Lanús 1 - Cerro Porteño (Paraguay) 1 - Copa Sudamericana 2014

EMPATÓ 1-1 CON EL EQUIPO DE ASTRADA Y SE QUEDÓ CON LAS MANOS VACÍAS

Lanús no pudo con Cerro y su gran sueño copero se esfumó

Los paraguayos lograron el gol en el inicio y eso condicionó al conjunto local. Ahora, Cerro irá con Capiatá o Boca.

Al Lanús de siempre le pasó lo que le viene sucediendo en los últimos tiempos: por falta de fútbol, porque de a ratos demuestra que está vaciado de ingenio, ahora también se quedó fuera del último objetivo internacional de la temporada. Así como se frustró con la Recopa y la Suruga Bank, anoche apenas empató con Cerro Porteño y resignó el título de la Copa Sudamericana.

El fútbol de este continente está dando muestras, cada vez más seguido, de cómo se compite en un plano de igualdad. Cuando aún no se ha despejado la conmoción de la victoria del humilde Capiatá en la Bombonera, Cerro Porteño se plantó en Lanús, al menos durante la primera media hora, de un modo casi idéntico a lo fue su postura en Asunción, la semana pasada. Poco les importó a los paraguayos que enfrente estaba el campeón defensor. Los conducidos por Leonardo Astrada empezaron desde el primer minuto a hacerse duros por todos lados y así sorprendieron a propios y a extraños.

Claro que las buenas intenciones del visitante contaron con un plus: el encadenamiento de dos errores individuales derivó en la bonita definición de Oscar Romero cuando todavía no se había cumplido el primer minuto.

Lanús se sacudió de esa sorpresa con mucho empuje y casi nada de ideas. El equipo sigue careciendo de creación y le falta el primer pase con criterio. Así las cosas, todo lo que va hacia el arco de enfrente se reduce al vértigo de Melano y Silvio Romero, a las proyecciones reiteradas de los marcadores de punta Araujo y Velázquez, y al empuje que parte de la zona de volantes, con Somoza como abanderado.

Con el transcurrir de los minutos, el partido aportó un puñado de situaciones que de un modo u otro afectaron el resultado parcial. El árbitro Zambrano no expulsó al lateral César Benítez por una fortísima falta sin pelota a Melano. Un pase hacia atrás de Velázquez casi termina en gol de Güiza. Silva desvió una volea de zurda que la mayoría de los presentes gritó gol. Y a continuación, Braghieri marcó el gol de su vida, con un arranque y resolución digno de esos tremendo zagueros centrales zurdos que fueron Daniel Passarella y Enzo Trossero.

En el segundo tiempo jugaron con corazón abierto, donde lo más difícil de explicar fue cómo el marcador no varió, habiendo tenido ambos conjuntos varias y clarísimas chances para convertir.

El ida y vuelta lo iniciaron Ortigoza y Ayala. Enseguida, Marchesín se hizo enorme ante Güiza y Barreto le tapó de modo magistral a Romero un tiro a gol. Un disparo de Ortigoza pegó en un palo y Valdéz Chamorro abrió el pie para desperdiciar una situación neta.

Desde el banco, los Mellizos buscaron variantes, cambiando de nombres y de esquema. Con Oscar Benítez y Valdéz Chamorro trataron de hacer el equipo todavía más voraz. Ayala fue de lateral, pero pasó seguido al ataque. Lanús trató, intentó, buscó y se estrelló contra un frontón que resistió como pudo. Y se fue de la Sudamericana. Ahora, la última zanahoria de 2014 se reduce a perseguir a River en el torneo doméstico.