San Lorenzo 2 - Flamengo (Brasil) 1 - Copa Libertadores 2017

EL CICLÓN VENÍA DE DOS ELIMINACIONES EN FASE DE GRUPOS

San Lorenzo estaba afuera y terminó primero de la zona en un final de película

Perdía desde los 14 minutos. Empató con esfuerzo a 15’ del final, pero la victoria de Paranaense en Chile lo eliminaba. Ya en el descuento, un zurdazo de Belluschi lo llevó a octavos. El equipo revivió. Y ahora se ilusiona en la Copa y el campeonato.

Qué le van a hablar de imposibles a San Lorenzo. Si cuando lo desalojaron de su casa dio lo que tenía y lo que no para volver. Y después de muchos años de pelea, los terrenos de Avenida La Plata al 1700 ya son azulgranas. Si hace tres años, cuando todos lo daban por muerto, goleó a Botafogo y a partir de ahí no detuvo su camino triunfal hasta lo más alto de América. Ayer, en definitiva, San Lorenzo lo hizo de nuevo, como para grabar a fuego esa afirmación inicial y que se escuche en todo el mundo de la pelota. Lo hizo sufriendo, claro, porque esa también es una de las características del Ciclón a lo largo de los años.

Y lo hizo con un ingreso mágico de Nahuel Barrios, como sucedió hace algunos días ante Universidad Católica. En un Nuevo Gasómetro que se vistió de gala para otra de sus noches épicas, los de Boedo cumplieron su objetivo: con un agónico gol de Belluschi le ganaron a Flamengo, no dependieron de lo que sucedió en el otro lado de la Cordillera y pasaron a los octavos de final de la Copa Libertadores como líderes del Grupo 4. Y esto vuelve a empezar... ¿Quién se atrevía a aventurar un desenlace así hace un par de semanas, cuando San Lorenzo tambaleaba en la Copa y en el campeonato local, no levantaba la cabeza ante Temperley y hasta algunos aseguraban que Diego Aguirre estaba por dar un paso al costado?

Se sabía de antemano, como si todo fuera una premonición de lo que pasó en la Copa de 2014 con Botafogo: anoche, una oreja iba a estar en el Nuevo Gasómtro y la otra, en Santiago, en el partido entre Universidad Católica y Atlético Paranaense. Sin embargo, San Lorenzo salió a jugar el partido decidido a que la preocupación se instale del otro lado de la Cordillera. Lejos de tener la actitud especuladora que mostró el sábado ante Huracán, el equipo fue un verdadero vendaval en los primeros minutos del encuentro.

Ese arranque fue, en definitiva, lo mejor del local en los primeros cuarenta y cinco minutos, con Cerutti picante por derecha, Botta sacrificándose por izquierda y Blandi en una muy buena función de pivoteador. Pero, de repente, toda la ecuación cambió. Una pérdida de Mussis en la mitad de la cancha derivó en córner para Flamengo y, a partir de ahí, el duro golpe: tras el despeje al centro, la pelota le cayó a Rodinei, que de volea puso el 1-0 ante la muy floja respuesta de Navarro. Ahí comenzó otro partido.

La tranquilidad se multiplicó entre los jugadores brasileños, que en un abrir y cerrar de ojos pasaron a controlar la mitad de la cancha. Es cierto: no volvieron a inquietar al portero azulgrana, pero tampoco se vieron acorralados en su arco. Eso sí: para fortalecer su ventaja recurrieron a sucesivas infracciones en los alrededores de su área, una práctica avalada por el árbitro.

San Lorenzo terminó sufriendo la primera etapa aunque pudo encontrar cierta tranquilidad, pero Enrique Cáceres, en otro de sus tantos errores de la noche, no sancionó penal de Miguel Trauco sobre Nicolás Blandi. Hubo un claro empujón del defensor brasileño. Para colmo, las noticias desde Chile no eran buenas.

Con Flamengo agazapado esperando una contra y San Lorenzo dueño de las acciones, se desarrolló el segundo tiempo. Pero, de vuelta, los mismos problemas: Belluschi no pesaba, Ortigoza se perdía en la cancha y Botta y Cerutti comenzaban las jugadas con dos rivales encima. Pasaban los minutos y Aguirre volvió a estar iluminado: hizo ingresar al Perro Barrios, héroe ante Católica. Y el pibe, desfachatado, le cambió la cara al equipo y tiró el centro del 1-1.

Los goles en Chile se multiplicaron. El boca en boca en las tribunas, también. Y cuando San Lorenzo parecía eliminado, en la que era la última jugada del partido, Belluschi, con un zurdazo para la historia, le dio el triunfo y la clasificación al Ciclón. No quedan dudas: por Boedo ya no existen los imposibles...