Liga de Quito (Ecuador) 2 - San Lorenzo 0 - Copa Libertadores 2016

PERDIÓ CONTRA LIGA, EN QUITO, A 2.800 METROS SOBRE EL NIVEL DEL MAR

La intención de San Lorenzo se quedó sin oxígeno en la altura

Dos golazos de Diego Morales, ex Tigre, fueron letales. Al equipo de Guede le costó mucho imponer su idea.

Pelota al piso, juego asociado, movilidad y tenencia del balón. Esta vez, San Lorenzo no fue el equipo que mostró estas cualidades. Con el libreto que el equipo de Guede había exhibido en varios pasajes del torneo local, Liga de Quito doblegó al conjunto de Boedo en el estreno de ambos en el Grupo 6 de la Libertadores, con Diego Morales (ex Tigre) como figura estelar.

Si el plan de San Lorenzo fue repetir lo realizado ante Vélez, esa iniciativa falló. Y si la idea era agruparse en defensa para salir rápidamente de contraataque, la intención funcionó a medias, ya que en los primeros 45 minutos el arco de Torrico no fue vulnerado pero el de Alexander Domínguez ni siquiera fue inquietado. A diferencia de lo que el mostró en el torneo doméstico, el conjunto azulgrana ayer le cedió el protagonismo a su rival y aceptó un rol secundario.

La pelota, entonces, estuvo lejos de Ortigoza, ese que generalmente dicta el ritmo del conjunto de Pablo Guede, y mucho más cerca del Ovejero Alemán y Diego Morales, los organizadores del equipo ecuatoriano, quienes priorizaron el buen trato del balón. Es cierto: los 2.800 metros de altura de Quito influyeron en este planteo de Guede, más teniendo en cuenta que el DT no rotó demasiado a sus jugadores con respecto a los once que vencieron a Vélez, el sábado pasado (solo hizo cuatro cambios).

Además del bajo nivel de Ortigoza, San Lorenzo sufrió por la imprecisión de Mussis, que en varias ocasiones complicó a su equipo con pases defectuosos. Eso sí, al igual que en la Copa Libertadores de 2014, el conjunto azulgrana tuvo a un salvador: Torrico, quien transmitió seguridad en su arco cada vez que lo exigieron de media y larga distancia.

Para el inicio del segundo tiempo, Guede movió las piezas: hizo ingresar a Prósperi por Belluschi, para así darle rienda suelta a Buffarini en el mediocampo y ubicar a la Oveja en el lateral derecho. Sin embargo, la movida no le podría haber salido peor al DT. Antes de los cinco minutos, Morales recibió la pelota en ese sector derecho y con un slalom a toda velocidad dejó en el camino a Ortigoza, Prósperi y Angeleri para luego definir con un derechazo al ángulo.

A partir de ese golazo, la obligación por buscar el arco de enfrente se trasladó para el lado de los de Boedo. Y así como el primer cambio que realizó el entrenador había tenido consecuencias negativas, el segundo y el tercero tuvieron el efecto contrario: con los ingresos de Blandi y Barrientos, San Lorenzo renovó el aire y se adelantó algunos metros en el campo. Sin embargo, el local nunca se desesperó y golpeó nuevamente con Morales, ya sobre el final.

San Lorenzo lo sabe: el camino hacia la gran final es largo y complicado. El miércoles que viene, cuando reciba a Toluca en el Nuevo Gasómetro, el equipo azulgrana tendrá la chance de comenzar a encarrilar su recorrido.