

Mientras estuvo en cancha, Verón alternó buenas y malas. Tiró un cambio de frente como en sus mejores épocas, pero no tuvo la misma precisión y la pelota se perdió en el saque de arco para San Lorenzo. No se quedó estático e intentó siempre seguir la línea del balón. Tuvo una buena salida desde el fondo, que culminó con un desborde por derecha de Facundo Sánchez, que mandó un centro sin destino acertado. Nada más.

Cuando dejó la cancha Verón, su equipo ya perdía. Una linda maniobra del pibe Bautista Merlini por el medio desembocó en un pase a Ezequiel Ávila, quien sacó el disparó potente. Para maldición de Mariano Andújar, la pelota se desvió en Leandro Desábato y se le metió contra el palo derecho. Pudo haber aumentado San Lorenzo, pero ahí si Andújar le tapó un cabezazo a quemarropa a Nicolás Blandi, que fue expulsado en el segundo tiempo. Gonzalo Bergessio tuvo la suya cuando ingresó y se la tapó el arquero de la Selección.

No le alcanzó a los de Boedo con el 1-0 para llevarse la Copa de Oro, que quedó en manos de Boca. Pero se fue con otra noticia peor: también se lastimó Néstor Ortigoza en el tobillo derecho y se suma a la baja de Fernando Belluschi. Definitivamente no sólo del sol hay que cuidarse en este verano, también de las lesiones.

viernes, 27 de enero de 2017

Atlético Tucumán 1 - Racing 1 - Copa Provincia de Salta 2017

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CON EL EMPATE 1-1 ANTE UN ATLÉTICO TUCUMÁN CON SUPLENTES, GANARON LA COPA PROVINCIA DE SALTA
Los juveniles de Racing rindieron y terminaron llevándose un título
Cuadra puso el 1-0 y empató Barbona. Los dirigidos por Cocca jugarán el lunes ante Independiente.
Le bastaron dos partidos a Diego Cocca para conseguir un nuevo título en Racing, más allá del carácter amistoso del mismo: anoche igualó 1-1 con Atlético Tucumán y se quedó con la Copa Provincia de Salta. El juvenil Maximiliano Cuadra festejó para el elenco de Avellaneda, mientras que David Barbona lo hizo para los tucumanos.

Jugaron para cumplir. Ninguno de los entrenadores hubiese elegido disputar este partido en esta fecha, pero debieron hacerlo por compromiso. Entonces pusieron a los equipos alternativos. Igual, ambos técnicos pueden rescatar algunas cuestiones.

En Racing, que el lunes jugará el clásico ante Independiente en Mar del Plata, se mostraron jugadores que habitualmente no lo hacen. Y aprobaron los juveniles que incluyó Cocca. Al arquero Juan Musso lo probaron especialmente con remates desde afuera del área y rindió con solvencia, el lateral Matías Escudero mostró seriedad, el volante izquierdo Brian Alvarez dejó buenas sensaciones con su zurda y Maximiliano Cuadra aguantó todas las que le tiraron y convirtió en la única que tuvo.

De los futbolistas que podrían pelear un lugar en el equipo titular, se destacaron el despliegue de Francisco Cerro y la sobriedad de Miguel Barbieri. Poco del resto. Ezequiel Videla sigue evidenciando falta de ritmo y esa es una cuestión que preocupa mucho a Cocca, Santiago Rosales no arranca y Danilo Ortiz e Emanuel Insúa no se destacaron.

El técnico también pudo ensayar con un esquema táctico nuevo: 4-5-1. ¿Conclusión apresurada? Muy bien los juveniles y en deuda los profesionales que pelean por sumar minutos.

Lo de Atlético Tucumán fue digno: jugó mejor que Racing, especialmente en la primera parte, y mereció mejor fortuna. Los dirigidos por Pablo Lavallén debutarán el martes en la Copa Libertadores, de local, ante El Nacional de Ecuador. Por esa razón, los titulares se quedaron trabajando en tierras tucumanas y ni siquiera viajaron a Salta.

La idea de Lavallén se puede observar, a pesar del poco tiempo de trabajo. Se sabe que el DT pretende que sus equipos salgan jugando siempre y justo por un error en una salida llegó el gol de Racing: falló Josué Ayala al querer controlar un pase de un defensor con la punta del botín, Cuadra se la robó y anotó el 1-0. “Seguimos igual”, gritó el técnico. David Barbona, autor del gol del empate, fue el futbolista más desequilibrante por el sector izquierdo del ataque y seguramente será considerado por Lavallén para el choque copero.

jueves, 26 de enero de 2017

River 1 - Aldosivi 3 - Copa Mar del Plata 2017

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EL EQUIPO MARPLATENSE JUGÓ MÁS ENCHUFADO QUE LA VERSIÓN JUNIOR MILLONARIA
River no la pasó bien: Aldosivi le pegó un cachetazo y se llevó la Copa
La diferencia de jerarquía marcó la diferencia en el 3 a 1 con que el local derrotó al conjunto de Gallardo.
No la está pasando bien River en este verano. Después de su excursión agridulce por Orlando, se presentó anoche con una formación plagada de pibes (los titulares se quedaron en Buenos Aires) y terminó superado con claridad por Aldosivi, que si puso toda la carne al asador. La diferencia de jerarquía entre el equipo A del local y el B de los de Núñez marcó el resultado final: otra derrota para el Millonario que se puso en ventaja primero y que luego se fue diluyendo hasta caer en un pozo plagado de errores.

Gallardo pudo llenar su libretita de apuntes. La misma en la que fue dibujando el boceto del River que ganó todas las Copas de su mano. Anoche, aquí en la ventosa Mar del Plata, agarró bien fuerte las hojas para que no se le volaran y escribió conclusiones que, más allá del resultado del partido, en un futuro no muy lejano le servirán para saber con qué material puede contar principalmente de la cantera riverplatense.

Entonces, escribió que en los costados tiene a dos laterales de buen porte que marcan y pasan al ataque en cuanto ven luz verde. Gonzalo Montiel, por la derecha, además cazó el rebote que Matías Vega dejó en el área chica tras el tiro libre en forma de bomba de Rodrigo Mora y metió su segundo gol (en offside) con la camiseta de River -ayer de negro-. Facundo Medina, por la izquierda, es grandote -mide 1,83- y elegante a la hora de la salida por su sector. Eso sí, le tocó bailar con el movedizo Neri Bandiera, quien tiró varios pasos difíciles de seguir y fue de lo mejor de la cancha.

Seguramente el DT habrá puesto un asterisco en la defensa: definitivamente Iván Rossi no se siente cómodo como segundo central. Tuvo más malas que buenas (otra vez) y encima se fue expulsado por doble amarilla. Con resaltador marcó el nombre de Matías Moya. Por la derecha el juvenil de 19 años que debutó en la Florida Cup mostró algunos destellos. Y buenas inteniones del acompañante de Rodrigo Mora en el ataque: Nicolás Franco, que no pudo contar con una chance clara de gol.

Fue la noche del estreno de Alan Marcel (entró en el segundo tiempo ya con el 1-2), un delantero externo de 17 años nacido en Entre Ríos que se siente cómodo cuando va por la izquierda y tira la diagonal para rematar de derecha. Y no mucho más se llevó el Muñeco de este amistoso que lo tuvo al local mucho más enchufado en los 90. Al cabo, River nunca se tomó muy en serio el compromiso.

Darío Franco aprovechó la ocasión para darle rodaje a sus mejores muchachos y a su idea innegociable de tratar siempre bien a la pelota. Lo dicho: lo tuvo a Bandiera reluciente en lo más alto del mástil del juego del Tiburón. Jugó e hizo jugar. Y abrió el balón para Quilez en el segundo. Antes, fue Medina, luego de un mal rechazo de Martínez Quarta, el que gritó la igualdad. Nico Domingo fue otro que tuvo un partido que le restó. Se equivocó feo en una salida y le sirvió el tercero a Bandiera, que se flameó ante el River junior.

miércoles, 25 de enero de 2017

Boca 2 - San Lorenzo 2 - Copa de Oro 2017

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EL TRIANGULAR TERMINA ESTE VIERNES
Boca y San Lorenzo ratificaron su poder de gol en un clásico jugado con todo
Gago (penal) adelantó al Xeneize, superior en los 30’ iniciales. El Ciclón lo revirtió con el fútbol de Ortigoza y tantos de Blandi y Merlini. Igualó Bou en un amistoso no exento de fricciones.
Todos fueron a verlo a Fernando Gago. Hasta el Patón Bauza, entrenador de la Selección, se abrigó y se vino a Mar del Plata para seguirlo de cerca a Pintita. Y de movida no defraudó el volante de Boca. Sin embargo, la noche terminó teniendo otro protagonista de buen pie. Néstor Ortigoza, otro jugador de selección (de Paraguay), se apoderó del círculo central, revivió a San Lorenzo y se quedó con el duelo de los cincos que reivindican el fútbol, aunque el resultado final fue un empate gracias a un golazo de Bou, que no se cansa de gritar.

Era todo azul y amarillo en Mar del Plata. En el José María Minella, mandaban Gago y Boca. Porque los de Guillermo Barros Schelotto aprovecharon el terreno mojado y rápido para sacar su ventaja de equipo más ablandado. San Lorenzo no había disputado ni un minuto de fútbol serio en el verano y eso se notó en la cancha expuesta al viento, la lluvia -por momentos bastante intensa- y el frío. Boca, con su cinco, ganaba de entrada.

Con la justicia de dominar el juego, aunque con la injusticia de haberse puesto en ventaja a través de un penal que no debió cobrarse. Mauro Vigliano vio falta de Ortigoza sobre Sebastián Pérez cuando en realidad el colombiano se dejó caer. Poco le importó a Gago: la acomodó y definió ante el experimentado Torrico.

La noche se le volvió más negra al Ciclón en esos primeros 10 minutos. Al 0-1 le sumó la salida de uno de sus pilares futbolísticos. Belluschi tuvo que ser reemplazado por el pibe Merlini (Blanco se corrió al medio para asociarse a Ortigoza) por un dolor en su tobillo derecho. Boca abría la pelota del centro -Gago- hacia sus costados con la subida de sus laterales. La idea del Mellizo era aprovechar los costados descubiertos de su rival. Y en ese contexto Jara era de lo más destacado por la banda derecha. Siempre ganó en el uno a uno ante el juvenil Montoya. Desbordó una vez. Tiró un caño y desbordó otra vez (se lo perdió Solís). Fabra se puso celoso y no quiso ser menos. También se mandó una apilada por su punta y Benedetto en su regreso no logró definir bien de zurda.

San Lorenzo no veía la pelota. Blanco en una arremetida se la llevó (¿con la mano?) y disparó lejos. Eso era lo único que había podido hacer -lo único que Boca le había dejado hacer- el conjunto de Boedo en media hora. Pero la hegemonía xeneize no duró toda la noche, aquí en la ciudad costera más popular de la Argentina.

Ortigoza le dijo algo a Mussis. El ex Gimnasia asintió y dejó el hueco del medio libre para correrse unos metros hacia la derecha. El Gordo bajó, se paró en el círculo central y empezó a jugar. Y empezó a revivir San Lorenzo. Orti alimentó a su equipo. El hombre de la selección paraguaya aplica el sentido común como pocos en el fútbol. Si la jugada pide pase a la derecha, allí va la pelota desde sus botines. Si pide abrirla por la otra punta, entonces va por ahí. Y así llegó el empate de Blandi: después del rechazo con los puños de Werner, Ortigoza entendió que debía pasarla rápido a la izquierda para Cerutti, quien mandó el centro a la cabeza del 9. En la siguiente la fórmula fue parecida pero por el otro lado. El envío de Angeleri, post pase de Ortigoza, no terminó en gol porque Blandi saltó incómodo.

Con Gago apagado (junto con Werner y Solís había jugado contra Estudiantes), Boca no fue el mismo. Por eso salió unos minutos después de comenzado el complemento. A esa altura, ya Merlini, tras pase de Blanco, ya había dado vuelta la historia en un contraataque. Tuvo que entrar Bou para volver a equilibrar el partido con un zapatazo tremendo que venció a Torrico. Así, la Copa de Oro deberá esperar hasta el viernes, cuando se crucen San Lorenzo y Estudiantes, para saber quién es su dueño.

martes, 24 de enero de 2017

Independiente 0 - Racing 3 - Copa Provincia de Salta 2017

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EL PRIMER CLÁSICO DEL AÑO FUE PARA EL EQUIPO DE COCCA
Racing fue astuto y efectivo, pegó justo y le dio un golpe a un tibio Independiente
Lo derrotó 3-0 con goles de Díaz y González, en el primer tiempo, y de Brian Fernández a 2 minutos del final. Lisandro López fue la figura. El conjunto de Holan mejoró en el segundo tiempo, pero inquietó poco a Orion. Vuelven a jugar el lunes.
Hubo un tiempo en el que Racing fue dinámico, práctico y contundente, arrimó peligro un par de veces y anotó dos goles. Hubo otro en que la pelota y el dominio fueron de Independiente, aunque su empuje no se tradujo en lucidez y merodeó sin suerte el arco de Orion hasta que una réplica rubricada por Brian Fernández terminó de derrumbarlo. El clásico de Avellaneda en su versión salteña, el primer clásico del año, fue para el mejor de los dos. Para el más astuto y decidido. Para el Racing de Cocca.

Diego Cocca es un técnico afortunado. Al menos esa conclusión se puede sacar de su paso por Racing. En su primera etapa disfrutó de la jerarquía de Diego Milito y ahora lo hace con Lisandro López, dos jugadores que escapan de la media del fútbol argentino. Futbolistas como Milito o Licha no garantizan el éxito ni mucho menos, pero con su presencia los puntos de partida no son tan bajos. Anoche, en la victoria de Racing 2-0 ante Independiente, Licha volvió a marcar la diferencia. Una secuencia del juego lo grafica. Iban 17 minutos de la primera etapa cuando Gustavo Bou salió disparado comandando una réplica.

Eran dos contra uno: Víctor Cuesta retrocediendo y Lisandro López dibujando una diagonal de adentro hacia afuera para recibir y quedar mano a mano con Campaña. Pero Bou se apresuró y, no bien dominó la pelota, la abrió para Licha. La situación se desvaneció. Con la mano, el capitán académico le hizo una seña a la Pantera, que se había apurado, claro. Los grandes líderes, se sabe, dicen al hacer. Un minuto después, Licha gambeteó a Cuesta y encaró para el arco. Acuña le pasó por izquierda en soledad. Pero el delantero aguantó unos segundos y le dio el balón al Huevo en el momento ideal: centro atrás y gol del Pulpito González. Lección gratis para Bou y todos los amantes del fútbol.

Racing ganó de principio a fin sin dejar lugar a dudas. Da la sensación de que el tiempo no hubiese pasado en la Academia. Con Cocca en el banco y muchos de los campeones del 2014 en el plantel, Racing jugó a lo de siempre. Y se prevé que seguirá jugando así. Los cambios y retoques que se le tienen que hacer a los equipos que fueron campeones deben ser mínimos, aunque esto no quiera decir imperceptibles. Como objetivo inmediato, Cocca tendrá que recuperar a viejos valores. Ahí está Gastón Díaz, vital en 2014, festejando ante Independiente después de recibir una asistencia de Licha.

El gol más importarte de la carrera de Díaz fue a Rosario Central, tras habilitación de Milito. En el mismo sendero de la recuperación están Aued, Bou, Cerro, Videla, González y Vittor. ¿Qué mostró Racing? Un 4-4-2 versátil (por momentos agresivo y por otros especulador), un doble cinco de despliegue (Pulpito pisó el área para marcar el segundo) y dos delanteros afilados físicamente. La novedad: Miguel Barbieri -de igual correr que Martín Demichelis- que se mostró firme de arriba y sereno para manejar la pelota. La paciencia como arma del Racing de Cocca, y también la inteligencia. Como si el tiempo no hubiese pasado.

¿E Independiente? En su primera prueba importante, Ariel Holan optó por el esquema menos complejo: 4-4-2. Se especuló con que podría apostar por una línea de tres, con Toledo y Tagliafico como stoppers, pero finalmente se inclinó por la alternativa más lógica. “Aún no estamos para arriesgar tanto, y menos contra Racing”, explicaron desde el cuerpo técnico. La decisión suena entendible, teniendo en cuenta que en el fútbol argentino la palabra tiempo es anacrónica. La determinación de plantear un juego largo y de cuidarse del rival lejos está de ser una traición a los principios de Holan.

Había arrancado bien el Rojo, con los volantes internos presionando arriba. Duró hasta el primer gol de Racing. Después, un poco por mecanismos para nada aceitados y otro poco por falta de jerarquía en algunos intérpretes, el elenco de Holan fue con ganas pero sin claridad. Hasta que lo derribó la de Brian Fernández. De ese lado de Avellaneda sí que hay trabajo por hacer.

Boca 2 - Estudiantes 0 - Copa de Oro 2017

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EL EQUIPO DE GUILLERMO LO RESOLVIÓ EN EL PRIMER TIEMPO
En su primer partido sin Tévez, Boca tuvo la misma vocación ofensiva y ganó bien
Con el desequilibrio de Centurión y la conducción de Gago, fue superior desde el inicio a Estudiantes. Sacó ventajas rápidas y no hizo más goles por fallas de sus delanteros en la definición.
“Podemos cambiar de apellidos y podemos utilizar distintos dibujos táctico, pero nuestro estilo es atacar. Recuperar la pelota y atacar. Así juega Boca”. La frase de Guillermo Barros Schelotto en el inicio de 2017 se pareció a una sentencia y a una descripción perfecta de lo que logró hacer de su equipo en el cierre de 2016 (es el líder del torneo, marcó 35 goles en 14 fechas y sumó, hasta el receso, cuatro triunfos en fila).

Eso es lo que pretende que se mantenga este año, incluso sin Tévez, y algo pudo verse en el triunfo ante Estudiantes en el debut de los amistosos de verano en Mar del Plata. Porque Boca ganó cómodo ante uno de los rivales de peso que lo persiguen de cerca en el campeonato oficial y con el que jugará en el cierre del torneo; volvió a lucirse Gago (el nuevo capitán del equipo) en la mitad de la cancha, se repitió el festejo goleador de Walter Bou (¿titular o suplente a esta altura?) y Ricardo Centurión mostró toda su habilidad (le cometieron más de diez infracciones durante el juego los hombres de Vivas) y desfachatez con la camiseta 10 en su espalda, esa que dejó libre el Apache y que el propio Centurión le pidió al Mellizo en el vestuario.

Boca igual probó variantes. Volvió por momentos al 4-2-3-1 que el DT había construído para que Tévez se sintiese cómodo en tiempos en los que no quería jugar de “nueve”. En ese “doble cinco” que alguna vez mostró con inconvenientes a Pérez y Bentancur, el nivel de Pintita probó que es un sistema para tener a mano cuando se enfrenta a un rival que delegará la tenencia de pelota. Estudiantes (con ausencias de apellidos titulares pero con un equipo competitivo) lo hizo y Boca, claro, supo qué hacer con la número cinco en su poder. La fórmula conocida se repitió: los laterales se proyectaron, Pablo Pérez fue conductor, Centurión el gambeteador y Pavón la flecha para volar que sigue imprecisa al momento de la definición. En este primer ensayo apareció el chico Nazareno Solís (apenas tuvo un puñado de minutos el año pasado) para probar alternativas en ataque, ese aspecto que tanto inquieta al DT.

Con Tobio e Insaurralde en la última línea también hubo pruebas. Porque de ellos dos saldrá el compañero para Santiago Vergini, el central titular de la última línea. Axel Werner, pese a que se repite a cada minuto que el equipo necesita de un arquero, estuvo seguro y desde su arco observó cómo a Mariano Andújar (decidió quedarse en Estudiantes pese al interés de Boca) lo pelotearon en varios pasajes del ST en el que los espacios se hicieron más grandes y el equipo de Barros Schelotto logró hacer conexión. Los cambios sirvieron para que sumen minutos Sebastián Pérez (es probable que sea titular ante River en el regreso del 4-3-3), Leo Jara (reemplazó a Peruzzi, acalambrado) y hasta el debutante Luna Diale. En Estudiantes faltaron los del Sub 20 (Ascacíbar y Rodríguez) y piezas determinantes como Viatri (lesionado) o Verón (su físico marcará si será titular o no). Terminó desgastado tras la expulsión del chico Elías Umeres.

Boca no dejó pasar la chance de enviar un mensaje, pese a que recién está terminado la parte dura de la pretemporada. Ya no está Tévez, pero mantiene el ADN que incorporó al final del 2016. Ataca y ataca. Eso quiere el Mellizo. Eso hace Boca.

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